Bueno, esta historia contiene personajes de Glee, pero la historia no tiene absolutamente nada que ver con la serie, lo advierto. Esta más bien basada en las WITCH un cómic que me encantaba de niña y que me ha llevado a escribir esto. En principio habrá Pezberry, puede que se me vayan ocurriendo otras parejas por el camino. Dicho eso os dejo con la historia, disfrutad :)
Ah, ni glee, ni las WITCH ni nada me pertenece, ya os lo sabéis.
Capítulo 1:
Los elementos serán sus aliados, serán fuertes. Una será paciente como la tierra, otra impetuosa como el fuego, otra ligera como el viento y una más fuerte como el agua. Y luego estará ella.
Abro los ojos y me encuentro flotando en medio de la nada, una pared de cristal me rodea, estoy atrapada en el interior de una esfera, un medallón gigante, y soy incapaz de moverme.
¡Tengo que salir de aquí!
De pronto la prisión transparente estalla a mí alrededor cierro los ojos y protejo mi cuerpo con los brazos a duras penas, pero no noto el corte de los cristales atravesar mi cuerpo. Abro los ojos de nuevo y siento el suelo bajo mis pies, una ráfaga de viento me golpea en la cara y una tormenta estalla a mí alrededor, oigo mi nombre en cada trueno. Me encojo en el suelo intentando calentarme, la lluvia golpea mi silueta sin piedad alguna y mi nombre cada vez suena más fuerte hasta que…
- ¡RACHEL!
Abro los ojos de golpe y me siento desorientada un momento, hasta que recuerdo donde me encuentro, las gotas de lluvia tamborilean en el techo del coche de mi madre. Mi madre, Shelby, y yo acabamos de mudarnos a una pequeña ciudad del estado de Ohio llamada Lima, no se me ocurre un lugar más remoto y aburrido, la verdad.
- Lo siento mamá, era solo una pesadilla. – Digo suspirando y sin librarme del todo del nudo en el estómago que me ha causado el extraño sueño.
- Bueno, anímate pensando que mañana será un día emocionante, ¡tú primer día en el nuevo instituto! ¿Emocionada?
- Ni te lo imaginas… - Porque claro, ¿a quién no le emociona empezar un nuevo año siendo la nueva?
Mierda, mierda, mierda. Corro todo lo que puedo por las calles de la ciudad, hasta alcanzar la puerta del instituto al que voy a ir, el William McKinley High School. El primer día y llego tarde, ¿cómo puedo ser asi de desastrosa? Me interno en los pasillos del enorme edificio sin saber muy bien a dónde voy, los pasillos están desiertos, y decido detenerme mosqueada. Este sitio es un maldito laberinto.
- ¿Se puede saber dónde está el aula 11? - Mascullo para mi misma.
- Deberías leer las indicaciones, las aulas con número impar están en la planta de arriba, genio. – Miro a todas partes en busca del origen de esas palabras hasta que la veo. Apoyada sobre unas taquillas se encuentra una chica de piel morena, pelo azabache más allá de los hombros y un cuerpo de infarto, de pronto se incorpora y mis ojos conectan con los suyos y noto una chispa recorrerme el cuerpo. Con una sonrisa picará y ojos traviesos se acerca en mi dirección, mirándome de arriba abajo sin ningún tipo de reparo. Noto los nervios apoderarse de mí, por Dios Rachel, ¡espabila!
- Soy Rachel Berry, soy nueva. – Digo extendiendo una mano hacia ella, que extiende la suya y abre la boca para responderme cuando una voz estridente la interrumpe.
- ¡SANTANA LÓPEZ! Te he dicho mil veces que no remolonees en los pasillos, quiero verte en clase en menos de cinco segundos.
La chica, que ahora sé que se llama Santana, pone los ojos en blanco y me susurra al tiempo que recoge su mochila del suelo. – Es el director Figgins, le gusta hacerse el duro, pero en realidad es un corderito. Espero verte por aquí, Rachel. – Y con un guiño se aleja de mí, dejándome sola con el hombre de aspecto hindú, que se me aproxima inmediatamente.
- ¿Y tú quién eres?
- Soy Rachel Berry, señor. Soy nueva y me parece que me he perdido un poco. – Él me mira con cara de pocos amigos.
- Empezamos mal, señorita Berry.
Quinn's POV
Oigo dos voces que me son tremendamente familiares aproximarse por el pasillo y cierro mi taquilla para ir al encuentro de ambas.
- Hola chicas, ¿qué pasa?
- Britts, que por lo visto ayer mientras se bañaba se dejó el grifo abierto y provocó una inundación en el baño, su padre estaba que echaba chispas. – Me informa Tina riéndose, Brittany, siempre igual de despistada.
- Es que cuando me meto en el agua pierdo la noción del tiempo… - Dice la rubia con expresión risueña, provocando que yo también me ría, es imposible no hacerlo cuando Britts no es ni consciente del caos que habrá creado en su casa.
- Si, bueno, ¿vais a la fiesta de Halloween? Dicen que va a ser una pasada. – Digo mientras nos dirigimos a la salida del instituto, recibiendo respuestas afirmativas de mis dos amigas, cuando veo algo a lo lejos que capta mi atención. El grupo de los de hockey rodea a una chica que no me suena y tiene expresión de incomodidad, Dios siempre igual. Mando callar a mis amigas y señalo hacia allá con la cabeza. – Veamos qué pasa.
- ¿Quién te hace la ropa nueva? ¿La robas del armario de tu abuela? – Oigo que dice Azimio, uno de esos gorilas estúpidos mientras los demás le ríen la gracia. Idiotas.
- Bueno, seguro que está más limpia que la tuya. Puedo oler el olor de tu asqueroso sudor desde la otra punta del instituto, ¿sabes lo que es una ducha campeón? No te vendría mal. – Digo colocándome entre ellos y la chica, echándole mi mirada más aterradora.
- No te metas en esto, ella parece mi abuela pero tu vistes como una golfa. - Dice uno de los gigantes descerebrados, haciéndose el duro. Noto el enfado crecer dentro de mi y me acerco a él siseando furiosa.
- No te atrevas a llamarme eso. - Y en ese mismo instante cae de lo alto de un árbol una piña del tamaño de mi puño que golpea al muchacho en la cabeza dejándolo aturdido. Que oportuno. Estallo en carcajadas al ver como se acercan sus amigos preocupados y se lo llevan de allí entre varios, murmurando sobre mi, pero no me importa.
Oigo a mis espaldas que la muchacha susurra un palabras de agradecimiento y me giro sonriendo. – Todas hemos sido nuevas, soy Quinn, ellas son Brittany y Tina. – Digo señalando a las chicas.
- Rachel, encantada – Dice sonriendo también, parece buena chica.
- Oye, esta noche hay una fiesta de Halloween en el instituto, yo he ayudado a organizarla así que está bastante bien, ¿te apuntas? – Me giro sorprendida hacia Tina, que suele ser bastante tímida con la gente que no conoce, pero no ha tenido reparos en invitar a la nueva a la fiesta, pero tampoco me opongo, cuantos más mejor. Rachel parece dudar un momento, pero finalmente sonríe y asiente.
- Claro, me encantaría ¿Tina verdad? – Mi amiga asiente sonriendo, y da un paso hacia ella.
- Déjame tu móvil, te apuntaré mi número para darte toda la información. – Mi sorpresa no hace más que crecer ante el comportamiento de mi amiga, que teclea a toda velocidad en el móvil de Rachel, esto es raro. – Pues ya lo tienes, nos vemos esta noche.
Nos alejamos las tres despidiéndonos de Rachel y no puedo dejar de mirar a Tina extrañada, hasta que por fin parece darse cuenta de ello y se encoje de hombros.
- ¿Qué? Es simpática.
RACHEL'S POV
Despido a todas con la mano y las veo alejarse de mí, por lo que me giro y camino en dirección a casa. Una fiesta, no me va a dar tiempo a preparar un disfraz adecuado. Quizás pueda llevar el del año pasado, aunque encontrarlo entre las cajas de mudanza va a ser imposible, ¿y si lo ha tirado mamá?
- Enana, si andas tan distraída por la calle acabarás por chocarte con algo. – Antes de darme la vuelta sé con quién me encontraré, llevo pensando todo el día en la dueña de esa rasposa voz. Santana aparece a mi lado con un cigarrillo encendido en la boca y esa mirada suya que no puedo sacarme de la cabeza desde la mañana.
- Me llamo Rachel, y no necesito tu consejo gracias. – Acelero un poco el paso para alejarme de ella, queriendo escapar de los nervios que me produce su presencia más que por sentirme ofendida. La oigo reírse a mis espaldas y vuelve a alcanzarme,
- Lo que tú digas hobbit. Dime, ¿te has hecho amiga del trío calavera? – Me pregunta queriendo sonar despreocupada, pero noto la curiosidad en su voz y sonrío. Al menos, se interesa.
- Pues han sido más amables que otras, me han comentado que hay una fiesta esta noche. – Dejo caer el tema de la fiesta, para averiguar si Santana irá también, pero sin que se note mi interés en ello.
- Quinn es un poco perra a veces, pero son buena gente, dentro de la escoria que hay en este pueblucho. – Dice riéndose y exhalando el humo de su cigarro en mi rostro provocándome tos. - ¿Te han dicho que vayas? Nos veremos allí, entonces. Ponte algo sexy Berry, ese jersey te queda bien, pero un escote no te haría daño. – Dice tirando lo que queda del cigarro al suelo y cruzando la calle en dirección opuesta.
- ¿A dónde vas? – Pregunto extrañada queriendo ignorar su comentario anterior, que ha provocado que me sonroje.
- A casa, ¿acaso crees que seguía este camino para acosarte? ¡No te emociones! – Exclama al tiempo que se gira para darme la espalda, haciendo un gesto con la mano a modo de despedida. Me pongo colorada por haber asumido que venía por aquí por mí, que estúpida.
Continúo caminando camino a casa queriendo llegar lo antes posible para planear que ponerme.
SANTANA'S POV
Las fiestas de Halloween son un clásico en el McKinley. Se organiza a medias entre profesores y alumnos, los profesores se aseguran de que tengamos el instituto para nosotros y vigilan mientras que los alumnos compran comida, bebida y ponen música y decoración. Yo no suelo colaborar pero a todos nos gusta una buena fiesta, y esta es la ocasión perfecta para celebrar el inicio de curso. Observo a los montones de adolescentes a mí alrededor buscando a una en concreto, cuando un brazo me agarra de la cintura y susurran en mi oído.
- Diablesa, he sido muy malo, castígame. – Sonrío al reconocer la voz, y pensar que este idiota es como un hermano para mí.
- No creo que te gustara lo que te haría Puckerman, ¿qué me traes? – Digo girándome para encontrar a mi amigo vestido de pirata y con una mochila a su espalda. Puck es el que suele conseguir el alcohol para este tipo de eventos, en realidad puede conseguir prácticamente cualquier cosa que le pidas, es como un camello. El chico me sonríe y saca una licorera plateada que me tiende indicándome que la eche en el enorme recipiente de ponche de la mesa de bebidas, le obedezco.
- Muy bien López, ahora este pirata tiene que ir a buscar a alguna que esté dispuesta a montar en mi barco, aunque ya sabes que siempre está disponible para ti. – Dice sonriendo y guiñándome un ojo, lo cual provoca que suelte una carcajada. Puck y yo solemos hacer esa clase de bromas, pero nunca nos acostaríamos sería bastante raro porque somos como hermanos, además yo prefiero otro tipo de compañía algo más… femenina. No es ningún secreto. Veo a lo lejos tres figuras inconfundibles y me acerco a ellas con decisión.
- ¿Cómo está mi trio de chicas preferido? – Digo abriendo ampliamente los brazos.
Se giran y Quinn vestida de griega pone los ojos en blanco, Tina de vampiresa sonríe y Brittany de cavernícola salta alegremente a mis brazos. Brittany y yo tuvimos una historia en el pasado, pero no funcionó por lo que decidimos que lo mejor que podíamos hacer era ser amigas, siempre he sido muy protectora con ella y nos va bien así.
- ¡Sanny! – Exclama la de ojos azules. – Que bien que hayas venido, estas súper sexy de diablesa.
- Cómo siempre Britt-Britt. Decidme, ¿habéis visto a Berry por aquí? ¿La nueva? – Pregunto sin tapujos porque a pesar de no demostrarlo mucho estas tres chicas son en las que más confío de todo el instituto junto con Puck, las tengo más cariño del que me gustaría reconocer.
- Está en el baño ¿No lleva aquí ni un día la pobre y ya estás detrás de ella? ¿Tan necesitada estás López? – Dice Quinn muy seria, a lo que yo simplemente sonrío y me acerco a ella con una ceja levantada.
- No te pongas celosa Quinn, sabes que a ti te hecho todos los polvos que quieras. – Digo de forma provocativa aunque ambas sabemos que no va en serio, por lo que Q sonríe ya relajada y suelta una risotada. En ese momento aparece al lado de Tina una cuarta persona y me quedo boquiabierta al verla.
Rachel lleva un vestido negro que le cubre hasta la parte de arriba del muslo, ajustado hasta la cintura y cuya falda cae libremente, un gorro de bruja y unas ligas moradas acabadas en unos taconazos de infarto. Esta chica quiere matarme.
- Dios Berry, estas muy sexy. – Digo sin apartar los ojos de su cuerpo.
- Gracias Santana, he seguido el consejo de una amiga para elegir la ropa. – Dice ella burlándose de mí con una sonrisilla diabólica, y parecía inocente.
- Me estoy asando. – Exclama Tina. – ¿Me acompañáis fuera?
Todas asentimos y salimos al patio donde encontramos al grupo de jugadores de hockey lanzando fuegos artificiales al aire, no es que tengan muchas luces. En cuanto salimos se giran a mirarnos y Azimio da un paso hacia nosotras.
- Hombre, si parece que la nueva se puede vestir como una guarra, la enseñas rápido Fabray. – No, no acaba de decir eso, este imbécil acaba de firmar su sentencia de muerte. Me acerco a él amenazadoramente y le doy un puñetazo en la cara.
- Escucha porque solo lo diré una vez, gorila, si te metes conmigo o con alguna de mis amigas vas a pagarlo caro, tú y toda tu panda de simios, ¡¿Esta claro?!
Entonces el caos se desata de pronto los fuegos artificiales estallan de golpe y salen disparados en todas direcciones. El grupo de idiotas huye asustado a refugiarse en el edifico, pero un grito hace que me dé la vuelta en medio de toda la confusión. Uno de los cohetes se dirige directo hacia Brittany quien se tapa la cara asustada.
- ¡Britt no! – Exclamo señalando en su dirección. Algo increíble sucede, a apenas centímetros de la cara de Brittany el cohete se detiene, noto calor en la mano y asustada la agito sin entender que está pasando. El cohete sale despedido hacia arriba al instante, y veo horrorizada como aterriza a los pies de Rachel, provocando una explosión de llamas a su alrededor. Corro en su dirección y me paro ante el fuego alzando las manos, y una vez más siento el calor en ambas palmas y momentos después veo la ola de fuego retroceder, apartándose de Rachel, que cae de rodillas, jadeando pero sana y salva. Alza la cara para mirarme y todas mis amigas me rodean sorprendidas.
- Santana… ¿Cómo… Cómo lo has hecho? – Me pregunta con incredulidad pintada en el rostro.
- No-No lo sé. – Digo honestamente, todas mis amigas me miran con esa misma cara de sorpresa y miedo, me miro las palmas de las manos aun sintiendo un cosquilleo en ellas. Rachel se pone en pie y se acerca a mí para rodearme con los brazos y envolverme en un abrazo de consuelo, siento que con él me dice que no va a pasar nada, que lo arreglaremos y de algún modo la creo. Aunque en mi mente solo se repite una y otra vez la misma frase. ¿Qué coño acaba de pasar?
