Disclamer: Este fanfic participa en el reto de verano "Entre risas y besos" del foro "I am SHER locked". Los personajes utilizados no son de mi propiedad, pertenecen a la adaptación moderna de SHERLOCK de BBC entertaiment, y de Sir. Arthur Conan Doyle (según ya perdió los derechos pero, no importa, igual le guardo respeto).

N/A: Lamento haber entrado tan tarde, apenas me entere del foro navegando por Facebook, ¿por qué nadie me invito?, en fin. Gracias de antemano y disculpa si el fan-fic es sencillo o corto, el plazo de entrega era hasta el 8 de agosto y entré el mero 2.

The Break-Up

Lavar los platos, o mejor dicho "querer lavar los platos", era lo único que tenía que hacer, así se habrían ahorrado una prolongada discusión y un rompimiento que ahora los colocaría en una posición muy incómoda.

- ¿Quién en este mundo desea lavar los platos John? – gritaba fastidiado Sherlock que se encontraba recostado en el alargado sofá de la sala en su posición de "pensar".

- Nadie, no se trata de los platos, se trata de tu falta de iniciativa, estoy harto de que siempre te tenga que pedir las cosas y aun así batalle para que las hagas, mientras que tu obtienes todo lo que quieres sin si quiera decir "por favor" – explicaba descargando su furia con los trastes de la cena.

- ¿Qué no tengo iniciativa? , pero si siempre soy yo quien quiere "hacerlo" – dijo aún sin moverse del sofá, al escuchar eso John refunfuño y dejo caer un plato al suelo molesto.

- No seas idiota Sherlock, no hablo del sexo, hablo de otras cosas, esa iniciativa no cuenta – explico exhausto, comenzando a recoger los pedacitos del plato que se le había caído, dándose prisa, pues no aguantaba un minuto más ahí. Era obvio que Sherlock no lo iba a comprender, pues no sería la primera vez que tenían este problema, solo que ahora se había ido al límite.

Sherlock se sintió ofendido ante eso, solo así se incorporó del sillón y camino hacia donde estaba John recogiendo aquel plato.

- ¿Con que no cuenta eh?, vaya, claro seguro para ti no cuenta, como antes de mí ya habías tenido sexo con otras personas, señor "tres continentes", pero para mi cuenta mucho – dijo con un nudo ahogado en su garganta, del puro coraje, justo cuando John había terminado de reunir los pedacitos del plato, esté dio una patada para que volvieran a salir volando las partes del objeto por todo el piso, John se levantó del suelo y empujo al detective - ¡¿Cuál es tu maldito problema?! , todavía que no me ayudas haces eso – dijo en lo que le empujaba, el detective no se dejó, y aquella discusión que había iniciado con violencia verbal paso a la física.

El par de hombres empezó a darse de empujones, luego el doctor apretó con fuerza uno de sus puños y golpeo al pelinegro tan fuerte como había hecho en aquel caso de la mujer. Sherlock sintió la sangre salir de su nariz, había olvidado que tan fuerte podía ser el mayor, entonces detuvo el pleito exclamando – Bien ya entendí. ¡Se terminó John! – el doctor miro perplejo al hombre parpadeando de la estupefacción, hasta relajo sus músculos y la ira y sed de golpear se habían desvanecido de inmediato.

- ¿Qué? – fue todo lo que alcanzó a decir.

- Si, eso, se terminó nuestra relación de noviazgo, es obvio que no estamos listos para eso, nunca debimos caer en tal cosa, no con mi forma de ser, sonará trillado pero soy yo, no eres tú, es obvio que no te soy suficiente, así que mejor terminemos y volvamos a ser los amigos que éramos – explico precipitado mientras limpiaba la sangre de su nariz, John quiso detener aquellas ideas, pero una parte del también quería terminar con Sherlock, de pronto se sintió tan confundido, que no supo que decir, por tanto el detective prosiguió – por otro lado, no pienses que me iré del departamento, seguiré en Baker Street, espero esto no cambie tu eficiencia de trabajo como mi blogger ni tu contribución a los casos, muchas parejas suelen mudarse luego de terminar, pero confío en que eres diferente John Watson, así que ojala te quedes, pero si quieres irte lo respetare, solo no dejes el blog, sin más que decir, me retiro, debo limpiarme la cara – dijo en un tono tan formal que hizo sentir escalofríos a John, la indiferencia del detective había destrozado más su corazón que el mismo rompimiento en sí.

Luego de que Sherlock se retirase al baño, John se quedó en el suelo de la cocina, recogiendo una vez más aquel plato que ya no tenía reparación, la patada de Sherlock lo había terminado de destrozar.

- Se cómo te sientes – susurro John al plato en un tono irónico, dejando salir de sus ojos unas cuantas lágrimas. Lo que el doctor no sabía es que aquello de lavarse la cara solo era una excusa del detective para retirarse del lugar y asi poder llorar también a solas, en especial porque por más raro que pareciera, quien más lagrimas había tenido aquella noche había sido Sherlock, no John.

Antes de poder agarrar el sueño, John se percató de que en realidad no estaba psicológicamente preparado para comenzar a vivir con su ex, que si bien podría seguir siendo su mejor amigo, no dejaba de ser su EX.

La idea de que ahora iba a vivir como amigo con quien solía tener relaciones sexuales desde que dios amanecía hasta que Dios anochecía, le ponía en una situación muy incómoda, ¿Cómo debería tratarlo ahora?, ¿Cómo iba a poder verlo a los ojos?, ¿Cómo decirle un simple "buenos días" a quien solías despertar a besos?, dichas preguntas le hacían sentir un enorme hueco en su corazón y las lágrimas volvían a brotar, así continuo por varios lapsos durante el resto de la noche hasta que sin darse cuenta quedo dormido.

Al día siguiente John tuvo que levantarse muy a fuerza y de muy mala gana para ir al trabajo, el doctor no tenía ningún animo de ver a nadie ni de salir de su cuarto, en especial porque seguramente iba a encontrarse a su ex en el departamento. Cosa realmente incomoda, ahora vivir con Sherlock sí que sería una enorme desventaja.

John pensó en hacer sus maletas de una vez e irse temporalmente a otro lado en lo que conseguía otro departamento, pero su orgullo le frenaba. Había pensado en la actitud indiferente de Sherlock ante el tema y en las palabras de Sherlock.

"Confío en que eres diferente John Watson, así que ojala te quedes", que obviamente se referían a que confiaba en la fortaleza de John, en que no era como el resto de las personas, que si había algo que lo hacía sumamente especial era su convicción y su valentía, entonces no iba a marcharse.

Había por lo menos dos grandes motivos para permanecer en aquel infierno terrenal, el primero era ese, el que no debía rebajarse y tenía que demostrarle a Sherlock que él no era el único que podía hacerse el indiferente, la segunda estaba relacionada con la escasa economía del doctor. No podía conseguir otro departamento para pagarlo el solo.

Así pues, el rubio comenzó a alistarse para ir al trabajo, se miró al espejo con una gran sonrisa diciéndose a sí mismo "Tú puedes, estuviste en una guerra, puedes con esto".

De pronto, salió de Baker Street rumbo al consultorio, aprovechando que Sherlock seguramente seguía en su habitación o afueras buscando pleitos con los de Scotland Yard.

No toparse a Sherlock aquella mañana había sido un golpe de suerte, pero eso era apenas el inicio de una vida con su ex.

Gracias por leer, creo que solo será un fanfic de dos capítulos, debido al tiempo, pero por ahora disfruten este, actualizaré hoy mismo si es posible.