Summary: Si bien no era la primera vez que lo hacía, ahora tenía plena consciencia de ello.
Disclamier: Bleach no me pertenece. De ser así, Ichigo no tendría el cabello corto.
Cálido
Estaba en la cama de Ichigo, con su mano levantada como si tratara de tocar el techo de la habitación. Los rayos de luz se filtraban por el espacio que dejaba la cortina en la ventana y le daba una sensación de calor cuando su mano se veía envuelta en el color del sol.
Es como si estuviera hipnotizada por el movimiento de sus propios dedos. No podía dejar de mirarlos, de mover su mano, examinar su palma o incluso sus uñas por si encontraba algo diferente. Algo que no estaba ahí antes, pero no. Todo está como siempre. Sin saber muy bien por qué eso le molestaba, bajó su mano rápidamente y la apoyó en la cama para levantarse, quedando sentada en ella mirando hacia la calle por la ventana.
No fue a clases ese día y de seguro que Ichigo la regañaría cuando llegara. No estaba muy segura de si quiere verle la cara o no ahora pero tampoco tiene muchas opciones a donde ir. Miró sus manos de nuevo.
"¿Por qué?"
No lo entiende bien pero desde ayer no puede quitarse la sensación de la piel de Ichigo de sus manos. No sucedió nada extraño: lo de siempre, que al pelinaranja le bajaban sus ataques de sobre-protector y por intentar "salvarla" (que en realidad no estaba en ningún apuro) dejó que el Hollow lo hiriera de una forma no tan agradable. Como siempre, Rukia se encargaba de curarlo y de paso insultarlo por ser tan estúpido.
"¿Por qué?"
No había nada extraño en tocar a Ichigo ya que lo hacía siempre que debía curarlo de alguna herida y el chico no era muy cuidadoso en ello. Aún así, desde ayer podía sentir esa calidez en su mano e incluso llegó a pensar que algo andaba mal con su gigai e ir a blasfemar a Urahara, pero en el fondo ella sabía que no era eso. Todo era culpa de esos niñatos de la escuela de Ichigo.
Si bien a ella no le preocupaba socializar con nadie más de lo necesario en la escuela, no pudo evitar oír –de una fuente no muy discreta– los rumores que circulaban sobre ella y el shinigami sustituto. Dicen que las personas se sugestionan cuando las molestan con otra… y pues eso le pasó a ella. Entiende que tal vez la relación que mantiene con Ichigo pueda parecer extraña para otros, no es tan despistada, pero ella misma no entiende del todo qué tipo de relación tiene con él.
Por eso, ayer no sólo lo estaba curando. Ayer lo estaba tocando, no como un herido sino como un chico con el cual ha vivido por meses y ha formado un lazo que no sabe describir y prefiere no hacerlo. "Kuchiki Rukia, ¿qué diría Nii-sama si te viera ahora?". Sus manos recorrieron el torso de Ichigo no sólo con el pensamiento de curarle, sino matizando en su mente la forma de su cuerpo y la línea de las heridas. Su mente grabó la imagen con mucha más atención de la debida y sus dedos guardaron el calor de la piel del chico sin su permiso.
Volvió a recostarse en la cama y, contra sus deseos racionales, se quedó dormida pensando en lo cálido que podía ser Ichigo y que se sentiría algo más que un toque de su mano, como un abrazo tal vez.
La despertó la entrada malhumorada del dueño de la habitación, reclamando que fue un día de mierda en la escuela y no era justo que ella faltase como se le antojase. Sin estar despierta del todo, sólo lo quedó mirando sin siquiera levantarse de la cama. El chico se acercó a ella pensando que no estaba realmente despierta y quedó a poca distancia de su rostro. Rukia, sin estar segura de si seguía soñando o si Ichigo estaba realmente frente a ella, estiró su mano para tocar su rostro. Lentamente su mano llegó a la mejilla del chico y se quedó ahí por unos segundos, de manera suave la deslizó hacia abajo rozando casi imperceptiblemente la orilla de los labios del chico, y volvió a dejar caer su mano en la cama.
Ichigo, sin entender nada, sólo pudo sonrojarse haciendo justo honor a cierta fruta y balbuceando unas incoherencias (algo como "n-no s-sólo porque seas enana puedes quedarte en casa" o "¿qué los shinigamis no tienen escuela también?") salió de la habitación rumbo al baño para quedarse encerrado ahí.
El único pensamiento de Rukia, sonriendo en el limbo entre el sueño y la realidad, fue que Ichigo "es realmente cálido, donde sea que sus dedos toquen después no se podrá borrar su calidez".
Notes: ¿Qué decir? Me encantaría saber más de aquellos momentos perdidos del inicio de la historia.
