Disclaimer: Los personajes no son míos, no gano nada escribiendo estas
historias, más que entretenerme cuando estoy enferma y no puedo salir ¬¬.
|BAILE DE DISFRACES|
"Solo tardaré quince minutos". Fue lo que les dije a Ron y Hermione hacía media hora. Sabía que la fiesta ya había comenzado, pero sentía que debía quedarme más tiempo de bajo del agua. Ese sería, seguro, mi último baño en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Si, mi 7° curso ya había llegado a su fin. Esa noche se llevaría a cabo en el Gran Salón una fiesta para los que egresábamos ese año. Algunos de cursos inferiores se quejaron diciendo que no podrían dormir con la música, (jeje, pobres, realmente estaban celosos los niñitos), pero los prefectos se encargaron de colocar en el Hall un hechizo silenciador para que no se molestaran los nenes que dormían. Y tampoco podían entrar si no eran egresados.
Eso era genial, una fiesta sólo para gente de mi edad. Y lo mejor era que NO habría profesores, vaya que Dumbledore era un viejo fabuloso. Esa noche quería disfrutar, quería pasarla bien, porque sería mi último año en ese querido colegio, que era más o menos como mi hogar. Bueno, era mi hogar en realidad, porque no creo que vivir con los Dursley sea como para decir "Oh, hogar, dulce hogar". En fin. Hermione iba a seguir en su casa, yo por mi parte había conseguido alquilar un pequeño apartamento en Hogsmeade, más genial aún, en donde viviría solo un tiempo, y luego Ron me acompañaría. No sabía que iba a ser de ahí en más, no me importaba, es ya lo vería más adelante, lo que tenía claro es que no tenía ni una pequeñísima pizca de gana de ser Auror.
Bueno, creo que me alejé mucho del tema, sigamos con lo importante, como les decía al principio:
Dejé que el agua corriera libremente por mi cuerpo, recorriendo todos los rincones. Había conseguido moderarla en la temperatura perfecta, cosa que raras veces lograba hacer. Cerré los ojos y me dejé disfrutar de la sensación.
Luego de ese rico baño, me coloqué los bóxers y tomé mi varita para conjurar el hechizo de mi disfraz. Unas vendas amarillentas y de aspecto negro y quebradizo aparecieron cubriendo todo mi cuerpo. Algunas partes de mi piel quedaron al descubierto, (boca, nariz, ojos, oídos, algunos dedos, y otras partes), y las retoqué dándoles un tono oscuro, incluso en algunas aparecí heridas artificiales. Decidí ponerme un hechizo para poder sin los anteojos, por lo menos por esa noche. Por último me pinté unas enormes ojeras negras y profundas alrededor de mis ojos verdes.
Me miré al espejo. El traje era perfecto. Parecía una auténtica momia. Esa fiesta de disfraces iba a ser divertida. Era un festejo organizado por los mismos alumnos que egresaban ese año, y nosotros éramos los únicos que podíamos asistir. Pasé de largo por la sala común, sabía que Hermione y Ron no me habían esperado. Había tardado siglos en estar listo.
Ya en el piso e abajo se sentían las risas de algunos egresados que entraban al Gran Salón. Al acercarme vi divertido como unos chicos un poco más bajos que yo intentaban en vano entrar. Los prefectos y profesores habían hecho un muy buen trabajo. No se oía la música hasta que estabas adentro, una gruesa barrera plateada cubría la puerta, y por ella sólo podían pasar los egresados de ese año.
-Permiso chicos, necesito pasar a la fiesta -les dije burlonamente, dándoles un pequeño empujoncito para quitarlos del camino, algunos se quejaron, los otros me miraron con odio - Lo siento, será el año que viene, o el otro....
Entré y me maravillé por segunda vez al ver el decorado, que lo habían elegido los prefectos, y había quedado fabuloso. La música sonaba a todo volumen, acompañada por el parpadeo de las luces plateadas. Me dirigí a la pista de baile, que estaba colmada de chicos de 7° de las cuatro casas, todos disfrutado de la fabulosa de graduación.
Todos disfrazados, riendo y bailado. Luego de un rato de bailar con todos y con ninguno a la vez conseguí fijar la mirada con otros ojos, que por la poca luz parecían ser muy claro, casi blancos o plateados. Me acerqué a esa persona sin romper la mirada. Al estar más cerca me di cuenta que era un chico "¡Qué diablos!", Pensé. Esa noche no había límites para mí, nadie me diría qué hacer.
Observé detenidamente el disfraz del chico. Tenía los ojos perfectamente delineados, una túnica negra con cuellos bien alto que estaba prendida por argollas plateadas, tenía la piel muy pálida o algún tipo de maquillaje, pude notar también los labios tenuemente oscurecidos, dejando ver los colmillos afilados y alargados mágicamente, pero de manera muy real, y el cabello negro engominado hacia atrás. Era un perfecto vampiro.
No estaba muy seguro su lo había visto antes, o si lo ubicaba de alguna casa, las luces parpadeantes y oscuras me impedían verlo claramente. Me acerqué más a él. Llevaba un perfume suave, pero embriagador. Se movía ágilmente, pero su mirada estaba fija en mis ojos, era muy fuerte y penetrante, sus ojos parecían invitarme silenciosamente.
La música cambió, y ahora comenzó un tema bastante sensual que se bailaba cuerpo a cuerpo, muy pegados. (N/A: Algo del estilo de I Love Rock & Roll de Britney Spears). Él se acercó violentamente a mi. Mi respiración comenzó a agitarse, tenía sus ojos tan endemoniadamente claros y sexys fijos en los míos, y su perfume parecía estar envolviéndome. Podía sentir su aliento fresco en mi rostro.
A veces bajaba recorriendo mi cuerpo y luego volvía a subir, mirándome juguetonamente, con una sonrisa sexy, burlona, y a la vez parecía invitarme a seguirle el juego. Y así lo hice. Intentó besarme, pero lo esquivé. Su rostro quedó entre mi hombro y mi cuello.
No perdió la oportunidad y me besó allí, ya que justo era una de las partes que había dejado al descubierto. Se me aflojaron las piernas cuando sentí sus labios moviéndose en mi piel, y luego sentí un pequeño mordisco por parte de sus largos y afilados colmillos.
Luego se separó de mi cuello y se colocó detrás de mí, siguiendo con sus movimientos dignos de un vampiro. Esta vez se pegó más a mí, su cuerpo perfectamente encajado en el mío, y su rostro en mi nuca. Lo oí quejarse por lo bajo, seguro porque esa parte no había piel desnuda. No le importó, con los dientes se aseguró de dejar un buen trozo de mi nuca libre, y luego me plantó otros besos allí, mientras seguíamos bailando, y me colocó sus manos (noté que tenía las uñas pintadas de negro). Me sentí en las nubes en ese momento.
Me giré antes que él pudiera darse cuenta, necesitaba sentir esos labios sobre los míos. Lo besó. Era la primera vez que besaba aun chico, pero juro que la sensación fue mil veces más excitante que con cualquiera de las chicas a las que había besado.
Me estaba derritiendo ahí mismo. Ya no podía escuchar ni la música, pero seguíamos bailando. Por mí hubiera seguido besándolo toda la noche, pero él cortó el beso de improviso, y giró la cabeza. Miré hacia donde el chico miraba. Otro muchacho le silbaba y hacía señas un poco más lejos.
Me miró como disculpándose.
-No hay problema -le aseguré asi gritando para que me oyera, mientras quitaba mi mano de su cadera ¿Cuándo la había puesto allí? Solo Dios lo sabía.
Me dijo algo como:
-Te veo - pero no pudo entenderle muy bien. Me pareció que su voz me era algo conocida, pero no pude asegurarlo.
Me quedé mirando atontado como se alejaba ese vampiro, moviéndose ágilmente entre las demás personas que bailaban. Noté que el chico que lo había separado dolorosamente de mi era el idiota de Blaise Zabini. Estaba vestido como una especie de bombero muggle (N/A: Si no saben qué es eso incendien su casa, luego fíjense quién viene a ayudarlos XD), pero de manera más sensual, con un sombrero amarillo, unas botas amarillas, unos pantalones de cuero amarillos y una manguera enroscada como una serpiente a su cuerpo (no tenía nada arriva). Me pregunté si el muchacho era de Slytherin, pero no podía asegurarlo, Zabini tenía amigos en todas las Casas.
Luego bailé con una Ravenclaw muy linda disfrazada de princesa, pero no pude llevarle muy bien el ritmo, porque mi cabeza estaba en otras cosas. Me dirigí a las mesas, y la chica se enojó, me gritó algo que no pude entender, no me importó.
Vi con felicidad que Hermione estaba allí.
-¡Hola Herm! -la saludé
-¿Eres tú Harry? -yo asentí- ¡Wow! ¡Qué bien! ¡Estás genial! -me dijo algo DEMASIADO entusiasmada como para tratarse de mi amiga. La miré de pies a cabeza. Creo que era...una especie de secretaria o algo así...Tenía una falda negra muy corta, demasiaaaaado corta, arriva una camisa que tenía los primeros tres botones desprendidos, y una corbata roja que cubría su escote, más abajo tenía puestos unos tacones negros. Se había planchado el pelo, y llevaba unos anteojos. No estaba muy seguro, se veía entre sexy e intelectual.
-Tú también estás genial Mione -admití -¿Y Ron?
-Allí está -señaló mientras, tomaba un sobro de su cerveza, a un chico vestido con el equipo de los Chudley Cannons que combinaba perfectamente con su cabello rojo. Esperen un momento...¡Hermione bebiendo cerveza! Eso era nuevo...Además ¿cómo demonios habían logrado ingresar alcohol en el colegio.
-¿Estás bebiendo alcohol, Hermione? -le pregunté sin poder creerlo todavía -¿Cuándo dejaste de ser la pequeña e inocente Hermi que yo conocí? -Era verdad, de repente Hermione había cambiado mucho, la cerveza en su mano era un ejemplo, otro su vestimenta tan atrevida, se había puesto de novia con Ron, la forma en la que me estaba mirando...¡¿Qué?!
-¿Y tú desde cuándo dejaste de ser el Harry heterosexual que yo conocía? -me preguntó mirándome fijamente con una leve sonrisa -¿Desde cuándo te besas con chicos?
Me sonrojé de pies a cabeza. Abrí la boca para contestar, pero luego la cerré otra vez, sin saber qué contestar.
-Desde hace diez minutos -hablé por fin
-Entonces no me equivoqué de momia...
-¡Pero no he dejado de ser heterosexual! -me defendí, y era verdad -¡Aún me gustan las chicas!
-¿Ah, si?
-Si..., supongo que sólo quería probar nuevas sensaciones...
En ese instante Hermione estalló en carcajadas, la miré confundido. Pobre chica, seguro esa no era su primera lata de cerveza. Después se abalanzó sobre mí y me comenzó a besar. Yo le seguí el juego durante unos segundos, per luego la separé, casi bruscamente, de mí. No quería resultar herido de gravedad si Ron nos veía. La miré algo sorprendido.
-¿Esa clase de sensaciones? -me preguntó.
En eso se acercó un Hufflepuff.
-¿Quieres bailar preciosa? -le preguntó.
-Claro papito -aceptó ella, y se fue a la pista de baile, sin siquiera saludarme.
Negué con la cabeza, pobre Hermione. En eso estaban comiendo alguna que otra golosina de la mesa, cuando se acercó Blaise, seguido de algunas chicas que reían tontamente atrás de él. Se apoyó en la mesa muy cerca de mí. Creo que no había notado que era yo, porque no me dijo nada. No oí lo que les dijo a las chicas, pero volvieron a reír como estúpidas y se fueron. Lo miré detenidamente, parecía un stripper, de esos que van a las fiestas privadas de mujeres, y bailan y todo lo demás. No pude evitar reírme. Me miró algo molesto.
-¿De qué te ríes? -me preguntó clavándome la mirada -¿Acaso te parezco gracioso, momia?
-La verdad si, Zabini -le dije aún riendo. Levantó una ceja, al parecer se sorprendió de que supiera su nombre.
-¿Te conozco?
-Tal vez si, tal vez no -le respondí
-Hmmm, no estoy seguro, ¿de qué casa eres? -me preguntó con naturalidad, cosa que me sorprendió.
-Estemmm...de...Hufflepuff
-Que bien -me dijo sonriendo -Yo soy de Slytherin, tal vez ya lo sabías.
-Sip, oye, ¿podría hacerte una pregunta?-le dije algo confiado.
-Puedes hacerla, otra cosa es que yo te la responda.
Revoleé los ojos.
-¿Conoces a ese chico que está disfrazado de vampiro? -lancé la pregunta -Uno que estaba contigo hace un rato... -Estemm...¡Ah, si! -luego frunció la nariz ligeramente -Vaya, así que tú también le has puesto los ojos encima a mi amigo- dijo algo aburrido.
Me sonrojé un poco.
-¿Cómo se llama? -insistí
-Hmmmm ¿A dónde quieres llegar?
-Haaa.... - pensé.
-Pero no te creas que te saldrá gratis siguió él.
-Sólo dime cómo se llama -Empezaba a impacientarme.
Abrió la boca para decirme la valiosa información, pero una estúpida Ravenclaw apareció de la nada, en el mismo -y peor- estado de Hermione y comenzó a devorarse -literalmente- a Blaise. A este no pareció importarle mucho, incluso le respondió el beso. Suspiré indignado. Genial, no parecían tener ganas de separarse. Al cabo de un rato comenzó adarme náuseas la escena, y terminé aburriéndome. Qué importaba el nombre del chico, podía tenerlo a él mismo en persona.
Me dirigía la pista de baile. Maldije, no sabía cómo rayos iba a volver a encontrarlo, esas malditas luces no dejaban ver nada, incluso no podía reconocer ningún rostro conocido. Me giré hacia donde había estado Blaise, y me dio un vuelco el corazón cuando vi que el chico estaba con él, noté que le dijo algo y señaló hacia donde yo estaba. El vampiro caminó lentamente en dirección a mí, con una sonrisa algo misteriosa y sexy. Le sonreí también.
-¿Me estabas buscando?
-¿Qué? -le pregunté, no lo había escuchado bien a pesar de tenerlo al lado.
-¡Que si me estabas buscando! -gritó estaba vez más fuerte.
No le respondí, pero comencé a moverme al compás de la música junto a él. Sentía la extraña sensación de conocerlo de mucho tiempo. Abrió la boca, seguramente para preguntarme algo, pero en eso apareció la tarada de Lavender.
-¡Harry! ¡Harry! -me dijo tomándome del brazo, y la pude oír perfectamente porque acababa de terminar el tema -¡Baila conmigo!
No quería parecer un amargado frente al chico, así que acepté. Me encogí de hombros y puse cara de "No tengo otra opción". Hay pero como dolió cuando miré a sus ojos claros y vi esa expresión en su pálido y terso rostro, de sorpresa, confusión incredulidad, y habría jurada que hasta de....asco. Me quedé de piedra observándolo, y no me hubiera movido de esa posición si no hubiera sido porque Lavender me arrastró hacia otra parte de la pista. ¿Por qué había puesto esa cara? Quizá se había molestado mucho al ver que me iba con Lavender. Miré hacia donde hacían unos segundos había estado bailando con él, ya no había rastros suyos, o si los había, yo los pude distinguir, por la antes ya mencionada maldita luz.
-Ey Harry, suéltate un poco! -me animó la chica, es que la verdad ni siquiera me había movido al llegar a ese lugar con ella.
-Ah, si, lo siento, Lavender -me disculpé, aunque seguro no me escuchó.
Comencé a bailar, la verdad Brown no baila nada mal, me gusta su ritmo.
-¡Oye Harry! ¿Qué hacías con Malfoy? -me preguntó a gritos.
Abrí la boca para responderle, pero luego la volvía cerrar, dándome cuenta que mi mente no había logrado procesar correctamente la pregunta. ¿Con Malfoy? ¿Qué tenía que ver ese idiota en todo esto? Ni si quiera lo había visto esa noche.
-¿Qué? -fue la tonta respuesta que salió de mis labios.
-Con Malfoy, estabas bailando con Malfoy cuando te fui a buscar para que vinieras conmigo, porque Hermione me dijo como estabas disfrazado. -me respondió alzando el volumen.
-Y no estaba bailando con... -¿O si? Ni idea, pero...¡no podía ser!
-Sé que era Draco Malfoy porque la hermana de Parvati estuvo bailando con él...
Me paré en seco. No...., no podía ser. Se me fueron de repente todas las ganas de bailar. Pegué media vuelta y me dirigía hacia las mesas, dejando a una muy disgustada Lavender en la pista hablando sola. Mientras más lo pensaba menos me lo creía. No solo había estado bailando con él, sino que también....¡lo había besado! ¡Y me había gustado! Bueno, en realidad me había gustado porque no sabía que se trataba de Malfoy, pero igual no estaba seguro de si eso tenía algo que ver. Vaya, soy un estúpido, no sé cómo no me día cuenta antes. Y lo peor es que parece que él también se enteró de quién soy, por eso la cara que puso, cuando Lavender vino gritando mi nombre. Maldita Brown, seguro que lo hubiera vuelto a besar si ella no hubiera aparecido..., tengo que confesar que me encantó ese beso, realmente para ser un cretino besa muy bien. Y ahora que lo pienso, bueno ahora que lo he besado y lo veo de esta manera, no está nada mal. Me doy cuenta que tiene un muy buen cuerpo, lo sentí cuando estuvo apoyado atrás mío al bailar.
Estaba aclarando mis pensamientos, con la mirada fija en nada en especial, cuando noté por el rabillo de ojo que alguien se dirigía al final del Gran Salón, y me di cuenta de eso, porque en esa parte no había casi nadie y tampoco habían luces de las de la pista, sólo antorchas. Mi pulso se aceleró al darme cuenta que era Malfoy. Lo miré detenidamente. ¿Qué hacía allí? Luego vi con asombro que abría con su varita una puerta casi oculta en la pared. Entró y la cerró detrás de él. Disimuladamente caminé hasta allá, y al llegar abrí la puerta normalmente, porque él la había dejado sin el hechizo para sellarla. Al entrar vi que había algunos muebles simples, ya saben mesitas, sillones, y una chimenea. Conocía ese lugar. En cuarto curso tuve que ir allí, cuando mi nombre salió del cáliz de fuego. Recuerdo que al entrar todos me miraban con confusión, pero ahora la única persona que se encontraba allí me miraba con odio. Genial.
-¡Potter! ¿Qué haces aquí? -me dio la bienvenida Draco.
-Lo mismo te pregunto a ti...
-¡Yo puedo estar en donde tenga ganas Potter! Además...no es asunto tuyo -me respondió a los gritos Malfoy, genial, como si no estuviera tan aturdido con la música.
Hubo un silencio algo prolongado. Yo estaba en la puerta, parado, y Malfoy frente la chimenea. Ninguno de los dos sabía que decir. Miré a Draco, ahora a la luz se parecía notablemente a él mismo, incluso con el pelo negro, me maldije por no haberme dado cuenta antes.
-Potter...
Lo miré, pero su mirada estaba dirigida a la pared.
-Eso que pasó entre tú y yo...en la pista de baile, ten por seguro que lo hice porque no tenía idea de que eras tú, ¿entiendes?
-Yo tampoco sabía que eras tú -le dije, no se me ocurrió nada más.
-Oye, ni se te ocurra abrir la boca, sabes? Porque en verdad me las pagarás caro. En Slytherin la mayoría sabe que soy gay, pero de ahí a besar a Harry Potter...
-¿Me estás amenazando? -hablé disgustado -Aunque no es necesario, ten por seguro que no andaré por ahí diciendo que besé a Draco Malfoy, sería humillante, incluso para mí es humillante.
-¡Cállate imbécil! -me gritó
-A mi no me haces callar Malfoy, además ¿qué vas a hacer si no me callo? No tienes a tus estúpidos amigos para que te defiendan.
-Y tú tampoco tienes a tu amiga la sangre sucia, que siempre te saca de líos, o a tu abuelo el director, ni siquiera tienes tu varita -buen punto
-No la necesito -le respondí desafiante, y sin darme cuenta me había acercado un poco más a él.
-Yo tampoco, y mucho menos a Crabbe y Goyle -me dijo, también acercándose más a mí.
-Ah, no?
-No -su voz era segura, y cortante. Vaya que si estaba enojado, y a decir verdad se veía muy sexy así. ¡Pero qué estoy diciendo! Se supone que debo estar enfadado con él.
Estuvimos mirándonos a los ojos, por lo que parecieron horas. Sus ojos parecían echar chispas. Había tanta tensión a nuestro alrededor que la podríamos haber cortado con unas tijeras, incluso parecía aplastarnos, ni siquiera podía oír la música.
Lo que pasó luego ni siquiera hasta hoy me trae dudas. No fue él el que se abalanzó sobre mí, ni yo sobre él, fuimos los dos al mismo tiempo. Sus brazos me tomaron con fuerza, y nuestras bocas se unieron con violencia. El beso no fue nada parecido al que antes me había dado. Incluso no parecíamos estar besándonos, parecía como si en verdad estuviéramos peleando cuerpo a cuerpo. Sus manos aferradas a mis hombros, me apretaban tan fuerte que temí que me rompiera los huesos. Mis manos estaban en su cabeza, en donde acariciaban y a veces tiraban con fuerza sus cabellos negros. No estábamos parados en un solo lugar, sino que nos movíamos con frenesí intentando llegar al sillón más cercano, aunque nos atropellamos todas las paredes.
Lo empujé con fuerza al sofá más grande y allí se quedó mirándome con deseo. Le desprendí la túnica lentamente, para hacerlo esperar. Me quedé embobado por la visión de su tórax desnudo. Sus abdominales perfectamente marcadas, casi parecían talladas en esa piel blanca. No me resistí más y comencé a besar su pecho, notaba cómo su respiración iba aumentando. Sentí cómo su tetilla se endureció cuando la succioné. Bajé con mi boca por su abdomen y allí me entretuve un rato. Luego subí de nuevo a su boca, y esta vez me recibió con un beso sediento, más calmado. No sabía exactamente por qué, pero me sentía muy seguro. Mi mano bajó a su cinturón, pero él me paró allí.
-E...espera Potter...quiero que estés como yo....-al principio no lo comprendí, pero después me di cuenta a qué se refería. Estiré el brazo para alcanzar su túnica, luego revolví en sus bolsillos y saqué la varita. Con un simple hechizo me deshice de todos los vendajes, quedando sólo con mis bóxers grises, de pasó me quité todo el maquillaje. Sonreí al ver la manera en la que me miraba, y antes de dejar la varita en su lugar realicé otro hechizo, y ahora estábamos los dos como vinimos al mundo.
Me sorprendí un poco, se incorporó, luego se colocó encima de mí, queriendo tomar el control. Ahora era él el que esparcía besos en mi abdomen, no pude evitar que un gemido se escapara de mi boca, era exquisita la sensación de sus suaves y cálidos labios sobre mi piel. Mis ojos se cerraron con fuerza, y un gemido más fuerte que el anterior inundó la sala. Draco había tomado mi erección en su boca. Apreté los dientes para no gritar, oleadas de placer recorrían todo mi cuerpo. Tomé nuevamente su cabeza entre mis manos.
-Dra...Draco, no....no pares ¡Ahhh! -fue lo que logré articular. Pero paró. Si, el cretino me soltó y volvió a subir.
No sé por qué, pero de repente comencé a sentirme inseguro.
-Oye Draco...yo...nunca he hecho esto con un chico...-salió tímidamente de mis labios. Él me miró. Una sonrisa que no era de burla, sino de comprensión, y a la vez satisfacción se dibujó en su sudoroso rostro.
-No temas, para todo hay una primera vez-me dijo, y en otra ocasión me hubiera parecido cómico oír esas palabras salir de la boca de Draco Malfoy. Se colocó encima de mí, y colocó su rostro en el hueco de mi hombro, mientras me besaba el cuello con esmero. Su mano subió hasta mi rostro y comenzó a besarme la mejilla, bajando luego a mis labios, en donde dibujó suavemente su contorno. Yo no me resistí y tomé uno de sus dedos en mi boca, y pude notar una sonrisa en la boca que besaba ahora el lóbulo de mi oreja.
La mano volvió a bajar, recorriendo mi abdomen, mi pelvis, mi muslo y por último mi trasero, en donde introdujo el dedo que yo había saboreado segundos antes. Al principio me molestó un poco la intrusión, pero luego me acostumbré. Al darse cuenta, introdujo otro dedo en mí.
-¿Estás listo? -me susurró al oído, yo asentí. Los intrusos abandonaron mi trasero. Mi cuerpo se tensó al sentir la cabeza de su pene en mi entrada, pero la tensión fue más bien de placer. Draco comenzó a introducirse en mí lentamente, me dolió sólo un poco, estaba muy excitado como para sentir dolor. Luego comenzó a moverse, primero lentamente, para no hacerme daño y luego más rápido, ya que mis gemidos indicaban claramente que estaba disfrutando de eso.
-Oh...si! Draco...ah!
Draco me miraba sonriente.
-¿Qué? -le pregunté frunciendo la nariz -Nada, me gusta como se ve el placer dibujado en tu rostro -me respondió.
A medida que nuestras respiraciones se entrecortaban, Malfoy aumentaba el ritmo. Entonces sus ojos grises se cerraron con fuerza, se estaba por venir, al igual que yo. Estaba muy excitado, por sus gemidos secos y masculinos, la expresión de placer en su rostro, sus cabellos en ese momento negros moviéndose al compás de su cuerpo, su perfume rodeándome, no pude evitarlo, me vine antes que él. Luego de un rato el orgasmo llegó para él también, y me dio un pequeño beso de despedida.
Abrió los ojos de nuevo, me podría haber perdido en aquella mirada plateada.
-Se suponía que me esperaras -me dijo burlonamente.
-Lo siento -le dije sonriendo.
Se separó de mí, y comenzó a vestirse de nuevo. Yo conjuré nuevamente el hechizo de mi disfraz, no quería aparecerme en bóxers en la fiesta.
-¿Aún piensas que es humillante besar a Draco Malfoy? -me susurró a los labios. Negué con la cabeza, tan lentamente que si no hubiéramos estado así de cerca él no lo hubiera notado. Me besó, y si que fue un beso ese. Disfruté cada centímetro de su boca, porque sabía que quizá nunca más volvería a saborearla.
Luego caminé hasta la puerta.
-Qué lástima que este sea nuestro último año en Hogwarts, no crees? -le dije
-Si, eso, y también que nunca hayamos tenido un encuentro como este antes -ronroneó
-Fue un gusto Malfoy
-Lo mismo digo Potter.
Cerré la puerta detrás de mí. Luego caminé hacia las mesas. Vi cómo Draco salió luego de la habitación y sellaba con magia la puerta. Agarré una lata de cerveza, no era de tomar alcohol, pero esa era una noche para festejar, era mi fiesta de graduación.
******************
N/A: Hola! Bueno, aquí termina mi fic, espero que les haya gustado, déjenme algún review si pueden, porfavor!!!! ^^
Bueno, saludos
Dark Spider Girl
|BAILE DE DISFRACES|
"Solo tardaré quince minutos". Fue lo que les dije a Ron y Hermione hacía media hora. Sabía que la fiesta ya había comenzado, pero sentía que debía quedarme más tiempo de bajo del agua. Ese sería, seguro, mi último baño en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Si, mi 7° curso ya había llegado a su fin. Esa noche se llevaría a cabo en el Gran Salón una fiesta para los que egresábamos ese año. Algunos de cursos inferiores se quejaron diciendo que no podrían dormir con la música, (jeje, pobres, realmente estaban celosos los niñitos), pero los prefectos se encargaron de colocar en el Hall un hechizo silenciador para que no se molestaran los nenes que dormían. Y tampoco podían entrar si no eran egresados.
Eso era genial, una fiesta sólo para gente de mi edad. Y lo mejor era que NO habría profesores, vaya que Dumbledore era un viejo fabuloso. Esa noche quería disfrutar, quería pasarla bien, porque sería mi último año en ese querido colegio, que era más o menos como mi hogar. Bueno, era mi hogar en realidad, porque no creo que vivir con los Dursley sea como para decir "Oh, hogar, dulce hogar". En fin. Hermione iba a seguir en su casa, yo por mi parte había conseguido alquilar un pequeño apartamento en Hogsmeade, más genial aún, en donde viviría solo un tiempo, y luego Ron me acompañaría. No sabía que iba a ser de ahí en más, no me importaba, es ya lo vería más adelante, lo que tenía claro es que no tenía ni una pequeñísima pizca de gana de ser Auror.
Bueno, creo que me alejé mucho del tema, sigamos con lo importante, como les decía al principio:
Dejé que el agua corriera libremente por mi cuerpo, recorriendo todos los rincones. Había conseguido moderarla en la temperatura perfecta, cosa que raras veces lograba hacer. Cerré los ojos y me dejé disfrutar de la sensación.
Luego de ese rico baño, me coloqué los bóxers y tomé mi varita para conjurar el hechizo de mi disfraz. Unas vendas amarillentas y de aspecto negro y quebradizo aparecieron cubriendo todo mi cuerpo. Algunas partes de mi piel quedaron al descubierto, (boca, nariz, ojos, oídos, algunos dedos, y otras partes), y las retoqué dándoles un tono oscuro, incluso en algunas aparecí heridas artificiales. Decidí ponerme un hechizo para poder sin los anteojos, por lo menos por esa noche. Por último me pinté unas enormes ojeras negras y profundas alrededor de mis ojos verdes.
Me miré al espejo. El traje era perfecto. Parecía una auténtica momia. Esa fiesta de disfraces iba a ser divertida. Era un festejo organizado por los mismos alumnos que egresaban ese año, y nosotros éramos los únicos que podíamos asistir. Pasé de largo por la sala común, sabía que Hermione y Ron no me habían esperado. Había tardado siglos en estar listo.
Ya en el piso e abajo se sentían las risas de algunos egresados que entraban al Gran Salón. Al acercarme vi divertido como unos chicos un poco más bajos que yo intentaban en vano entrar. Los prefectos y profesores habían hecho un muy buen trabajo. No se oía la música hasta que estabas adentro, una gruesa barrera plateada cubría la puerta, y por ella sólo podían pasar los egresados de ese año.
-Permiso chicos, necesito pasar a la fiesta -les dije burlonamente, dándoles un pequeño empujoncito para quitarlos del camino, algunos se quejaron, los otros me miraron con odio - Lo siento, será el año que viene, o el otro....
Entré y me maravillé por segunda vez al ver el decorado, que lo habían elegido los prefectos, y había quedado fabuloso. La música sonaba a todo volumen, acompañada por el parpadeo de las luces plateadas. Me dirigí a la pista de baile, que estaba colmada de chicos de 7° de las cuatro casas, todos disfrutado de la fabulosa de graduación.
Todos disfrazados, riendo y bailado. Luego de un rato de bailar con todos y con ninguno a la vez conseguí fijar la mirada con otros ojos, que por la poca luz parecían ser muy claro, casi blancos o plateados. Me acerqué a esa persona sin romper la mirada. Al estar más cerca me di cuenta que era un chico "¡Qué diablos!", Pensé. Esa noche no había límites para mí, nadie me diría qué hacer.
Observé detenidamente el disfraz del chico. Tenía los ojos perfectamente delineados, una túnica negra con cuellos bien alto que estaba prendida por argollas plateadas, tenía la piel muy pálida o algún tipo de maquillaje, pude notar también los labios tenuemente oscurecidos, dejando ver los colmillos afilados y alargados mágicamente, pero de manera muy real, y el cabello negro engominado hacia atrás. Era un perfecto vampiro.
No estaba muy seguro su lo había visto antes, o si lo ubicaba de alguna casa, las luces parpadeantes y oscuras me impedían verlo claramente. Me acerqué más a él. Llevaba un perfume suave, pero embriagador. Se movía ágilmente, pero su mirada estaba fija en mis ojos, era muy fuerte y penetrante, sus ojos parecían invitarme silenciosamente.
La música cambió, y ahora comenzó un tema bastante sensual que se bailaba cuerpo a cuerpo, muy pegados. (N/A: Algo del estilo de I Love Rock & Roll de Britney Spears). Él se acercó violentamente a mi. Mi respiración comenzó a agitarse, tenía sus ojos tan endemoniadamente claros y sexys fijos en los míos, y su perfume parecía estar envolviéndome. Podía sentir su aliento fresco en mi rostro.
A veces bajaba recorriendo mi cuerpo y luego volvía a subir, mirándome juguetonamente, con una sonrisa sexy, burlona, y a la vez parecía invitarme a seguirle el juego. Y así lo hice. Intentó besarme, pero lo esquivé. Su rostro quedó entre mi hombro y mi cuello.
No perdió la oportunidad y me besó allí, ya que justo era una de las partes que había dejado al descubierto. Se me aflojaron las piernas cuando sentí sus labios moviéndose en mi piel, y luego sentí un pequeño mordisco por parte de sus largos y afilados colmillos.
Luego se separó de mi cuello y se colocó detrás de mí, siguiendo con sus movimientos dignos de un vampiro. Esta vez se pegó más a mí, su cuerpo perfectamente encajado en el mío, y su rostro en mi nuca. Lo oí quejarse por lo bajo, seguro porque esa parte no había piel desnuda. No le importó, con los dientes se aseguró de dejar un buen trozo de mi nuca libre, y luego me plantó otros besos allí, mientras seguíamos bailando, y me colocó sus manos (noté que tenía las uñas pintadas de negro). Me sentí en las nubes en ese momento.
Me giré antes que él pudiera darse cuenta, necesitaba sentir esos labios sobre los míos. Lo besó. Era la primera vez que besaba aun chico, pero juro que la sensación fue mil veces más excitante que con cualquiera de las chicas a las que había besado.
Me estaba derritiendo ahí mismo. Ya no podía escuchar ni la música, pero seguíamos bailando. Por mí hubiera seguido besándolo toda la noche, pero él cortó el beso de improviso, y giró la cabeza. Miré hacia donde el chico miraba. Otro muchacho le silbaba y hacía señas un poco más lejos.
Me miró como disculpándose.
-No hay problema -le aseguré asi gritando para que me oyera, mientras quitaba mi mano de su cadera ¿Cuándo la había puesto allí? Solo Dios lo sabía.
Me dijo algo como:
-Te veo - pero no pudo entenderle muy bien. Me pareció que su voz me era algo conocida, pero no pude asegurarlo.
Me quedé mirando atontado como se alejaba ese vampiro, moviéndose ágilmente entre las demás personas que bailaban. Noté que el chico que lo había separado dolorosamente de mi era el idiota de Blaise Zabini. Estaba vestido como una especie de bombero muggle (N/A: Si no saben qué es eso incendien su casa, luego fíjense quién viene a ayudarlos XD), pero de manera más sensual, con un sombrero amarillo, unas botas amarillas, unos pantalones de cuero amarillos y una manguera enroscada como una serpiente a su cuerpo (no tenía nada arriva). Me pregunté si el muchacho era de Slytherin, pero no podía asegurarlo, Zabini tenía amigos en todas las Casas.
Luego bailé con una Ravenclaw muy linda disfrazada de princesa, pero no pude llevarle muy bien el ritmo, porque mi cabeza estaba en otras cosas. Me dirigí a las mesas, y la chica se enojó, me gritó algo que no pude entender, no me importó.
Vi con felicidad que Hermione estaba allí.
-¡Hola Herm! -la saludé
-¿Eres tú Harry? -yo asentí- ¡Wow! ¡Qué bien! ¡Estás genial! -me dijo algo DEMASIADO entusiasmada como para tratarse de mi amiga. La miré de pies a cabeza. Creo que era...una especie de secretaria o algo así...Tenía una falda negra muy corta, demasiaaaaado corta, arriva una camisa que tenía los primeros tres botones desprendidos, y una corbata roja que cubría su escote, más abajo tenía puestos unos tacones negros. Se había planchado el pelo, y llevaba unos anteojos. No estaba muy seguro, se veía entre sexy e intelectual.
-Tú también estás genial Mione -admití -¿Y Ron?
-Allí está -señaló mientras, tomaba un sobro de su cerveza, a un chico vestido con el equipo de los Chudley Cannons que combinaba perfectamente con su cabello rojo. Esperen un momento...¡Hermione bebiendo cerveza! Eso era nuevo...Además ¿cómo demonios habían logrado ingresar alcohol en el colegio.
-¿Estás bebiendo alcohol, Hermione? -le pregunté sin poder creerlo todavía -¿Cuándo dejaste de ser la pequeña e inocente Hermi que yo conocí? -Era verdad, de repente Hermione había cambiado mucho, la cerveza en su mano era un ejemplo, otro su vestimenta tan atrevida, se había puesto de novia con Ron, la forma en la que me estaba mirando...¡¿Qué?!
-¿Y tú desde cuándo dejaste de ser el Harry heterosexual que yo conocía? -me preguntó mirándome fijamente con una leve sonrisa -¿Desde cuándo te besas con chicos?
Me sonrojé de pies a cabeza. Abrí la boca para contestar, pero luego la cerré otra vez, sin saber qué contestar.
-Desde hace diez minutos -hablé por fin
-Entonces no me equivoqué de momia...
-¡Pero no he dejado de ser heterosexual! -me defendí, y era verdad -¡Aún me gustan las chicas!
-¿Ah, si?
-Si..., supongo que sólo quería probar nuevas sensaciones...
En ese instante Hermione estalló en carcajadas, la miré confundido. Pobre chica, seguro esa no era su primera lata de cerveza. Después se abalanzó sobre mí y me comenzó a besar. Yo le seguí el juego durante unos segundos, per luego la separé, casi bruscamente, de mí. No quería resultar herido de gravedad si Ron nos veía. La miré algo sorprendido.
-¿Esa clase de sensaciones? -me preguntó.
En eso se acercó un Hufflepuff.
-¿Quieres bailar preciosa? -le preguntó.
-Claro papito -aceptó ella, y se fue a la pista de baile, sin siquiera saludarme.
Negué con la cabeza, pobre Hermione. En eso estaban comiendo alguna que otra golosina de la mesa, cuando se acercó Blaise, seguido de algunas chicas que reían tontamente atrás de él. Se apoyó en la mesa muy cerca de mí. Creo que no había notado que era yo, porque no me dijo nada. No oí lo que les dijo a las chicas, pero volvieron a reír como estúpidas y se fueron. Lo miré detenidamente, parecía un stripper, de esos que van a las fiestas privadas de mujeres, y bailan y todo lo demás. No pude evitar reírme. Me miró algo molesto.
-¿De qué te ríes? -me preguntó clavándome la mirada -¿Acaso te parezco gracioso, momia?
-La verdad si, Zabini -le dije aún riendo. Levantó una ceja, al parecer se sorprendió de que supiera su nombre.
-¿Te conozco?
-Tal vez si, tal vez no -le respondí
-Hmmm, no estoy seguro, ¿de qué casa eres? -me preguntó con naturalidad, cosa que me sorprendió.
-Estemmm...de...Hufflepuff
-Que bien -me dijo sonriendo -Yo soy de Slytherin, tal vez ya lo sabías.
-Sip, oye, ¿podría hacerte una pregunta?-le dije algo confiado.
-Puedes hacerla, otra cosa es que yo te la responda.
Revoleé los ojos.
-¿Conoces a ese chico que está disfrazado de vampiro? -lancé la pregunta -Uno que estaba contigo hace un rato... -Estemm...¡Ah, si! -luego frunció la nariz ligeramente -Vaya, así que tú también le has puesto los ojos encima a mi amigo- dijo algo aburrido.
Me sonrojé un poco.
-¿Cómo se llama? -insistí
-Hmmmm ¿A dónde quieres llegar?
-Haaa.... - pensé.
-Pero no te creas que te saldrá gratis siguió él.
-Sólo dime cómo se llama -Empezaba a impacientarme.
Abrió la boca para decirme la valiosa información, pero una estúpida Ravenclaw apareció de la nada, en el mismo -y peor- estado de Hermione y comenzó a devorarse -literalmente- a Blaise. A este no pareció importarle mucho, incluso le respondió el beso. Suspiré indignado. Genial, no parecían tener ganas de separarse. Al cabo de un rato comenzó adarme náuseas la escena, y terminé aburriéndome. Qué importaba el nombre del chico, podía tenerlo a él mismo en persona.
Me dirigía la pista de baile. Maldije, no sabía cómo rayos iba a volver a encontrarlo, esas malditas luces no dejaban ver nada, incluso no podía reconocer ningún rostro conocido. Me giré hacia donde había estado Blaise, y me dio un vuelco el corazón cuando vi que el chico estaba con él, noté que le dijo algo y señaló hacia donde yo estaba. El vampiro caminó lentamente en dirección a mí, con una sonrisa algo misteriosa y sexy. Le sonreí también.
-¿Me estabas buscando?
-¿Qué? -le pregunté, no lo había escuchado bien a pesar de tenerlo al lado.
-¡Que si me estabas buscando! -gritó estaba vez más fuerte.
No le respondí, pero comencé a moverme al compás de la música junto a él. Sentía la extraña sensación de conocerlo de mucho tiempo. Abrió la boca, seguramente para preguntarme algo, pero en eso apareció la tarada de Lavender.
-¡Harry! ¡Harry! -me dijo tomándome del brazo, y la pude oír perfectamente porque acababa de terminar el tema -¡Baila conmigo!
No quería parecer un amargado frente al chico, así que acepté. Me encogí de hombros y puse cara de "No tengo otra opción". Hay pero como dolió cuando miré a sus ojos claros y vi esa expresión en su pálido y terso rostro, de sorpresa, confusión incredulidad, y habría jurada que hasta de....asco. Me quedé de piedra observándolo, y no me hubiera movido de esa posición si no hubiera sido porque Lavender me arrastró hacia otra parte de la pista. ¿Por qué había puesto esa cara? Quizá se había molestado mucho al ver que me iba con Lavender. Miré hacia donde hacían unos segundos había estado bailando con él, ya no había rastros suyos, o si los había, yo los pude distinguir, por la antes ya mencionada maldita luz.
-Ey Harry, suéltate un poco! -me animó la chica, es que la verdad ni siquiera me había movido al llegar a ese lugar con ella.
-Ah, si, lo siento, Lavender -me disculpé, aunque seguro no me escuchó.
Comencé a bailar, la verdad Brown no baila nada mal, me gusta su ritmo.
-¡Oye Harry! ¿Qué hacías con Malfoy? -me preguntó a gritos.
Abrí la boca para responderle, pero luego la volvía cerrar, dándome cuenta que mi mente no había logrado procesar correctamente la pregunta. ¿Con Malfoy? ¿Qué tenía que ver ese idiota en todo esto? Ni si quiera lo había visto esa noche.
-¿Qué? -fue la tonta respuesta que salió de mis labios.
-Con Malfoy, estabas bailando con Malfoy cuando te fui a buscar para que vinieras conmigo, porque Hermione me dijo como estabas disfrazado. -me respondió alzando el volumen.
-Y no estaba bailando con... -¿O si? Ni idea, pero...¡no podía ser!
-Sé que era Draco Malfoy porque la hermana de Parvati estuvo bailando con él...
Me paré en seco. No...., no podía ser. Se me fueron de repente todas las ganas de bailar. Pegué media vuelta y me dirigía hacia las mesas, dejando a una muy disgustada Lavender en la pista hablando sola. Mientras más lo pensaba menos me lo creía. No solo había estado bailando con él, sino que también....¡lo había besado! ¡Y me había gustado! Bueno, en realidad me había gustado porque no sabía que se trataba de Malfoy, pero igual no estaba seguro de si eso tenía algo que ver. Vaya, soy un estúpido, no sé cómo no me día cuenta antes. Y lo peor es que parece que él también se enteró de quién soy, por eso la cara que puso, cuando Lavender vino gritando mi nombre. Maldita Brown, seguro que lo hubiera vuelto a besar si ella no hubiera aparecido..., tengo que confesar que me encantó ese beso, realmente para ser un cretino besa muy bien. Y ahora que lo pienso, bueno ahora que lo he besado y lo veo de esta manera, no está nada mal. Me doy cuenta que tiene un muy buen cuerpo, lo sentí cuando estuvo apoyado atrás mío al bailar.
Estaba aclarando mis pensamientos, con la mirada fija en nada en especial, cuando noté por el rabillo de ojo que alguien se dirigía al final del Gran Salón, y me di cuenta de eso, porque en esa parte no había casi nadie y tampoco habían luces de las de la pista, sólo antorchas. Mi pulso se aceleró al darme cuenta que era Malfoy. Lo miré detenidamente. ¿Qué hacía allí? Luego vi con asombro que abría con su varita una puerta casi oculta en la pared. Entró y la cerró detrás de él. Disimuladamente caminé hasta allá, y al llegar abrí la puerta normalmente, porque él la había dejado sin el hechizo para sellarla. Al entrar vi que había algunos muebles simples, ya saben mesitas, sillones, y una chimenea. Conocía ese lugar. En cuarto curso tuve que ir allí, cuando mi nombre salió del cáliz de fuego. Recuerdo que al entrar todos me miraban con confusión, pero ahora la única persona que se encontraba allí me miraba con odio. Genial.
-¡Potter! ¿Qué haces aquí? -me dio la bienvenida Draco.
-Lo mismo te pregunto a ti...
-¡Yo puedo estar en donde tenga ganas Potter! Además...no es asunto tuyo -me respondió a los gritos Malfoy, genial, como si no estuviera tan aturdido con la música.
Hubo un silencio algo prolongado. Yo estaba en la puerta, parado, y Malfoy frente la chimenea. Ninguno de los dos sabía que decir. Miré a Draco, ahora a la luz se parecía notablemente a él mismo, incluso con el pelo negro, me maldije por no haberme dado cuenta antes.
-Potter...
Lo miré, pero su mirada estaba dirigida a la pared.
-Eso que pasó entre tú y yo...en la pista de baile, ten por seguro que lo hice porque no tenía idea de que eras tú, ¿entiendes?
-Yo tampoco sabía que eras tú -le dije, no se me ocurrió nada más.
-Oye, ni se te ocurra abrir la boca, sabes? Porque en verdad me las pagarás caro. En Slytherin la mayoría sabe que soy gay, pero de ahí a besar a Harry Potter...
-¿Me estás amenazando? -hablé disgustado -Aunque no es necesario, ten por seguro que no andaré por ahí diciendo que besé a Draco Malfoy, sería humillante, incluso para mí es humillante.
-¡Cállate imbécil! -me gritó
-A mi no me haces callar Malfoy, además ¿qué vas a hacer si no me callo? No tienes a tus estúpidos amigos para que te defiendan.
-Y tú tampoco tienes a tu amiga la sangre sucia, que siempre te saca de líos, o a tu abuelo el director, ni siquiera tienes tu varita -buen punto
-No la necesito -le respondí desafiante, y sin darme cuenta me había acercado un poco más a él.
-Yo tampoco, y mucho menos a Crabbe y Goyle -me dijo, también acercándose más a mí.
-Ah, no?
-No -su voz era segura, y cortante. Vaya que si estaba enojado, y a decir verdad se veía muy sexy así. ¡Pero qué estoy diciendo! Se supone que debo estar enfadado con él.
Estuvimos mirándonos a los ojos, por lo que parecieron horas. Sus ojos parecían echar chispas. Había tanta tensión a nuestro alrededor que la podríamos haber cortado con unas tijeras, incluso parecía aplastarnos, ni siquiera podía oír la música.
Lo que pasó luego ni siquiera hasta hoy me trae dudas. No fue él el que se abalanzó sobre mí, ni yo sobre él, fuimos los dos al mismo tiempo. Sus brazos me tomaron con fuerza, y nuestras bocas se unieron con violencia. El beso no fue nada parecido al que antes me había dado. Incluso no parecíamos estar besándonos, parecía como si en verdad estuviéramos peleando cuerpo a cuerpo. Sus manos aferradas a mis hombros, me apretaban tan fuerte que temí que me rompiera los huesos. Mis manos estaban en su cabeza, en donde acariciaban y a veces tiraban con fuerza sus cabellos negros. No estábamos parados en un solo lugar, sino que nos movíamos con frenesí intentando llegar al sillón más cercano, aunque nos atropellamos todas las paredes.
Lo empujé con fuerza al sofá más grande y allí se quedó mirándome con deseo. Le desprendí la túnica lentamente, para hacerlo esperar. Me quedé embobado por la visión de su tórax desnudo. Sus abdominales perfectamente marcadas, casi parecían talladas en esa piel blanca. No me resistí más y comencé a besar su pecho, notaba cómo su respiración iba aumentando. Sentí cómo su tetilla se endureció cuando la succioné. Bajé con mi boca por su abdomen y allí me entretuve un rato. Luego subí de nuevo a su boca, y esta vez me recibió con un beso sediento, más calmado. No sabía exactamente por qué, pero me sentía muy seguro. Mi mano bajó a su cinturón, pero él me paró allí.
-E...espera Potter...quiero que estés como yo....-al principio no lo comprendí, pero después me di cuenta a qué se refería. Estiré el brazo para alcanzar su túnica, luego revolví en sus bolsillos y saqué la varita. Con un simple hechizo me deshice de todos los vendajes, quedando sólo con mis bóxers grises, de pasó me quité todo el maquillaje. Sonreí al ver la manera en la que me miraba, y antes de dejar la varita en su lugar realicé otro hechizo, y ahora estábamos los dos como vinimos al mundo.
Me sorprendí un poco, se incorporó, luego se colocó encima de mí, queriendo tomar el control. Ahora era él el que esparcía besos en mi abdomen, no pude evitar que un gemido se escapara de mi boca, era exquisita la sensación de sus suaves y cálidos labios sobre mi piel. Mis ojos se cerraron con fuerza, y un gemido más fuerte que el anterior inundó la sala. Draco había tomado mi erección en su boca. Apreté los dientes para no gritar, oleadas de placer recorrían todo mi cuerpo. Tomé nuevamente su cabeza entre mis manos.
-Dra...Draco, no....no pares ¡Ahhh! -fue lo que logré articular. Pero paró. Si, el cretino me soltó y volvió a subir.
No sé por qué, pero de repente comencé a sentirme inseguro.
-Oye Draco...yo...nunca he hecho esto con un chico...-salió tímidamente de mis labios. Él me miró. Una sonrisa que no era de burla, sino de comprensión, y a la vez satisfacción se dibujó en su sudoroso rostro.
-No temas, para todo hay una primera vez-me dijo, y en otra ocasión me hubiera parecido cómico oír esas palabras salir de la boca de Draco Malfoy. Se colocó encima de mí, y colocó su rostro en el hueco de mi hombro, mientras me besaba el cuello con esmero. Su mano subió hasta mi rostro y comenzó a besarme la mejilla, bajando luego a mis labios, en donde dibujó suavemente su contorno. Yo no me resistí y tomé uno de sus dedos en mi boca, y pude notar una sonrisa en la boca que besaba ahora el lóbulo de mi oreja.
La mano volvió a bajar, recorriendo mi abdomen, mi pelvis, mi muslo y por último mi trasero, en donde introdujo el dedo que yo había saboreado segundos antes. Al principio me molestó un poco la intrusión, pero luego me acostumbré. Al darse cuenta, introdujo otro dedo en mí.
-¿Estás listo? -me susurró al oído, yo asentí. Los intrusos abandonaron mi trasero. Mi cuerpo se tensó al sentir la cabeza de su pene en mi entrada, pero la tensión fue más bien de placer. Draco comenzó a introducirse en mí lentamente, me dolió sólo un poco, estaba muy excitado como para sentir dolor. Luego comenzó a moverse, primero lentamente, para no hacerme daño y luego más rápido, ya que mis gemidos indicaban claramente que estaba disfrutando de eso.
-Oh...si! Draco...ah!
Draco me miraba sonriente.
-¿Qué? -le pregunté frunciendo la nariz -Nada, me gusta como se ve el placer dibujado en tu rostro -me respondió.
A medida que nuestras respiraciones se entrecortaban, Malfoy aumentaba el ritmo. Entonces sus ojos grises se cerraron con fuerza, se estaba por venir, al igual que yo. Estaba muy excitado, por sus gemidos secos y masculinos, la expresión de placer en su rostro, sus cabellos en ese momento negros moviéndose al compás de su cuerpo, su perfume rodeándome, no pude evitarlo, me vine antes que él. Luego de un rato el orgasmo llegó para él también, y me dio un pequeño beso de despedida.
Abrió los ojos de nuevo, me podría haber perdido en aquella mirada plateada.
-Se suponía que me esperaras -me dijo burlonamente.
-Lo siento -le dije sonriendo.
Se separó de mí, y comenzó a vestirse de nuevo. Yo conjuré nuevamente el hechizo de mi disfraz, no quería aparecerme en bóxers en la fiesta.
-¿Aún piensas que es humillante besar a Draco Malfoy? -me susurró a los labios. Negué con la cabeza, tan lentamente que si no hubiéramos estado así de cerca él no lo hubiera notado. Me besó, y si que fue un beso ese. Disfruté cada centímetro de su boca, porque sabía que quizá nunca más volvería a saborearla.
Luego caminé hasta la puerta.
-Qué lástima que este sea nuestro último año en Hogwarts, no crees? -le dije
-Si, eso, y también que nunca hayamos tenido un encuentro como este antes -ronroneó
-Fue un gusto Malfoy
-Lo mismo digo Potter.
Cerré la puerta detrás de mí. Luego caminé hacia las mesas. Vi cómo Draco salió luego de la habitación y sellaba con magia la puerta. Agarré una lata de cerveza, no era de tomar alcohol, pero esa era una noche para festejar, era mi fiesta de graduación.
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N/A: Hola! Bueno, aquí termina mi fic, espero que les haya gustado, déjenme algún review si pueden, porfavor!!!! ^^
Bueno, saludos
Dark Spider Girl
