Sumario: "El humano vuelto unicornio Blank Page finalmente está acostumbrándose a su nuevo cuerpo y hogar, su vida está volviendo a la normalidad. Pero el significado de 'una vida normal' es relativo, especialmente cuando cambias de especie súbitamente, vives en un castillo, estas saliendo con una Diosa-Princesa y eres seguido por changelings por donde vayas."
Continuación de 'New Beginnings' (primer Arc). Se recomienda leerlo primero antes de este fanfiction, ya que hay muchas cosas preestablecidas que no entenderían sin su lectura previa.
Notas del autor original: Muchas gracias al creador del cover. Pueden encontrar su usuario en Deviantart por su nombre: Amalgamzaku.
Muchas gracias a Hiver por dejarme traducir su fanfiction, todos los créditos para el que se los merece de sobra. Como siempre si quieren ver el trabajo original lo encontrarán en FimFiction.
La cama se empezó a mover repentinamente interrumpiendo mi sueño. El movimiento fue seguido por un silbido de aire y un fuerte oomph. Medio segundo se repitió ese sonido varias veces, como el de algo suave golpeando otra cosa repetidamente.
"¡Ack! ¡Maldición Tia! ¡Mueve tu gordo trasero!" Luna exclamó y mi almohada desapareció súbitamente, haciendo que mi cabeza golpeara el colchón.
Forzándome en abrir los ojos, presencié a las dos Princesas de Equestria sacándose las plumas a golpes con un par de almohadas.
Me quedé mirando por un momento, retrayendo mis orejas y estirando mi cuello para ver la hora. Seis de la tarde.
Estúpidamente temprano.
Quejándome, puse las sabanas sobre mí y me enrollé en ellas, intentando ignorar la conmoción.
Diosas-Princesas Inmortales o no, aun eran hermanas. Lo que significa que en la rara ocasión en el que encuentran la oportunidad de despertar a la otra, lo hacen en la honorable tradición de todas las hermanas.
En otras palabras, la forma más molesta que se les pueda ocurrir. Mientras era halagador que se pudieran sentir relajadas en mi presencia, preferiría que Celestia simplemente se fuera.
Con un sonido de frustración, Luna finalmente logró empujar a su hermana de sobre ella, tirándola al piso antes de acurrucarse en las coberturas de la cama otra vez.
Escondiendo una risa, Celestia se volvió a parar y golpeó a Luna con la almohada una vez más. "Despierta. Los embajadores de Maretonia tienen una audiencia con ambas en una hora. ¿Recuerdas?"
Luna solo gimió.
Compartía el sentimiento. Esta era una de las pocas desventajas de mudarme con mi novia. Cada vez que ella era despertada por algún tipo de emergencia, yo también despertaba.
Había acomodado mi horario de dormir para tener el mismo que ella. No es como si no pudiese escribir durante la noche. Y también hacía mucho más fácil mirar el amanecer.
Pero ahora mismo, solo tenía ganas de decirle a la Princesa del Sol que se largara. En vez de hacer eso, gemí y me estiré antes de darle a Princesa del Sol una mirada de cansancio. "¿Tienes que hacer esto siempre?"
Celestia simplemente sonrió. "Lo tengo que hacer. Tú sabes lo difícil que es despertar a mi hermana." Dándole pequeños golpes a la pila de sábanas que cubría a Luna. "¡Despierta! Necesitas alistarte."
¿En serio? Porque yo nunca he tenido problemas despertándola.
Luna finalmente se movió y asomó la cabeza, dándole una mirada molesta a su hermana, antes de comenzar a desenvolverse de sus coberturas. "…Esta bien."
Celestia sonrió, trotando felizmente fuera de la habitación. Levantando una ceja la quedé mirando hasta que desapareció de mi vista. "¿Qué la habrá dejado de tan buena ánimo?"
Quejándose, Luna se estiró y expandió sus alas. "No tengo idea." Gruñó con un bostezo antes de acariciarme la oreja. "Lamento esto."
Negando con la cabeza, devolví sus caricias. "No te preocupes. Es un gaje del oficio, supongo. Y no es como si yo fuese el que tiene que lucir como Realeza en menos de una hora."
Luna suspiró y se estiró nuevamente antes de salir de la cama, retrayendo sus alas.
No es como si necesitara hacer mucho para alistarse. Lucía fantástica como siempre. Algunas plumas fuera de lugar, pero esa era la única evidencia de que recién había salido de la cama.
Flexionando sus alas por última vez, salió de la habitación para prepararse. Un par de sirvientas corriendo a asistirla tan pronto como dejo los aposentos. La quedé mirando por un momento antes de volver a acurrucarme en las sabanas. Solo un par de minutos más…
A pesar de ser muy temprano, es sueño se rehusaba a llevarme. Media hora más tarde gruñí y me puse de espaldas, mirando al dosel de la cama.
Pues ya que… Mejor me levanto.
Bostezando, forcé a mis ojos a abrirse antes de girarme fuera de la cama, cayendo en mis cascos y estrechándome me dirigí a la otra sala.
¡Diablos! Odio tanto levantarme temprano.
El cuarto exterior a la habitación privada de Luna… o quizás deba decir, nuestra habitación privada. Vaya… era difícil acostumbrarse a eso. Como sea, en el cuarto no había ningún poni.
Bostezando de nuevo, me caminé a tomar una taza de té antes de ir hacia la puerta, echando una mirada alrededor. "Ya puedes entrar ¿sabes?"
"¿Como sabías que estaba aquí?" Skitter preguntó mientras entraba, la changeling meneó sus alas.
Agitando mi cabeza, miré a mi asistente/guardaespaldas. "Siempre estás ahí, Skitter. Consíguete una vida."
Luna había estado en contra de esto. Muy en contra, de hecho. Pero, teníamos un pequeño problema de changelings.
A lo que me refiero es que, tenemos changelings, y muchos ponis que temían a cualquier cosa que fuese diferente. Lo que significa que necesitábamos demostrarles que podíamos confiar en ellos, o no habría ningún progreso.
Los changelings necesitaban emociones para vivir. Era así de simple. No, los cachorros no hubiesen funcionado, no de una forma práctica al menos. Sus emociones eran muy diluidas para subsistir de ellas. Cada changeling tendría que drenar cerca de cien cachorros por día solo para sobrevivir.
No, necesitaban emociones más consolidadas para alimentarse. Lo que en este caso, tendría que provenir de los ponis.
El tratado con los changeling les permitía viajar libremente a través de Equestria… en su forma real. Cualquier forma que tomaran tenía que mostrar que era un changeling. La mayoría mantenía sus alas visibles en su forma natural.
Para que esto funcionara, tenían que ser aceptados, y eso era muy, muy difícil. No necesitaban drenar completamente a los ponis para recaudar emociones. Diablos, incluso el estar cerca de un lugar rico en 'emociones ambientales' era suficiente para que pudiesen tomar un bocado del 'amor en el aire'. Puede que suene tonto, pero funcionaba.
Pero aun así, para que los changelings puedan asistir a bodas y lugares populares donde vas las parejas, era requerimiento no ser un paria en la sociedad poni.
Lo que significaba que había que convencer a los ponis que ellos no eran peligrosos.
Y eso significa que una Princesa tenía que hacer una poderosa declaración. Como el permitir que uno de ellos fuese un guardaespaldas para su novio/consorte.
Luna no era fanática de la idea, pero logré convencerla. Necesitábamos que esto funcionara.
"Solo hago mi trabajo, mi Lord." Skitter respondió con una sonrisa.
Le di una mirada de cansancio. "Para de llamarme así. ¿Qué hay en la agenda para hoy?"
Inclinando su cabeza en pensamiento. "Nada en la agenda, señor. ¿Planea escribir algo?"
No estaba con ese particular ánimo esta noche. Y no creo que haya ningún tipo de cena o algo que tenga que atender, pero quería estar seguro, por eso le pregunté.
"No realmente. Veamos que podemos hacer hoy."
Y así comienza el Segundo Arc.
Más aventuras y sorpresas para Page. ¿Cómo enfrentará las cosas que le vendrán encima?
Cualquier cosa que no se entienda bien, o si hay algún error háganmelo saber por PM.
