Disclaimer: Los personajes son propiedad de Mondo Media. La historia me pertenece y está creada con el fin de entretener, sin fines de lucro.
De urgencias
Temprano por la mañana, se veía un coche yendo con velocidad por las calles de la ciudad. Dentro de éste…
-¡No conduzcas tan rápido! Estoy tratando de maquillarme.-Ordenó, sentada en el asiento del copiloto, una muchacha de cortos cabellos rosas con delineador negro en mano tratando –inútilmente- que éste deje de resbalársele de entre los dedos.
-Si no hubieras tardado tanto en salir no estaríamos en esta situación, Giggles.- Le replicó un rubio de ojos azules mientras conducía, nervioso.
Giggles bufó.-Hablas como si fuera mi culpa, yo no fui la que empezó a hiperventilar como si fuese un—
No pudo terminar la frase, al rubio pegar un volantazo hacia la izquierda, haciendo que la pelirosa pegue un grito al ver como quedó su rostro. Una línea negra partía desde su ojo pasando por su mejilla terminando cerca de su oreja.
-¡Lo hiciste a propósito, Cuddles!- Le gritó como una posesa.
El mencionado la miró con fingida indignación.
-¡No es cierto!-Rebatió.
-¡Si es cierto!- Contraatacó la chica.
Estaban por comenzar una de sus típicas peleas infantiles cuando una tercera voz intervino:
-¡Pueden callarse de una jodida vez!- Dijo un muchacho peliverde asomándose del asiento trasero, a punto del colapso.- ¡Mi esposa está por dar a luz, par de imbéciles!
Una mano se posó en su hombro tratando de calmarlo.
-N-no te pre-preocupes F-Flippy.- Habló Flaky no sin dificultad.- Estoy bi…- soltó un quejido.-…en.
Gritó ante una nueva contracción, poniéndole los pelos de punta a los presentes.
Se preguntarán a que se debe esta situación. Pues bien, todo comenzó hace un par de horas antes cuando, por una razón que desconocemos pero que le da trama a este fic, Flippy y Flaky (con una panza de nueve meses a punto de explotar) fueron a visitar a su particular pareja de amigos, Cuddles y Giggles. Éstos, algo adormilados puesto que era de madrugada, los recibieron en su casa suponiendo que era uno de los extraños antojos de Flaky. Como era de esperar dado su estado, la pelirroja empezó a sentir fuertes contracciones. Entrando en pánico emprendieron camino al hospital en el auto del rubio, lo que nos trae a la situación actual.
-¡Que no cunda el pánico! ¡Que no cunda el pánico!- Dijo alterado un peliazul con un trozo de tela roja cubriéndole los ojos quien extrañamente mantuvo la boca cerrada –y una expresión de aparente calma en el rostro- en todo el trayecto recorrido hasta ahora.
Ah, cierto, Splendid también estaba allí.
Giggles, limpiándose el rostro, dijo:
-Eres el menos indicado para decir eso, Splendid.- Resopló frustrada al ver que esa maldita línea del demonio no se borraba.-Y eso que ya has pasado por esta situación.
-Tres veces.- Añadió Cuddles preguntándose en cómo Lammy podía aguantar a ese tipo.
Splendid abrió la boca para replicar:
-Fueron trillizos, cuenta como una- Finalizó cruzándose de brazos.
-¡Ya cállense de una maldita vez!
Todos se giraron a ver con los ojos muy abiertos a Flaky.
-¿F-Flaky?- La llamó Flippy.
-¿Por qué estamos tardando tanto?- Preguntó ofuscada.
Efectivamente, el auto estaba parado desde hacía un buen tiempo.
-Lo siento.- Se disculpó el rubio y, con un coscorrón cortesía de Flippy, puso el auto en marcha nuevamente. Que en medio de la ¿acalorada? Situación se le dio por estacionarlo. Sí, ni yo entiendo porque.
Y así, con el auto andando, reemprendieron el camino al hospital. La tensión en el aire era palpable.
Con la mejor intención para relajar el ambiente Splendid propuso escuchar algo de música. Se inclinó hacia delante para encender el estéreo.
Se empezó a escuchar The Taste of Regret, justamente en la parte mas hardcore.
Todos miraron a Cuddles, sorprendidos.
El chico en cuestión se encogió de hombros.- ¿Qué? Mi auto, mis reglas.
El peliazul dio una palmada al aire para llamar la atención de los demás.
-¿Y qué tal si—
-¡NO!-Lo callaron al unísono.
Y con un Splendid rodeado de un aura depresiva; una Giggles con la cara roja de tanto frotarse por sacarse esa línea del demonio; Cuddles moviendo la cabeza al ritmo de la música; Flaky maldiciendo a su esposo y balbuceando algo sobre espermatozoides y óvulos; y Flippy con su mano azul de la presión que le estaba ejerciendo su adorable y tierna esposa como una manera de aliviar el dolor que sentía, llegaron al hospital.
Y bueno el resto es historia.
