Hola a todos!! qué nervios, mi primer fic! bueno, primero, muchas gracias por entrar y... ya que estáis aquí, espero os guste ;D Es una historia sobre Lily y James y los merodeadores, y poco más hay que decir... que disfruteis!!

DISCLAIMER: Obviamente, todo lo que reconozcais es de Rowling, no mío, y no hago esto con ánimo de lucro!

Primer capítulo:

1 de septiembre:

Una chica alta y delgada, con una larga melena roja y deslumbrantes ojos verdes camina por la estación King Cross. Lleva un pesado baúl y va acompañada por sus padres. Se despide de ellos con cariño y un poco de pena antes de entrar al andén 9 y 3/4, donde el Expresso de Hogwarts espera.

Sin embargo, pronto sonríe, cuando ve entre la multitud de estudiantes a su amiga Sarah, que la llama y la saluda con la mano.

- ¡Ey, Lils, aquí!

Sarah es una chica rubia con el pelo muy clarito y muy, muy rizado. Tiene los ojos azules, es alta y muy llamativa. Es una de las chicas más guapas de Hogwarts. Sarah y Lily son las mejores amigas, además de compañeras de cuarto en Hogwarts, donde van a empezar su 6º año.

Lily se acerca a su amiga y la abraza, contenta.

Cuando se separan, oyen gritos de alegría, y ven a sus dos mejores amigas corriendo hacia ellas. Sophie Blythe, una chica muy guapa, con una larguísima melena castaña y brillantes ojos oscuros, llega primero, y se lanza sobre ellas para abrazarlas con tal ímpetu que casi las tira al suelo. Sophie es la más dulce de las cuatro amigas, muy alegre y risueña, y un poco ingenua. Enseguida se les une Ingrid, morena con el pelo a la altura de los hombros ligeramente ondulado y ojos de una tonalidad entre verde y marrón. Ingrid no es muy alta ni tampoco está muy delgada, pero es terriblemente sensual. Camina de forma elegante y su forma de moverse hace que todos los chicos se giren para mirarla. Ella y Sarah acaparan toda la atención masculina allá a donde vayan. Lily y Sophie también son guapas, pero pasan más desapercibidas.

Las cuatro forman un grupo muy unido, son amigas desde primero y siempre van juntas; pese a que Lily y Sarah son Gryffindors, mientras que Sophie e Ingrid son Ravenclaws, se llevan estupendamente.

Cuando por fin se separan de su abrazo, se dan cuenta de que todos los estudiantes cercanos las están mirando por el escándalo que han formado. Lily y Sophie se encogen de hombros, mientras que Ingrid y Sarah sonríen coquetamente a los chicos cercanos.

Sophie lanza un exagerado suspiro de protesta, mientras Lily mueve la cabeza negando. Las otras dos se giran hacia ellas con caritas de no haber roto un plato que no engañan a nadie. Las cuatro se echan a reír.

-¿Qué tal el verano? ¿Por qué no vinisteis a la playa con Ingrid y conmigo? ¡Lo hemos pasado genial! Aunque os hemos echado mucho de menos... -dice Sophie con un gracioso mohín de reproche cuando las risas paran.

- Sí, las cuatro juntas lo habríamos pasado mejor aún, aunque no podemos quejarnos, ¿verdad? -sonríe la linda morena con una miradita cómplice a su mejor amiga, que asiente con energía.

- Pero bueno, ¿cómo lo habéis pasado y qué habéis hecho? ¡Queremos saberlo tooodo! -añade de nuevo Sophie con rapidez.

-Eso, eso ¡con pelos y señales! -sigue Ingrid, sin darles tiempo ni a intercalar una palabra.

-Por supuesto que os lo vamos a contar todo... si nos dejáis! -se ríe Sarah.

-Además, no hay mucho que contar -dice Lily- Ya sabéis que yo he pasado todo el verano en mi casa con mis padres... y con Petunia -agrega, con cara de desesperación. Todas se ríen.

-Sí, y yo fui a la India a visitar a John, lo han trasladado de nuevo. -dice la espectacular rubia.

-¡Guau! ¡Ha tenido que ser fantástico! Seguro que lo pasaste estupendamente, tiene que ser increíble... ¡qué suerte tener un hermano mayor que viaja tanto! -dice Sophie, que odia ser hija única.

-Sí... y además si es tan guapo como John...seguro que sus compañeros del C.M.I.H.M. son también muy interesantes -remata Ingrid con una pícara sonrisa.

-¡¡Ahora sí que te envidio!! -exclaman a la vez Sophie e Ingrid.

Y las cuatro se echan a reír de nuevo.

&

Dos jóvenes altos y morenos traspasan la barrera que separa el mundo muggle del andén 9 y 3/4.

Son James Potter y Sirius Black.

James es un chico alto y atlético, debido a que es un gran deportista y apasionado del Quiddicht. Juega como buscador en el equipo de Gryffindor, del cual es, además, capitán, como indica la insignia plateada que luce con orgullo en el pecho. Tiene una mata de pelo negro indomable, que le da un aire descuidado irresistible. Tras sus gafas lucen unos lindos ojos marrones, y su sonrisa es encantadora y traviesa a la vez.

Sirius Black es elegante y carismático. Su pelo es liso, más largo que el de su amigo y negro brillante, con un flequillo que le cae descuidadamente sobre sus profundos ojos azul oscuro, penetrantes y misteriosos, y su sonrisa es atrevida y arrogante. Es tan alto como James, ancho de espaldas y con los músculos bien desarrollados, aunque no de forma exagerada.

Su llegada provoca un pequeño tumulto entre las chicas cercanas, que se acercan rápidamente a saludarlos, ya que son los dos chicos más deseados de todo Hogwarts. Ellos reparten sonrisas con aplomo, pero pronto se alejan de sus admiradoras para acercarse a un chico pálido, alto (más que ellos) y muy delgado, de aspecto ligeramente enfermizo, con dulces ojos color miel y largo cabello rubio ceniza, liso, que recoge en una coleta. Su nombre es Remus Lupin. Junto a él está un chico bajito y regordete, con los incisivos sobresalientes y la cara redonda. Sus ojos son de un azul desvaído, y su pelo, corto y rubio. Es Peter Petigrew. Los cuatro juntos forman el grupo más travieso, bromista, atrevido y admirado de todo el colegio: los Merodeadores.

James y Sirius saludan a los otros dos con abrazos rígidos (tipo "soy un machote", de esos que se dan los chicos) y fuertes palmadas en la espalda, sonriendo, alegres de reunirse de nuevo.

-¡Ey, chicos! ¿Qué tal las vacaciones? -pregunta James con su alegre sonrisa.

-Tranquilas, pero muy bien -responde Remus con voz calmada y suave- si acaso un poco aburridas -sonríe.

-Yo he estado en Francia con mi madre -dice Peter, con voz chillona.

-¿Y vosotros, Prongs, Padfoot? -pregunta Remus

Sirius y James se dirigen una mirada de complicidad.

-Bastante bien, diría yo -dice el guapo moreno de ojazos azules- los padres de James son geniales.

Trata de parecer indiferente, aunque se percibe su incomodidad en el fondo de su mirada. Sus amigos, que ya están al tanto de que ha abandonado su casa para irse a vivir con su mejor amigo, porque no soportaba las restricciones, las ideas y las continuas discusiones y peleas con su familia, cruzan miradas de comprensión, porque saben que intenta esconder lo duro que le ha resultado. Sirius intenta hacerse el duro, pero le ha costado mucho separarse de su familia, pese a todo. Él y James han pasado el verano viajando por Italia, en parte para distraerse. James continúa rápidamente la conversación aparentando naturalidad, cosa que su mejor amigo le agradece.

-Si querías divertirte Remus, te tenías que haber venido con nosotros -dice con entusiasmo- Han sido las mej... -se detiene a media palabra, con la vista clavada en un punto concreto de la multitud que abarrota el andén. Siguiendo su mirada, Sirius y Remus divisan una inconfundible melena pelirroja. Peter, que es bastante más lentito, mira a James sorprendido, esperando a que continúe con la frase.

-Evans -murmura el joven con una gran sonrisa, un segundo antes de alejarse con decisión.

Sirius y Remus sonríen, encogiéndose de hombros, y se disponen a seguirlo.

De pronto, Peter se encuentra solo en mitad de la estación, rodeado por cuatro enormes baúles y dos jaulas con sus respectivas lechuzas.

&

James se encamina decidido hacia el grupo de las cuatro amigas, ignorando a todas las chicas que se cruzan con él "accidentalmente", saludándolo y poniéndole ojitos. Ni siquiera las ve.

Cuando va a llegar al lado de "su pelirroja" se pasa la mano por el pelo, desordenándolo aún más, en un gesto inconsciente que no puede evitar cuando está nervioso.

Porque, aunque se cortaría un brazo antes de admitirlo, todo lo relacionado con Lily Evans lo pone muy, muy nervioso. A él. Pese asu seguridad y experiencia. Pese a todas sus admiradoras. Pese a ser el héroe de todos los partidos de Quiddicht, el merodeador más travieso, el chico más admirado de Howgarts.

Pese a todo, James no puede evitar temblar interiormente cada vez que se acerca a Lily, porque está profundamente enamorado de ella, desde siempre. Intenta esconder la intensidad de sus sentimientos con bromas y chistes, porque le asusta encararlos. La piropea a gritos, delante de todos, como si fuera un juego. Y Lily, convencida de que sólo es eso, un juego para el joven, una más de su lista, se enfurece con él cada vez que le sonríe.

James ni siquiera entiende por qué se está acercando a ella, después de la discusión frente al lago, cuando ella le dijo que prefería salir con el calamar gigante antes que con él. Frunce el ceño, con cara triste, y se para de golpe, apenas a unos pasos de las chicas. ¿Para qué saludarla? Está claro que ella le odia.

En ese momento, Remus y Sirius lo alcanzan.

-¡Ehh, Prongs! ¡Que vas sin protecciones! ¡Mejor no te acerques más si no quieres morir de manera lenta y dolorosa!- grita Sirius.

Las chicas se giran con curiosidad, y Lily tuerce el gesto al ver a James. Lo mira con los ojos entrecerrados y expresión de asco. James, herido en su orgullo por la mirada de la pelirroja, levanta la cabeza y se acerca con su sonrisa de seductor a las cuatro chicas, seguido de Sirius y Remus.

-Hola chicas… ¿qué tal el verano?

Lily no se digna a contestar, pero sus tres amigas sonríen.

-Bien, en la India, con mi hermano… -contesta Sarah.

-¡Muy divertido! -Sophie le guiña un ojo a su primo- Ya sabes, en casa de Ingrid, en la playa -y le da un codazo a Ingrid, que se ha quedado muda con la llegada de su amor platónico, Sirius Black.

James le sonríe a su prima favorita. Se quieren mucho, y son grandes amigos, pese a Lily. Cuando Sophie se hizo amiga de las Gryffies, James empezó a atosigarla para que le consiguiera una cita con Lily Evans, pero Sophie se negó. Discutieron mucho durante una temporada, hasta que decidieron no hablar más de Lily y seguir con su amistad como antes. Sin embargo, James no ha perdido la esperanza, y le hace un gesto de súplica al que la castaña contesta con una negativa muda, para que Lily no se dé cuenta, pero rotunda. James se encoge de hombros, y recupera su sonrisa ligeramente burlona.

-Bueno Evans, imagino que tu verano sí que habrá sido bastante aburrido sin mí, ¿verdad? ¿qué te parece si salimos este viernes para compensar tanto tiempo sin vernos?

Al fin y al cabo, todas las chicas se mueren por él. Lily también, aunque no lo admita.

Las chicas y Remus se giran hacia Lily, esperando la explosión. Sirius simplemente sonríe a su mejor amigo. Sabe que está molesto, y que trata de desahogarse haciéndola enfadar.

La cara de Lily está más roja que su pelo, y su expresión de furia da miedo. Por un momento, sus amigas temen que explote de la rabia. Sarah hace un gesto de desesperación. Sabe que a Lily le va a costar mucho cumplir su promesa de ignorar a Potter.

Sin embargo, cuando la pelirroja finalmente abre la boca, no grita, sino que agarra a Lupin del brazo y le dice:

-Vámonos ya al vagón de los prefectos, no aguanto más aquí -con voz de furia contenida y los ojos chispeantes, su mirada clavada en James. Y, antes de que el pobre Remus pueda reaccionar, lo arrastra a toda velocidad hacia el tren.

-¡Fiiuuu! Pensaba que iba a estallar de la rabia… ¡de buena te has librado, Prongs! -comenta Sirius, con el brazo sobre el hombro de su mejor amigo, con tono de voz casual, pero con la mirada fija en los ojos de James.

-¡Bah! Pensaba que tenía más sentido del humor -dice James encogiéndose de hombros. Intenta aparentar que le da igual.

"A mí no puedes engañarme, James. Somos hermanos" le dice Sirius mentalmente, mirándolo. Sabe que James lo entiende. Hace seis años que son amigos, y se comprenden perfectamente, con una mirada.

"Da igual, Padfoot, estoy bien" le contestan los ojos marrones, tristes.

-¿Ese huracán que ha salido corriendo era Lily? -pregunta una voz masculina, profunda y suave- ¿Qué le habéis hecho para que se vaya así? -Robert Wood, un chico alto y atlético, con el cabello corto color chocolate y los ojos turquesas, golpeador del equipo de Gryffindor e integrante del grupo de las chicas llega junto al grupo con una sonrisa. A su lado está Danny Taylor, el otro miembro honorario del club. Danny es el chico más alto de Hogwarts. Delgado, con el pelo oscuro y rizado y los ojos verdes, es un poco desgarbado, pero muy tierno.

Al instante, Sophie e Ingrid se abrazan riendo a sus mejores amigos. Sarah se une después con el mismo entusiasmo.

-¡Por fin habéis llegado! -chilla Sophie, eufórica- ¡Ya estamos todos!

- ¡Síí! -Ingrid lanza su grito de guerra.

Los chicos se separan, riendo.

Robert se gira para saludar a Sirius y James, ya que también es muy amigo de ellos. Están juntos en la casa y en el equipo de Quiddicht. Danny también los saluda pero con menos confianza. Al fin y al cabo, él es Raven y guardián en su equipo. Se los ha encontrado más veces como rivales que como amigos.

Finalmente, Robert se vuelve hacia las chicas, nervioso, sin saber por dónde empezar. Pide ayuda con la mirada a su amigo, que se hace cargo de la situación.

-En realidad no estamos todos, falta Lily. Y también… -empieza Danny, mirando con una sonrisa pícara a su mejor amigo.

-Y tengo novedades, chicas… pensaba contároslo a todas a la vez, pero…- Robert se detiene un momento, indeciso.

Ingrid y Sophie cruzan una mirada cómplice, porque ya saben lo que su apuesto amigo les va a decir.

-Esto…bien…quizá sería mejor esperar a Lily… -Robert se atranca.

-¡Vamos hombre, seguro que no es tan difícil! -lo anima Sirius, divertido.

-Sí, simplemente suéltalo, sin más -aporta James.

Robert los mira dubitativo, y asiente.

-Bien… tenemos una nueva integrante al club -anuncia, como quien suelta una bomba.

Sophie, Ingrid y Danny estallan en carcajadas, mientras que Sarah, James y Sirius se miran con perplejidad.

-Vaya una forma de anunciarnos que te has echado novia -dice Ingrid entre risas.

-Sí, qué original -añade Sophie.

-¿Piensas presentárnosla o no? -dicen las dos a la vez, y vuelven a reírse. Robert traga saliva.

-Bien… bueno… es, es Alice Summers, la conocéis ya, ¿no? Va a Ravenclaw, y juega en el equipo de quiddicht.

-¡Ey! ¿Esa rubia tremenda de quinto año? -pregunta Sirius con interés. Robert le dirige una mirada asesina.

-Es mi novia, no es "esa rubia tremenda", ¿entendido? -dice amenazador, acercándose a Sirius. Por un momento, Sirius adopta su expresión de "¿estás buscando problemas?" pero James se ríe.

-Sí que te ha dado fuerte… y, ¿desde cuando estáis saliendo? -pregunta, curioso.

Sirius se relaja y sonríe también, dándole un golpe amistoso a Robert.

-Tienes buen gusto… aunque -adopta una expresión pesarosa- me temo que te estamos perdiendo…"novia"… -pronuncia la palabra con asco- dentro de nada estarás con la soga al cuello, te lo digo yo… ¡huye antes de que sea demasiado tarde! -exclama, dramático.

Todos se echan a reír.

&

-Bueno, aunque hemos llegado bastante pronto, creo que ya es hora de subir al tren -dice Sarah, mientras un pitido anuncia que el Expresso está a punto de ponerse en marcha.

Todos echan a correr.

Danny y Robert arrastran sus baúles, mientras que Sarah lleva el de Lily (el suyo ya lo había subido mucho antes, porque había llegado la primera). James y Sirius le han dejado los baúles a Peter, que seguramente los habrá colocado ya en el tren, así que James coge el baúl de su prima con una sonrisa, antes de echar a correr. Sirius, haciendo una exagerada reverencia frente a las dos Ravens, agarra el de Ingrid y se encamina con elegancia al tren. Sophie empuja levemente a su amiga, que se ha quedado atontada por el gesto de Sirius, y ambas cogen sus lechuzas. Llegan cuando el tren comienza a ponerse en marcha, y suben de un salto, con la ayuda de Danny.

-James y Sirius han ido con Sarah a colocar los baúles -les informa Danny, mientras coge las dos mascotas de las chicas, bastante alborotadas por la carrera y se dirige hacia los últimos compartimentos.

-Mejor nos damos prisa, Sophie, hay que ir al vagón de prefectos y llegamos los últimos -le dice el alto moreno a su amiga. La joven se detiene de golpe.

-¡Es verdad! ¡Se me había olvidado! Toma Ingrid, lleva tú a "Wind", vamos Danny -dice nerviosa, agarrándolo del brazo y tirando de él.

Danny se despide con una sonrisa y le señala a Ingrid el compartimento, antes de ser arrastrado por su histérica amiga.

Ingrid suspira, divertida. Sabe que Sophie es el despiste personificado. Siempre se olvida de todo lo que tiene que hacer. Cuando le llegó la placa de prefecta, el año pasado, se llevó una sorpresa mayúscula. Sarah e Ingrid, en cambio, sí se imaginaban quién sería la elegida porque, a pesar de sus descuidos, Sophie es una estudiante muy inteligente y siempre se preocupa por ayudar a los demás. Tanto Sophie como Lily son las más sensatas del grupo, mientras que Ingrid y Sarah son más alocadas.

Finalmente, Ingrid entra en el compartimento que le ha indicado Danny. Dentro sólo está Sarah, que le sonríe.

-Robert ha ido en busca de Alice, para que la vayamos conociendo -le dice la rubia a su amiga con un guiño- Potter y Black han dejado vuestros baúles y enseguida se han ido con sus seguidores -termina, maliciosa.

Ingrid asiente, un poco enfadada. Seguro que eran "seguidoras", piensa.

&

Remus entra al compartimento en el que están sus tres mejores amigos. Los únicos que tiene. Lily y las chicas también tienen buena relación con Remus, pero él sabe que no es lo mismo. Las chicas no conocen su secreto. Seguro que, si supieran quién es él realmente, no se le acercarían nunca más. Pero tiene a los chicos. Gracias a ellos, su vida es distinta. Especial. Es inteligente y popular, es un Merodeador, todos lo admiran. Y tiene AMIGOS. Amigos de verdad, de los que dan la vida por ti. Sabe que no lo merece, pero es feliz.

El carrito de las golosinas ya ha pasado por allí. Todo está lleno de calderos de calabaza, ranas de chocolate, grageas de todos los sabores. Peter, acurrucado en su rincón, come golosinas como si le fuera la vida en ello.

Sirius está cómodamente recostado en su asiento, al lado de James, con expresión de elegante y mortal aburrimiento.

James, de espaldas a la ventana, charla con gran energía y su enorme sonrisa. Se interrumpe en mitad de su discurso sobre nuevas técnicas de quiddicht al ver entrar a Lupin y le sonríe.

Sirius lo mira como si fuera la última gota de agua en un desierto.

-¡Por fin! Has venido a rescatarme de este loco fanático, ¿verdad? Creo que voy a dimitir del equipo este año.

-¡Padfoot, no lo dirás en serio! -la cara de James refleja un horror absoluto.- ¡No puedes abandonarme ahora, este año tenemos que ganar la copa de quiddicht! ¡No podemos dejar que se nos vuelva a escapar!

El año anterior, para asombro general y desesperación de James, fue Ravenclaw quien ganó la copa de Quiddicht. El joven capitán está convencido de que fue por lo relajado que estaba su equipo tras los nueve años que llevaban imbatidos. Y está decidido a remediarlo. Éste es su primer año como capitán del equipo (¡por fin!-piensa él), y no piensa admitir ni una sola derrota.

-¡Sirius, no puedes abandonarme ahora! -de pronto una idea traviesa cruza su mente. Sonríe, gamberro.- ¿o es que estás molesto por no ser el capitán? Vamos, Padfoot, ya sabía que me envidiabas, pero pensaba que podías vivir con el hecho de que yo soy el mejor.

Le ha dado dónde más le duele. En el orgullo. Sirius Black es el chico más arrogante del mundo. Así que no va a admitirlo, ni siquiera de su hermano.

-Vaya, vaya… ¿así que eres el mejor? Si tan bueno eres, seguro que puedes arreglártelas sin mí -le dice el moreno con seriedad, sus ojos azules fijos en James.

Pero James sonríe. A él no puede engañarlo, ha visto el brillo travieso en su mirada. Sabe que Sirius adora el Quiddicht. Volar es lo único que le hace olvidar sus problemas y James sabe que, ese año, va a necesitarlo más que nunca.

-Venga, Padfoot… ¿qué vas a hacer si no juegas al Quiddicht?

-Salir con chicas y hacerle más bromas a nuestro querido Snivellus -responde con una sonrisa amenazadora

Remus se pone serio. Le ocurre desde tercero, siempre que el nombre de Snape sale en la conversación.

Sin embargo, por una vez, James también borra su sonrisa.

-No creo que sea buena idea -dice serio, mirando los ojos azules de su hermano.

La cara de Sirius se transforma. Desaparece su sonrisa y deja paso a una expresión de desacuerdo. Sabe a lo que James se refiere. Lo conoce casi mejor que a sí mismo y además, llevan todo el verano juntos; aunque no han hablado de ello, ha visto esa idea creciendo en la mente de su amigo.

Remus también lo mira con expresión interrogante. La cara de sorpresa de Peter es cómica, con la boca abierta y los ojos desorbitados.

-Creo que ya no te quedan chicas en Hogwarts con las que no hayas salido -dice finalmente James, con una enorme sonrisa. Sirius lo mira, serio. Sabe que no se refería a eso. Remus también intuye algo, mientras que Peter simplemente lanza un suspiro de enorme alivio y sigue engullendo calderos de calabaza.

-En realidad, no he salido con ninguna de las amiguitas de tu prima… ¡ni con la pelirroja! -bromea Sirius

-¡Ni se te ocurra mirar a Lily, pervertido! -grita James inmediatamente.

-Vamos, Prongs, sé más generoso… total, a ti no te hace ni caso, ¿por qué no se la dejas a alguien que sí tenga posibilidades?

Remus se ríe. No puede evitarlo. Sabe que Sirius no habla en serio.

Peter, en cambio, pone cara de indignación.

-Padfoot, las chicas de los amigos son sagradas, ¡intocables! -dice con rapidez y mirada severa.

-Tranquilo, Wormy, solo bromeaba… -dice Sirius con cansancio. Está acostumbrado a tener que explicarle las cosas a Peter, que por lo general no pilla ni las indirectas más obvias.- Yo nunca me acercaría a la pelirroja, por guapa que sea, ¡tiene muy mal carácter!

Remus frunce el ceño, Lily es su amiga. Pero antes de que pueda decir nada, James ya está gritándole a Sirius por atreverse a criticar a la mujer de su vida. Remus sonríe.

Después de una larga retahíla de amenazas, James se para porque se ha quedado sin aire.

-Mejor que tenga algo de carácter y que no sea como las bobas sin cerebro con las que tú sales -termina con aire victorioso.

-¡Ey! ¡Eso me ha dolido! ¿Estás insinuando que sólo me fijo en las tontas?

-Nooo, que sólo las tontas te hacen caso -dice Remus riéndose.

James también se carcajea de la cara perpleja de Sirius, mientras que Peter observa un momento la escena con la boca abierta y, cuando ve que James se ríe, él también suelta unas risitas.

Sirius se cruza de brazos y le da la espalda a sus amigos, haciéndose el ofendido, pero como las carcajadas se intensifican, se da la vuelta, incapaz de quedarse en silencio.

-Qué pandilla de envidiosos que sois… sólo porque soy irresistiblemente guapo y todas las chicas andan loquitas por mí… ¡si es que soy perfecto! -mira su reflejo en la ventana con admiración.

-¡¡lo que eres es inaguantable!!

-Venga ya… por lo menos yo no me junto con apestosos Slytherins.

James y Remus se ponen serios nuevamente, mientras que Peter sigue riéndose. Sirius dibuja una sonrisa malévola.

-Casi no puedo creer que haya alguien capaz de soportar a Snivellus… ¡y menos de defenderlo! -añade.

Remus coge una rana de chocolate, pero James sostiene la mirada de Sirius, con expresión muy seria.

-Alguien tiene que defenderlo. -dice- no es justo que siempre estemos humillándolo delante de todos.

Lupin levanta la vista, sorprendido. ¿James ha madurado?

Peter tiene nuevamente la boca abierta por el shock. Sirius, en cambio, no muestra sorpresa. Sabe que James ha reflexionado mucho durante el verano sobre lo que le dijo la pelirroja. Pero, por primera vez, no está de acuerdo con su mejor amigo.

-Realmente, deberíamos dejar de meternos con él, hechizándolo los tres, o bueno, los dos, -dice mirando a Peter, que sigue estático-, cuando él está solo. Es de cobardes y no se lo merece -termina, desafiante y grave.

-¡Eso sí que no! Es cierto que lo atacamos delante de todos, que lo humillamos, que somos dos contra uno… ¡Pero se lo merece, eso y mucho más! -dice Sirius con furia- ¿o ya no te acuerdas de esa chiquilla de primero que encontramos llorando por su culpa justo antes de decidir dejarlo calvo? ¿y de los dos chicos de tercero que castigó por "ser de gryffindor", por los que le hicimos crecer el bigote? ¿y de cómo trataron a Mary él y sus amiguitos? ¿Y…?

-Vale, Sirius, tienes razón -interviene Remus, tranquilizándolo. James sigue ceñudo, con expresión terca y decidida.

-¡Aún así, nos comportamos como cobardes al atacarlo frente a todos y siendo cuatro contra uno!

-¿Y cuantas veces él y sus amiguitos nos han atacado por la espalda cuando eran más que nosotros? -prosigue el apuesto moreno de ojos azules, con rabia al recordar como los Sly se ensañaban con Peter cada vez que lo dejaban solo, cuantas veces los habían aturdido a Remus y hasta a Robert, y los hechizos de magia negra que les habían lanzado a James y a él.

-Eso no significa que tengamos que rebajarnos a su nivel. -James sigue en sus trece. Su hermano bufa, enfadado.

-Pues yo no pienso dejar de vengar a todos a los que maltraten, sólo porque una pelirroja cabezota y orgullosa prefiera creer que somos unos prepotentes egoístas. ¡¡Tenemos que impedir que sigan atemorizando a todos los hijos de muggles con sus estúpidas creencias!! -grita Sirius con increíble amargura.

-¡No me refiero a eso! -responde James, poniéndose a la defensiva. Entiende la postura de Sirius. Después de escapar de casa, pretende ayudar a todos lo que pueda. James sonríe para sus adentros. Leal, noble y cabezota, como un perro. Tampoco él piensa dejar que los "sangrelimpia" se hagan dueños de la escuela.- por supuesto que no podemos dejarles hacer lo que quieran, pero meternos con Snape en público y avergonzarlo no nos lleva a ningún sitio.

-Es importante que entiendan que no pueden atacar a quien quieran y salir impunes. Nosotros les demostramos eso -ahora es Sirius el que no cede.

-Pero no de esa forma. He pensado mucho en ello, Sirius. Debemos hacer algo, pero en serio, no con hechizos infantiles para ridiculizarlos frente a los demás estudiantes.

-Tienes razón, James -interviene Remus, pensativo- tenemos que hacer algo.

James mira a sus tres amigos, solemne, y extiende su mano.

-¿Estamos juntos, entonces?

-Los merodeadores siempre están juntos -contesta Sirius, cogiendo la mano de James con decisión. Remus extiende tranquilamente la suya y la coloca sobre las de sus amigos, asintiendo. Peter traga saliva y acerca también su mano, un poco tembloroso, pero emocionado.

&

-Bueno Alice, ¡bienvenida al club! -le dice Ingrid a la bonita chica de largo y liso pelo dorado.

-Sí, ya verás como enseguida serás una "gatita" -añade Sarah con entusiasmo. Todos estallan en carcajadas. Las cuatro inseparables amigas son conocidas en Hogwarts como "las gatitas", un apodo que le gusta mucho a Sarah y muy poco a Lily.

-¡Vaya nombre más estúpido! -se queja la pelirroja

-Pues yo creo que es perfecto para nosotras -contesta con rapidez Sarah- mirad por ejemplo a Ingrid: es cariñosa, pero independiente y además, se mueve de esa forma tan sensual, tan… felina

Todos se ríen de nuevo, mientras Ingrid se levanta afectando poses sexys y poniendo morritos y lanza besos al aire, guiñando el ojo coquetamente, mientras los demás se mueren de la risa al ver su actuación.

-Además, -prosigue Sarah, entusiasmada- Los ojos de Sophie tienen la misma forma que los de los gatos, y también es muy dulce… Sophie es una gatita casera

-¡Miuaauuu! -Tercia la aludida, moviendo la mano como una garra, mientras los demás siguen riéndose. Robert e Ingrid se revuelcan por los suelos, mientras que Alice se agarra con fuerza las costillas.

-Y, por supuesto, los ojos de Lily son totalmente gatunos, tienen el color perfecto. Además, también es muy independiente, aunque lo de cariñosa… ejem, Lils es más bien una gata callejera -termina la rubia, que no puede proseguir porque las carcajadas de sus amigos ahogan su voz al ver la cara de Lily.

-¿¿Ah, sí?? Yo creo que tiene más que ver con ese carácter salvaje que tienes tú -replica la pelirroja

-¿Con mi carácter? ¡Si soy un pedacito de pan! -dice Sarah poniendo carita de niña buena (o intentándolo más bien)

-Un pedacito de pan, ¿eh? ¿Y qué me dices del arañazo que le diste a Susy en la cara en 2º curso? Llevó las marcas de tus uñas durante meses -ataca Lily, mientras Sarah se mira esas mismas uñas con expresión satisfecha.

-Y más que le habrían durado si hubiera sabido lanzar bien ese hechizo de permanencia -dice, sin ningún remordimiento.

-Pues lo lanzaste bastante bien para ser de 2º año, teniendo en cuenta que la enfermera Pomfrey tardó 3 meses en conseguir borrárselo -interviene Sophie con una sonrisa admirativa.

-Pero se suponía que tenía que durar para siempre -dice Sarah, decepcionada.- además, nadie se mete con mis amigas -añade con una sonrisa peligrosa.

-¡Seguro que eso le quedó bien claro! -ríe Ingrid- no la he oído volver a decir "sangresucia" nunca más.

Lily tuerce el gesto. Odia esa expresión. Tanto Ingrid como ella son hijas de muggles.

-Bueno, chicas, creo que deberíamos cambiarnos, estamos a punto de llegar a Hogwarts -dice Sophie, para disipar la tensión del momento- chicos, daos la vuelta, por favor.

Danny se gira al instante, pero Robert mira a su novia con picardía.

-¿Es absolutamente necesario? -dice guiñándole un ojo

-¡¡SÍÍÍ!!- le gritan las chicas, riéndose.

&

-¡Por fin! -exclama Alice cuando el tren se detiene en la estación con un pitido- me estoy muriendo de hambre…

-Yo también… -dice Robert, con una significativa mirada a su novia. Sophie e Ingrid se echan a reír.

Sarah abre la puerta del compartimento tras coger su baúl. Robert la sigue rápido, rojo de la vergüenza, cargando su baúl y el de Alice. La rubia, que no ha entendido nada, dirige una mirada interrogativa a las chicas y sale tras él. Lily también sale llevando sus cosas, como Sophie, que carga además con su lechuza.

Ingrid no sabe como arreglárselas para coger su enorme baúl y su mascota, así que Danny se acerca deprisa para ayudarla, pero tropieza (no se sabe con qué) y se cae, volcando el baúl de Ingrid, que se abre y llena el suelo de faldas y camisetas a la última moda. El pobre Danny se disculpa como puede, pero Ingrid solo se ríe, porque está acostumbrada a la torpeza de su amigo. Meten apresuradamente la ropa en el baúl y salen al andén, buscando a sus amigos en la multitud.

-Mejor vamos a los carruajes, hay demasiada gente, ya los veremos en el castillo -dice Ingrid. Danny asiente con una sonrisa.

Mientras, el resto del grupo se dirige a los carruajes cuando topan con dos niños pequeños peleándose. Llevan el escudo de Gryffindor y Slytherin. Lily y Sophie se miran y se abren paso a través del círculo que ya rodea a los chiquillos. Se acercan inmediatamente, luciendo sus placas de prefectas.

-¡Alto ahí! -ordena Lily con voz autoritaria. Los dos niños se separan rápidamente.

-¿Qué creéis que estabais haciendo? -sigue la pelirroja. El chico Gryffie está despeinado, pero indemne. El Sly, en cambio, tiene el labio partido. El gryffie se vuelve para contestar a Lily, y Sophie avanza rápidamente agarrando la varita del Sly, que se disponía a atacar a su compañero por la espalda. -Maldita serpiente- murmura la castaña, furiosa.

-¿Sabéis que os pueden expulsar por una pelea como ésta? -dice Lily con severidad -tenéis mucha suerte de que aún no estemos en el castillo.

Una niña pequeña, con el escudo de Ravenclaw, se acerca llorando.

-No lo castiguéis, por favor, él no tiene la culpa, sólo quería defenderme... -dice entre sollozos.

Sophie se arrodilla a su lado y la abraza.

-No te preocupes, no vamos a castigarlos. Cuéntanos lo que ha pasado.

Tachán!! y eso es todo... de momento! el próximo capítulo... lo subiré en un par de días si os interesa! ;D

Primero, mil gracias por leer hasta aquí! y después de esto... por qué no me dejais un review para ver qué os ha parecido (ojos de cachorrillo abandonado)?? se aceptan críticas, tomatazos, ect!

mil besos a todos!!