Muy buenas tardes a tod s!

Hace tiempo escribí esta historia que publiqué en otro foro de crepúsculo y mi mente inquieta y algunas amigas me animaron a hacerlo también por aquí.
La historia está terminada, lo que significa que no va a haber ningún problema con las actualizaciones, a no ser que me surja algún imprevisto... En principio serán los lunes y lo más seguro que por las mañanas (horario en España).

Los personajes pertenecen a la señora SM, la ida de olla es sólo mía...

Me he dado cuenta, al colgar el primer capítulo que de haber escrito la historia ahora habría corregido unas cuantas cosas. Pero entonces ya no sería el mismo... así que, tras procurar no fijarme demasiado, he decidido dejarlo como está...

Templarias! Va por vosotras... :3

Prólogo

Avanzó lentamente por la arena hasta llegar a la orilla y se dejó caer; ya nada tenía sentido. Demasiadas emociones, demasiado tiempo perdido, demasiado…

Algo dentro de ella se rompió, se sintió pequeñita… y pensó que nunca más volvería a confiar en nadie. Llegó a ese maldito pueblo pensando que iba a empezar una nueva vida, que iba a ser feliz.

- Ja….- exclamó irónicamente mientras las lágrimas recorrían sus mejillas.

Siempre fue optimista; siempre con una sonrisa sincera… hasta que le conoció. Se lo llevó todo, su juventud, su fuerza, sus ganas de vivir.

- Bella….

- Déjame Jacob, creo que no tenemos nada más que hablar- giró la cabeza bruscamente para no mirarle a la cara.

- Ha sido un error, por favor, perdóname…- la voz se le quebraba por momentos; la iba a perder, lo presentía.

Bella cogió aire y lo soltó muy lentamente; se incorporó y miró con todo el odio del mundo al chico que hasta hacía unas horas lo había significado todo para ella. Le miró a los ojos, intentando encontrarse en ellos, pero no vio nada.

- ¿Qué es lo quieres de mí exactamente Jacob?- se repuso, iba a volver a ser ella. Ya estaba bien de ser la pobre Bella, la tonta Bella.

- No quiero nada de ti Bella, te quiero a ti….- se voz se fue apagando al ver a Bella carcajearse en cara.

- Jajajajaja, bonita forma de demostrarme tu amor Jacob, muy bonita- Ya no sentía dolor… lo estaba arrinconando en un lugar muy escondido de su corazón.

- Ella no ha significado nada Bella, te lo juro. Siempre has sido tú…- Se le estaban aguando los ojos; en qué momento Leah se había cruzado en su vida. Al conocer a Bella pensó que ella era la elegida. Su sonrisa te ganaba desde el primer momento; tan dulce, tan buena…

- Mira Jacob. Me da igual…. Ya no me importa… vete con esa o con otra. Lo mismo me da.- Levantó la barbilla- Se acabó. No quiero saber nada de ti. Ya no me conoces Jacob, no voy a volver a ser tu "dulce Bella" nunca más.

- Por dios Bella. ¡Hemos pasado juntos cinco años! ¿Lo vas a echar todo por la borda? Ha sido sólo una vez…

"Será mentiroso", pensó Bella.

- Que te jodan Jacob Black- Se dio media vuelta y siguió caminando por la orilla dejando atrás a un más que arrepentido Jacob.

Capítulo 1:

Bella Swan nació, creció y estudió en Seattle.

Cuando empezó en la facultad de Ciencias Biológicas creyó que había llegado el momento de abandonar el nido. Su madre murió cuando era muy pequeña y su padre la sobreprotegía demasiado. Quizá tuviera algo que ver que fuera Jefe de policía; o quizá es que simplemente era su pequeña, aunque ya tuviera los 18.

- Hija…. Estoy harto de ver a niñas que acaban en manos de depravados, golpeadas… o simplemente víctimas de esas "novatadas" sin sentido. ¿Tú sabes la cantidad de casos de desaparecidas que tengo que ver todos los días en la comisaría? Además… esos Pis, Gamas, Betas…..y todo el maldito abecedario griego, no tienen buena fama- Cruzó los brazos sobre el pecho y puso una mueca de desagrado.

- Papaaa… ¿tú me ves cara de querer entrar en alguna hermandad?- Dijo Bella poniéndose en jarras y levantando una ceja.

- Pffff….- Su dulce Bella, en ese entorno; no quería ni pensarlo.

- Mírame, soy bajita, morena, de ojos marrones, no visto precisamente a la última moda ¡y voy a estudiar biología! Créeme soy un bicho raro y nadie querrá aceptarme como miembro en su "secta".

- Eres tan cabezota como tu madre- Murmuró sintiéndose derrotado- ¿vendrás a verme por lo menos los fines de semana?- Charlie sabía que tenía la batalla perdida con su hija. Cuando tomaba una decisión la llevaba a cabo sin pensar más en el tema.

- ¡Ay papi! Vendré a verte todos los fines de semana siempre y cuando no tenga que prepararme exámenes; lo prometo- Se levantó de la silla de la cocina y besó a su padre en la frente.

- Hija… ya sabes que nunca te lo digo… se me da muy mal estas cosas- dijo Charlie rascándose la coronilla.

- Tranquilo papá; sé que me quieres. No hace falta que me lo digas- Sonrió- Además… por favor voy a estar a 15 minutos en coche. No hagamos un drama de esto ¿vale?

- Jajajaja. Vamos a cenar anda; tengo un hambre….

El primer año de facultad Bella pasó desapercibida entre sus compañeros. No destacó ni para bien, ni para mal. Algo que agradecía enormemente. Su rutina diaria la gustaba; por las mañanas a clase, por las tardes a la biblioteca y por las noches buscaba sitios bucólicos por Internet.

- Algún día podré visitar todos estos sitios- pensaba viendo las fotos de los bosques de Canadá, Washington, Oregón…

Debido a su carácter extrovertido hizo enseguida grandes amigos. Eric, Ben y Ángela siempre intentaban que se apuntara a sus hermandades para participar en fiestas y eventos a los que sólo podían acceder los miembros.

- De verdad chicos…- repitió Bella- No me veo en ninguna secta.

- No son sectas Bells- le respondió Ángela rodando los ojos- Pertenecer a una hermandad te abrirá caminos a la hora de encontrar trabajo en un futuro. Es de sentido común.

- Que es el menos común de los sentidos- dijo Bella con una sonrisa.

- ¿Perdona?- saltó Eric mirándola raro.

- Da igual, es un dicho de mi padre. En serio, no insistáis. Soy cabezota por naturaleza; ni siquiera mi padre ha podido hacerme razonar en estos 18 años.

- Allá tú Bella; yo ya te doy por imposible… pero de todas formas piensa que no siempre vas a tener esta edad. ¡Con dieciocho y sin haber conocido varón!

- Shhhh, vale ya Ángela, no hace falta que se entere todo el campus- dijo Bella más roja que un tomate y mirando por el rabillo del ojo quién estaba a su alrededor.

- Psche, como si no lo supieran ya.- Murmuró su amiga.

- Bueno Ángela- dijo Ben pasando un brazo por los hombros de Bella- no hace falta que se lo hagas pasar mal. Siempre será nuestro bichito raro- y frotó con la otra mano su cabeza de forma que casi la cardó el pelo.

- Ja-ja-ja, muy gracioso Ben… De verdad, soy feliz en mi mundo de Yupi… dejarme en paz ¿sí?- alegó la pobre Bella poniendo un dulce puchero.

- ¡Ay madre! ¿qué voy a hacer yo contigo?- soltó Ángela- Sólo lo digo por tu bien…

- Ya… ¿sí?- sonrió dulcemente Bella.

- ¡Está bien! No puedo con esa sonrisa perfecta… ¿lo sabes, no? Pero te digo una cosa- dijo golpeando levemente a la aludida en el pecho- Dentro de unos años, cuando te vayas a quedar para vestir santos, no me vengas diciendo "Ángela, que tonta que fui", " ay, Ángela, tenías razón en todo".

Bella se rió con su amiga de buena gana y le juró que nunca jamás se quedaría para vestir santos.

El curso terminó; no sacó unas notas excelentes pero por lo menos su esfuerzo se vio recompensado. Tras media hora de despedidas, besos, abrazos, promesas de futuras llamadas e intercambios de correos electrónicos, Bella puso rumbo a la casa de su padre.

Estaba nerviosa por que no sabía lo que se iba a encontrar. Su padre la había avisado con dos meses de antelación que no planeara nada; que este año iba a disfrutar de unas vacaciones más que merecidas con ella pero que sería una sorpresa. Ni se imaginaba lo que tenía preparado.

Aparcó frente a la puerta de casa y en lugar de descargar sus maletas avanzó rápidamente hasta la puerta. Mientras abría pensaba en la famosa sorpresa de su padre "qué se le habrá ocurrido" "él que no es nada dado a estas cosas….no sé yo".

Entró como alma que lleva el diablo hasta la cocina.

- ¡Papá! ¡Ya estoy en casa!

- ….

- ¿Papá?- retrocedió hasta la salita.

- …..

- Papá no tiene gracia… ¿Dónde estás?- gritaba mientras subía las escaleras de dos en dos.

- …..

Buscó en su habitación, en su antiguo cuarto, en el baño…. "qué raro, a lo mejor todavía no ha llegado del trabajo". Bajó de nuevo y entró en la cocina para preparar algo de merendar. Al abrir la despensa, apareció Charlie con los brazos en alto y echándose encima de una pálida Bella.

- BUUU

- ¡Joder Papá!- gritó Bella con el corazón en la boca.

- Jajajajajajajaja

- No tiene ni puta gracia- intentaba reponerse.

- Jajajajajajajaja; te tenías que haber visto la cara- Charlie se limpiaba las lágrimas.

- Sigo sin verle la gracia- se cruzó de brazos.

- Aaaaay, espera un momento, espera- dijo mientras se apoyaba en el marco de la puerta sujetándose la tripa que le dolía de tanto reír.

- ¿Ya? ¿Estás más tranquilo?

- Hija, de verdad que pena no haber tenido una cámara de esas que se llevan ahora para grabarte. Estabas tan graciosa- seguía riendo.

- Bueno, me parece alucinante… ¿quién es el que va a llegar pronto a los 40?- Dijo con toda la intención metiendo el dedo en la yaga.

- ¡Vale! – Levantó las manos en señal de paz – qué poco sentido del humor, de verdad. Ni una bromita de nada. Está bien; como veo que no vas a quitar ese ceño fruncido… ¿quieres saber cual es la sorpresa?

Bella seguía de brazos cruzados pero empezó a curvar sus labios hacia arriba mientras sus ojos adquirían un brillo de emoción.

- Nos vamos a Forks Bella, te he conseguido unas prácticas en el Parque Natural de Olimpic- Dijo Charlie con emoción contenida.

Los brazos de Bella cayeron a los lados mientras miraba fijamente a su padre esperando que dijera "es bromaaaaa", pero no dijo nada. Esperó paciente a que Bella procesase la información en su cerebro sin dejar de sonreír.

- ¿Es otra broma?- tenía que asegurarse.

- ¡No!- soltó su padre.- Bella, jamás bromearía con una cosa así. Ya sabes que tus abuelos vivieron allí toda la vida; cuando murieron me dejaron esa casa, pero sabes que nunca he tenido ganas ni ánimos para afrontar los recuerdos.

- Papá….- las lágrimas de Bella luchaban por salir.

- Ya, ya… no me digas nada; llevo dos meses preparándolo todo. He hablado con antiguos amigos a los que tenía olvidados. Se han encargado de todo mientras yo iba de vez en cuando para firmar papeles y demás…

No se podía creer las palabras que salían de la boca de Charlie. Sabía de la existencia de esa casa, pero creía que su padre se había deshecho de ella. Siempre decía que eran demasiados recuerdos. Y ahora ahí estaba su padre, explicando todo lo que había hecho en estos dos meses.

- … y entonces hablé con Billy, ¿te acuerdas de él verdad? ¿No?, bueno… tú sólo tenías dos años cuando dejaste de ir allí... Bella se había sentado sin darse cuenta en la silla de la cocina mientras escuchaba a su padre atentamente... "El parque natural de Olimpic" pensaba una y otra vez. - Pues cuando le dije que estabas estudiando biología y que te encantaba la naturaleza enseguida pensó en que el viejo Harry necesitaría un ayudante – su voz sonaba alta y clara en la cocina.

- Papa... - ya no pudo más y se levantó de un salto- ¡PAPÁ!- y se abalanzó sobre él- te quiero te quiero te quiero- le besaba por toda la cara.

-Jajaja, ¡por favor nena! Me haces cosquillas- exclamó Charlie intentando separarse

- ¿Y cuando nos vamos? Necesitaré más ropa de abrigo. No he sacado las maletas del coche. ¿Vamos en el tuyo o en el mío? No claro, en el mío... Si no daríamos la nota con tu coche patrulla - Bella no paraba de dar vueltas por la espaciosa cocina.

- Cariño tranquila que te va a dar algo.

- Definitivamente papá, este ha sido el mejor regalo que me hayas hecho jamás.- sonrió a su padre.

- La verdad que te lo mereces hija. Te has criado sola. Ya eres toda una mujer... - se entristeció mientras pensaba en esto.

- Y tú te haces viejo papá. Jajajaja. Y te estás volviendo un sensiblero.

- ¡Oye! ¡Un respeto que soy tu padre!- dijo Charlie con un fingido enfado.

- Te debía una - y le sacó la lengua.