La noche era tranquila, el clima frío calaba en sus huesos pero de alguna forma lo encontraba reconfortante, dejo escapar un suspiro y vaho se formo frente a el, el aire caliente chocando contra el frío ambiente siempre era algo curioso de ver. Sonriendo hundió un poco más el rostro dentro de la bufanda, las risas de padres e hijos rompían el silencio y de cierta forma le ayudaban a evitar el sentimiento de soledad que solía embargarlo en días como esos.
Se detuvo frente a la entrada del cementerio y la nostalgia apareció junto a una sonrisa triste, una mano se posó sobre su espalda e inmediatamente se sintió relajado con el familiar tacto.
— Vamos cachorro, a James y Lily no les gustaria saber que has enfermado porque hemos estado mucho tiempo fuera — La grave voz de Remus junto a sus calidos y brillantes ojos dorados siempre eran reconfortantes.
Un apretón sobre su hombro le hizo recordar que no solo Remus lo acompañaba, giro levemente el rostro y ahí, a su lado, estaba Sirius mirándolo con una suave sonrisa, su padrino quien siempre tenía una actitud divertida y juguetona mostraba una expresión que hacia ver todos sus años sobre el. Reanudaron la marcha y caminaron entre lápidas, vieron nombres distintos bajo el mismo apellido, generaciones de familias que yacían en un mismo lugar y de alguna forma te daban una idea de la historia que habia detras de muchos de los habitantes de aquel pueblo.
Se detuvieron frente a la lápida correspondiente y leyeron los ya conocidos nombres, James y Lily Potter, dejaron algunas flores como cada año y se quedaron un momento en silencio guardando respeto. Sintió un nudo en la garganta y como cada ocasión en la que visitaba a sus padres se lo tragó, no quería llorar, sabía que si lo hacía terminaría diciendo más cosas de las que sentía y no quería sentirse avergonzado por soltar un vomito verbal sobre ello, suspiró y compuso una sonrisa mientras se ponía a la altura de la lápida. Sirius y Remus compartieron un rápida mirada antes de alejarse unos cuantos pasos para darle un poco de privacidad.
— Mamá, papá, ha pasado otro año y ahora tengo 18 años, por fin puedo decir que me he graduado y me falta poco para abrirme paso al mundo real — soltó una risita — muchas cosas han cambiado desde la última vez que los visite, Hermione y Ron por fin aclararon las cosas entre ellos y ahora son sólo buenos amigos, ambos han madurado y ahora mantienen sus peleas lejos de mi, Luna y Neville se volvieron pareja poco antes de la graduación y Neville suele visitar a Luna en el colegio cada vez que puede, Sirius y Remus aún no definen su situación pero parece que pronto podrían hacerlo — sonrió levemente — por mi parte no hay mucho que decir, casi nada ha cambiado desde la última vez que los visite, lo único nuevo es que he conseguido declararme a Tom, a Sirius no le a gustado mi elección de pareja pero Remus siempre está ahí para aplacarlo, en fin, sólo quería decir que aún los extrañó —
Se levantó y se giró a mirar a su padrino y su tío adoptivo, ambos le miraban con una sonrisa, hizo un ligero asentimiento y ambos se acercaron dándole un rápido abrazó. Fue el turno de Sirius y Remus para hablar pero Harry simplemente se desconecto, visitar a sus padres en el cementerio del Valle de Godric siempre era difícil, si bien no tenía muchos recuerdos de ellos había pasado el suficiente tiempo junto a ellos para sentir el vacío que habían dejado al morir. El tiempo paso y pronto los tres estaban caminando fuera del lugar, pasarían a la vieja casa donde solían vivir y pasarían la noche allí, al día siguiente simplemente volverían a Londres para volver a su rutina diaria y esperar a la próxima visita para el aniversario de muerte.
