Hola chicos, de nuevo yo en una nueva categoría, pero tenía tiempo que quería escribir este fic, si no queda del todo bien, es culpa del ocio.
Mario Bros. Y todos sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a Nintendo y a Shigeru Miyamoto.
"Estoy muy triste, mi hermano querido ha muerto, a pesar de tantas aventuras y de todos los riesgos que ha pasado, una rebanada de pizza lo venció. ¿Cómo es posible que se atragantara con un simple pedazo de masa? Pero bien, tenemos que hacer lo mejor y rendirle respeto al héroe del Reino Champiñón, mi querido hermano, Mario.
Todos nuestros amigos están aquí, creo que ninguno podemos creer que se ha ido. Incluso Bowser está aquí… y tiene un pañuelo en mano… eso es extraño…
— Padre, no llores—dice uno de sus hijos.
— ¡Yo quería matarlo!—dice Bowser sollozando, sus hijos y otros invitados lo miran extrañados.
— Bueno… pero ya no está…—agrega otro, tratando de levantarle el ánimo.
— ¡Ah! Era mi peor enemigo…
— Ejem—digo parándome frente a todos, puedo ver cómo sus miradas se posan sobre mí. Me da un poco de nervios tener que dirigirme a una concurrencia tan grande, pero no puedo hacer otra cosa. Me aclaro la garganta y continúo—… agradezco a todos por venir en este momento tan doloroso—un sollozo se oye al fondo del recinto—mi hermano fue un gran amigo para todos, excepto para ti Bowser…
— ¡Mario!—dice Bowser tristemente y se suena la nariz con el pañuelo.
— Y… bueno… las circunstancias lo ameritan, guardemos un minuto de silencio en su memoria.
Todos guardamos silencio… uno de los hijos de Bowser está en el órgano, tocando una marcha fúnebre para acompañar el momento.
— Bien, es hora de irnos—digo acercándome al ataúd, mi hermano está ahí, con sus ojos en cruz, simplemente descansando. Cierro la tapa del féretro y entre Wario, Waluigi y dos Toads levantan el ataúd.
— ¡No te lo lleves!—dice Peach prendiéndose de Wario— ¡Mario!
— ¡Cállate!—dice Daisy enojada corriendo al lado de Peach— ¡Mario era mío!
— ¿Daisy?—digo confundido. Las dos princesas se están mirando con odio y los Toads me miran confundidos.
— Te tenía lástima—dice Peach arrogantemente—, yo era la buena—ella se planta en el suelo y sonríe de una manera que nunca había visto. Daisy se pone roja del coraje. Esto no va a terminar bien.
— ¡En tus sueños!—grita la pelirroja tratando de defenderse. Todos miramos a ambas no sabiendo qué hacer.
— ¡En los tuyos!—Peach empuja a Daisy, haciendo que ella se acomode las mangas del vestido.
— ¡Niña malcriada!—ahora ella es quien le devuelve el empujón.
— ¡Marimacha!
— ¡Chicas!—digo enojado, las dos princesas me miraron mientras se jalaban el cabello—a Mario no le hubiera gustado esto—mientras estoy buscando las palabras para poder detenerlas, un estruendo se oye fuera de la iglesia y todos volteamos a la puerta. Esta se abrió de par en par y, en una nube de polvo, aparece Rosalina, acomodándose la corona y el cabello—… ¿Rosalina?
— ¡Mario!—dice ignorándome por completo y corriendo al ataúd que seguían cargando Wario, Waluigi y los Toads—. ¿Por qué me dejaste?
— A ver, ¿qué?—dice Peach furiosa.
— Mario era "nuestro"—dice Daisy, todos miramos a las tres princesas, primero a una, luego a la otra…
— Querrás decir "de Peach".
— ¿Y por qué tan seguras si conmigo salvó la galaxia?—dice Rosalina sin alejarse del ataúd.
— ¡Porque sí!—respondieron las dos princesas al mismo tiempo.
— ¡Inmaduras!
— ¡Rara!
— ¡Malcriada!
— ¡Fea!
— ¡Mala madre!—gritó Peach, haciendo que todo se quedara en silencio.
— ¡Uh!—se oye en el fondo.
— ¡Estás muerta!—dice Rosalina abalanzándose contra Peach, pero se lleva a Daisy en el camino.
No puedo decir que pasa realmente, por el momento parece que es sólo una pelea de egos; esquivo una corona que sale volando, pero un zapato golpea a un bomb-om y explota…
— ¡Cien a la rubia!—oigo a alguien decir.
— ¿Cuál rubia?
— ¡La que sea!
— ¡Yo doy trescientos por la pelirroja!
— Wario… creo que es buen momento para ir al cementerio—digo en susurro y Wario deja escapar un quejido—… te aseguro que cuando regresemos van a seguir golpeándose—los cuatro comienzan a caminar conmigo—. Con permiso, disculpen—digo abriéndome paso entre los espectadores de la pelea.
— ¡Se están llevando a Mario!—grita Daisy, volteo y veo venir a las tres corriendo, sin coronas y con el cabello alborotado.
— ¡Huyan!—grito asustado.
Todos corremos, pero las siento muy cerca, están furiosas…"
Despierto, me levanto de la cama y voy a la habitación de Mario… está ahí, fue solo una pesadilla. Suspiro y regreso a mi habitación. Si Mario muere, juro que me mato, no quiero enfrentarme a ese trío de arpías… es decir, princesas.
Bueno, de nuevo un final malo, pero denme chance, no soy muy buena haciendo finales XD Espero que les haya gustado, si van a dejar review, porfas que sus tomatazos no sean muy fuertes ¿de acuerdo? Gracias por leer.
¡Nos vemos!
