Hola a todos :D
Aquí os traigo un nuevo fic, se me acaba de ocurrir la idea y lo he escrito en un momento.
Espero que no os desagrade mucho.
Hacía dos años que no lo veía y ahora que lo tenía delante no sabía qué hacer. Habían pasado demasiadas cosas y algo dentro de mí volvía a despertar. Lo había echado de menos pero ya no le quería, no, no le quería. Cuando me convencí a mí mismo de que ya no había ningún sentimiento por esa persona me acerqué hasta él. No me había visto, estaba haciendo cola para comprar su comida y aun le quedaba un buen rato.
Estaba igual que siempre, quizá un poco cansado por el trabajo o algo por el estilo, pero me pareció que se conservaba igual. Me armé de valor y le di unos golpecitos en el hombro para que se girara. Sus ojos violetas se abrieron como platos al verme. Se me quedó mirando como si fuera un fantasma y entreabrió la boca por la sorpresa de tenerme ahí delante.
-Misaki.- Murmuró como si no se lo creyera.
-¿Cómo estás, Akihiko?- Me permití no llamarle por su apodo, eso me recordaba demasiado al pasado. Frunció un poco el entrecejo cuando pronuncié su nombre pero no tardó en relajarse de nuevo.
-Bien, ¿y tú?
-No me puedo quejar.- Le contesté y un silencio incómodo nos invadió unos segundos.- Me tengo que ir ya a trabajar, me alegra haberte vuelto a ver.
-Yo también.- Me dijo y cuando me di la vuelta para marcharme me detuvo cogiéndome de la muñeca.- ¿Qué te parece si quedamos algún día para tomar un café?
-No sé si será buena idea.- Le dije y me sonrió de lado.
-Ya ha pasado mucho tiempo, creo que seremos capaces de tomar un café como si fuéramos amigos, solo amigos.- Dijo y al ver que no cedía insistió un poco más.- Me gustaría saber qué ha sido de ti durante estos dos años.
-Acabo de trabajar a las siete.- Le dije.- Si quieres podemos quedar en algún lugar.
-Puedo pasar a por ti al trabajo.- Me dijo pero yo negué con la cabeza.
-No es necesario, está cerca de la cafetería Juicer. ¿Quieres que nos veamos ahí?- Le pregunté con una sonrisa tímida.
-Estaré ahí a las siete.
Salí del trabajo un poco antes de lo normal y me dirigí al sitio donde había quedado con Usagi-san. Me senté en una mesa, aun tardaría en llegar un rato ya que faltaban quince minutos para la hora acordada.
No entendía como podía estar tan nervioso, ya no éramos nada y ya no había sentimiento. Debía estar tranquilo, charlar un rato con él y luego de ese día no nos volveríamos a ver hasta dentro de otros dos años. O eso era lo que yo quería que sucediera.
Mi móvil comenzó a sonar, supuse que sería él para preguntarme si tardaría un rato en volver o si ya iba hacia allá. No tardé en contestar.
-Moshi moshi.
-Misa-chan, ¿ya acabas del trabajo?- Me preguntó con su habitual tono de voz tan dulce.
-Ya he acabado pero he quedado en tomar un café con un amigo.- Le dije.- Me lo he encontrado a la hora de comer y hacía tanto tiempo que no nos veíamos que hemos decidido quedar para ponernos al día. No te molesta, ¿verdad?
-Claro que no me molesta, Misa-chan. Solo dime si vendrás a cenar a casa o cenarás con tu amigo.- Me dijo.-Lo digo por prepararte algo para cenar o no.
-Iré a cenar a casa, pero hoy me tocaba hacer la cena a mí.- Le dije pensativo.- ¿Qué te parece si compro algo por ahí? Me pilla de camino a casa.
-No te compliques mucho, Misa-chan, con bolas de pulpo nos apañamos o incluso si quieres puedes comprar ramen.
-Vale, compraré algo de eso. Te veo más tarde.- Le dije ya que observé por el cristal de la cafetería como Usagi-san aparcaba el coche.
-Te amo, cosita linda.
-Yo también te amo, Kazu-san.- Le dije para luego colgar. En ese momento mi antiguo amor entró en la cafetería y con una sonrisa se acercó a mí.
-¿Llevas mucho esperando?- Me preguntó sentándose justo enfrente de mí.
-No mucho, he llegado hace nada.
-¿Ya has pedido?
-No, te estaba esperando.- Le respondí mientras él con un gesto llamaba a la camarera. Después de que pidiéramos hubo un breve silencio que fue interrumpido por él.
-Bueno, cuéntame que has hecho en estos dos años.
-Cuando me fui de tu casa viví una temporada con mi niichan, terminé la universidad allí y luego volví cuando me contrataron en la editorial donde trabajo.- Expliqué mientras esperábamos a que nos trajeran lo que habíamos pedido.
-¿En qué editorial trabajas?
-En Onodera.- Le dije cuando la camarera llegó con mi té y su café.- Estuve un par de meses editando manga pero necesitaban gente en literatura y ahora me hago cargo de eso. Ahora mismo vivo alquilado pero me voy a comprar una casa pronto.
-¿Con tu sueldo te llega para una casa?- Me preguntó sorprendido.- ¿No sería mejor comprarte un piso?
-No es solo mi sueldo, la casa me la voy a comprar con mi pareja.- Le dije lo que estaba evitando decirle.
-¿Ti-tienes pareja?- Me preguntó con la voz más grave de lo normal.
-Sí, llevamos saliendo juntos un año y dos meses.
-Me alegro por ti.
-¿Tú estás saliendo con alguien?- Le preguntó pero negó con la cabeza.
-No tengo tiempo para conocer gente.- Me dijo forzando una sonrisa.- Aikawa me estresa.
-Creo que os estresáis mutuamente.
-¿Tienes algún plan para cenar?- Me preguntó de repente.
-En casa me esperan para cenar.- Le dije y noté como bajaba la mirada apenado.- ¿Quieres venir a cenar?
-No quiero molestar.
-Akihiko, tu nunca eres una molestia.- Le dije con una sonrisa que me devolvió.
-Vale, iré a cenar a tu casa.
-Perfecto.- Exclamé pero por dentro los nervios me estaban matando. Yo solito me había metido en la boca del lobo y ahora me esperaba una cena incómoda con mi expareja y mi actual pareja. Niichan, ¿por qué me siguen pasando estas cosas?
