Todo esto pertenece a JK Rowling, no busco obtener un beneficio economico con esto.
A escondidas.
Con sus dedos índice y pulgar tomó eso que lo separaba de su objeto más ansiado y lo retiró lentamente. Gimió de placer al imaginarse que se lo metía a la boca despacio. Primero la puntita, después todo lo demás, sintiendo como su temperatura subía poco a poco; los nervios de sus dedos enviaron señales de placer a su cerebro y el respondió con un gemido.
En ese momento de tal intimidad, no quería ser molestado por nadie. Compartir ese momento solo con el objeto de sus fantasías, pasear su lengua pro todo el objeto en cuestión, mordisquearlo, saborearlo. Solo ellos dos, sin nadie que mirara y juzgara. Sin nadie que, cuando lo miraran en publico, lo señalaran y cuchichearan para sus compañeros, amigos, parejas o desconocidos que pasaban por ahí y tenía algo que contar.
Cuando estuvo desnudo, su lengua comenzó a salivar. ¡Lo deseaba tanto, demonios! Miró su reloj de pulsera y descubrió que el tiempo pasaba volando cuando querías algo, sobre todo cuando el objeto de tus sueños esta entre tus manos; firme, esperando ser introducido en la cavidad húmeda, caliente, tan excitante.
Era como el sueño de cualquier artista porno. De cualquier persona que es capas de dar todo el oro del mundo con tal de obtener una oportunidad como la que tenia él en ese momento. El deseo en su interior lo apresuro; estaba tomando demasiadas contemplaciones y no había nada de acción.
Pronto su objeto adictivo empezó a ponerse blando. Se apresuro y lo puso en su boca de un jalón. Su paladar se fue al cielo, sintió como su alma tocaba el Nirvana después de tanto tiempo. Cerró los ojos, gimió. Comenzó a sudar; su cara, sus manos, su cuello; todo estaba caliente.
Estaba seguro de que si James y Lily lo encontraban en esa posición, justo en su armario, exigirían una explicación y deseaba, por Merlín que lo hacía, tener una convincente y lógica. Aunque la sensación en ese momento era tan indescriptible, no quería pensar en nada que no fuera disfrutar el momento.
Sentir la fricción, el golpeteo con su paladar, el sabor que le producía en la lengua. Podía escuchar sus propios gemidos, sentir el duro suelo a través de su pantalón y darse cuenta, por fin, que estaba arrodillado con la puerta a sus espaldas y el picaporte encajado en el omóplato derecho.
Cuando sintió que todo se derretía dentro de su boca soltó el aire que había contenido sin querer. Suspiró, se secó el sudor de la frente con la manga de su sweater y se puso de pie.
Abrió la puerta lentamente y vio que no hubiera nadie que le cuestionara por qué había estado ahí mentido. No había moros en la costa y procedió a salir como alma que lleva el diablo.
En la cocina estaba Lily con el pequeño Harry en brazos. Sirius entró detrás de él; pasó a su lado y se dirigió a la pelirroja.
—Moony, ¿No estuviste comiendo chocolate de nuevo verdad?
—No Lily, esta leyendo el periódico en la sala.
— ¿Por qué hueles a chocolate entonces, Remus? ¿Y por qué tienes esta envoltura en el bolso del pantalón?
—Perdón, no pude resistirlo.
—Detenme a Harry. Esa ulcera terminara matándote si sigues desobedeciendo al medico.
Presentado en el Torneo de Criticos de LMF.
