La cabeza que gira sin sentido

Su paz se interrumpió cuando escucho el sonido del timbre de la puerta. Miró el reloj de su habitación y vio que eran pasado las nueve de la noche, entonces se dirigió a las escaleras para asomarse y ver quien había llegado, todo silenciosamente. Pudo observar a su madre; una mujer de un metro setenta y seis de estatura, robusta, de pelo negro y corte melena, piel blanca y ojos amarillos, vestida con jeans azules, botas café y un chaleco de hilo de color burdeo de bonito diseño, y a su lado pudo ver a su invitado y sintió un rechazo que recorrió todo su cuerpo, se trataba de Doridian Bellaluz, un hombre delgado como palo, de un metro ochenta y dos de estatura, de cara larga, el cual llevaba su pelo largo y blanco peinado hacia atrás, con una gran cola de caballo, sus ojos eran un azul pálido como el hielo y siempre que se encontraban frente a frente, podía sentir su mirada de odio, de rechazo, algo que con el tiempo se volvió mutuo. No podía tolerar a ese hombre en su casa.

Morty Nephisto se encerró en su habitación y se puso los audífonos para escuchar su música y volver a su oscura paz y poco a poco, se le vinieron pensamientos que no quería recordar. De un momento a otro se encontraba siendo abrazado por su espalda por una señora de edad, de lentes de media luna, delgada, baja y de cabello blanco y corto; llevando un vestido largo y negro. Ella tenía sus manos en su pecho, al lado de ella se encontraba un hombre también de edad avanzada, de cabello semilargo y de color gris, el cual vestía un terno negro y que la tenía tomada por la cintura. También estaba sosteniendo la mano de un joven de su misma edad, de pelo largo y liso de color café, sus ojos eran de color rojo y vestía una camisa blanca y pantalones negros. El joven le apretaba la mano cada vez que comenzaba a temblar de nervios. Morty miró al frente y vio los dos ataúdes, ambos de color caoba y el volvió a sacudirse y el joven le volvió a apretar la mano. No muy lejos se encontraba su madre, acompañada por una pareja que lucían un rostro terrible, que no quiso seguir mirando.

Al siguiente momento, el joven que le tenía tomada la mano se la apretó más que nunca. Escucho el llanto de varias personas y vio lágrimas de dolor en la pareja que estaba junto a su madre. Ya habían hombres tirando arena para tapar las tumbas, en eso, todo se vuelve negro.

Luego, Morty hable los ojos rápidamente, se encontraba en su habitación con la ropa puesta, sin dejar de mirar el techo, sus ojos estaban humedecidos, pero al igual que aquella vez, no pensó en llorar, no podía olvidar aquellos viajes.

Bajo de su cama por unas pequeñas escaleras que habían y se sentó bajo esta en un escritorio, encendió su notebook y se conectó a la red, pero a los minutos se aburrió; no había nada que lo entretuviera actualmente. Sé puso a pensar en su situación, la relación con su madre se estaba volviendo crítica y sabía que su salud mental no estaba bien, entonces considero aquella opción, que de todas formas, le resultaba excitante, pero sería contradecir todo lo que había predicado y discutido por años, pero ahora estaba pensando en su salud mental y de todas formas, aunque le doliera, su madre estaba con la razón en muchas cosas: que era un vago sin amigos que gira sin sentido y vive encerrado en su habitación. Miró a su al rededor y pensó: "Un viaje pokémon. ¿Me atrevo?".

Al día siguiente, Terra Nephisto, su madre le lanzo una fría mirada, podía ver en sus amarillos ojos que andaba mal humorada o irritada por algo, últimamente ha estado bajo mucho estrés, él lo sabía y siempre intentaba ayudarle con las tareas, pero nunca resultaban suficientemente buenas, él sabía que era una decepción, para ella y para su padre, del cual, nunca cumplió sus expectativas, y que todo su mundo, sus logros, eran una oleada de cosas sin importancias, mal hechas o ignoradas, por no decir desvaloradas, pero había aprendido a hacer vista gorda y a no importarle esas cosas, pero ahora las cosas eran diferente, todo estaba tenso y no aguantaba estar en su propia casa. Durante el almuerzo fue un silencio total entre ellos.

Como de costumbre, luego del almuerzo salió a caminar al parque que se encontraba cerca de su casa, se acercó a una pileta de agua que había, saco una pokéball de la cual libero a un Staryu, que respondía al nombre de Stack. Aquel Staryu ha sido su compañero pokémon desde que tenía nueve años, ambos se conocieron en un incendio y tanto Morty como Staryu, quien estaba muy débil, habían quedado atrapados entre el fuego y tras ser rescatado por un Starmie de nombre Falabella, ambos se volvieron amigos y compañeros. Morty le comento a Stack lo que había estado pensando y el pokémon se sorprendió de lo que había escuchado, porque, de todos los años que conocía a Morty, siempre se había rehusado a ser un entrenador pokémon y viajar por ganar medallas; sin embargo, eso no significaba que no entrenaran como equipo, aun así, Stack le indicó alegremente que estaba dispuesto a acompañarlo, y que muy en el fondo, era algo que deseaba.

—No me interesa viajar para ganar medallas, solo me interesa estar en tranquilidad y viajar por el mundo y como entrenador pokémon, tendremos acceso a toda las facilidades —Le aclaro Morty a Stack. A este le daba lo mismo en realidad lo de ganar medallas o no, después de todo, no era muy diferente de su entrenador, porque al fin y al cabo, si lo era.

Tras conversar, ambos le contaron a Keller, el otro pokémon que vive con Morty. Este pareció desconcertado un momento y tras asimilar la información se cruza de brazos de modo indiferente, sinceramente no le gustó la idea de alejarse de casa. Keller es un Duskull, el cual conoció hace menos de un año, en una noche en la que Morty se encontraba caminando a altas horas de la noche y este comenzó a seguirlo hasta su casa, en donde se paseó durante toda una semana alrededor de su ventana, hasta que finalmente, Morty lo dejo entrar en su habitación y ahí se quedó y junto con Stack, se llevan bastante bien.

Tras la conversación, Stack acompaño a Morty de compras para preparar el viaje y Keller se quedó en casa pensando sobre la decisión del viaje. Mientras Morty compraba ropa adecuada, estaba pensando si lo mejor sería dejar a Keller en casa, pero ese era un tema que se lo comentaría después, por ahora, tenía que comprar muchas cosas y aquella noche se lo propuso:

—¿Te gustaría quedarte en casa? —Le preguntó muy seriamente a Keller. El pokémon dudo en responder, pero le confeso que sí, que quería quedarse en casa. Keller estaba asustado un poco en como reaccionaria Morty, pero este sonrió y dijo:

—Bien, porque vas a tener la misión de vigilar y cuidar mi habitación, además no tendrás dificultades de buscar alimento, después de todo, siempre sacas lo que quieres de la cocina —Indicó Morty, además era perfecto, nadie conocía la existencia de Keller, y podía vigilar silenciosamente su habitación, más cuando desconfiaba mucho de que alguien entrara en ella.

Ya cerca de las dos de la mañana, había terminado de ordenar toda sus cosas: Borro y respaldo archivos de su computadora; ordeno su mochila, dejo con llave sus muebles, ordeno su ropa y dejo apartado junto a su mochila la ropa que llevaría para su viaje y finalmente decidió ir a dormir.

A la mañana siguiente, se desnudó, se ducho y se vistió con la ropa que se había comprado: Zapatillas grises, jeans azul oscuro, una polera negra de manga larga y un polerón morado de manga corta con gorro. Se miró al espejo y se ordenó su pelo café oscuro, el cual era largo y ondulado, aun así, siguió desordenado, porque no tenía la costumbre de peinarse. Keller lo estaba mirando desde la cama y se veía triste, en el fondo, se sentía mal por no querer acompañarlo, cuando él le había dado hogar, pero ya estaba decidido, el vigilaría, podría entrar y salir sin ser visto al ser un fantasma.

Aquella mañana Morty bajo y tomo un buen desayuno.

—¿Por qué tan arreglado? —Le pregunto su madre, con bastante curiosidad.

—Verás… —Indicó Morty con un todo de superioridad y a la vez de inseguridad. —He tomado la decisión de iniciar un viaje pokémon, así que al medio día voy a partir, tal vez antes —Ahora ya no tenía marcha atrás, ya se lo había anunciado.

—Pues, eh… Me has dejado sin palabras —El anuncio tomó a Terra desprevenida, no sabía que decir y le tomo varios minutos digerir la información. —Es, es una excelente noticia, me alegro que hayas tomado la iniciativa y que busques algo que te llene para el futuro. Creo que ya eras bien consiente de que estabas desperdiciando tu vida este último año y has engordado bastante, estoy segura que este viaje te hará bien en muchos sentidos. ¿Hay algo que necesites? ¿Dinero?

—No, no, estoy bien. En serio —Le respondió Morty sin darle mucha importancia, pero automáticamente e inconscientemente, sus manos se fueron a su estómago, en donde si notaron un rollo de gordura. Aquel comentario lo dejo marcando ocupado.

Sin mucho drama, se despidió de su madre y salió de su casa. Miró el barrio residencial en el que vivía, llamado Hoja Roja debido a los arboles de hojas de dicho color. Miró hacia atrás de su casa y vio a Keller, junto con algunos Surskits, Noctowls y Treeckos que vivían en el parque que estaba en dirección trasera de su casa, se despidió de todos ellos y siguió su rumbo, el cual tenía como destino la región de Hoenn.

Su madre que aún estaba sin poder creérselo, tomo el teléfono y marco un número.

—No creerás lo que acaba de ocurrir —Dijo con voz muy seria y continuo: —Se ha marchado de viaje, lo cual es bastante bueno, aunque desconozco que tipo de viaje ha emprendido ni a donde va a ir.