Disclaimer: Nada del potterverso me pertenece, todo es de J.K Rowling.
Este fic participa en el minireto de noviembre para El Torneo de los Tres Magos del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
CUMPLIENDO UN SUEÑO
Abrió mucho los ojos mientras veía cómo el cazador volaba cerca de las gradas para atrapar la quaffle que le había lanzado su compañera.
Los movimientos que realizaban los jugadores sobre sus escobas maravillaban al pequeño Oliver que, a sus cinco años, había conseguido -tras insistir mucho a sus padres- asistir a un partido de su equipo favorito: de los Puddlemere United.
Llevaba la sudadera que le quedaba ridículamente grande con el emblema de estos. Agitaba las mangas y unía sus gritos al público animando a los jugadores.
El padre de Oliver le miró sonriendo. Nunca veía tanta emoción en los ojos de su hijo como cuando este estaba viendo, leyendo o hablando de su equipo favorito. Esa pasión, ese fuego que le embargaba con algo relacionado con el quidditch era algo que traía de cabeza a su mujer y a él.
Mientras Oliver miraba cómo el guardián del equipo, su ídolo, paraba las quaffle con agilidad y sin titubear. Él quería ser como él de mayor. Quería jugar en ese equipo en el puesto de guardián. Ese era su sueño.
Y lo conseguiría aunque tuviera que esforzarse al máximo.
Oliver miró el jersey azul colgado en la pared y a punto estuvo de saltar de la emoción mientras releía, por décima vez, la carta que el entrenador de los Puddlemere United le había mandado. Estaba dentro del equipo. Como reserva, pero dentro, al fin y al cabo.
Miró con cariño aquella sudadera con la firma del antiguo guardián de los Puddlemere y recordó el día en el que la consiguió. Recordó la emoción y cómo lloró durante varios minutos, agarrado al jersey de su padre, porque había conocido a su ídolo.
Aquel día se había hecho la promesa de entrar en el equipo y, después de años de entrenamiento, lo había conseguido.
Con una gran sonrisa corrió escaleras abajo, saltándolas de dos en dos, dispuesto a abalanzarse en los brazos de sus padres y enseñarles la carta, como si volviera a ser aquel niño de cinco años.
Ellos habían hecho que su sueño pudiera hacerse realidad. Y por ellos jugaría como si fuera lo último que hiciera en su vida.
FIN
Nota de la autora: Pues me tocó en gracia los Puddlemere United, y digo en gracia porque al menos se conoce bastante de este equipo, además de que el buenorro de Oliver juega en ellos. ¿Qué más podía pedir, eh? Y esto es lo que ha salido de ello. Sí, posiblemente sea de las personas que más fácil ha tenido esta prueba, pero *les tira un tomate a la cara* sobornad mejor XD ¡Nos leemos!
La historia tiene 361 palabras así que I'm in, bitches XDDD
