Los Digielegidos De La Oscuridad
Prologo
Paz. Se podía oler en el aire. El Digimundo se hallaba en equilibrio. Durante todo el verano, se había librado una feroz guerra que no solo había decidido el destino del mundo digital, sino también el mundo de los humanos. La estación en la que se encontraban en aquellos tiempos se daba a conocer de notable manera en el digimundo. El calor era abrumador, y daban unas terribles ganas de sumergirse en aquel profundo lago, en el cual ya no existía ningún peligro. El sol brillaba a su máximo esplendor y los digimon salvajes jugaban alegres los unos con los otros. La razón por la cual la paz reinaba en aquellos momentos al mundo digital, se encontraba sentada en una colina a la orilla se aquel hermoso lago. Eran los niños elegidos.
Estos niños habían pasado por terribles encuentros con digimon malignos con el fin de salvar el equilibrio para que así pudiera haber paz en aquel lejano mundo. Tenían cada uno un compañero digimon, el cual los protegía, y se habían convertido en sus mejores amigos. Eran en aquel entonces solo 8 muchachos. Todos vestidos de acuerdo a la ocasión. Con ropas de aventureros dispuestos a la exploración. Habían encontrado dentro de ellos mismos el poder de la digievolución utilizando su emblema, que no era más su virtud más grande, y muchas veces se encontraba escondida en su corazón esperando ser despertada para nunca más regresar a su antiguo sueño.
Mientras charlaban animosamente el viejo Gennai apareció y los miró con compasión, pues sabía que tenía que destrozar la poderosa ilusión de los niños de quedarse el resto del verano y seguir viviendo muchas aventuras a lado de su fiel digimon. Los jovencitos vieron a Gennai y le comentaron su plan de quedarse en ese lugar por un tiempo más. Gennai sonrió y se dirigió a ellos con una voz lastimera.
-Temo decirles, queridos elegidos que hoy es el último día que podrán pasar aquí en el digimundo, pues la puerta pronto se cerrara y no sabemos cuando se abrirá nuevamente, en realidad esta clausura se llevara acabo en tan solo 2 horas, por lo que deben apresurarse a despedirse- Gennai miró al suelo al saber lo que le esperaría, las miradas de 8 tristes pequeños que esperaban poder quedarse con sus amigos.
Los niños se encontraban ante una fuerte conmoción pues aún sentían que les quedaban muchas aventuras por vivir. Se quedaron en silencio un rato viendo a sus pies y jugando con la tierra, hasta que el más valiente, obviamente resultando este ser el gran Taichi Yagami, mejor conocido como Tai.
-No debemos desanimarnos muchachos, al contrario, debemos estar muy felices y agradecidos de haber tenido la oportunidad de venir a este mundo y haber vivido las grandes aventuras por las que pasamos- Tai miró a Agumon con una sonrisa y este le sonrió aún más.
-Es cierto Tai, estoy muy contento de haberte conocido y de haber peleado a tu lado- dijo el pequeño dinosaurio mostrando su gran espíritu de pelea.
-Yo también pienso eso, de no haber sido por este viaje jamás hubiera hecho tan buenos amigos, y obviamente no te habría conocido Gabumon- pronunció Matt con su seriedad habitual, sin siquiera mirar a su compañero digimon ni a nadie, pero este es Yamato, y así es el, y todos lo aprecian por como es.
-Matt…- Gabumon no pudo decir mucho ya que estaba profundamente ruborizado.
-Es verdad, este viaje nos ha ayudado a aprender muchas cosas sobre nosotros mismos, cosas que estaban en nuestro interior y ni siquiera lo sabíamos, pero gracias a nuestros compañeros digimon hemos aprendido mucha información de extrema importancia que antes ignorábamos.- sonrió Sora mirando al tranquilo cielo azul de mediodía.
-Pero no olvides Sora, que nosotros también hemos aprendido mucho gracias a ustedes- Piyomon sonrió a su digiescogida con calidez mientras esta le extendía los brazos y le daba un gran abrazo.
-Es cierto que hemos aprendido, pero han sido tantas cosas… es casi imposible determinar si hubiésemos llegado a ser como lo somos ahora en un futuro lejano, son tantos los conocimientos que a veces me siento un poco ofuscado pero supongo que es normal, mi único deseo ahora es seguir investigando sobre el digimundo porque he aprendido que es un lugar maravilloso y me gustaría encontrar una forma de abrir la puerta que une los mundo a mi gusto.- sentenció Koushiro con su acostumbrado semblante.
-Pero que dices Izzi, tu jamás podrás tener demasiados conocimientos, pero déjame decirte que estoy muy agradecido contigo, porque antes de conocerte siempre aparentaba tener mucha cultura, pero esto jamás era verdad, gracias a ti me he convertido en un digimon sumamente inteligente- Todos los digiescogidos rieron ante la seria declaración de Tentomon, excepto Izzi que estaba muy sonrojado.
-Extrañare inmensamente el digimundo, gracias a el ya no soy la misma niña llorona y malcriada de antes, he aprendido mucho sobre la gente y sobre mi misma, y tienen que admitir que he madurado bastante- dijo Mimi sonriéndole a Palmon.
-Tienes razón Mimi, y lo más sorprendente es que sigues igual de bonita- terció Palmon con adoración a su camarada a lo que Mimi solo pudo sonrojarse y mencionar que su digimon también era muy hermosa.
-Yo estoy infinitamente agradecido contigo Gomamon- Sonrió Joe
-Conmigo, Joe?- dijo confuso el digimon
-Así es, si no hubiera sido por ti, yo estaría muerto por ahora, en estos momentos sería el almuerzo de un débil Kuwagamon, debo decir también Gomamon que gracias a ti hoy soy una persona más sincera y no trató de enmascarar más mis sentimientos y siempre cumplo mis promesas, quiero confesar… que eres mi mejor amigo Gomamon, y te quiero mucho- Joe terminó mirando al lago
Gomamon se quedó sencillamente sin palabras, pues aquella declaración de Joe lo había sorprendido.
-Es usted muy sincero superior Joe- mencionó Kari con su usual sonrisa radiante.
-No crees que estas exagerando un poco Kari- respondió Joe un poco apenado rascándose la cabeza con las mejillas rosadas. Todos rieron al verlo en esa situación.
-El digimundo es un lugar muy hermoso… me ha gustado haber ayudado a que recobrara su equilibrio… Gatomon, recuérdame por favor, nos veremos algún día, no muy lejano espero- siguió Kari con total tranquilidad hacia Gatomon.
Todos se quedaron en silencio total, un silencio bastante incomodo. ¿Realmente verían de nuevo a sus camaradas? ¿O Kari solamente hablaba por hacer sentir mejor a Gatomon?
-¿Nos veremos de nuevo Kari?- preguntó Gatomon dudosa.
-Claro que si Gatomon, ¿Acaso dudas de mi?- contestó Kari juguetonamente.
-Ni pensarlo- sonrió alegremente la felina.
Todos sonrieron, pero permanecieron callados ante la escena. Se les veía que se encontraban reflexionando las palabras de la dulce y pequeña Kari. Era la elegida de la luz, y por alguna circunstancia u otra siempre tenía algo de razón en situaciones parecidas, así que decidieron adoptar la mentalidad de que se verían pronto con sus digimon.
Se separaron quedándose solos cada uno con su compañero, tratando de encontrar una manera de despedirse, al menos por aquel momento. Nadie se dio cuenta de un pequeño niño que se separaba del grupo y se adentraba en el oscuro bosque a las espaldas del grupo de destinados.
-¿A dónde vamos Tk? ¿Qué ocurre?- preguntó el diminuto mamífero digimon mientras seguía a su elegido de cerca volando cerca de su cabeza.
-No lo se Patamon, algo me dice que tengo que llegar al centro de este bosque antes de irme, siento como si alguien me llamara por mi nombre, rogando por ayuda, dice que soy la única persona que puede salvarlo y guiarlo a su destino...- murmuro Takeru caminando cada vez más rápido hasta empezar a correr, esquivando ramas y arbustos.
-Esto es muy extraño, Tk- comentó el digimon acelerando el vuelo al mismo ritmo que el niño de los cabellos dorados.
Algo inusual comenzó a ocurrir a ojos de Patamon en aquel momento, la respiración del joven Takeru empezó a entrecortarse hasta convertirse en un gruñido, sus facciones se empezaran a poner cada vez más duras, no al punto de lucir de un modo diferente, sino como si algo se hubiese apoderado del cuerpo del niño de la esperanza.
-Tk!- Patamon comenzó a gritar su nombre pero el joven jamás le respondió. Entonces Patamon se dio cuenta que la velocidad a la que estaba corriendo el rubio no era normal en un humano, estaba corriendo increíblemente rápido. Patamon se asustó pensando que quizás algún digimon maligno se había apoderado del cuerpo de su amigo.
Takeru comenzó a moverse aún más velozmente, saltando con destreza cualquier obstáculo que se ponía en su camino, un raro brillo en sus ojos azules comenzó a aparecer. Ahora el niño parecía que estaba de caza.
Cuando por fin llegaron al centro del bosque Patamon tuvo que volar extra rápido para alcanzar a Tk. Patamon respiró profundamente, había sido un vuelo muy ajetreado, pero Tk no parecía cansado de ninguna forma. El pequeño estaba parado mirando de un lado a otro como esperando algo. Empezó a caminar lentamente y con cuidado hacia enfrente, como si adivinase que alguien estaba al acecho.
Entonces Patamon gritó el nombre del niño, creía que de esa forma Tk podría reaccionar y decirle lo que le ocurría, después de todo Patamon se encontraba terriblemente preocupado por su amigo, pues había sido ignorado totalmente. Lo que Patamon no se esperaba fue lo que ocurrió. Tres Goburimon salvajes hambrientos de sangre salieron de la maleza de un veloz salto con su mazo en el aire apuntando al cuerpo de Tk. Lo que vio Patamon a continuación lo dejó frío. En vez de que la luz de la digievolución apareciera y el pudiese ser Angemon una vez más, Tk de un gigantesco salto hacía atrás logró evadir el ataque de los digimon, y aterrizó en la copa de un árbol.
-¡A pelear!- gritó Takeru, lanzándose hacía aquellos digimon, aventando una patada con dirección a la cabeza de uno de los salvajes. El digimon logró bloquear el golpe al último segundo con su arma, pero para sorpresa de todos, la patada destrozó aquel poderoso mazo del digimon, atravesándolo y haciendo contacto con el cráneo del Goburimon. Este, al recibir el golpe, cayó inconciente al piso. Los otros dos aterrados por la escena que se había desarrollado agarraron a su compañero desmayado y corrieron, huyendo del pequeño guerrero.
El silencio que siguió fue ensordecedor. Los ojos de Patamon casi salían de sus orbitas y su corta barbilla pegaba al piso. Tk le daba la espalda por lo que no veía su rostro, pero pudo ver como su cuerpo se relajaba considerablemente.
-P..Patamon…¿Qué fue lo que hice?- preguntó Tk volteando a ver a su digimon inclusive más sorprendido que el digimon.
-¿Cómo que qué hiciste? ¡Tk! ¡Acabas de noquear a un digimon, al cuál yo dudaría enfrentarme, de una patada! Inclusive Agumon no podría…dime tu que ha ocurrido- interrogó Patamon.
-No.. no lo se, era como si….como si… bueno, tu sabes… como cuando estas hambriento, muy muy hambriento y tienes que alimentarte….y cuando encuentras comida no paras de comer, ¿Me comprendes? (A/N: Se me ocurrió relacionarlo con lo sexual, pero a esa edad dudó que Tk hablase de eso jaja)- dijo un poco nervioso el niño.
-¿Te refieres al instinto, cierto? ¿Cómo el de caza?- preguntó confundido el mamífero.
-¡Exacto! ¡Es eso a lo que me refiero!... Instinto… pero esto nunca antes me había ocurrido, y estoy seguro que a Matt tampoco, no me parece normal… ¿Tu que opinas Patamon?-
-A mi tampoco me parece normal que de repente tengas la suficiente fuerza como para derrotar a un digimon de ese calibre… algo extraño sucede…-
-Yo también lo pienso….¿Pero que podrá ser??-
-No lo se… pero de algo estoy seguro…-
-¿De que?-
-Ya pasaron tres horas, desde que vimos a los demás-
Tk se aterrorizó y sus gestos lo expresaron bien. Los dos amigos se dirigieron a toda velocidad hacía aquel lago, pero por alguna razón Tk no lograba alcanzar la misma potencia con la que había corrido hacía poco. Aún así el pequeño no tomó ni un respiro hasta llegar a donde se acababa el bosque y comenzaba el lago. Cuando llegó se puso las manos en las rodillas y respiró agitadamente. Levantó rápidamente la cabeza incorporándose y soltó un grito de dolor.
No había nadie ahí.
A/N: Bueno he aquí la primera entrega de esta mi primera historia, esperó y les guste, dejen me decirles que esta idea tenía ya largo rato en mi cabeza, pero nunca me armaba de valor como para desarrollarla, ojala y les guste. Dejen reviews! Tengan compasión que es mi primer fanfic va?
Sean Felices!
Mj
