Me pidieron doble cita, pero escribí la planificación de esta, oh qué badass que soy (?)

Confesión necesaria: No conozco mucho a Gregorio y a René, es la primera vez que los escribo y en serio perdonen los fails ;A; y si alguien se da el tiempo de corregirme algo en cuanto a sus personalidades, le estaré eternamente agradecida y le hare un altar(?)

Prompt: RD/Haiti, ArgChi(o tu pairing favorita) en una doble cita

(ya que me dejan, elegí EcuPe u/u *huye a esconderse*)


Doble Cita

Había sido idea de Miguel, aunque a Gregorio no le desagradó la oferta. Francisco no sabía por qué fue, pero le dio igual y accedió, y algo similar se dio con René. El problema fue el lugar. Miguel insistía playa, pero Pancho estaba harto de la playa, porque sabía que terminaría siendo enterrado… Otra vez. René sugirió que podrían ir a hacer algo igual de cliché, como comer helado, ir al cine o algo por el estilo, y obviamente Miguel estuvo de acuerdo, mas Gregorio puso cara larga.

-¡Pero qué aburrido! –se quejó el dominicano, quien había estado contento con la idea de la playa y le daba codazos a Francisco, tratando de convencerlo de que atracase.

Pero Francisco lo mandó a volar y sonrió divertido cuando Miguel pateó la silla de la nación dominicana. René rodó los ojos, comenzando a sospechar que no irían a ninguna parte.

-Y bueno… ¿qué dicen de ir a comer?-sugirió Ecuador y su novio ya estaba prendido.

-¡Yo la hago! –gritó emocionado Perú y se puso de pie-. Dale, que conozco una cevichería buenaza que está a aquí no más a la vuelta de la esquina.

Gregorio lo miró con pereza, de pronto demasiado cómodo en su silla, aunque la idea de comer lo llamaba demasiado.

-¿Tienen delivery?

Miguel frunció el ceño, tratando de recordar.

-Creo…

Francisco miró al techo, suspirando, viendo como Miguel iba corriendo a buscar las Páginas Amarillas. Quiso preguntarle si no era más fácil buscar en internet, pero lo dejó ser y se deslizó un poco en su silla, apoyando los codos en la mesa. Miguel volvió corriendo al rato, poniéndose a discutir con Gregorio sobre qué pedir y finalmente todos aceptaron que sería mejor dejarle eso al juicio del Perú, quien sonrió triunfante mientras René soltaba una risita. Sus sospechas de que nadie saldría ese día de esa casa se cumplieron cuando Miguel se largó con el teléfono a pedir comida para diez personas.