Era una noche tranquila, de verdad, aun no me explico como una noche que se presentaba como otra cualquiera mis amigas iban a prepararme una encerrona organizarme una cita a ciegas.
Me encontraba en un bar de copas junto a Santana y Brittany, estábamos sentadas en unos sofás mientras hablábamos sobre nada interesante, al menos nada interesante para mí, ya que otra vez estábamos con el mismo monotema….
-Vamos Quinn tienes que salir mas, así no vas a conocer a nadie…
-Santana no empieces, me saturas, siempre con la misma historia.
-Quinn, Santana tiene razón, si sigues así vas a acabar siendo una solterona con un montón de gatos…
-Los gatos me gustan…no se donde esta el problema…
-Deja de decir tonterías- me corta Santana.-Si no pusieras tantas pegas a todas las chicas que te buscamos como pareja ya habrías estado con mas de una, pero nooooo, Quinn la reina del baile , es demasiado para ellas, todas tienen algún defecto para ti, en serio, deja de ser tan especial e inténtalo con alguna , si no sale bien pues nada, pero al menos inténtalo- y después de decir esto Brittany y ella se quedan mirandose, por como se miran sé que me van a decir algo y no saben como, porque lo que me van a decir no me va a gustar...
-Santana, suéltalo, sé que queréis decirme algo pero no os atrevéis, os conozco chic…
-Te hemos organizado una cita a ciegas.- me suelta a bocajarro.
-¡¿Cómo?!¿Estáis locas? ¿No se os ha ocurrido preguntarme si estaba dispuesta a ello o no?-les digo un poco cabreada.
-Oh vamos Quinn! no será para tanto de verdad, además estaremos Brittany y yo, hemos organizado una cita de parejas, te aseg…-pero no la dejo terminar.
-¡Ni te aseguro ni nada! No pienso ir desde ahora te lo digo así que ya podéis ir llamando a quien quiera que sea "mi cita"-les recalco haciendo las comillas con los dedos- y decirle que se anula.
-Quinn…por favor haz un esfuerzo-era Brittany la que hablaba ahora-Hazlo por nosotras por favor, si sale mal prometemos dejarte en paz, de verdad…-las dos sabían que si me lo pedía Brittany no podría decirle que no, siempre acaba convenciéndome de todo lo que Santana no puede y las muy zorras lo sabían y se aprovechaban de ello, las odio.
Cerré los ojos y suspire, los volví a abrir y les mire fijamente.
-Esta bien…-vi como se les formaba una sonrisita, se miraron y luego volvieron a mirarme con cara de emocionadas- Pero me debéis una, ¿me habéis oído? y después de esta me dejáis en paz, dejáis de buscarme novias, ¿lo habéis entendido? -les digo mientras les apunto con el dedo.
Se levantaron del sofá y vinieron las dos hacia mí para abrazarme.
-No seáis pelotas chicas.-les digo mientras las abrazo a ambas. Se separan y vuelven a su sitio.
-No te arrepentirás Quinn, va a ser genial.-Me dice Santana.
-Si, si, lo que tu digas. Bueno decirme, ¿Cómo es? espero que no sea una loca, confío en vosotras.
-Es una compañera de trabajo de Brittany, o sea que es bailarina…
-¡Muy sexy! ¡Baila genial-le corta Brittany emocionada.
-Es rubia, ojos azules, de tu estatura…-siguió Santana.
-¡Tiene un cuerpazo!-volvió a cortarle Brittany. Santana se le quedo mirando con el ceño fruncido, ya se que le pasa, la conozco como si la hubiera parido, estaba empezando a tener unos celillos de las cosas que estaba diciendo Brittany sobre su compañera de trabajo. Pero no le dijo nada, me volvió a mirar y siguió describiéndomela.
-Es muy simpática…-Pero otra vez Brittany le cortó.
-¡Es un encanto de chica!-esta vez Santana no pudo quedarse callada.
-Bueno vale ya Brittany! voy a empezar a pensar que te gusta y que la cita la quieres tener tu con ella-le dice cabreada, cruzándose de brazos.
-Cariño no seas tonta, sabes de sobra que la única que me gusta eres tú.-le dice mientras se le acerca para darle un beso en los labios. Obvio Santana no pudo resistirse y le correspondió besándola. Yo que estaba frente a ellas viendo como se besaban, empecé a mirar a otro sitio, no es que me hicieran sentirme incomoda, más bien lo que hacían sentirme era sola. Ver como se tenían la una a la otra era envidiable y me alegraba por ellas pero la verdad ver como se demostraban cariño delante mió solo hacia que me sintiera más sola de lo que estaba.
A veces me paro a pensar si realmente Santana tiene razón y yo soy demasiado especial y pongo pegas a todo, no, no es eso, lo que me pasa es que tengo el listón demasiado alto desde que hace años me enamore perdidamente de una chica de mi instituto, desde que me enamore perdidamente de Rachel Berry.
No sé por donde empezar para deciros como es Rachel, es morena, delgada, bajita, tiene unos impresionantes ojos marrones con sus respectivas impresionantes pestañas negras, una sonrisa espectacular, Dios adoraba escucharla reírse, hacia que se me dibujara una tonta sonrisa en la cara inconscientemente. Tiene unos labios que hace que pierdas el sentido y se te nuble la visión. ¿Y que decir de su voz? cantaba genial, nació para ello no cabe duda, podría haberme pasado horas y horas escuchándola cantar en el Glee Club. Ella que siempre quería ser el centro de atención y tener todos los solos acababa sacando de quicio a todos, a todos menos a mí. Si hubiera sido por mi le podrían haber dado todas las canciones a ella, que las hubiera cantado solo ella con tal de verla delante mío cantando, viendo como se movía, como disfrutaba lo que hacia.
Pero bueno todo eso es historia, pasado, unos recuerdos casi olvidados. No me compensa recordarlos, ya pase pagina y no creo que a Santana y a Brittany les haga gracia que esté pensado en ella mientras me están hablando, porque sí, mientras yo estoy divagando sobre los recuerdos de Rachel ellas están hablándome de no se que, creo que de la cita que me han organizado.
-¿Quinn me estas escuchando?-me pregunta Santana.
-¿Qué? Claro, claro que si…-Le contesto mientras asiento con la cabeza y borro los recuerdos que me han venido a la mente.
-Como te iba diciendo, quedaremos a las nueve en la entrada del restaurante, ponte guapa-le mire con cara de ofendida, como si yo normalmente fuera hecha un adefesio, ¡vamos hombre!-no me mires así, siempre vas guapa pero sácate partido, o sea que te pongas vestido para la cita.
-Siiii Santana- le contesto con tono aburrido.
-Y cambia esa actitud, ya veras como acabaras agradeciéndomelo.
-Santana de verdad, yo valoro mucho vuestro esfuerzo pero no os prometo nada. Como se tuerza la noche y me aburra me voy y me da igual lo que me digáis, no estoy dispuesta a estar incomoda con alguien solo para que os salgáis con la vuestra.
-No te aburrirás Quinn, Taylor es fantástica.-me dice Brittany.
-¿Se llama Taylor?-hasta ahora no me lo habían dicho.
-Si, ¿Qué pasa? ¿Ya le vas a poner pegas solo por el nombre?-me pregunta Santana.
-No! ¿pero que di…?-le intento contestar pero no me deja acabar.
-¡Taylor!-grita Santana, no estaba entendiendo nada, no se porque gritaba.
-Que si Santana que ya te he escuchado pesada, que se llama Taylor, pero si yo no pongo pegas.
-No es eso, Taylor, allí-nos dice señalando a la entrada del bar.-acaba de entrar por la puerta.
-Lo que me faltaba.-digo en bajito pero por lo visto no tan bajito ya que Santana me fulmina con la mirada.
-¡Taylor!-Grita Brittany mientras agitaba la mano de un lado a otro.
La chica se dio la vuelta y vio a Brittany y a Santana, se estaba quitando el abrigo, les estaba sonriendo, la verdad tengo que decir que no esta nada mal, es muy guapa y tiene una sonrisa bonita, tiene buen cuerpo.
Santana me mira y apuntándome con un dedo me dice bajito- Se amable Quinn, compórtate.-Le iba a replicar pero me mando callar con "Sssshhh".
Mientras Taylor va acercándose no deja de sonreír, me mira, es algo fugaz, supongo que como no me conoce no ha querido seguir mirándome, seria un poco extraño. Santana y Brittany se han puesto de pie para recibirla, se dan dos besos entre ellas.
-Taylor esta es Quinn-Le dice Brittany. Yo me pongo de pie y me acerco para darle dos besos. Huele bien, todo hay que decirlo.
-Hola Quinn, encantada, Brittany me ha hablado mucho de ti.-me dice sin dejar de sonreír.
-Igualmente Taylor, espero que te haya hablado para bien.-Le digo sonriéndole.
-Si, lo que no me dijo que eras tan guapa.- me contesta mirándome a los ojos.
¡Vaya! la chica es directa. No me lo esperaba.
-Gracias.-Le digo un poco avergonzada.
-Taylor ¿te quedas con nosotras o has venido acompañada?-pregunta Britttany.
-No puedo, he venido con un grupo de amigos, ya lo siento. Pero nos vemos mañana ¿no?
-Si, claro, a las nueve en la entrada del restaurante.-dice Brittany.
-Hasta mañana Quinn, encantada de haberte conocido.-Me dice y se da la vuelta no sin antes repasarme de arriba abajo.
Cuando ya estuvo lo suficientemente lejos volvimos a sentarnos y Santana no pudo contenerse.
-¿Qué te ha parecido Quinn? ¿A que es guapa?
-Si, no esta nada mal, pero que me haya repasado de arriba abajo antes de irse no se si me ha gustado mucho….
-¿Ya estamos? si no le sacas una pega no te quedas a gusto.
-Olvídalo Santana no he dicho nada.-no tenia ganas de discutir.
Mire hacia donde se encontraba Taylor, estaba cerca de la barra con un grupo de amigos, se reían con ella, parece simpática, y sin poder evitarlo la repase con la mirada de arriba abajo.
-¡Ja! ¡No me lo puedo creer! -me grita Santana riéndose.
-¿Y ahora que pasa?-espero que no me haya pillado mirando a Taylor.
-¡La acabas de repasar con la mirada!-me dice. Mierda me había pillado.
-¡No es cierto!
-Sí, sí que lo es y te he pillado, ¡jajaja! No me lo puedo creer, nos dices que no te ha gustado que te mire de arriba abajo y ahora vas tú y lo haces con ella.
-No es eso, estaba…estaba mirando la ropa que llevaba.-le intento convencer pero es en vano.
-Ya claro.-y después canturrea- A Quinn le gusta un poquito Taylor.
-¡No me gusta!
-Bueno, pues te parece atractiva.
-¿Sabéis qué chicas?-les digo mientras me pongo en pie- Me voy, estoy cansada y mañana será un día duro, y sí, me refiero a la cita…
-Quinn no te enfades- Me dice Santana como si fuera una niña.
-Si no me enfado, puedes pensar lo que quieras, pero tengo ganas de irme a casa, de verdad.
Me puse el abrigo y cogí el bolso.
-Chicas mañana os veo.
-¡Ponte guapa Quinn!-me dice Santana.
-Que pesada eres, ¡que si!
-Nos vemos a las nueve.
-Vaaale.
Y sin más salí de aquel bar, cogí un taxi y me fui a mi apartamento.
Estaba preparándome para la "gran cita", nótese la ironía, y me había decantado por un vestido negro con un escote en "V" bastante pronunciado, resaltaba mucho mi cuello haciéndolo parecer mas largo, me maquille ligeramente pero los ojos los oscurecí con una sombra negra, solo un poco, tampoco quería ir muy recargada, y me deje el pelo suelto, ondulado. Cogí la cartera, el abrigo y salí a la calle a coger un taxi.
Cuando llegue vi que las demás ya estaban allí, solo faltaba yo.
"Animo Quinn, seguro que te lo pasas bien, ¿Qué es lo peor que puede pasar?"
Me digo no muy convencida y voy a donde ellas.
-¡Hola chicas! ¿Lleváis mucho tiempo esperando?-les pregunto mientras les daba un par de besos a cada una.
-No tranquila acabamos de llegar-Me contesta Taylor.
Entramos dentro del restaurante, era elegante y estaba bastante lleno, de fondo sonaba Blues Walk.
Dejamos los abrigos en el guardarropa y nos pasaron a nuestra mesa.
Taylor y yo nos sentamos juntas y enfrente mío Santana, que por cierto, no para de sonreírme, esta disfrutando con esto la muy capulla. Esta se la devuelvo algún día.
Nos atienden rápidamente y para la espera nos descorchan un vino que nos sirven a cada una en nuestra copa.
-Delicioso- dice Taylor después de beber un pequeño trago de su copa.
Santana coge la suya, se la lleva a la boca y cuando esta bebiendo un pequeño sorbo, le cambia la cara, se atraganta y comienza a toser, Brittany que estaba a su lado le da palmaditas en la espalda.
-Cariño, ¿Estas bien?
-Si, si tranquila, estoy bien.-pero esta nerviosa, no se porque, no para de moverse en la silla y esta mirando a algo que hay detrás mío. Intento girarme pero Santana llama mi atención.
-¡Quinn! ¿Que tal el día? ¿Has hecho algo en especial? ¿Ese vestido es nuevo ?no te lo había visto antes.-me suelta las preguntas una detrás de otra casi sin respirar.
Yo le miro con cara de extrañada, no se que le pasa, esta loca, sí, ha perdido el juicio completamente.
-eeeh…bien, no he hecho nada especial, he hecho algunas compras para casa y el vestido, sí, es nuevo sí.-le contesto pero sigo mirándola extrañada, no entiendo nada, mientras le hablo no para de lanzar miradas a algo o a alguien que hay detrás mío. Miro a Brittany y me doy cuenta de que tiene la misma cara que Santana y mira intermitentemente a lo mismo que mira la otra. Y no aguanto más, yo también quiero saber que es y cuando me vuelvo a girar me gritan a la vez.
-¡Quinn!
Pero no les hago caso y me sigo girando.
Si no lo veo no lo creo.
Rachel, Rachel Berry estaba sentada en una mesa cenando con Finn. De repente fue como si viajara al pasado. ¿Que hacían ellos allí? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Estaban juntos? Claro que si, que tonta soy, ¿Por qué si no estarían cenando los dos solos en este restaurante?
Dios, estaba preciosa, el pelo le caía hacia un lado y dejaba ver un lado de su cuello, llevaba un vestido negro sin escote y no paraba de reírse.
Finn, Finn seguía igual que siempre, prefiero no hablar de él.
De repente como si Rachel supiera que le estaban observando, miro hacia nuestra mesa y nuestras miradas se encontraron. Me gire rápidamente esperando, rezando, deseando que no me hubiera visto, que no me hubiera reconocido. Pero no fue así.
-Quinn viene hacia aquí-me dice Santana, intenta tranquilizarme con la mirada, pero yo estoy cada vez más nerviosa.
Taylor no entiende nada, solo nos miraba extrañada.
-¿Quinn, Santana, Brittany? ¡No me lo puedo creer! ¡Que casualidad!
Echaba tanto de menos su voz que casi me pongo a llorar. Nunca en toda mi vida he conocido a nadie que me pusiera tan nerviosa como lo hace ella. Madre mía estaba guapísima. Vale, tenia que centrarme, no podía pillarme mirándole a las piernas, esas piernas preciosas que dejaban al descubierto su vestido ajustado. Perfecto, ahora tengo calor.
Nos levantamos las tres a la vez, Santana y Brittany la saludan primero. Me acerco a ella y le doy dos besos, creo que me va a dar algo al corazón, que bien huele, cuando nos separamos nos quedamos mirándonos a los ojos sin saber que decir y ella me sonríe y yo creo morir.
-Rachel, ¿Qué tal estas?-le pregunto, como puedo, intentando que no se me noten los nervios.
-Bien, muy bien ¿y tu? Bueno ¿vosotras?-y mira al resto, cuando mira a Taylor se queda un poco extrañada y no sé interpretar muy bien a que se debe, pero en seguida vuelve a mirarme a mi directamente. Os juro que es como si el resto del restaurante estuviera vació, solo estamos ella y yo, sus ojos conectados a los míos, y eso es lo único que me importa.
-Deberíamos quedar y ponernos al día, voy a estar un tiempo por aquí.-nos dice Rachel.
-Si, genial-le dice Santana mientras apunta un numero de móvil en un papel y se lo da a Rachel.-llámame cuando puedas y quedamos las cuatro para tomar algo, ¿te parece?-Yo me quedo un poco extrañada ¿Santana dándole su numero de teléfono? ¡Venga ya! No me lo creo.
-¡Estupendo! entonces te llamo.-Contesta.-Bueno chicas que lo paséis bien- y tras decir esto, me mira-Adiós Quinn, nos vemos-y me dedica una sonrisa que podría derretir a cualquiera, después le desaparece cuando mira a Taylor y se da la vuelta para dirigirse a la mesa.
Cuando se gira veo que el escote que no tenía el vestido en la parte delantera, lo tiene en toda su totalidad en la espalda. Puedo verle la espalda entera, esa curva maravillosa que le marca la columna. Entonces soy consciente de que de fondo suena Let´s Do It, ( Let´s Fall In Love) de Ella Fitzgerald, y me doy cuenta de que lo hago, de que lo hago de nuevo, me he enamorado de Rachel, me he enamorado otra vez de ella, o simplemente siempre lo estuve aunque quiera engañarme a mi misma.
La cena transcurre sin más. La verdad solo tengo ganas de darme la vuelta y poder mirarla de nuevo aunque solo fuese una milésima de segundo. Pero no puedo, tengo que contenerme.
-Chicas voy un momento al servicio-Me levanto de la silla cojo la cartera y me dirijo al servicio, y ni una sola vez miro hacia atrás, bien Quinn, prueba superada.
Cuando salgo del cubículo del servicio, me quedo parada, ahí está ella de nuevo, está de espaldas retocándose los labios. ¡No por Dios! otra vez esa espalda desnuda frente a mí no.
Me encantaría acercarme a ella y besársela, acariciarle con mis dedos toda la curva de su columna, pero no puedo, a no ser que quiera que piense que soy una pervertida y que estoy loca…no, no, mejor me quedo quietecita.
Ella me ve y me habla mirándome desde el espejo.
-Parece que has visto un fantasma Quinn.-me dice divertida.
-Rachel, perdona es que se me hace raro verte, hace tanto tiempo que no nos vemos…-le suelto cualquier cosa, con tal de que no le contestase que quería besarle la espalda, estaría bien, cuando estoy nerviosa solo digo lo que no debo.
Pensareis, "Que adorable Quinn, se pone nerviosa porque ha vuelto a ver al gran amor de su vida"¡ pues no! Adorable no, lo que soy es tonta, que no paro de mirarla y sin saber que decirle, debe pensar que me he vuelto imbécil en todo este tiempo que no nos hemos visto.
-Estas guapísima Quinn.-Me suelta de repente nada más girarse y mirarme a los ojos.-Pensé que no podrías estar más guapa, pero veo que con los años te superas.
-Tú también Rachel, estas guapísima, el vestido es precioso.-le contesto, no sé ni como.
-Gracias-me dice sonriendo- Esa chica que esta con vosotras, es amiga tuya o…-pregunta.
-Sí, bueno es una compañera de trabajo de Brittany.- ¿A qué venía esa pregunta? ¿Qué más le daba?
-Creo que le gustas.-Me dice.
Yo me quede a cuadros, ¿Qué le contesto? "En realidad es mi cita de esta noche, sí, puede que le guste" ¡No! ni loca.
-Ja ja ja ¿Qué? ¡Noooo!- le digo mientras niego con la cabeza.
-He visto como te miraba durante la cena, se que le gustas, no te sorprendas tanto, no la culpo, mírate, estas impresionante.-Y después de decir esto sale del servicio con un "Adiós Quinn" que me suena tan sensual que casi me desmayo ahí mismo.
Espera un momento, ¿Qué había pasado? "estas guapísima, con los años te superas, estas impresionante" ¿Estaba coqueteando conmigo? ¿Rachel Berry estaba coqueteando conmigo? JA, no puede ser ¿O sí?
Salgo del servicio como puedo, aclarando todas las absurdas ideas de coqueteo que se me han agolpado en la mente y me dirijo a la mesa. No puedo evitar echar un vistazo a Rachel, que a su vez hace lo mismo conmigo, me sonríe, divertida, como si supiese que me ha puesto nerviosa y eso le divierta. Le devuelvo la sonrisa y sin saber como me tropiezo con un camarero que surge de la nada, bueno en realidad no surge de la nada, el pobre hombre estaba haciendo su trabajo pero yo como estoy tan absorta en la sonrisa que me dedica Rachel no lo he visto venir y me dado de frente con el. Al pobre le tirado los platos que llevaba en la mano, que han caído al suelo formando un ruido bastante audible para toda la gente que se encuentra en el restaurante, haciendo que se giren para ver lo ocurrido. ¡Tierra Trágame!
-¡Oh Dios! ¡ Perdóneme, perdóneme, no le he visto venir!- me agacho para ayudarle a recoger.
-No se preocupe señorita, no pasa nada. Siéntese en su mesa por favor, enseguida recogemos todo esto, no se preocupe.
Me pongo de pie, y me dirijo a mi mesa, que horror, que forma de hacer el ridículo y encima delante de Rachel.
-Quinn ¿Qué has liado? ¿No has visto al camarero?- me pregunta Santana. Se esta riendo de mí.
-Ja-ja que gracia. No, no lo he visto venir y por favor cambiemos de tema, bastante tengo con que me este mirando todo el mundo.
Acabamos de cenar y nos fuimos a un bar a tomar una copa antes de irnos a casa. Cuando salimos del restaurante Rachel y Finn no estaban, se habían ido antes que nosotras pero no me di cuenta ya que estaba de espaldas y no los vi salir.
Taylor y Brittany habían ido a la barra a pedir las copas así que nos encontrábamos Santana y yo sentadas en unos sofás.
-Quinn ¿Qué ha pasado en el servicio?-me pregunta entrecerrando los ojos.
-¿En el baño? Nada, ¿Qué iba a pasar?- no quería contarle nada sobre Rachel porque si no empezaríamos como al principio, y no me apetecía escuchar una charla de las típicas de Santana de "No te conviene, olvídala, ¿no ves que no puede ser? Tienes que pasar pagina…etc." No, no me apetecía nada en absoluto.
-No me mientas, se que te has cruzado con ella en el servicio.
-Nada Santana, solo hemos cruzado cuatro palabras y ya esta, nada sin importancia.-le contesto.
-Ya, claro y por eso venias luego tan nerviosa que no has visto al camarero y te lo has llevado por delante.
-Hasta que no te lo cuente no vas a parar ¿Verdad?-le contesto.
-Como me conoces, venga dispara rubia.-me dice mientras me hace un gesto con la mano.
-Me dijo que estaba guapísima, que con los años estaba mejor y que estaba impresionante, fin, no hay nada más que contar ¿Contenta?
-No, sé que no me lo has contado todo… ¿tengo que estar insistiendo todo el rato?-me pregunta.
Suspiro pesadamente.
-Me pregunto por Taylor, quería saber si era una amiga, y me dijo que por como me miraba le gustaba. Después añadió "no la culpo, mírate, estas impresionante" se dio la vuelta y se fue, nada más.
-¿Y tú que le dijiste?-me pregunta.
-¿Yo? ¡Nada! En serio, no me dio tiempo a contestarle.
-No volverás a caer, ¿verdad? Ya pasaste página, la habías olvidado, no puedes volver a estar como un alma en pena pensando las veinticuatro horas del día en ella.-me dice Santana muy seria.
-Tranquila Santana, esta superado ¿Vale?- le digo para tranquilizarla aunque en realidad no sé si lo digo para tranquilizarla a ella o para creérmelo yo misma.
Todo estaba tan bien, la había olvidado, había conseguido pasar pagina, seguir adelante, no pensar en ella y de repente otra vez vuelve a aparecer en mi vida, descolocando todo lo que tenía guardado en un cajón, cerrado, con llave, para no volver a abrirlo nunca más y dejar de atormentarme cada día. Pues ella, solo con aparecer, sin llave, sin nada, había conseguido abrir el cajón de los recuerdos.
