NOTA DEL AUTOR

(ACTUALIZACION 10-04-16) Para empezar, quiero darle las gracias al usuario "La que escribe" ya que me hizo recordar que tenía que continuar con esta historia porque estuvo mucho tiempo abandonada. En segundo lugar, quiero aclarar que me vi en la necesidad de actualizarla, porque ya tenía varios años de antigüedad y note que había partes incoherentes, así que agregue cosas y corregí otras. Solo eso, espero que disfruten de la lectura.

PROLOGO

Querido diario:

El día de hoy mi vida salió de su habitual rutina . Mi hermanito Max ha estado metido en lo que parece ser una leyenda de hace mas de mil años, y no ha hecho caso de mis comentarios estos últimos días. No lo culpo. Lo conozco, se que le gusta todo eso y no le agrada la acción como a mí , pero no es eso lo que quiero contar precisamente.

Es algo fascinante. Max descubrió que los Pokemon tienen reglas en cuanto a la razón de su existencia. Cuando estas reglas se rompen, algo malo tiene que pasar. Y como era de esperarse, algo paso.

Cuenta una leyenda que cuando un Pokemon ingresa a nuestro mundo de una manera que no es la natural, surge una criatura todopoderosa, la cual se encarga de darle equilibrio al mundo Pokemon. No es necesario decir a que se refiere con equilibrio, está más que claro. En fin, solo es una leyenda, pero es muy interesante. Quién sabe si algún día se haga realidad.

No obstante, y ahora que lo pienso, es que me han dicho hace tiempo que por algún lugar, camina y respira un Pokemon que nació de forma antinatural... así que yo diría que la criatura de esa leyenda, de ser cierta, puede llegar a aparecer en cualquier momento. No estoy segura de lo que sucederá. Pero tengo que estar preparada.

Mi mano se siente algo dolorida de tanto escribir, creo que mejor iré a respirar aire fresco... en una de esas quizás me encuentre con ese Pokemon, si tengo a la suerte de mi lado, claro está.

-Fin de la nota-.

MAY & MEWTWO: EL PROPOSITO DE MI VIDA

CAPITULO 1: El por qué de mi tristeza

"Se supone que la vida tiene un sentido. El mío es ser la mejor en lo que hago. Cada cosa que hago lo hago con todo mi empeño y voluntad, y gracias a los amigos maravillosos que tengo, me alientan a lograr lo que me propongo y no caer ante las adversidades.

Esta es la manera de vivir que tú me enseñaste, mamá. Ahora que tú te has ido, todos los días de mi vida trato de recordar tus palabras, como si me las dijeras al oído dulcemente, en cada instante. Es lo que me anima cuando tengo días tristes, lo que me levanta cuando caigo y no tengo con qué agarrarme.

Eres mi faro, tus palabras lo son ahora que tú no estás. Eres mi faro, que jamás se apagara. Porque mientras tenga tus enseñanzas en mi corazón, podré dar amor a quien lo merezca, podré dar cariño a quien le falte, y podré hablarle a quien necesite que le hable y escuchar a quien necesite ser escuchado, y de esa forma puedan descubrir lo bello de estar vivo."

"Siempre creeré en tus palabras, seré una buena persona, apostaré por el amor y la bondad que existen en el corazón de todos los seres vivientes, y por eso nunca tendré miedo, ni al más obtuso de los individuos que camine este planeta…"

-No tengo nada que hablar contigo- sentenciaba él.

-No es cierto, y lo sabes. En tu corazón, sabes que no es así - replicaba ella, casi suplicándole.

-¿Qué es lo que quieres? ¿Acaso intentas capturarme? ¿Acaso intentas entrenarme? ¿Qué es lo que buscas acercándote a mí, hablándome? ¿No me temes? ¿No has oído hablar de mis poderes? ¿Qué buscas?

-No me entiendes…

-Aún no respondes mi pregunta.

-He oído de ti, me lo han contado mis amigos. Sé que tienes grandes poderes, pero no te tengo miedo. Estoy aquí porque mi corazón me contó algo acerca de ti. Y necesito saberlo. Pero tú tienes que ayudarme. Sólo eso pido.

-Pierdes tu tiempo conmigo, niña. Jamás entenderé a los de tu raza.

-¿Por qué? ¿Por qué te niegas a abrir tu corazón? ¿Por qué te niegas a aceptar que hasta el más frio de nosotros puede sentir calor ante una palabra de afecto o un abrazo?

Una brisa fría recorría sus cuerpos, y por mucho tiempo el mundo quedo en silencio.

-Ustedes los humanos, son crueles. Tú no eres mejor, por mucho que intentes aparentar otra cosa.

Ella no respondio. El no volvió a decir nada. El silencio volvió a invadir la escena, y de a poco la luz se estaba apagando, el día se tornaba oscuro.

-Es gracioso. Hace frío ahora - finalmente reflexionó él.

-Es cierto - asintió ella, con lágrimas en sus ojos.

Ese de alguna forma fue el cierre de la conversación. Él siguió allí, inmóvil, de pie, su cabeza levantada, mirando las gotas que empezaban a caer, ignorando la presencia de la chica. Ella comprendió que ya no tenía más que hacer allí. Él ya no quería hablar, tan solo meditar, pensar. Ella lo entendió de inmediato.

Estaba lluvioso. Todo se encontraba cercado por nubes grises y tristes. De alguna manera inexplicable, el día conspiraba para hacer que la chica no pudiera borrar su infelicidad.

A pesar de la lluvia, las lágrimas en sus mejillas no podían ser borradas...

Al terminar un regreso cabizbajo por la tierra húmeda, ella logró volver a su casa. Sin embargo, no sintió esa sensación que se tiene al encontrar un lugar familiar, un lugar en el cual es posible guardar toda clase de secretos, y tener la seguridad de que permanecerán allí, hasta que quien los guardo decida revelárselos al mundo.

Él se había quedado allí, sin siquiera voltear para ver a la muchacha que se alejaba entre la oscuridad de las nubes cargadas de agua. Su corta presencia y su posterior retirada, sin embargo, hizo que su mente no la apartara hacia el olvido. A pesar de que ella no le había hecho nada, era una humana. Y eso la convertía automáticamente en todo lo que estaba mal en la Tierra, según su punto de vista.

..."No puede ser distinta a los demás. Humanos, todos son iguales."

Al cruzar la puerta, la chica notó la casa vacía y lúgubre. Estaba todo oscuro. Ella supuso que tal atmósfera había sido creada por la ausencia del sol, que frecuentemente iluminaba la sala con sus vivos rayos. Aun así, parte de ella le decía que todo se veía triste como resultado de su encuentro con aquel ser solitario.

Se sintió vencida, jamás en sus jóvenes años de vida se había encontrado con alguien tan distante, tan indiferente, tan frio, como el ser que acababa de encontrar, y con quien acababa de mantener una fugaz conversación, de la que él no estaba interesado en participar.

La chica se llamaba May. Había leído que hace mucho tiempo existió una criatura llamada Mewtwo, a quien todos temían, y que aun andaba dando vueltas por esta tierra. Había estudiado sus poderes, sus asombrosas habilidades psíquicas. Le habían dicho una vez que si llegara a encontrarlo, por una de esas casualidades de la vida, podría darse por muerta, así que debía ser cuidadosa en extremo. A ella eso no le importo. Quería conocer a ese poderoso ser.

"El fue creado a partir de otra criatura, eso es lo que me contaron. Y sé a partir de que siente rencor así las personas. ¿Pero a qué se debe eso? ¿Acaso creerá que es sólo una pobre imitación? ¿Acaso pensará en encontrar a sus creadores? Sólo él lo sabe... y por eso necesito hablarle, necesito conocerlo."

...Se ha mostrado tan hostil...

De forma inconsciente, se había dirigido hacia su cama, dejándose caer, y al cabo de unos segundos, se había dormido.

...Lo recuerdo bien... Una chica de cabellos castaños y una criatura del color de la nieve estaban parados, enfrentados, mirándose el uno al otro... y por alguna razón yo me sentía triste, quizás por la vana insistencia de ella, o quizá por la soledad de el, y mi tristeza caía sobre ellos, no podía evitar ponerme de un color gris deprimente, y sabia que no estaba ayudando en nada, solo seguía empeorando las cosas... ellos se fueron después de un rato, y yo quede solo con mi tristeza... mojando los verdes campos con gotas que salían de mi dolor y del dolor que ellos sentían...

Se levantó horrorizada, con un dolor de cabeza leve, pero le resulto extraño no poder abrir con facilidad sus ojos azules. Se sentó un breve rato en su cama, intentando ordenar sus ideas, tratando de entender el significado de lo que acababa de soñar.

Se refregó los ojos, que le dolían, y se acordó que, antes de ingresar al mundo de los sueños, se había encontrado con un ser que no hacía caso de sus palabras, que la había insultado, y que solo quería estar solo, pero en quien ella vio dolor y soledad, y quería ayudarlo.

-Es como si hubiera llorado una eternidad- dijo con un tono de voz algo molesto y grave, pero pronto se percató de que podría despertar a su pequeño hermano, quien dormía sonoramente en su habitación.

Con pereza, giró su cabeza y miró a su alrededor. Su mente estaba repleta de pensamientos contrariados, que intentó ordenar con esfuerzo.

-Hay algo en el, algo que hace que quiera ayudarlo, hablar con él, ser su amiga... Necesito saber porque se siente así, y si yo soy capaz de arreglar lo que sea que esté molestándolo... Pero jamás esperaba ser rechazada de esa manera... jamás pensé que alguien me llamara cruel...

"He intentado ser amable con todos porque es como a mí me han criado.. y eso me ha dado grandes amigos... he viajado por varios lugares conociendo gente a la que si le demuestras amabilidad y cariño, te lo devuelven. Pero él.. el no vivió lo mismo que yo, su vida habrá sido mas difícil, creo yo...ese resentimiento, ese odio, no surgen de la noche a la mañana... pero si él me dijo cruel a mi... debe ser por algo... acaso quiere decir que todo lo que he hecho es una mentira? Las criaturas a quienes yo considero mis amigas en realidad me odian por encerrarlas en una esfera, y por liberarlas solo cuando yo quiero?"

Sus ojos volvían a ponerse vidriosos y la primera lágrima que vio caer hizo que intentara reprimir sus emociones.

-Quizá estoy pensando demasiadas tonterías... claro que son mis amigos.. ellos me quieren, y yo los quiero a ellos. ¿Por qué habría de ser de otra forma?

Se levantó de su cama y camino hasta el baño, necesitaba lavar su rostro, el agua ayudaría a refrescar su mente y podría ver todo con más calma.

-Vaya, me veo terrible - rió levemente, a la vez que se miraba en el espejo.

Al salir del baño, y contemplar nuevamente su habitación, notó que había un vaso con agua y galletas en la mesa de al lado de su cama. Habían sido dejadas por su hermano, que notó que algo malo le había ocurrido y le dejo una nota que decía:

"Todo estará bien. Mañana es un día nuevo" leyó en voz baja.

"Mientras exista un mañana, puedes seguir construyendo tu camino. Ese camino seguirás toda tu vida, también lo harán las demás personas que comparten el amor y la amistad por los demás, y por eso no puedes dejar de construir."

La muchacha supo que jamás se encontraría sola. Siempre tendría a alguien en quien apoyarse aun en el más bajo de sus momentos. Ya sea en las palabras de su mamá, o en el cariño de sus amigos y familiares. Se prometió así, ser más fuerte, ser tan fuerte como una roca, y seguir adelante, aunque los extraños la juzgaran como quisieran, o le pusieran los nombres que quisieran, ella seguiría firme. Porque sabía quién era. Porque ella no era cruel. Siempre lo supo, en el fondo de su corazón.

"Querido hermano, gracias. Voy a dejarte una nota. Seguro tienes sueño, eres de dormir mucho, y no quiero levantarte".

Y tras demorarse unos minutos en cambiarse a su atuendo tradicional y peinarse, salió en silencio de la casa, y vio al sol brillar. Era un nuevo día. Y no iba a desperdiciarlo.

Max se despertó algo mas tarde de lo usual. Se sentía algo molesto consigo mismo, ya que mientras perdía el tiempo durmiendo podría haberse levantado temprano, y seguir investigando y recolectando datos interesantes sobre el mundo Pokemon.

Recordó que hace una horas su hermana mayor había estado durmiendo, pero de su rostro podía ver lagrimas cayendo por sus mejillas, así que dedujo que probablemente tuvo un mal día, y como quería dejarla descansar, decidió escribirle unas palabras sobre un pequeño trozo de papel, confiando en que ella lo vería ni bien abriera sus ojos nuevamente. Y así fue.

-May - susurró -, tengo que ver cómo está mi hermana, ya se me hizo tarde...

Notó que al levantarse, de su pecho se desprendió una nota de papel.

"Max, gracias por ser mi hermano. No conoces lo mal que mi corazón se sentía. No tendrás que conocerlo jamás, porque te prometo que cada vez que me pase algo así, pensaré en tus palabras".

Ese pequeño trozo de papel logro sacarle la primer sonrisa de su día.