Todo comenzó dos semanas después del matrimonio de su madre, Sally Blofis-Jackson con su padrastro, Paul. Esas dos semanas habían ido viento en popa para ellos, Percy suponía que la alegría post matrimonio tuvo algo que ver. Ella, mientras tanto, no estaba en su mejor momento. Los ataques de monstruos se habían triplicado y si antes lidiaba con dos día sí y día no, ahora lidiaba con seis a diario. La guerra contra Cronos empeoraba cada hora que pasaba y Percy no tenía descanso. Entre la escuela que recién había comenzado y los ataques ya no tenía tiempo para nada.
Entonces Paul llega un día a su departamento después del trabajo más tarde de lo normal con una cara indescifrable.
- ¿Paul? – pregunto Sally preocupada saliendo de la cocina - ¿cariño, sucede algo?
-sí, emmm. Vamos a la sala – el mortal no duda al dejarse caer en el sofá mirando la televisión apagada fijamente mientras Percy y Sally se sientan en los sillones restantes. – verán, antes de conocerlas yo había estado bastante interesado en explorar nuevos horizontes y ammm...
- ¿de qué hablas? – pregunto Percy mirándolo con una ceja alzada. La noche anterior no había dormido bien y estaba agotada, física y emocionalmente, no estaba de humor para rodeos.
-hace dos años yo pedí que me transfirieran a otra escuela lejos para evitar caer en la monotonía de un solo lugar. – Paul frunció el ceño mientras Percy suspiraba y apoyaba la cabeza en el sofá cerrando los ojos – cuando lo hice estuvieron buscando una secundaria que me recibiera, pero no la encontraron, ninguna necesitaba un profesor de inglés, de momento. Sin embargo, hoy una escuela secundaria llamo a Goode preguntando si aún estoy buscando esa oportunidad.
- ¡es una buena noticia, Paul! – exclamo Sally sonriendo.
-el problema, querida – dijo Paul tomándola de la mano y mirando a Percy con preocupación – es que el trabajo que me ofrecieron es un poco lejos de aquí.
- ¿Qué tan lejos? – pregunto Percy abriendo los ojos y mirándole con cautela ante su tono.
-Forks, un pequeño pueblo en la Península de Olympic, en Washington. – contesto Paul cerrando los ojos.
- ¡¿Washington?! – exclamaron a la vez Percy y Sally.
-eso esta al otro lado del país – dijo Percy poniéndose de pie y comenzando a caminar alrededor de la sala – estoy en medio de una guerra, Paul, no puedo irme a la otra punta del país justo ahora. ¿Qué pasaría con el Campamento Mestizo? ¿Qué pasaría con la guerra y las misiones? Paul, tengo que estar aquí.
-Percy – intervino Sally – piénsalo, cariño, quizás esta sea una oportunidad para que te relajes un poco, tomes nuevos aires y así cuando vuelvas en las vacaciones estés menos estresada y más centrada en tus habilidades.
-pero, mamá…
-los chicos entenderán que no los estas abandonando en plena guerra. – se adelantó a su réplica Sally con delicadeza – es una oportunidad que nos favorecerá a los tres, tu podrás empezar de cero en un lugar donde nadie te conoce ni juzgara, Paul disfrutará de un nuevo trabajo en un nuevo lugar y puede que con el cambio yo termine mi novela con más inspiración, por favor, velo de ese modo, mi amor. Te ayudara.
Percy suspiro, eso no lo podía rebatir. Pero ella adoraba Manhattan, había nacido allí y jamás se le había pasado por la cabeza mudarse. Aunque su madre tenia razón, estaba tan estresada que apenas podía lidiar con todo lo que estaba cargando, quizás era demasiada presión para una chica de quince años recién cumplidos, pero era su deber o eso creía ella.
- ¿ya aceptaste el trabajo? – le pregunto Percy a Paul minutos después suspirando mientras cerraba los ojos.
-les dije que primero tenía que preguntárselo a mi familia, mañana debo darles una respuesta y si digo que si debo trasladarme lo más pronto posible, pero Percy si tienes mucho problema o no te gusta la idea... – Percy le interrumpió con amabilidad.
-no, no es eso, acepta si quieres. Llamare a Blackjack, arreglare las cosas con los chicos en el campamento y todo eso, vuelvo mañana temprano, habrá mucho que hacer si nos mudaremos a la otra punta del país – acto seguido, se despidió de ambos y salió por la puerta tomando una sudadera en el camino.
Paul miro a Sally con preocupación.
- ¿ella lo tomo demasiado mal? Digo tú la conoces mejor que yo, Percy es demasiado buena ocultando sus emociones y bueno… no se si mudarnos a la otra punta del país en este momento sea una buena idea.
-Percy no oculta sus emociones, Paul, lo que pasa es que tiene un ánimo bastante impredecible que heredo de su padre, ya sabes lo cambiante que puede ser el mar. Sin embargo, cariño, Percy también esta agotada en mas de una forma, esta guerra la esta sobrepasando y temo que en cualquier momento vaya a romperse por tanta presión. Es solo una chica de quince años. El cambio le ira bien, se alejará de sus problemas, empezara de nuevo y va a volver el próximo verano como nueva dispuesta a hacer lo que tenga que hacer. Necesita un descanso no importa cuanto lo niegue.
- ¿de verdad crees que es lo mejor? – pregunto mirándola temeroso. – dejara toda la vida que había construido en Manhattan, sus amigos en el campamento, los amigos que hizo en Goode, toda su familia. Estará sola en Forks…
-estoy segura de que es lo mejor, podrá rehacer su vida, mejorarla a su gusto y todo lo que quiera. Y respecto a los chicos… la visitaran, estoy segura, la quieren demasiado como para olvidarla así como así. Además, ella no estará sola, me tendrá a mí, te tendrá a ti, tendrá a los nuevos amigos que estoy segura hará por allá. Todo estará bien – le tranquilizo sentándose junto a el permitiendo que la abrazara con fuerza.
-no se como he podido pasar tanto tiempo sin ti, Sally – le dio un beso en el pelo – tienes razón, toda ira bien, solo hay que tener fe en que lo hará y listo.
-eso es.
