Todo esto pertenece a JK Rowling, no busco obtener un beneficio economico con esto.

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Adicciones Riesgosas

Todos decían que el niño que vivió era un ejemplo a seguir. Servicial, valiente, noble y cariñoso eran unas de sus características, pero sólo quiénes vivían con él sabían quien era realmente.

Era adicto. Adicto a las emociones fuertes, a saltar de cualquier edificio de más de ciento cincuenta pisos de altura con paracaídas, adicto a nadar con tiburones y cazar cocodrilos para después soltarlos e ir tras ellos de nuevo.

Era adicto a visitar tribus caníbales a sabiendas de que corría el peligro de ser devorado. Era adicto al sexo rudo, con prostitutas de la peor calaña, tuberculosas y cirrosas. Le gustaba salir de parranda a los peores lugares con mucho dinero encima y cuando lo asaltaban oponía resistencia pero, de todas formas, terminaba soltando todo el dinero que cargaba.

Harry Potter era adicto a las emociones fuertes, a vivir al límite y a estar al borde de la muerte tentando a su suerte. Pero el-no-tan-niño-que-vivió tenía una adicción más fuerte. Tratar de mantener a su novio feliz, a su lado. Hacer que fuera a verlo al hospital cada vez que, por alguna extraña razón, terminaba ahí.

Le gustaba mantener relaciones sentimentales con Slytherins, especialmente Draco Malfoy, porque el hecho de verlo todos los días era más adrenalina que viajar en el techo de un tren que iba a gran velocidad. Porque el rubio le echaba la bronca cuando, descaradamente, Harry anunciaba que había estado en un pub con tres hombres y dos mujeres.

Porque, respecto a su relación, la aventura más grande era convencer a Malfoy que volviera a casa, convencerlo de que lo besara y lograr que se dejara abrazar. Arreglar sus próximos viajes juntos a vivir una semana con una jauría de Jabalíes, alimentarlos a una hora exacta y sobrevivir.

Adicto a tenerlo a su lado, a despertar sin cobijas porque Draco tenía la manía de enroscarse en ellas. Era adicto a golpear su cadera contra su trasero cuando en la noche o el día, iban al callejón de a lado del departamento, se sentaban en el contenedor de basura y comenzaban a besarse, con ansias, con ganas de terminar ahí lo que empezaban en ese rato. Con la adrenalina recorriéndoles, peligroso a que los descubriera la vecina escandalosa, dueña de la ventana donde se dedicaban a ronronearse en el oído, a gemirse y jadearse.

Era adicto a recolectar fotografías de lugares peligrosos donde en el fondo podían verse los cuerpos desnudos, completos y follando, porque eran experiencias únicas. Experiencias que les hacían pensar que todo valía la pena después de todo.

Harry Potter es adicto a las emociones fuertes y a vivir al límite. Pero su adicción más grande era convivir con la serpiente más venenosa que había conocido en toda su vida, y aún así, amarla con toda su alma.

Presentado en el tordeno de criticos de LMF.