Disclaimer: Ni Once upon a time ni sus personajes me pertenecen

La historia se sitúa después de vencer a Cora. Todos han vuelto al reino mágico. Y convertí a Mulan en princesa de su reino y a su familia en la familia real.


Las noticias vuelan

Mulan miró por la ventana de su habitación. Desde ese punto del castillo se podía ver el pueblo entero. Bajo sus ojos la gente se movía mecánicamente según el día a día. La princesa inspiró con tranquilidad. Tiempos de paz. Los había añorado tanto. Y ahora no podía mas que disfrutarlo. Hacia meses que la batalla final contra Cora se había librado, y el bien había salido victorioso. Los habitantes de Storybrooke por fin habían sido devueltos a su tierra natal.

La ex-guerrera cruzó los brazos sobre su pecho. Había pasado tanto tiempo luchando. Porque antes de la batalla contra Cora, Mulan había realizado una larga travesía junto a Phillip en busca de Aurora, enfrentándose a los peligros del nuevo mundo que la maldición de Regina había dejado. Y antes de eso, Mulan había combatido en la guerra contra los invasores de su reino, los Hunos.

-Un rey no debe esconderse detrás de las murallas de su castillo- El rey, Fa Zhou, siempre se había caracterizado por su honradez y valentía. -Debe tomar su espada y luchar junto a su pueblo.-

-Entonces, yo también ire- La joven princesa, que había heredado el carácter y la habilidad de su padre, se unió a la tropa del General Shang y jugó un papel crucial en la victoria contra los Hunos.

La familia Fa era muy querida y respetada por su pueblo, por su justicia y equidad para gobernar. El regreso de la princesa fue todo un acontecimiento. Ademas Mulan regresó nuevamente coronada como heroína, pero esta vez había salvado a todo el mundo mágico.

Volver a su hogar fue como volver a nacer. Después de tanto, tanto tiempo que había perdido la noción, lejos de casa, preguntándose si su familia seguiría viva, o donde habría ido a parar, Mulan sintió que el corazón se le llenaba de alegría el día que vio a sus padres correr a recibirla a la entrada del reino. Desde entonces, y para su propia sorpresa volvió a ser la jovencita alegre que creyó que habia olvidado. Esa que había sido antes de las guerras y los largos viajes, antes de las espadas y las armaduras, antes de la tristeza y el dolor. Volvió a recorrer el pueblo a lomo de su querido caballo, Khan. Disfrutaba contándole sus aventuras a los niños que visitaban los vastos jardines del palacio. Y aunque nadie pudiese imaginarsela sin ella, abandono la armadura para volver a las camisas, y faldas o pantalones, e incluso hasta vestidos.

Los golpes en la puerta la rescataron de sus profundas meditaciones.

-Mulan- Su padre entro a la habitación, con una taza de te en la mano, seguido por su madre. -Necesito que charlemos, tengo algo que contarte.-

El extraño tono de solemnidad con el que la frase fue pronunciada hizo que un escozor recorriera la espina de la muchacha, haciéndola temblar momentáneamente.

-De acuerdo.- Accedió con una ávida curiosidad. -¿Es una... sorpresa?-

-¡Y de las mejores!- El hombre sonrió frotando sus manos con dicha.


El acontecer de la princesa guerrera se difundió por todo el reino y vecinos, y las invitaciones de boda comenzaron a llegar a las distintas familias reales y a los amigos y conocidos de la familia Fa.


La princesa Emma se hallaba recorriendo los bosques que circundaban el castillo real a lomo de un corcel de brillante pelaje negro cuando se encontró con el mensajero.

-Buen día Pascual- Saludó agitando la mano en el aire la muchacha, antes de que el hombre alcanzase su posición.

Una vez a la semana el mensajero llegaba al castillo con la correspondencia y los paquetes para la familia de Snow White y el príncipe Charming. Sin embargo hoy no era su día, lo cual solo podía significar que se traía algo importante, o urgente.

¿Que traes de nuevo, amigo? ¿Son buenas o malas?- Preguntó la rubia dejando traslucir su impaciente curiosidad antes de darle al hombre de cabello blanquecino, baja estatura y contextura física robusta, la oportunidad de hablar.

-¡No se preocupe Princesa!- Comentó el hombre agitando las manos para calmar las inquietudes de la muchacha. -Que son noticias de las buenas. Es mas, es la invitación de una boda- Y dicho esto el mensajero entregó en manos de Emma un elegante sobre verde, con un agradable perfume. La rubia lo abrió con ávida desesperación. No lo podía negar, era una curiosa incurable.

-Están cordialmente invitados a la boda de la Princesa... ¡¿ Fa Mulan?!- Emma abrió los ojos como platos y se paralizó en la lectura del nombre escrito en la tarjeta. De todas las invitaciones de boda que pensaba podría recibir, esta era la ultima. Sin embargo siguió leyendo segura de que encontraría en el nombre del prometido a alguien conocida.

-¿Li Shang?- La princesa leyó con desilusión. -¿Y este quien es?-

La rubia se encogió de hombro y dio media vuelta en su caballo, para cabalgar hacia el castillo. -¡Nos vemos Pascual!- Gritó a la distancia y apenas si alcanzó a oír la contestación del mensajero antes de perderse dentro de las murallas de la vivienda real.

-¡Mulan se va a casar!- Emma entró como tornado a la sala de estar donde Snow estaba leyendo.

-¡Emma!- Entre el ruido del portazo y la estridencia de la voz de su para nada delicada hija, a la reina casi de dio un infarto. Molesta se levantó de su silla dispuesta a darle a Emma un sermón. -¡¿Cuantas veces te dije que... ¿Que dijiste?- Snow cayó en la cuenta por fin de lo que había oído.

-Que Mulan se va a casar, ma- Respondió ahora una Emma mas calmada, no dispuesta a reavivar las intenciones de Snow de regañarle por su falta de suavidad.

-Vaya- Dijo Snow recibiendo la tarjeta en sus manos. -Supongo que ellas decidieron por fin formalizar...- La reina comenzó a leer. -...o no.-

Emma se limitó a encogerse de hombro.

-¿Li shang? ¿Y este quién es?-

-Lo mismo dije yo- Comentó la princesa ante la idéntica reacción de su madre a la suya hace unos minutos.

En ese momento el príncipe Charming ingresó en la habitación.

-La cacería estuvo agotadora hoy. Y frustrante. Perseguimos un grupo de ciervos toda la tarde y el único pequeño patético animal al que le pudimos acertar entre 5 hombres lo devoró un lobo antes de que pudiéramos llegar a el- Snow no pudo evitar reír ante la historia de su marido.

-¡Alégrate querido!- comentó con dicha la mujer. -¡Por que vamos a una boda!-

Antes de que Charming pudiera articular palabra Snow empezó a leer.

"Están cordialmente invitados a la boda de la Princesa Fa Mulan y el General Li Shang a realizarse en el castillo real este mismo sábado. Los invitados tienen a su disposición las instalaciones del castillo para alojarse un día antes de la ceremonia, así tendrán la comodidad necesaria para prepararse. De igual manera podrán quedarse después de la ceremonia y pasar la noche para descansar. Esperamos contar con su agradable presencia."


-Red, ve a ver la puerta- La abuelita ordenó a su nieta al oír los golpes, pero antes de que esta pudiese levantarse otra voz la interrumpió.

-No te preocupes, yo abro- Ofreció Belle con cortesía haciendo un gesto con la mano para que Red se detuviera.

Luego de volver, Belle había hecho las paces con su padre, pero se había negado a regresar al castillo, alegando que quería un poco mas de libertad. Y a diferencia de lo que su padre pensó que iba a hacer, tampoco se quedó con Rumplestitskin, había decidido darse un tiempo con eso, relajarse, pensar un poco en si misma, y vivir un poco las aventuras con las que siempre soñaba. Y la verdad era que cada día que pasaba con Red era una aventura. Ella sabia tanto del bosque. Todos los días le enseñaba algo nuevo. Y las noches de luna llena la dejaba acompañarla a correr por el bosque.

-Gracias- Belle recibió la tarjeta y cerró la puerta tras de si.

-¡Miren!- Exclamó de repente con emoción, captando la atención de las mujeres que esperaban por ella en la cocina. -Nos están invitando a una boda. La de Mulan- Ellas habían conocido a la guerrera cuando todos unieron fuerzas para combatir la amenaza de Cora.

-Nos esperan el viernes en el castillo, la boda será el sabado- Belle informó leyendo la invitación.

-Pero yo no tengo ropa para esa clase de eventos...- Red bufó desilusionada.

Con una gran sonrisa Belle se acercó a ella y se apresuró a calmarla. -¡No te preocupes! Yo tengo vestidos en mi castillo. ¡Estoy segura de que te quedan!-

La cara de la otra muchachita se iluminó de inmediato, y sentenció con entusiasmo -¡Entonces vamos tenemos que salir ya para que tengamos tiempo de hacer todo! ¡Vamos abuelita!- Finalizó dirigiéndose a la mujer mayor.

-No nena lo siento, yo ya no tengo madera para esos viajes- Contestó la abuelita de inmediato.

-Abuela, tu tienes madera para eso y mucho mas- Red levantó una ceja y sonrió.

-Ademas alguien tiene que cuidar a las gallinas. En serio niñas, vayan ustedes, diviértanse, se que les va a ir bien sin mi, ya pueden cuidarse solas-

-¿Segura que vas a estar bien?- La jovencita miró a su abuela con preocupación.

-Claro. De todas maneras mi ballesta siempre esta cargada- Ambas chicas sonrieron ante la declaración de la anciana y se dispusieron animadamente a preparar su viaje.


La lista de invitados incluía ademas de los ya nombrados a Regina, August y Gepetto, Jiminy Cricket, Cenicienta, Jefferson, y muchos mas.

Pero faltaba una persona. Y había sido totalmente a propósito.


-Déjame aqui Padre, hoy quiero caminar un poco- Aurora se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja y se bajó del carruaje, que continuó su viaje camino al castillo. La aldea estaba alegre y llena de vida en la época del verano. Ademas, el lunes era el día de mayor movimiento. La gente iba y venia, haciendo las compras de la semana, los comerciantes bajaban las nuevas mercancías, y los niños se compraban golosinas para llevar a la escuela. Sin duda, todo lo vivido la había cambiado. Antes, no hubiera tolerado mezclarse con los aldeanos. Pero ahora incluso lo disfrutaba. Se aburría mucho en el gran castillo su padre. Las charlas frívolas y vacías que antes podía entablar por horas con sus asesoras y ayudantes reales, ahora no le parecían mas que eso, frívolas y vacías. Había conocido mucha gente interesante en el viaje en el que se vio envuelta al despertar de su prolongado letargo, y sin duda había descubierto que muchas veces la gente "común" podía ser mas amena, inteligente y sustanciosa, que aquella que se tildaba de "alta sociedad".

La princesa caminaba embelesada por el compás pacífico de la cotidianidad, hasta que alguien la agarro bruscamente del brazo. Un vehículo tirado por caballos pasó aun palmo de su nariz antes de que pudiera darse vuelta, y la rueda casi le pisó los pies.

-¡Cuidado!- Alguien la trajo hacia atrás y cuando Aurora, pasada la sorpresa por fin volvió la mirada, reconoció a la panadera del pueblo. Se trataba de una mujer mayor, pero muy bien conservada. Y siempre llevaba consigo perfume a masitas dulces que Aurora amaba. De hecho, las mujeres se habían hecho amigas cuando la princesa le pidió que le enseñara a hacer masitas. Sin embargo no había comparación, la misma Aurora lo admitía, y por eso iba todas las semanas a la panadería a asegurarse una ración de las mismas.

-Doña Julia, creo que iba totalmente retraída en mis pensamientos- Comentó un poco sonrojada por su torpeza la jovencita.

-¡Si ya lo noté niña!- Se rió la mujer. -¿Como te va?-

-Bien- Contestó al vuelo la chica. Algo había captado su curiosidad. -¡¿Quien lleva tanta prisa?!- Preguntó mirando al camino por donde la carroza acababa de desaparecer.

-¿Es que no has oído la noticia criatura? ¡Una boda real no es para menos!- La mujer contó ante la falta de información de Aurora.

-¿Una boda real? Que extraño, no llegó ninguna tarjeta al castillo. No que yo sepa.- Se dijo pensativa -¿Y quien se casa? ¿Sabes?-

-¡Por supuesto que lo se!- Aurora rió ante la obviedad de su pregunta, la fama de chismosa precedia a Doña Julia. -La Princesa Mulan y el General Shang-

La expresión de Aurora cambió de repente al oír la ultima declaración.

-¿Pasa algo? ¿Conoces a los novios?- Doña Julia notó de inmediato la reacción de Aurora. No se le escapaba una a la panadera.

La princesa se quedó en silencio por unos segundos y finalmente resolvió preguntar -¿Y que mas sabes de ese casamiento?-

-Se que la ceremonia y la fiesta se celebrarán el sábado y que los invitados llegan el viernes- Por un momento, Aurora se desvió de lo importante y se permitió sorprenderse de lo bien informada que estaba la mujer.

-Ya... debo volver. Nos vemos luego- La joven se despidió de la mujer con tono apagado. Y antes de irse recibió otra vez la pregunta.

-¿Y, conoces a los novios?-

Aurora dubitó unos segundos y luego le dirigió una mirada opaca a la panadera.

-Solo de nombre-


-Aurora, hija, no te esperaba de vuelta tan pronto...- La aludida ni siquiera se detuvo, y se perdió por las escaleras antes de que su padre llegara a recibirla.

-Que hija mas rara tengo...- Comentó para si mismo el hombre y retornó a sus asuntos sin darle mayor importancia.

Aurora corrió escaleras arriba sin detenerse hasta su habitación. La puerta se cerró con un estruendo que retumbó en todo el castillo, y la muchacha se sentó en su cama. Se quedo en silencio por unos momentos, apretando los puños mientras comenzó a sentir las lagrimas picar en sus ojos.

Es imposible.

Imposible. Era la única palabra atascada en su mente en esos momentos. Aurora suavizó los puños cuando se dio cuenta de que sus uñas le hacían doler las palmas. Y entonces se puso de pie y comenzó a vociferar, dando manotazos al aire mientras iba de un lado a otro del cuarto.

-No oigo de ella por meses ¡Meses! Y cuando por fin me llega una novedad ¡¿Es la de su boda?!- La princesa estaba sobrepasada por la ira y la indignación.

-¡Que carajo le pasa! Tiempo, tiempo... ¡A la mierda con el tiempo! No tenía la cara para decirme que era una cobarde que nunca se iba a jugar por mi... ¡Y me pidió tiempo! ¡Para poder escudarse detrás de un circo de casamiento!- Su voz temblaba de bronca. Aurora no solía usar esa clase de vocabulario, salvo que estuviera realmente irritada. Y sin duda lo estaba. Se sentía engañada y usada. -Y yo como idiota confié en ella, la espere, y... y... ¡Y encima no me invita! Como si no me fuera a enterar...-

Por fin se desplomó en la cama, sin aliento. -Ya esta, ya esta. Ya me calmé-

Alguien golpeó la puerta. -¿Aurora? ¿Estás bien?-

La princesa abrió con una sonrisa y contestó con dulzura -Por supuesto. Padre, necesito que preparen un carruaje. Tengo una boda, y quiero ser la primera en llegar-


Bueno capaz esta medio aburrido este primer cap pero es para darle un contexto mas o menos a la historia. Para que se entienda que ha sido de la vida de los personajes. No hay historias de Aurora y/o Mulan en español, creo que hay una sola nomas. Así que me decidí a colaborar. Si hay faltas de ortografía mis mas sinceros perdones, trate de controlarlo lo mas posible. Espero que guste y bueno, si no es así, matenme. Tienen mi autorización jaja. Nos vemos espero que pronto!

PD: Si no nos vemos en que no aguante el break de media temporada de OUaT y me suicidé.