Cause you don´t see me
Ella se había levantado, tarde como siempre. El despertador y ella nunca se habían llevado bien. Su habitación era normal, con una enorme ventana bajo al cual, en el lado izquierdo estaba su cama, repleta de peluches. Tenía un escritorio, con varios cajones… Uno era especial, pues era el hogar de una pequeña criaturita amarilla cual muñeco de peluche, Kero. Sakura tenía además una lámpara redonda en un mueble que recorría el ancho de su cuarto, y muchos peluches. Enfrente de la ventana había un gran armario con puertas de madera verde pálido. Ella tenía 13 años; todavía se acordaba de su momento de brillo y más felicidad, cuando era cazadora de cartas.
Cuando juntaba las cartas Clow, había algo que la hacía sentir más querida y feliz que nunca, aunque más que algo era un "alguien". Ese alguien era esa persona que a pesar de ser fría al principio fue derritiendo esa muralla de hielo que lo aislaba.
Sí, Syaoran, de él estaba hablando. El que tiene esa sonrisa encantadora y esas lagunas ambarinas, junto con esa personalidad que me iluminó cuando más lo necesitaba. Desde que sellé la última carta, y que le confesé mi amor, no lo he vuelto a ver. Ha vuelto a Hong Kong y han pasado un par de solitarios años. Aunque no lo crean, el amor me llegó a temprana edad y me dejó poco después. Sigo siendo la misma, pero siento que estoy vacía por dentro, algo me falta, y aunque Tomoyo dice que sabe qué es todavía no me ha querido decir. Creo que ella sabe qué sienten las personas sin siquiera sacarles una confesión. Me conoce mejor que nadie, y es la más lista, aunque yo la he alcanzado en parte de las materias; creo que por sentirme vacía quise olvidarme de mis problemas estudiando. Ha servido, pero en los momentos en que estoy más vulnerable, sigo sintiendo ese vacío. Las chicas también se han dado cuenta de eso, pero como tiene sus novios y sus propios problemas, se han alejado. Mi hermano tampoco es de gran ayuda, supongo que el sabe qué es lo que ha creado ese vacío en mi. Todo el mundo parece saberlo, todos menos yo. En realidad no es que no se, si no que no quiero aceptarlo, porque si lo hago demostraré que la tierna Sakura tiene una debilidad; sí, ya se, soy cabeza dura y cuesta que acepte las cosas, pero así me he vuelto.
Se acercaba el día de la primavera, el 21 de septiembre, lo cual para mí era salir con Tomoyo a algún lado, ir al cine o al shopping. Y así fue. Me levanté, me cambié y bajé a desayunar. A eso de las 9, Tommy me llamó:
-Saku, no iremos hoy al shopping ni al cine. Decidí hacer algo diferente, esta noche hay una fiesta en honor a ti. Tendrás una sorpresa especial; es a las 8. Tu vestido está en el lavadero bajo mi nombre; cierra a las 2, así que apresúrate.
-Pe…pero…Tommy… ¿qué?... ¿fiesta? ¿Sorpresa? ¿En honor a mí?...
-Sí, Sakura Kinomoto. Me escuchaste perfectamente. Hoy a las 8, hasta que caigamos dormidos. Tu vestido: lavadero "Blossom", bajo mi nombre, cierra a las 2. Nos vemos. Besos y cuídate.
-Tommy…espera- Sólo alcancé a oír un "adiós" impaciente y luego el sonido que hace un teléfono al ser colgado. "Veo que no me queda otra manera que ir a ver mi sorpresa. Sí, pensarán que sólo quiero la sorpresa, pero no es así; mi manera de ser no aguanta sorpresas".
Terminé yendo al lavadero temiendo por mi vestido, pues Tommy a veces se emociona demasiado con sus creaciones. Iba por la calle, con la mirada sobre mis pasos, hasta que choqué con alguien, al levantar mi mirada me encontré con ciertos rasgos en una cara de ojos rubíes que se me hacían conocidos. Simplemente la persona echó a correr dejando a una perpleja Sakura en el suelo. Sin embargo, se levantó y se preguntó a dónde había visto esos ojos. Eran rubíes intensos, cuando su mirada y la de Sakura se encontraron reflejaron miedo. Está bien, mejor hacemos lo que yo hago siempre, si es muy difícil lo dejo para después.
Sakura entró en el lavadero, era nuevo y nunca había estado allí, era amplio de un color celeste cielo con preciosas guardas blancas, con angelitos en ellas. El piso era de un mármol blanco resplandeciente; había un mostrador al final y dos hileras de lavarropas enfrente de este. Había un lugar de espera con unos viejos sillones cubiertos por seda azul marina con bellos prendedores en la parte trasera. También, una mesa de roble con un vidrio en su parte superior con viejas revistas. Imágenes de ángeles cubrían el papel tapiz texturado de las paredes. Había plantas colgadas del techo, al igual que unos móviles metálicos que producían bellos sonidos cada vez que alguien entraba en el local. Fue hasta el final y se encontró con…. ¿Yukito?
-Hola Saku, ¿cómo estás?
-Bi...bien, pero... ¿Qué haces en una tintorería Yuki?
-Sólo es momentáneo; es una larga historia, la dejaremos para después, y ni una palabra a Touya. Ahora, ¿qué has venido a buscar si no te he visto en toda la semana?
-Es un vestido, que mi amiga Tomoyo Daidouji ha traído.
-Bueno, espérame que iré a buscarlo.
Desapareció por una puerta, Sakura se dio vuelta, se apoyó sobre el mostrador y miró la gente pasar. Todos parecían tan llenos, sin ninguna gota de vacío. Y ahora que lo pensaba, todas esas personas habían tenido novios o novias y había sido novios o novias. Habían tenido una persona a quien amar y que les correspondiera. De pronto, un resplandor iluminó el corazón de Sakura… ¿un novio era lo que necesitaba? "Mejor lo dejo para después". Se dio vuelta mientras Yuki traía consigo el vestido.
-Ya está pago; y hazme caso, será mejor que lo abra antes de ir a la fiesta, así será más sorprendente todavía-Me sonrió dulcemente.
-De acuerdo, gracias, nos vemos-Con la mano en la manija de la puerta-¡Alto! ¿Cómo sabes que es para la fiesta de Tomoyo?
-Jajaja, no se te escapa nada. Fácil: Touya y yo trabajamos de mozos también, pero de bebidas no alcohólicas. ¡Servimos para todo!
-Ok. Nos vemos Yuki, espero verte apuesto.
Cerró la puerta tras ese último pedazo de diálogo. Volvió caminando a casa mirando el cielo. Estaba precioso, de un color azul lleno de vida. Los pintorescos locales resaltaban a la vista. ¿Qué hora era? Casi las 3, el tiempo había pasado volando. Pero faltaba mucho para la fiesta, así que se dirigió a la heladería. Era bastante moderna, con banquetas y sillas altas, después de todo eran helados. Pintada con vivos colores, era muy visitada, tenía los mejores helados de la ciudad. Compró un enorme helado de frutilla con limón, todo al agua, y siguió su camino deteniéndose en los negocios de ropa y música. Ah, me olvidaba, cómo iba vestida Sakura: unos jeans oscuros con detalles bordados en rojo y turquesa; unas zapatillas blancas; una musculosa celeste con el estampado de una jirafa, cuyo contorno estaba marcado en blanco; y una campera liviana amarilla y azul cielo.
La tarde no estuvo muy entretenida, para cuando Sakura llegó a su casa, pues estaba "un poco" entusiasmada por al fiesta de esa noche. Por eso se dirigió al parque a yacer bajo la sombra de un árbol, con la fresca brisa revolviendo sus cabellos. Llegó a la entrada y comenzó a caminar por un sendero delimitado por piedras, a cada uno de sus lados tenía flores y árboles. Siguió por el sendero hasta llegar a un puente que cruzaba una parte de un lago, más o menos por el centro del parque. Se relajó debajo de un árbol, de cara al lago, ¡qué sensación la hierba debajo de su cuerpo, soportándolo! Allí se quedó hasta que su reloj dejó que la alarma sonara sin cesar. Volvió, con un nudo en el estómago…
"¿Cuál será mi sorpresa? ¿Un chico? Nnaa, Tommy sabe que mi corazón pertenece a un único chico, que me dio a cambio el suyo desde la primera vez que nos conocimos. ¿Y si es un chico? Nooooooo. Ya sé, salgo corriendo. ¿Cuál será mi sorpresa? ¿Y por qué la fiesta tiene que ser en honor mío? ¿Qué he hecho por Tommy como para merecer esto? Mejor vuelvo, me tranquilizo mirando algo de tele y dejo que todo me tome por sorpresa".
Llegué y fui directo a la cocina por una merienda. Terminé relajada en el sillón de la sala mirando "High School Musical: Sing-along", cantando hasta que… el reloj sonó… estaba marcando las… "¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué se me vuela el tiempo hoy? ¿Por qué no mañana?".
Subió, se estaba terminando de duchar cuando sonó el timbre. Bajó con una toalla como única prenda y encontró en la puerta de su casa una caja...parecía de zapatos, bueno, no parecía, era… con una nota: "Para tu vestido, nos vemos en la fiesta. Tommy"."Hay Tommy, cómo me malcrías amiga!". Subió a su habitación, Kero se había encargado de poner el vestido sobre su cama para apreciarlo, cuando lo vio se quedó helada…era precioso…era el más hermoso que había visto… como para un quince…
…era un liviano vestido blanco como la nieve "Como la vez que fuimos a esquiar con la clase, como esa nieve que yo pude sentir siendo cuidada por Li", de talle bajo al cuerpo, terminado en una doble pollera… la superior de encaje blanco fruncido…y el corpiño drapeado…
Se lo probó, era perfecto, se veía magnífico en ella. Abrió la caja de sandalias… unas finas sandalias plateadas que daban varias vueltas al tobillo de la persona que las usaba, con un poco de taco. Se las probó, Tomoyo parecía conocerla más que ella misma. "Para algo son las amigas".
Su hermano, que había salido luego de haber dejado su traje, vino a buscarla junto con Yukito. Pero ellos esperaron abajo, porque a Sakura le faltaba… su cabello, se lo dejó suelto, ya en los últimos años había crecido, y se había vuelto ondeado… y los accesorios, se puso aros y pulseras plateadas. ¡Listo!
Bajó con tanta alegría que se tropezó en el anteúltimo escalón, y Yuki que había quedado embobado al igual que Touya, la atajó.
-Guau! Sakura… te ves preciosa! Y espero que tu sorpresa te agarde estando así vestida…
-¿Tu sabías Yukito de mi sorpresa y no me contaste?
-Sí monstruo, pero Tomoyo nos hizo prometer que guardaríamos el secreto. Ahora vamos.
Largo era el viaje, pues parecía que toda la cuidad iba a asistir y tuvieron que tomar muchos caminos. La noche había llegado, ya el cielo era azul marino como los ojos de Erial y no celeste. A pocas cuadras de la casa de Tommy, Saku comenzó a impacientarse y miró por la ventana que la casa sobresalía del vecindario.
Estaba iluminada y tenía una alfombra roja desde la calle hasta la entrada. No había mucha gente afuera, casi todos estaban entrando. Así que Sakura tendría que caminar sola por esa alfombra. El coche se detuvo, el corazón comenzó a palpitar rápidamente. Se abrió la puerta trasera, una sandalia plateada apareció detrás de esta luego, el borde de un vestido blanco, hasta que al final apareció la figura portadora de ese vestido y esas sandalias. Los pocos presentes la miraban como si nunca la hubiesen visto. Rika y Yamasaki se acercaron a Sakura por detrás…
-¡Te ves espléndida! ¡Con eso puesto, tu sorpresa no podrá resistirse!-Rika
-¿Qué? ¿Ustedes también saben de mi sorpresa?-Sakura
-Obviamente, porque entre todos hicimos esta fiesta, creíamos que era tiempo de que tuvieras lago emocionante de golpe para alegrarte-Yamasaki
-¡Y yo que pensé que se habían alejado!-Sakura
-Bueno, basta de charlar…hay que entrar y darle a Sakura su sorpresa antes de que salga corriendo como novia fugitiva.-Rika
-¡Cómo me conoces Rika!-Sakura
Entraron en la mansión de Tomoyo, parecía de verdad un quince, pero con poca gente. En uno de los amplios salones de la familia Daidouji, estaba un escenario de blancas cortinas con una alfombra desde la entrada de este hasta el escenario. A los costados había mesas redondas con sillas y sillones con mesas ratonas. Sin embargo, Tomoyo estaba detrás del escenario espiando hasta que Rika le diera la señal de que estaban todos preparados para sorprender a Sakura.
-Muy bien, ¿estás preparado? ¿y tú?-Tomoyo
-Estamos listos. Pero yo estoy más, gracias por esta oportunidad Tomoyo.
-Sabes que te quiero como a un hermano y que los dos me importan mucho, bueno, tres, tanto Sakura como tú, como…
Ya todos en sus lugares, Sakura había quedado parada en la puerta del salón, hasta que Rika la llamó, estaba junto con las demás chicas.
-Muy bien… ¡primer año de la secundaria Tomoeda! Bueno, chicos, todos sabemos por qué estamos aquí, todos menos alguien… Sakura...que es a quien va dedicada esta fiesta. Pero no la hagamos esperar y comencemos.
-Primero...Una demostración de alguien cercano a todos nosotros, que ha vuelto desde su país de origen por un intercambio… Ha perfeccionado su gimnasia rítmica, artística y acrobática… denle un aplauso de bienvenida…
Sakura ya había visto a esa persona, había algo que se le hacía familiar, fuera quien fuera tenía un traje de bufón con una remera con una estrella y unos pantalones abombados, sobre la remera una especie de pechera con cascabeles y a pesar de todo se movía tan bien…esos pasos y esas coreografías...eran conocidas….era…
-MEILING!??
-Hasta que por fin me descubriste… -Corrió a abrazarla...Lágrimas de felicidad bajaban por sus mejillas… Lo mismo le pasaba a Sakura…- Jajaja...Perdona que no te avisamos…Los chicos querían hacerte una sorpresa...Dicen que en los últimos años desde que nos fuimos has estado triste aunque no lo demuestres. Pero aquí estamos de vuelta…!-Meiling
-Te he extrañado…pero… ¿cómo has vuelto?-Sakura
-Tranquila…antes que nada es necesario darte tu sorpresa…-Meiling
-¿Qué? Pensé que tu eras la sorpresa…-Sakura, mientras tanto Tomoyo guiña un ojo a alguien detrás de las cortinas del escenario.
-Parece que me has olvidado…-Una voz sale por detrás de las cortinas blancas, cuya dueña es un persona portadora de un traje negro.
Lágrimas que anhelaban salir de esos ojos esmeraldas desde hacía años ya no pudieron resistirse… Simplemente Sakura saltó de su asiento en busca de esa persona que tanto amaba…
-Syaoran!!!-Sakura
-Mi flor de cerezo…has tardado un poco en acordarte…sé que esto debe resultar un tanto shockeante, pero disfrutemos de la fiesta que tenemos toda la vida para estar al tanto de cada uno-Syaoran
Bailaron toda la noche, Syaoran tenía un traje que hacía juego con el de Sakura debido a la blanca camisa debajo del saco. Fue una fiesta inolvidable, una fiesta de en sueño… y ahora Sakura tendría toda su vida para cuidar a Li…
Pero… ¿Li seguía enamorado de Sakura?...
