Disclaimer: Bones no me pertenece, ya quisiera yo XD.
Prólogo
Con una mirada demente, la figura de las sombras observaba a la joven atada que tenía enfrente, sin importarle el terror que había en sus ojos ni las súplicas por su vida. Se dirigió al lado iluminado de la gran habitación donde había una mesa llena de aparatos quirúrgicos. Se paró delante de los bisturís y escogió uno de ellos. Se puso unos guantes de látex, agarró el bisturí y se acerco a la muchacha, que la miraba con ojos suplicantes. Aquello no paró a la figura, que, mirándola a los ojos, le dijo
-Lo único que puedo hacer por ti es atenuar tu sufrimiento.
Le inyectó un poderoso sedante que la durmió enseguida y cuando la joven ya no sentía nada, le abrió el pecho con el bisturí y le sacó el corazón.
--
Capítulo 1
Mientras Booth conducía hacia el Jeffersonian a que le informaran de las últimas novedades, iba recopilando toda la información que tenía del caso.
Todo había empezado hacía algo más de un mes, cuando el FBI les llamó a el y a su Huesos…Vaya, tenía que dejar de llamarla SU Huesos, aunque fuera mentalmente. Si algún día lo dijera en voz alta…Pero no, tenía que concentrarse. El FBI había llamado porque había aparecido un cadáver irreconocible a las afueras de Washington DC y había que ir a verlo. Desgraciadamente, tuvieron que salir del Diner's y dejar su agradable velada para otro momento, al parecer la cosa era urgente.
Cuando llegaron allí, se encontraron con un horrible espectáculo: Junto a un árbol había una masa informe que estaba siendo devorada por miles de insectos. Huesos se acercó para confirmar que eran restos humanos, de una muchacha de algo más de 20 años. Al otro lado había una balanza, en un platillo, un corazón humano y en el otro una pluma. La balanza se inclinaba hacia el corazón.
En el laboratorio se descubrió que los restos eran de Alison Davis, una joven psicóloga de 24 años, desaparecida hacía una semana. Los análisis dijeron que el corazón era suyo y que le había sido arrancado del pecho tras abrirla con un bisturí. No había sentido dolor porque le habían inyectado un potente anestésico, pero después de matarla, habían echado insectos muy voraces por encima para que no dejaran ni un rastro de su carne.
Booth recordaba que huesos le había dicho que aquello era parte del ritual egipcio en que se comprobaba si los muertos iban al Paraíso o al Infierno. Si la balanza se igualaba, bien, pero si el corazón pesaba más que la pluma…
Al agente especial eso no le importaba demasiado. Lo que le preocupaba era que no había nada que rastrear, ninguna pista para seguir. El bisturí era del tipo estándar, fácil de robar en cualquier hospital. El anestésico era casero, hecho con productos normales, y los insectos
probablemente fueron recogidos en cualquier campo y después llevados allí. Habían ido detrás de cualquier cosa que les pudiera ayudar, pero todo había sido inútil. Y lo peor de todo, es que después de Alison Davis, vinieron otras cuatro chicas, la más pequeña de 19, la mayor de 25, asesinadas del mismo modo y con las mismas pistas a seguir. La población estaba histérica y el día anterior había desaparecido otra chica, Samantha Woods, una enfermera de 23 años. El asesino las mataba a la semana y Booth se había propuesto que esta chica no moriría.
Al llegar al Jeffersonian, Booth sonrió por primera vez en todo el día al pensar que por fin iba a ver a la persona que estaba en un rinconcito de su mente día y noche, la única a la que realmente quería ver. Estúpida línea…Se resistía a cruzarla pero, cada vez que la sonrisa de ella le iluminaba el día a él, cada vez que la miraba y ella también lo hacía, cada vez que los celos le quemaban al verla con cualquier otro hombre, sabía que se acercaba más a la frontera que él mismo se había marcado por el bien de los dos. Y no pasaría mucho hasta que de un gran salto se plantara al otro lado y por fin decirle: "TE QUIE…"
-Booth, por fin has llegado, pensaba que ya no venías-dijo la Dr. Brennan interrumpiendo sus pensamientos.-Bajé al garaje a ver si llegabas y te encuentro pensando en las musarañas.
Se pusieron a caminar en silencio hacia el laboratorio. Mientras Booth pensaba en saca cualquier conversación sólo para oírla hablar, Brennan pensaba en la cara que tenía él cuando le había encontrado. Era la felicidad personificada. "¿Tendrá una nueva novia de la que no me ha hablado?". Al pensar esto, a Brennan la recorrió el dolor, un dolor que sabía muy bien lo que era pero que no quería aceptar. "Basta ya. No tienes ningún derecho a sentir celos. No es más que tu compañero y no tienes ningún derecho de posesión sobre él. Sólo es tu…"
-¿En qué piensas, Huesos?
-Nada, Booth-mintió.-Pensaba en las pistas que encontramos en el último cuerpo. Verás, ahora hay algo nuevo, algo que no había antes, algo que podría permitirnos encontrar a la última chica. Lo que hay es…
Booth la miró sonriendo mientras hablaba. No escuchaba todo lo que le decía, pero le fascinaba ver sus labios moviéndose de arriba para abajo. Se imaginó sus labios junto a los de él, el sabor…No podía más, eso estaba claro. Necesitaba saber si ella sentía algo por él. Y se lo diría después de resolver este caso, era una promesa consigo mismo.
Continuará….
Espero que os haya gustado, pronto subiré otro cap.
¡¡PLISSSS, DEJEN REVIEWS!!
