Chapter 1: Pesadilla Suesca
Las Mary Sues del Terror.
(Inspirada en las alucinaciones de Dumbo "Las Ánimas del Terror" )
"El que abusa del alcohol lo lía una Sue en descontrol"
Tokio, Japón.
Los directivos de la FIFA estaban emocionados. Por fin habían reunido a las más grandes estrellas del mundo para mostrar el mejor fútbol del mundo, para mostrarles a los apasionados del fútbol cómo se podía hacer un equipo de ensueño… o por lo menos, eso era lo que pensaba el representante de la Selección Japonesa, Munemasa Katagiri, que había conseguido traer a Stefan Levin, a Karl Heinz Schneider, a Carlos Santana, a Sho Shun Kong, a Cruyfford, a Juan Diaz, a Eru Shido Pierre, entre otros, para jugar contra la "Generación Dorada" de Japón, encabezada por Tsubasa Ozora, el "Rey del Soccer", habilidoso 10 en el Barcelona y en la selección, especialista en aprender las técnicas de sus rivales. Lo seguían el portero Genzo Wakabayashi, cancerbero del Hamburgo, a quien no se le escapaba nada. También estaban Kojirou Hyuga, el fogoso delantero de la Juventus italiana, Taro Misaki, el elegante volante del Paris Saint Germain… el partido sería fenomenal con tantas estrellas, pensaba Katagiri.
Eso también pensaba Genzo Wakabayashi, que en su día de descanso, se había encontrado con sus rivales y compañeros en la misma sede donde los habían reunido a todos.
-Patrocinadores- dijo con desprecio, mirando la nueva marca de "bebida energética" que hacía un rato le había tocado anunciar. Al rato, vio como Rhyo Izhisaki escupió toda la bebida.
-Sabe a diablos, pero no sé porqué me gusta- dijo extrañado.
- No sabe tan mal, esta cosa. Te apuesto, Wakabayashi, a que no podrías tomarte ni dos de esas- dice Kojirou Hyuga burlón. Genzo solo le sonrió trémulamente.
-Aquí el que no toma nada es Tsubasa, ni Taro. Ah, claro, ni tú, Schneider.- le dijo socarronamente al alemán, que solo alzó una ceja.
-Eso no te incumbe, Wakabayashi, pero, si te mueres por saberlo, ya me he tomado tres cosas de estas- dice señalando una botella.
- A mi me parece que tienen un sabor raro, pero si el señor Katagiri nos la dio, bueno, por algo será- objetó Tsubasa.
-Entonces, Ozora, te reto a que te tomes cuatro- dijo Cruyfford, de paso. – Hagámoslo más divertido. – No tengo nada que hacer ahora. Le doy 80 euros a quien tome más gaseosas.
-Por favor, no iré a semejante concurso tan indigno- replicó Santana desde una esquina.
-Ni yo- añadió Genzo.
-Está bien, está bien…- 200 euros. – dijo Cruyfford tomando otra gaseosa.
- Vamos, todos los de esta sala pueden conseguir 200 euros solo mostrando la cara- replicó Hyuga. – Ya sé, para que no te veas tan tacaño, Cruyfford, apuesto mi Maseratti.
Schneider se interesó, al oír de ese auto tan caro.
-¿Algo más? No sé por qué vas a dar tu Maseratti solo por un mísero concurso. Pero si es así, solo por tomarme esta cosa, pues bien- dijo desdeñoso y sonriente.
-Si se apunta Schneider, voy- musitó Levin.- Y añado a la apuesta una semana en mi casa de verano en Capri.
-Es ridículo…- replicó Santana. - Me tomaré las que yo quiera.
-No te hagas, eso lo dices para ganar- apuntó Hyuga.
-Di lo que quieras. ¿Vas tu también, Diaz?
-¡Claro! Tanto por tan poca cosa…- dijo orondo el argentino.
Así, uno a uno se fue sumando a la apuesta, pública, o silenciosamente. La nevera fue acabándose, hasta que luego del jolgorio, salieron de la sala a campo abierto, para ver los cerezos. Entonces, Genzo se refregó los ojos, tambaleante. Vio una hermosa mujer de curvas provocativas, que lo miraba con psicópata deseo.
-Hoola…- dijo un poco medio ido. ¿Quien eres?
-Soy Allison Violeta Alfonsina Salazar Trueba del Campo, apodada la "Rosa del Yogurt", "El Pimpollo de Timbuctú", y mi símbolo es el Pequeño Pony…
-¿Y eso que tiene que ver conmigo?
Ella lo estrujó contra sus grandes pechos y medidas perfectas. Genzo no podía respirar.
-¿No te mueres de deseo con mis ojos color excremento derretido y mi cabello color baba de mantis religiosa?- le dijo con mirada de cordero degollado. Genzo comenzó a asustarse…
-Pues estás buena, pero no entiendo…
-¡Noooooo!- gritó Levin. - ¡Es una Mary Sue, una maldita Mary Sue!- dijo, separándolos. Genzo lo miró estupefacto.
-Pero ¿no ves que es perfecta?
-No, tonto, conozco muy bien este espécimen. Desde la noche siguiente a la que murió Karen, estas criaturas se me han aparecido en sueños, tratando de llevarme a su reino infernal, donde solo existimos para ser sus esclavos… ¡Ni siquiera respetaron mi maldita viudez, ni siquiera Karen se enfriaba en su tumba cuando ya me asediaban, las malditas!- se quejó.
-"Oh"- dijo Allison Alfonsina Salazar Trueba del Campo, la "Rosa del Yogurt" – No le hagas caso- dijo bondadosamente. – Me presenté ante ti porque fui creada única y exclusivamente para acostarme contigo, ha sido el propósito de mi vida…
Genzo no sabía qué hacer. No sabía si creerle en a Levin, en ese momento con ojos de loco tipo "El fin se acerca", o irse con semejante mamacita, pero le parecía que había algo extraño. En eso, aparecieron Tsubasa, Taro, Kojirou, Schneider, y Rhyo. Los otros, supuso el guardameta, se habían quedado dormidos. Ellos también la vieron.
-¡Es una Sue! ¡No se le acerquen!- gritó Levin como un loco. Schneider se comenzó a sentir raro.
-De repente… siento que me voy a parecer a una copia barata de Hugh Grant, al ver a esta mujer y declarármele con dulces y suaves palabras de amor, y que voy a ser un hombre expresivo dedicado únicamente a cumplir sus propósitos…
Todos lo miraron como si se hubiese contagiado de lepra. Hyuga le dio un golpe.
-¡Idiota! ¿Qué te pasa? ¡Tú no eres así! Tú eres un tipo frío, reflexivo, poco expresivo, un tipo serio…
Karl se sobresaltó.
-Tienes toda la razón, no sé que me ha pasado… nunca sería así con una mujer, ni siquiera con mi madre- dijo mirando a la Sue
-Ayyy Genzo- dijo Allison bla bla bla… alias la "Pollita más barata de Ámsterdam", tomándolo de los hombros y haciéndole un masaje. – SI vienes conmigo viviremos felices para siempre, tendremos una historia de drama y amor, y cuatro hijos o los que queramos, que se parecerán tanto a ti como Barack Obama se parece a Dennis Rodman…
-Pues no lo sé…- dijo Genzo tratando de quitarse, aunque era muy difícil para el resistirse.
-Está bien- dijo Allison. – Como me discriminas por ser Mary Sue, Genzo, cuando fuimos creadas especialmente para ser tus esclavas- sollozó. – Me has partido el corazón, y pensaré en ti cuando tenga un hijo tuyo ilegítimo, y cuando vea el mar, o el cielo, o cuando me transforme en un ángel superguerrero que le patea el culo a Superman y a Gokuh juntos, cuando sea modelo y no te vea tras los reflectores… "Yooo"- dijo con cara dramática de diva de telenovela. "Yooo que te ofrecí mi corazón envuelto en papel crepé"
Y sus ojos de color excremento derretido se convirtieron en los del Gato con Botas, mientras miraba al pobre Genzo, rígido como una vara, sin saber qué hacer.
-Voy a vomitar, eso hasta a mí me parece cursi- susurró Taro a Tsubasa, que asentía preocupado por la lotería que se había ganado Genzo.
-Entonces- dijo sacando una pelota de fútbol soccer último modelo. – No tengo más remedio que echar esta linda pelota a este hueco, ya que la iba a dar de premio…
Y acto seguido, la pateó a un hueco, y ella misma se tiró.
-¡La pelota no, la pelota no!- gritó Tsubasa, mientras barría a todos los que se le interpusieron (in) sensatamente en su camino para que no se arrastrase con ella. En eso, agarró a Taro, quien se agarró a Kojirou. Schneider no soltaba a Hyuga de la playera, mientras Rhyo y Santana trataban de jalarlos a todos con gran esfuerzo. Levin solo sonreía como un psicópata.
-Se los dije, tontos… olvidarán que son futbolistas, y se convertirán solo en galanes de cuarta… no habrán juegos interesantes, se olvidarán de su vocación, y solo irán a traer flores y a comprar vestidos bonitos para ser sus esclavos sexuales, sus esposos decorativos… jamás volverán a jugar fútbol ¡muajaja!
-Sexo todo el tiempo, pero yo soy un portero, esa es la razón de mi vida, ser el mejor, pero…- analizaba Genzo. En eso, casi se le suelta Schneider.
-¡Calla y jala!- le gritó el alemán enrojecido del esfuerzo. – Podemos conseguir mujeres menos brutas que esas…
-¡La pelota!- gritaba Tsubasa. - ¡El último modelo, de oro, aerodinámica, se ajustaba a mi pie! ¡La pelota es mi mejor amiga!- decía el capitán japonés retorciéndose, hasta que jaló a Taro, y a todos los demás al hueco. Gritaron y gritaron. Solo se quedaron en tierra Levin, Santana y Rhyo.
- Qué idiotas- concluyó Santana. – Creo que van a necesitar ayuda allá abajo, tu sabes, tú conoces a esas criaturas, pequeño loco- le dijo a Levin, y lo empujó. Rhyo se indignó.
-¿Porqué hiciste eso? ¡Ahora todo se pondrá peor! ¡Idiota!- le gritó, y lo empujó también. Y el mismo alzó los hombros y también se tiró al hueco.
Este era infinito. Solo había negrura. Sintieron que flotaron. Vieron rosas, esquelas de Winnie Pooh, pinturas, y todos esos regalos idiotas que conmovían a las mujeres. Hasta que cayeron todos, uno sobre otro, en medio de un espacio negro y vacío.
-Maldito obsesivo- se quejó Hyuga al hablar de Tsubasa. – Por tu culpa ahora no sabemos dónde estamos.
- ¿Y ahora qué hacemos?- preguntó Taro desconcertado.
-Hay que organizarnos- sugirió Genzo.
-Esto no habría comenzado si le hubieses hecho caso a Levin y hubieses matado a esa criatura - le replicó Schneider.
-Te recuerdo, Schneider, que también te vi muy entusiasmado con ella, y con tomar esas porquerías- objetó Genzo.
-Y tú me dijiste que no, como no- se burló el alemán.
-Ya, señores- los paró Tsubasa. – Todo fue mi culpa, pero ay Dios…
Ahí iluminada, estaba la pelota, en las delicadas manos de porcelana china barata de una chica que tenía delicados guayos rosa, minifalda, y extrañamente se parecía a Sanae, pero mas buena.
Hoola, Tsubyyy…- le dijo con su terrible voz melosa. – Seremos todas tuyas si vienes a nosotras…
Pero yo tengo a Sanae…- dijo Tsubasa desconcertado.
La criatura se rió delicadamente.
Sanae era una perra lacrimosa sin vida propia. Tomé su esencia, lo único para lo que valía la pena, es decir, para ser tu apéndice, y la mejoré con un peinado más bonito, un torso más delgado, y con ganas de mostrarte que no se puede ser tan ñoño en esta vida…- dijo caminando a su alrededor. Lo abrazó, y él la abrazó a ella. Comenzaron a besarse, mientras todos gritaban de horror
¡No le hagas caso, Ozora! ¡Es la Mary Sue que quiere hacerte quedar como un malvado patán con aquella que te ha apoyado todo el maldito tiempo!- gritó Levin desesperado.
Si, Tsubasa, recuerda que Sanae tiene su propio carácter, que sea dulce no significa que sea idiota- le dijo Taro sabiamente, muy preocupado por su amigo.
Es cierto- dijo Tsubasa, quitándole la pelota. – Sanae es la única chica que entiende que esto es primero, pero ella tiene su propia personalidad, y me ama a pesar de eso. ¡Déjame en paz!- le dijo Tsubasa empujándola suavemente.
¡Bastardo!- sollozó la Sue. - ¿Ni siquiera mi hermosa y exótica belleza te conmueve? ¿Ni siquiera aunque me interese en ti como persona?
Lo siento, traje a mis amigos por esta cosa, pero si vale soportarte el resto de mi vida, es tuya- le dijo Tsubasa tirándole la pelota.
Nadie lo felicitó. Todos hicieron un gesto de horror. La Mary Sue contrajo su rostro, y su mirada se tornó maligna. Pateó la pelota con un potentísimo Drive Shoot.
-¡Entonces olvídate del Balón de Oro este año, tarado!- dijo, mientras la pelota iba como un cañón, que tumbó a Taro, a Schneider, a Santana, a Levin y a Kojirou. Genzo fue el único que lo pudo detener, y cayó al suelo, mientras la pelota le quemaba las manos. Taro y Rhyo corrieron a socorrerlo.
-Maldita sea… están locas… -dijo herido en su orgullo.
El pequeño monstruo había desaparecido. Levin y Rhyo levantaron a Genzo, y caminaron con él. De repente, se dieron cuenta de que se encontraban en jungla tropical, pero toda esta era rosa, rosa malva, rosa chillón, rosa oscuro, y uno que otro rojo.
Decidieron que estaban muy cansados, y organizaron un lugar donde guarecerse de los Furbys que veían como sombras en medio del follaje y que decían "Te quiero"
-¿Qué demonios es esto?- dijo Santana, tratando de ocultar su horror, mientras todos ponían sus manos en el fuego, y Taro se ocupaba de hacer curación con su camiseta, a las magulladas manos de Genzo.
Todos miraron a Levin. El se veía silencioso, y aturdido.
-"El que abusa del alcohol lo lía una Sue en descontrol"- comenzó a tararear.
-¿Qué, qué significa eso?- preguntó Kojirou desesperado.
Comenzó un macabro Te Deum (como el de la borrachera de Dumbo)
Entonces, vieron todos a unas pequeñas mujeres perfectas, de ojos de color extraño, morado, azul verdoso, petróleo rosadito, y cosas así, que los rodeaban. Sus cabellos eran lisos, brillantes, perfectos.
Levin apareció como el fantasma de la Ópera, mientras las pequeñas Sues comenzaron a crecer, tocando como en una orquesta. Una pasaba encima de las otras, y todas comenzaron a marchar sensualmente. Unas tocaban la trompeta, otras el bombo, y otras el precioso violín Stradivarius, pues eran unos genios de la música.
"Quien son, quien va , empiezan a desfilar, vienen ya, son miles las que van a acosar " cantó Levin aterradoramente, mientras todos veían a las Sues desfilar, insinuantes.
"Vienen ya, vienen ya, parecen de Satanás" respondieron Genzo y Kojirou aterrados, mientras los rodeaban un montón de torneadas piernas perfectas.
"Ya están, aquí, en torno a ustedes van, al revés como psicópatas" cantó Levin, mientras aparecían un montón de Sues con libretas de autógrafos y grilletes, vestidas como Sailor Scouts, y Rhyo, Tsubasa y Taro se apretaban uno contra otro, muertos de horror.
"Terror, me dan, me quieren esclavizar" dijo Karl Schneider, mientras se escondía con Genzo detrás de una piedra, y las pequeñas mujercitas los halaban para besarlos.
"¿Qué es una Sue?" preguntó Genzo.
"Yo no lo sé" dijo Santana
"Y yo no lo quiero saber" dijeron Tsubasa, Taro y Schneider asustados.
"Al que abusa del alcohol, lo lía una Sue en descontrol, de curvas de Exterminador, que te aman y dan terror" cantó Levin, mientras una tras otra se cruzaban, echando sus coloridos cabellos hacia atrás.
"Yo que a Santana desafié, y que en Brasil yo le gané, las Mary Sues sin control, han hecho que pierda mi gran valor, ay qué horror" se quejó Tsubasa, mientras varias aparecían haciendo veintiuna, y el, por estar pendiente de sus perfectos cuerpos, no podía ni patear la pelota.
"Déjenlo en paz, no puede más, ya se van, ya se van, las Sues en descontrol, las Sues en descontrol, ya se van" cantaron todos al mismo tiempo, jalando a Tsubasa y a Levin.
Todos se acostaron a dormir, esperando que todo hubiese sido una horrible pesadilla.
Para su infortunio, el precioso sol deslumbrante, que tanto odiaron luego, les indicó que estaban en el mismo terrible lugar. Aparecían gaticos, perritos, y varios animalitos con lazos rosas. Hyuga se encargó de la comida, y supondrá el lector que fue lo que comieron.
Siguieron explorando el rosadito lugar, y encontraron a la gente de "Lost", yéndose en un barco (El Grupo de los Seis).
-¡Hey! ¡Hey! ¡No nos dejen aquí!- gritó Genzo desesperado. - ¿Y ahora que haremos? ¡No! ¿Qué es esto?
-Es una isla, y ¡matanga!- dijo Kate levantando su dedo del medio, y despidiéndose. Ellos lanzaron toda clase de improperios.
-Estamos perdidos, perdidos- se quejaba Rhyo desconsolado. – Seremos esclavos sexuales, jamás volveremos a tocar una pelota, y seremos los perfectos dedica- canciones de Thalía y Ricardo Montaner… y cantaremos como Bryan Adams…
-Cállate- le dijo Kojirou. – Eso no va a pasar. No mientras yo tenga vida.
En eso, otra pelota lo golpea en el estómago. Lo tumba y lo deja medio inconsciente.
-¿Quién demonios eres?- le grita Karl fuera de sí. Aparece una mujer con uniforme de futbolista, mascando chicle, y hace una chilena.
-Me llamo Arwen Francisca del Carmen Sagawara Farrakesh, y he sido Balón de Oro en ochenta ocasiones, he ganado cincuenta veces la Copa del Rey, y ayudé a Cristiano Ronaldo a ganar la Liga Premier. He sido consultada por los técnicos en la Liga de Campeones porque soy una gran defensora, una habilidosa delantera, una inteligente mediocampista, y un gran portero. Les puedo patear el trasero a todos al mismo tiempo. ¡A ver, rétenme! Soy la diosa secreta de Maradona, y a Pelé le enseñé a jugar…
-U… una preguntita… ¿a qué se debe el nombre?- dijo Rhyo intimidado.
-Porque tengo el físico de elfa, mi padre es mexicano, mi madre es japonesa y medio árabe, y puedo viajar a todos los lugares del mundo porque tengo una cuenta que envidiaría Donald Trump … y no te intimides, tengo un gran corazón, el último hombre que me lo partió, hizo que yo me cortara el cabello y lo echase al mar " he decidido que ningún hombre me volverá a amar, jamás, jamás, jamás" no son "dignos de mí" Ohh… mi ex novio me golpeaba, me usaba como saco de box, salvé a ochenta huerfanitos en Tailandia, y el Tsunami se llevó a mi madre, adicta al crack verde, y a mi padre proxeneta…
-¿Porqué todas comienzan con su estúpida historia dramática para hacernos creer que son importantes para nosotros? Le susurró Genzo a Karl, que alzó los hombros desconcertado.
-Eso ni Oprah Winfrey y Mahatma Gandhi- concluyó el alemán.
-¡Cállense! ¡Ahora los retaré porque los detesto a todos!- dijo, mientras hacía otro tiro que Genzo tapó en el acto.
-Vamos a ver, bebé- dijo Genzo escupiendo al suelo. – Una contra todos.
Ella burló a Levin y a Rhyo, y disparó de media volea un tiro que Genzo casi no tapa. Tuvo un duelo con Karl Schneider que resolvió pateando un taco, para luego burlar a Tsubasa, que corrió detrás de ella. Barrió a Taro, y a Santana se le fue por otro lado. Pateó la pelota con todas sus fuerzas.
-¡Triple tiro de la Gallina Chueca!- gritó. Hyuga se adelantó, y sacrificó su canilla para detenerlo. Cayó de rodillas, adolorido.
-¡Mira lo que hiciste, bruja!- le gritó Tsubasa desconcertado. Ella lo miró con cara de Bambi cuando perdió a su madre.
-Tu… fuiste el único que detuvo mi tiro… ¡el único!- dijo con un hilito de voz. – Qué fuerte eres, tigre… ven acá y deshielo tu corazón…
Hyuga la miró con horror.
¿Estás loca? ¡Tratabas de matarnos a todos, y ahora quieres que yo…!
Ella se le colgó del brazo, empujando a Tsubasa y a Genzo. Lo miró asquerosamente enternecida.
-Ámame, Kojirou… ámame porque eres el único digno de mí… tu sanarás mi pobre corazón roto, y tendremos hijos llamados Spanky Kotaro, y Xotchihl Akira, y serán como tú y yo, los invencibles del fútbol… detén mis tiros y quiéreme por toda la eternidad… bajo esa máscara de perra dura hay una mujer muerta de amor, una gatita dispuesta a cumplir todos tus deseos…
Kojirou la empujó al instante.
-No me conoces un diablo, púdrete…- le dijo asustado. – No me quiero casar ahora, no quiero tener hijos, y menos con esos nombres que solo significan mierda. Solamente quieres aumentar tu ego conmigo, pero no te molestas en saber nada de mi persona. Vete al diablo- le dijo molesto.
-¡No! ¡No me rechaces otra vez! ¡O me suicidaré!
-Yo tengo una navaja- le dijo Levin amablemente. – Sirve incluso para la aorta, por si quieres…
-¡Calla, sueco loco!- gritó ella. – Tú solo tienes ojos para la tal Maki, así como este idiota los tenía para la Karen…
-Por lo menos Maki sabe quién demonios soy- razonó Kojirou a punto de abalanzársele, no para besarla sino para ahogarla al mar. – No voy a ser un galán, mocosa, no voy a cantar como Frank Sinatra y no te hablaré después del sexo y dedicarte un poema de Neruda porque no me da la gana, así no soy yo. No me preocuparé por ti, no tengo compasión con nadie ni soy un maldito psiquiatra. Tómalo o déjalo. Y por cierto, deseo tomar algo, tráemelo ya.
Ella sollozó, llena de furia. Gritó y gritó.
-¡Ahora si los humillaré a todos!- gritó como una loca. Pero se miraron entre todos. Ya habían orquestado un plan, entre Genzo y Santana, para deshacerse de ella. La agarraron entre todos. Ella sonrió.
-¡Oh, entre todos, mi fantasía suprema!
-¡Cállate, zorra loca!- dijo Genzo molesto. Todos la amarraron, mientras ella se relamía de gusto. La alzaron entre todos.
-¿Qué hacen? ¿Me llevarán al país del amor?
-¡NO, al MAR!- gritaron todos. Ella comenzó a chillar.
-¡Tengo tres maestrías y dos diplomas de Harvard por ser chica buena, no me pueden hacer esto, quien se creen que son niñitos! BLBLBLBLBLBLBLBLBLB…
Sus pies se hundieron en las limpias olas, y un líquido rosado se mezcló en las aguas. Schneider, Genzo y Santana miraron con detenimiento como salían menos burbujitas.
-La hemos matado- dijo Tsubasa horrorizado.
- No creas, son inmortales. En toda mujer enamorada de un futbolista como nosotros siempre habrá una pequeña empleada de servicio amante de Corín Tellado, que siempre quizo ser princesa, pero fue rechazada por gorda y fea, y nosotros somos el vehículo perfecto para desahogar sus frustraciones y tener la vida que le dijeron que creía merecer - concluyó Taro.
-¿Y tú como sabes eso?- le preguntó Santana, que no estaba para nada conmovido con la muerte de la Sue.
-Solo observo- dijo el volante amablemente.
Caminaron, y caminaron. Mataron un Winnie Pooh que les sirvió para dos días. Encontraron un cuartel general, quizá el de los tipos que habían huido en el otro bote. Encontraron armas, que aprendieron a manejar a las malas, luego de destrozar dos laboratorios. Taro se encontraba de centinela. De pronto, oyó varios tambores, y esos malditos violines Stradivarius.
-Se acercan…- dijo Taro con ojos de terror a Genzo, Schneider y Tsubasa. Kojirou cargó el arma.
-No me importa si es la misma Heidi Klum, las tipas de esta isla están locas, y les volaré la cabeza, si no es que les vuelve a crecer- dijo resuelto.
-No, todas tienen el cerebro muy pequeño- dijo Levin aturdido, mirando a lo lejos. – Solo piensan en ser amadas, y en tenernos de mascotas, y en ver lo divinas que son.
Oyeron que los árboles crujieron. Se oía un terrible ruido a lo lejos. Una voz como de gorila.
"M IIIII OOOOOOO" " MIIIIIII OOOOO"
Entonces, una dulce voz apareció frente al cuartel
"Yo sé que te amée…. Genzo Wakabayashiii" "Hermosooo eres… en mi morado corazooon"
Genzo y Tsubasa se miraron.
-Allison "El Pimpollo de Timbuctú"- dijo aterrorizado. Salió a la ventana.
- Si no quieres una bala en la garganta, primor, mas te vale callar tu dulce y perfecta voz- dijo el apuntándole con la escopeta.
-Genzo, no habrá nadie con nombre de flor y de pollo al mismo tiempo que te ame más que yo, nadie que sea creado para cumplir tus deseos, ríndete ahora… soy perfecta, perfecta para ti, mis ojos de excremento derretido y mis aburridas virtudes nadie las tendrá…
Genzo cargó el arma.
-¡Y tu también, Hyuga! – gritó Arwen llena de algas, azul, como una zombi, que seguía haciendo veintiunas. Dio un tiro que rompió una ventana.
Kojirou no lo dudó. Le disparó en la cabeza. Todas las demás Sues de la tribu (eran miles) gritaron horrorizadas, mientras otras lloraban.
-Geenzo, no hagas esto, tú no eres un tipo malo… verás que yo solo deseo cuidarte…- dijo Allison Violeta Alfonsina Trueba Salazar del Campo.
Arwen se había levantado de nuevo, mientras se le cerraba la cabeza cual Terminator.
-Hyuga, Maki no entenderá el fútbol como lo entiendo yo… ríndete…
-¡Por lo menos si entiende de pelotas!- dijo Levin, mientras le tiraba en la cabeza a la Sue que suplantó a Sanae, una pelota de softball, que la ahogó.
-¡Negocien o no les irá bien, lindos!- dijo Allison Alfonsina del Campo.
Ellos lo pensaron. Al fin, salieron Schneider y Taro, guardándose toda la repugnancia y el temor.
-¡Matanga, mensos!- dijo Arwen. Genzo y los demás vieron horrorizados como, cual guerrillero de las FARC, a Taro y a Schneider dos Sues se les montaron encima, inmovilizándolos con cadenas, mientras los besaban. Al fin, les pusieron a los dos los dogales, mientras apuntaban con los Stradivarius. Taro miraba al suelo, y Schneider estaba de rodillas, muy digno.
-¡Perras!- dijo Kojirou, y ya iba a dispararles, pero Tsubasa los calmó.
-Entreguémonos todos-sugirió.
-¡No seas idiota! ¡Podemos rescatarlos en la manera Bala!- apuntó Santana.
-Rhyo ¿ya estableciste comunicación?- preguntó Genzo.
-Todo el tiempo nos hemos comunicado con las Fuerzas Armadas… ¡oh, no!
Habían tirado rosas. De estas salió un gas rosado, un perfume dulce que los remitía a los pensamientos y sentimientos que jamás tendrían cuerdos.
Me siento…. Con ganas de dedicar canciones…- dijo Genzo.
Y yo no quiero jugar más fútbol…- dijo Tsubasa retorciéndose.
Y yo… quiero ser el galán que jamás seré…- dijo Santana, acostado, tosiendo.
Y yo quiero olvidar a Karen, no significó nada para mí…- dijo Levin abriendo conexión.
-Las Mary Sues del terror nos han atacado…- dijo Tsubasa cerrando sus ojos.
Cuando abrieron los ojos, estaban todos atados con dogales, en el reino de Allison Alfonsina del Campo, de nombre de pollo y flor. Estaban en su corte. Y Taro… Taro iba a ser ofrecido en sacrificio a la peor alimaña de esas tierras…
CONTINUARÁ…
