Hola, buenos días, tardes o noches. Espero que estén muy bien. Como saben, este fic es como una secuela de "Guía para enamorar a un espíritu", por lo que si no han leído este por completo, puede que no entiendan mucho de lo que pondré aquí. Pero lean bajo su propio riesgo por si se confunden.
También quiero que sepan que este fic iba a ser un one-shot pero me quedó tan largo que decidí romperlo en pedazos, así que no se esperen mucho de esto porque realmente no será algo tan largo, a lo mucho tres capítulos, pero por ahora empezaremos con dos.
Espero les guste mucho y si te animas, quisiera saber tu opinión, deja un review o envía un PM, te estaré muy agradecido.
Nosotros y ellos.
Parte 1: Entre el pasado y el presente.
La ciudad Tenguu, una maravilla hecha por los humanos, completamente recuperada de todos los terremotos espaciales, destrucciones, peleas entre enemigos, entre amigos y entre espíritus y humanos. El escenario donde nacieron dos personas distintas que, debido al pasado y acciones de terceros, terminarían conociéndose por estar relacionados por el destino; Shidou Itsuka y Satou Matsuo.
Aquí, en esta ciudad, donde se batieron en batalla espíritus y la AST, aquí donde Shidou conoció a los espíritus y entabló amistad con ellos, aquí donde decenas de citas suceden al mes, aquí donde los amigos se enfrentan, aquí… donde se ha destruido todo y han nacido lazos de amistad y amor, aquí es donde, una vez más, comienza nuestra historia.
Una vibración incontrolable movió ligeramente la mesa, la chica tomó el celular para observar el mensaje en pantalla.
"¿Llegarás a comer? Muy pronto estará lista la comida, Kotori".
La chica sonrió ligeramente, hoy no había ido a la escuela con tal de procesar toda la información que se podía sobre "Phantom", un extraño ser que tenía ya un historial en la base de datos de Ratatoskr y por supuesto, en Fraxinus; la nave en la que estaba a bordo y de la que era comandante.
Comparaba grabaciones de Miku Izayoi; Idol de medio tiempo y espíritu que poseía al ángel Gabriel, y Satou Matsuo; espíritu poseedor del ángel Mikael y un miembro de las filas del Fraxinus. Estas dos personas tenían algo en común, ambos eran amigos de Kotori y de Shidou, su hermano mayor.
—Phantom… ya ha brindado dos ángeles, ¿cuántos más puede brindar? ¿Su poder tendrá límite? ¿Por qué hace esto? —murmuraba mientras seguía tecleando y los resultados se mostraban en pantalla. Pero en ese momento de suma concentración, sintió algo helado en su mejilla—. ¡¿Qué está pasando?!
Cuando se giró, pudo mirar a una chica con cabello azul, casi de su misma edad, con un lunar característico bajo su ojo izquierdo, su sola observación le recordaba mucho a su hermano.
—Que dedicada, Kotori. Pero ya hasta dices cosas extrañas, ¿no crees que te lo tomas demasiado en serio? —La chica le dio una sonrisa y Kotori pudo ver la lata de café frío que había tocado su mejilla con anterioridad. Ella se la arrebató un poco molesta.
—Ya sé eso sin que me lo tengas que decir, Mana.
Abrió la lata de café y se tragó un poco del líquido a su boca.
—Bueno, ¿algún progreso?
—Además de mi sospecha de que el caso de Miku y el de Satou están claramente relacionados con el que pasó hace 5 años, no, nada importante hasta ahora. —Entonces ella ladeó la cabeza y dejó sus notas del computador y miró a Mana—. ¿Qué haces aquí para empezar?
—Pues pasaba por aquí y te traje una lata de café, por cierto, no he escuchado las gracias de tu parte.
—¿¡Cómo que "pasaba por aquí"?! ¡Deberías de estar descansando! ¡No solo lo de Miku sino también con Satou, te has estado peleando mucho! —Mana retrocedió unos pasos ante la reprimenda que le estaban dando. Kotori incluso golpeó la mesa. —¡Tu cuerpo está severamente dañado, Mana!
—Eh… a pesar de estar cansada puedes gritar así, pero estoy bien, ¿no me ves?
Kotori recobró su calma por un momento, debido a que Mana tenía mucha energía en su cuerpo y debido a peleas recientes con los espíritus, su cuerpo ciertamente estaba en peligro desde mucho antes, cuando pertenecía a la DEM. Otra cosa cierta era que desde que Satou le salvó la vida, pasó cierta energía en su cuerpo y le había dejado mucho mejor que antes.
—Pero ya te dije que tomes el tratamiento de los expertos de Ratatoskr, ¡así tu vida se alargaría!
—Gracias por preocuparte, pero tengo asuntos pendientes con Nightmare y lo sabes. —Kotori frunció el ceño ante la mirada despreocupada de ella.
—Tú… ¡No trates de…! —Pero antes de que pudiera atraparla, Mana salió corriendo.
—¡Lo siento! ¡Empezaré con la tarea de encontrar a Nightmare ahora!
—¡Regresa aquí, pequeña! ¡Haré que tomes el tratamiento cuando regreses!
—¡Me lo pensaré!
Mana salió de la oficina de Kotori con una velocidad sorprendente, demostrando su juventud con todo esplendor. La chica de coletas suspiró, en su monitor apareció una mujer joven, parte del plantel del Fraxinus.
—Comandante, tiene una llamada importante.
—De acuerdo, conéctame ahora mismo.
Las clases habían terminado y por fin estaban en casa, Tohka y Yoshino veían la televisión, pero la chica de cabello morado se ausentó un poco ya que fue a cambiarse la ropa de la escuela Raizen.
—Shidou-san… ¿Qué estás haciendo?
—La comida de hoy será algo occidental.
—¡Oh! ¡Muy bien, Shidou-kun! —Elogió la marioneta de la pequeña espíritu, una extraña con parche y con forma de conejo.
—Gracias, Shidou-san. ¿Qué será exactamente?
—No hay de qué, Yoshino. Realmente esto lo tenía planeado. —Shidou sonrió mientras se ponía a calentar una olla con Espagueti, montones de estos largos fideos—. Hoy comeremos Espagueti a la mantequilla.
—Ya quiero verlo, suena muy bien, Shidou-san.
—Pues lo verás muy pronto, estoy seguro que te encantará. Además de que estoy haciendo suficiente para todos y… —Shidou paró de hablar cuando se escuchó el timbre de la casa—. Alguien toca, será mejor que-
—No, deja que yo vaya, por favor. Puedo hacerlo por ti —dijo la pequeña con cierta tenacidad. El joven sonrió y asintió con la cabeza.
—Te lo encargo, Yoshino.
La chica dejó el control de la televisión en el sillón y fue hacia la puerta, la abrió para ver a un chico mucho más alto que ella, con el cabello negro corto por delante, por atrás seguía siendo largo y liso hasta el fin del cuello. Al verla a ella sonrió ligeramente y sus ojos azules tenues brillaron.
—¡Satou-kun! —Se apresuró Yoshinon.
—Hola, Yoshinon, Yoshino. Es bueno volver a verlas. —Satou se rascó la mejilla con su mano, a pesar de la sudadera gris cubriéndole el brazo, sobresalió su venda del antebrazo.
—Satou-san, ¿no te duele?
—Ah, ¿esto? —Se descubrió completo el antebrazo, estaba completamente vendado. En ese momento, pudo ver a Shidou secando sus manos con un trapo blanco, su delantal blanco también estaba de manera perfecta. Ambos jóvenes se sonrieron y Satou le levantó la mano a Shidou, como un saludo—. Hola, Shidou, ¿vengo tarde para la comida de hoy?
—Para nada, de hecho, aun no acabo. Pasa de una vez.
—Entonces tal vez pueda ayudarte.
Satou entró a la casa y cerró la puerta tras de sí, pero Yoshino le tomó tímidamente su brazo izquierdo, él se giró a ella.
—Satou, creo que Yoshino prefiere estar contigo ahorita. Además, eres mi invitado, no hay necesidad de que cocines.
—En eso tienes razón, Shidou. ¿Pasa algo, Yoshino?
—Satou-san, ¿no te duele de verdad? —Ella le descubrió el otro brazo y ahí también estaba vendado. Con nostalgia observó sus vendajes y luego le puso su mano encima de la de ella.
—No me duele para nada. —Sonrió para ella y la chica devolvió una sonrisa—. Ya sabes lo fuerte que soy, esto no es nada por lo que debas preocuparte, Yoshino. Estoy bien.
—¿Seguro? Porque yo… —Yoshino hizo un puchero que podía desbaratar toda la seriedad de un ejército espartano, por lo que Satou la abrazó completamente y con un sonrojo en las mejillas—. ¿Satou-san? —Ella también se sonrojó por el repentino abrazo.
—No me hagas esa cara, ¡eso es trampa! Eres demasiado adorable, Yoshino. Pero estoy seguro que estoy bien, no me dejas de preguntármelo todos los días.
—¡Pero con razón! —Satou recibió un abrazo de oso, literalmente hablando, por parte de Tohka, que le aplastó las costillas.
—¡Ahhh, te pasas, Tohka!
—Eso es por no venir a ver la televisión ayer con nosotras.
—¡Pero te dije que tenía algo importante que hacer!
—¡Excusas! —Tohka apretó más el abrazo, hasta que él mismo se liberó con su fuerza.
—Ya, ya, por favor, no te pongas así que luego me siento mal. —El chico retomó el aire y se rascó la mejilla, Tohka volteó a otro lado.
—Tohka-chan parece enojada, Satou-kun, ahora ya no te quiere ver, ¡qué mala!
—Yoshinon. —La niña le tapó la boca a su amiga.
—Lo siento, pero ayer tuve que comprar la despensa y luego salí por ahí, y luego pasó esto otro y… —Satou se sonrojó un poco y todos le vieron raro, solo Shidou dio una pequeña risa—. Y lo siento, quedé muy cansado después de eso y ya no quería hacer nada.
«¿Esto "otro"? Suena muy sospechoso». Tohka puso su mano en su barbilla.
—Pero hoy estoy aquí, además no me arrepiento de ayer, ya que les avisé.
—Bueno, pero era la hora de la novela, Satou.
—Ya sé, Tohka. Pero la próxima vez estaré ahí para verlo con ustedes.
Se sonrieron los tres, en eso la puerta se abre de manera rápida. De ahí entraron dos chicas muy parecidas, gemelas para ser exactos, con una bolsa en mano.
—¡Ya regresamos!
—Anuncio: mira, Kaguya, es Satou.
—¡Oh! —Ella se aproximó al chico con alegría—. ¡Es bueno que estés con nosotros para comer!
—Shidou dijo que iba a hacer algo especial, no podía perdérmelo.
—Chicas, ¿trajeron lo que les pedí?
—Respuesta: trajimos sodas para todos, Shidou —dijo la chica inexpresiva, Yuzuru.
—¡Bien! Entonces casi todo está listo, solo falta servir los platos.
—¡Yo te ayudo! —Se ofrecieron todos, Shidou tenía hasta para escoger, pero terminó señalando a Satou quien también alzó la mano.
—Satou, ayúdame a servir los platos.
—Bien.
Así el chico le ayudó a Shidou a servir los platos y cada porción para todos del Espagueti. Por supuesto, Satou al verlo le preguntó a Shidou sobre la receta, estaba muy interesado en poder cocinarlo para él o tal vez para alguien más; alguien que siempre tenía en cuenta.
La mesa por fin estaba servida, todos estaban sentados y todos probaron al mismo tiempo el platillo.
—¡Delicioso! ¡Podría comer esto todo el día de ser posible!
«Espero que nunca me pida algo así». Pensó Shidou al ver la alegría y la cara de éxtasis de Tohka al probar ese platillo digno de un restaurante italiano.
—Realmente bueno. Definitivamente quiero aprender a hacer esto, Shidou.
—Luego te paso la receta, Satou. Sé que le gustará a cualquiera que se lo prepares. —Shidou le sonrió con una indirecta de por medio en sus palabras, el chico de cabello negro asintió con la cabeza, entendiendo todo lo dicho por su amigo.
—Gracias, Shidou.
—Pregunta: Satou, ¿qué hiciste hoy? —Ante la pregunta, Satou se puso un poco molesto.
—¡Cierto! No logro encontrar un trabajo de medio tiempo en una biblioteca, ¡están todas ocupadas por alguna razón!
—¿Por qué en una biblioteca? —preguntó Tohka mientras casi terminaba su comida.
—Porque así podría estudiar y trabajar al mismo tiempo, debo prepararme para el examen de ingreso a la preparatoria Raizen.
—Cierto, había olvidado eso.
—Pero no consigo trabajo de eso… —Retomó su comida mientras que Shidou tomó un sorbo de su soda.
—Tranquilo, Satou. Si quieres encontrar un trabajo de medio tiempo puede ser de cualquier cosa, no es necesario que estés en la biblioteca.
—Pero me gustaría para matar dos pájaros de un tiro. Por otro lado, también quiero conseguir un trabajo de medio tiempo para conseguir dinero extra.
—Entiendo.
Shidou y las demás le dieron ideas de en qué podría trabajar Satou como medio tiempo, y ese fue el tema de conversación de la comida, además de contar el día de cada quién.
Pero llegó la hora de que Satou y Shidou se pusieran manos a la obra en su entrenamiento rutinario. Las chicas se mostraban algo en contra a esa práctica porque no querían verlos pelear el uno contra el otro. Ya no querían que eso se repitiera como en anteriores ocasiones.
De todas maneras, no se detendrían, porque ambos tenían la responsabilidad de protegerlas con sus vidas de ser necesario. Y además la práctica era de manera leve, como en anteriores ocasiones, cuando uno recibía un golpe en la cara, todo terminaba y solo se permitía golpes a la cara.
Cuando la práctica terminó, con Satou de vencedor, Shidou quedó en el piso con un poco de sangre saliéndole de la boca.
—Lo siento, Shidou, ¿estás bien?
—Estoy bien, Satou, me has golpeado más fuerte, esto no es nada.
—No digas eso, aunque sea verdad —dijo un poco nostálgico, Shidou notó su error y le puso las manos sobre sus hombros.
—Eso está en el pasado, Satou. No te preocupes más por eso. —Lo soltó después de que Satou quedara observando sus brazos vendados, debajo de ellos había heridas imborrables llenas de recuerdos, tanto que uno llegó a su mente.
—Al final de todo, nunca estaremos de acuerdo, ¿no es así, Satou? ¿Nos pelearemos por siempre por lo que pensemos? ¿Cuándo estaremos de acuerdo, amigo?
—Puedes ser la persona más justa y correcta que haya conocido hasta ahora, Shidou. Pero… creo que tienes razón incluso ahora… ¡No puedo aceptar tu verdad como la mía! ¡Porque la tuya es una ilusión! —Shidou escupió sangre por la boca y apretó los puños con fuerza.
—¡Estúpido! —Gritó con todas sus fuerzas—. ¿¡Cuándo vas a entender con palabras!?
—¡El idiota aquí eres tú, Shidou! No vas a detenerme, no aquí. Aquí nadie nos va a detener, no hay AST, no hay DEM, no están ellas y no tienes la ayuda de nadie, estamos solos.
—No voy a dejar que sigas con esta locura, ¿estás dispuesto a enfrentarme por esto? Me enseñaste todo lo que sabes. —Satou sonrió ligeramente.
—Nunca digas "todo", Shidou.
—Satou…
—¿Eh? —Regresó a la realidad cuando le habló Shidou.
—¿Estás bien?
—Sí… lo estoy, no te preocupes.
—¿Te miras los brazos porqué te duelen? —Yoshino preguntó un poco más fuerte de lo normal, llamando la atención de todos. El joven agachó la cabeza.
—No es eso, Yoshino.
Kotori llegó por fin a la casa y los observó en el patio, por lo que decidió interrumpir para que todos se calmaran.
—¿Por qué no dejas que te revisemos eso, Satou?
—¡Kotori! —Tohka se impresionó de verla ahí, no la había notado hasta ahora.
—Esto… yo… está bien.
Los chicos entraron a la casa, Shidou tomó una toalla del baño para limpiarse el sudor y le lanzó una a Satou, quien estaba en el sillón junto con las demás.
—Tomaré un baño, se los encargo, chicas.
—Déjamelo a mí, Shidou —dijo Kotori.
Yuzuru fue por el único botiquín de la casa y se lo dio a Kotori. Luego ambos se alejaron de ellas para ir al cuarto de ella.
—Volveremos pronto, chicas.
—Bueno… pero si pasa algo, nos avisas.
—De acuerdo.
Satou se sentó un poco nervioso, ella le sonrió para calmarlo, pero luego tomó seriedad, mientras sacaba lo necesario para cambiarle las vendas y tal vez un poco de crema sanadora para la piel.
—¿Estás bien, Satou? No está bien que no digas lo que sientes. Sabes que puedes confiar en nosotros.
—Lo sé. Pero ya les dije que estoy bien.
—El brazo. —Se lo extendió y ella fue desenrollando el vendaje, hasta que por fin empezó a ver su brazo; rojizo en ciertas partes, además de montones de bolitas negras que parecían costras, su piel estaba muerta, daba pavor verlo fijamente, ella alejó los ojos. Satou se sintió un poco mal.
—Lo siento, Kotori…
—Está bien, solo confía en nosotros, Satou. Recuerda que siempre estaré cuidándote. Y tu brazo también necesita que lo vean los expertos de Ratatoskr.
Comenzó a tallarle suavemente la crema, pero al contacto, su brazo estaba completamente seco, tan seco como la arena. Estaba realmente muerto, de hecho, Satou ya no podía sentir nada en esa parte, todas las terminaciones nerviosas estaban completamente deshechas, sin importar lo delicada que era la chica al tratarlo ni la suavidad de sus manos, no podía sentirlo.
—Gracias, Kotori. Siempre cuidas de todos los espíritus, incluso de… de mí. Pero esta quemadura nunca va a sanar. —Kotori le dio una cachetada a Satou y su mano quedó pegada a su mejilla, ella frunció el ceño.
—No es necesario… que te hagas el fuerte, no quiero que pase lo de la última vez. Ellos sabrán que hacer, puedes ir a verlos cuando quieras y lo sabes, ¿por qué eres tan necio con respecto a esto?
Satou abrazó a Kotori.
—Porque necesito que así sea, es mi última apuesta.
—¿De qué estás hablando?
—Nada, cosas mías. Ya no siento nada en los brazos, Kotori, no me duele para nada, solo se ve feo, es todo.
Kotori se alejó de él para seguir con el tratamiento, le puso vendas nuevas y continuó con el otro; estaba más carbonizado que el otro, quemaduras de tercer grado, las más letales para cualquier ser humano, pero estas no podían ser curadas ni por Mikael, algo que les resultaba muy extraño a los demás.
Mientras la hermanita de Shidou trataba con nostalgia las heridas incurables de Satou, el hermano mayor se daba su baño, disfrutando del agua que caía en su cabeza. Cada vez que Satou se iba a su mundo de pensamientos, él entendía exactamente a qué punto se iba.
«Tal vez sería mejor dejar los entrenamientos». Shidou se tocó su pecho, donde estaba de color rojizo y alrededor de esa marca, estaba piel blanca, parecía cuero. Agachó la mirada al tocarse y apenas sentir ligeramente que había algo que estaba sobre su pecho desnudo. «Pero no puedo fallar a mi palabra, ¿no es verdad, Satou? Porque sé que tú no fallarás nunca a la tuya».
—¡Detendré esta locura, Satou!
—¡Basta ya, Shidou! ¡Esta es la decisión que he tomado! ¿¡Cuándo vas a dejarme en paz?! ¡Esto solo ha sido pospuesto desde el principio! —Satou y Shidou se golpeaban sin descanso y sin piedad, chocando sus puños y sangrando a cada golpe, la lluvia tampoco ayudaba mucho a ver bien, ya que la sangre les nublaba la vista de un color carmesí.
—¡No voy a abandonarte! —Satou logró romper la defensa de Shidou y darle un golpe con electricidad en su pecho que lo mandó a destruir un edificio.
—Solo… solo déjame de joder, Shidou. —El chico concentró grandes cantidades de energía en su mano, hasta que se llenó de electricidad que caminó incluso por todo el piso mojado—. Nunca me dejarás en paz si te dejo en pie, y ya sé que eres inmortal, pero voy a ponerle un alto a tus intentos de una vez por todas.
Lo primero que vio Shidou fue una luz azul muy potente en el cielo que se dirigió a él como la caída de un rayo, como su fuerza no sería suficiente por la caída, encendió sus manos con fuego y para cuando Satou cayó, lo detuvo con sus manos, quemándole el brazo izquierdo a Satou, en todo caso, ninguno de los dos se detuvo.
—¡Detente! —Gritaron ambos como el rugido de un león.
«Eso no va a volver a pasarnos, Satou… ni contigo ni con otro de mis amigos. Por eso voy a hacerme tan fuerte como para protegerte y espero que nunca pase lo que me dijiste».
—Ahh… ¿Sabes, Shidou? Aun quiero golpearte…
—Si pudiera moverme… yo también lo haría… por lo idiota que eres, Satou.
—Je… estoy hecho mierda, Shidou… ya no puedo ni levantarme, mis brazos se sienten como dos bombas… de todas formas, aunque has ganado… la próxima vez que peleemos… ya no podrás detenerme, Shidou.
—Por eso… voy a golpearte como amigo que soy… —Satou derramó una lágrima mientras ambos miraban la lluvia caer sobre sus rostros, ya no podían moverse y estaban en pésimas condiciones—. No habrá próxima vez… Satou…
—Listo, Satou. Las cosas están mejor ahora, ¿no?
—Gracias, Kotori. De todas formas, hay algo que quiero decirte.
—¿Qué cosa? —Kotori se quitó la tristeza de encima al ver la seriedad del chico.
—Tu cachetada me dolió —dijo con una sonrisa que quebró todo el ambiente de tensión.
—¿¡Qué pasa con esa acción retardada, tonto?!
—Lo siento, te noté muy seria.
—En serio, ¿eso es lo que querías decirme?
—Pues sí pero no es todo. También quiero otro de estos. —Sacó de su bolsillo un dispositivo pequeño, ella lo reconoció inmediatamente—. Ya que ahora, soy también un agente de Ratatoskr, comandante Kotori.
«Y justo cuando le dije que no necesita llamarme así». Ella sonrió al chico y le entregó otro dispositivo diferente al que usaba Shidou para comunicarse, solo variando en el color, este era azul. —Cuento contigo, Satou.
—¡Sí!
—Pero deja de decirme comandante, eres mi amigo, no necesitas ser formal conmigo.
—Pero es mejor verte así, Kotori. —Ella supo que lo único que hizo Satou fue alejarla de la tensión. Por lo que le sonrió ligeramente—. Además, Kotori… no hay forma de que me sienta mal al verlas tan felices, es por eso que ésta herida, aunque no sea curada, nunca va a dolerme. Ahora debo irme, pero gracias.
—Satou… —El joven se despidió con la mano y ella estiró su mano para detenerle, pero no pudo, solo quedó estirada, él ya había salido por la puerta de la habitación. «Satou, idiota… sigues siendo muy torpe, justo como él».
Satou se fue de la casa con una sonrisa, las huellas de su pasado lo perseguirían por siempre, para eso estaban esas heridas que le recordaban sus errores, sus malas impresiones, pero, sobre todo, el significado de la palabra "amigo".
