"No soy propietario de los personajes que aparecen en la historia, pero si lo fuera, ya tendría toda una franquicia de historias originales XD"

Pd: Espero les que les guste leer mi historia, soy nuevo en esto, y me gustaria recibir opiniones personales.

Pd2: Quizas otras personas me conozcan como ONE por facebook :v el admin yurista loquillo, pero pueden llamarme como gusten, con tal de que no sea ofensivo.


Aquel acaramelado reinado

Cada día era duro, tenía que sobrevivir por mis propios medios, como siempre era difícil conseguir una miga de comida, era difícil de explicar, pero a pesar de parecer no tener un futuro prometedor yo solamente quería seguir adelante, seguir viviendo. Quizás sea la naturaleza de todo ser humano, sobrevivir hasta agostar los últimos recursos que tengamos, continuar con vida lo más que podamos, hacer de todo para no sufrir. La muerte, tal vez era para evitarla, ¿que por qué?, por el simple hecho de que le tenemos miedo, un miedo tan profundo a la muerte como para hacer todo lo posible en vida para sobrevivir, yo me incluyo, la verdad le tengo miedo a la muerte, ya que es desconocido que vendrá después, y como algunos dicen, los seres humanos siempre le hemos tenido miedo a lo desconocido.

Nos encontramos en la época colonial, y tal y como se imaginan había varias casas hechas de adobe con revoque de barro, generalmente de color blanco o salmón. Varios puestos de comerciantes que vendían chucherías, como armaduras para caballeros y herramientas de trabajo, brillantes piedras preciosas para aquellas personas que eran de clase alta, varias puestos de comida, entre ellos destacaban la carnicería y la panadería, eran los lugares más concurridos para comprar su comida de diario, también existían algunos puestos de ropa hechas por el propio sastre que los vendía.

Ese día en especial estaba buscando algo de comida, hace 24 horas que no probaba ni un poco de comida, mi estómago estaba haciendo sonidos raros y me sentía algo mareada, cada vez que esto pasaba era señal de que necesitaba algo de comida. Me pregunte a mí misma y ahora ¿en donde buscare algo de comer? Tal vez pueda ir a aquella panadería que regularmente cerraba temprano, tenía esas cortezas de pan que a veces tiraba el panadero a la basura, quizás debería ir a aquel restaurante elegante que tira algunas sobras a la comida, si quizás debería ir ahí, pero luego me vino a la mente el castillo, aquel castillo donde habitaba la familia real, a veces botaban comida muy buena de ahí, y estaba más cerca del castillo que de cualquiera de los lugares anteriormente mencionados. Decidí ir directamente al castillo y tomar aquella comida, solo esperaba que alguien mas no la haya cogido antes que yo.

Fui en rumbo al castillo, vistiendo lo que traía todos los días un vestido algo usado color blanco que me llegaba hasta las rodillas y una manta que me cubría la cabeza, generalmente la usaba en estos días especiales que hacia frio.

Me encontraba a unos metros de la entrada del castillo, pero aquel lugar donde generalmente botaban la comida, se encontraba especialmente escondido, estaba entre tres paredes que protegían al castillo y de entre las dos paredes horizontales se encontraba en medio de la pared vertical aquel depósito por donde echaban las sobras de comida a la calle, entonces fue directamente a aquel depósito y se encontraba una bolsa blanca algo llena, era obvio que tenía comida. Tome la bolsa y la abrí en ese mismo lugar para ver qué era lo que contenida en su interior.

Parece que la suerte me sonreía ese día, dentro de la bolsa había varias piezas de comida que al parecer ni siquiera estaban tocadas. En el interior se encontraba una manzana, a simple vista estaba limpia, pero tenía una pequeña parte podrida en la zona de arriba, no era nada que se pudiera quitar, una vasija con agua todavía, estaba algo rota, pero servía, y tres piezas enteras de pan, solamente tenían algo de moho se la podía quitar de igual forma. Y listo, tenía preparada la comida de aquel día.

Justo cuando iba a recoger aquellas cosas de aquel callejón, pude observar como una persona que vestía una gran capucha color marrón, venia corriendo hacia mi dirección, parecía algo desesperada. Yo no hice más que ocultarme atrás de aquel contenedor de madera, no quería que alguien llegara y me arrebatara la comida que acababa de conseguir. Era un tesoro para mí, no cualquier día encontraba ese tipo de comida por estos rumbos.

Escuche entonces otros pasos viniendo hacia mi dirección parecían alrededor de 3 personas las que venían hacia acá. Inmediatamente me alarme, no sabía qué hacer, ¿Y si me habían descubierto robando las sobras del castillo? ¿Y si me llevaban a prisión?, varias preguntas empezaron a surgir de mi cabeza, o solamente quería algo de comida, nada más. Mejor decidí quedarme quieta en donde estaba y esperar lo peor.

-Así que te quedaste sin salida, que lastima por ti- escuche la voz de un hombre desde el fondo.

-Te vimos salir de aquel castillo, debes ser de la nobleza, ¿cierto?- escuche la voz de otro hombre

-Oh vamos, sé que tienes algo para ofrecernos, ¿o acaso vas a dar tu cabeza a cambio?-esa era la voz de un tercer hombre.

Por lo que alance a escuchar no venían por mí, venían por aquella persona que llego antes que ellos a este sitio, así que decidí asomarme con el rabillo del ojo para ver qué era lo que ocurría, y buscar un momento de distracción para huir. Por lo que podía observar había tres tipos tratando de arrinconar a otra persona. Aquella persona parecía ser una chica, debido a que usaba unas hermosas sandalias y tenía un cabello de color rosa y largo que le llegaba a la cintura

-Oh, entonces no vas a responder, está bien si tú lo quieres así- dijo el primer tipo que se encontraba en medio de los otros dos.

Los tipos sacaron unas largas espadas afiladas, parecían ser ladrones o bandidos en busca de personas indefensas para quitarles sus posesiones, y por lo que había visto, el que se encontraba en el centro era el líder de aquella pequeña banda. Vivir tanto tiempo en las calles me ha enseñado muchas cosas y entre ellas ha sido a distinguir a los tipos a los que no me debía de acercar y tener cuidado.

-Quítenle todo- grito el líder de aquella banda

La chica solo retrocedió unos pasos hasta que se encontró con el contenedor, aquella chica ya no tenía escapatoria. Ante aquel momento no supe que hacer, mientras aquellos tipos se acercaban más y más a la chica, tenía ganas de correr, no quería ver como mataban a una persona enfrente de mis ojos, pero un impulso me detuvo, antes de salir de mi escondite vi a aquella chica, parecía tan segura de sí misma y lo único que alcance a ver debido a la gran capucha que llevaba era una sonrisa que se le iluminaba el rostro. ¿Acaso quería morir? ¿Por qué estaba sonriendo de esa forma? Más dudas que respuestas vinieron a mi mente. Pero, no quería ver morir a una persona en frente de mí, no era mi naturaleza, ¿dejar que una persona muera sí que yo haga nada?, ¿era realmente lo correcto?

Salí de mi escondite, y agarre aquella bolsa blanca que tenía mi merienda de ese día, entonces salí corriendo, como nunca lo había hecho, avente la bolsa al rostro de uno de los tipos, y con el peso de vasija hice que cayera, entonces tome una piedra inmediatamente después y la lance contra el líder de aquella banda, lo mande con tal fuerza a su cara, que hice que cayera el segundo tipo.

Según sabía yo, una vez que derribaras al líder de una banda el resto de los integrantes salían corriendo, intente hacer eso, pero al darme la vuelta para ver cómo se encontraba el tipo restante y la chica que se encontraba parada, sentí un gran rasguño en la parte inferior del abdomen, al parecer, me habían dado una estocada con aquella espada, nunca pensé que aquel tipo fuera a tomar represalias por haber noqueado a su líder.

Sentí como chorros de sangre salían de mi cuerpo, nunca había visto tanta sangre salir de mí, ja, era irónico, quería salvar la vida de una persona y termine arriesgando la mía, como si no hubiera escuchado antes la frase "no hagas nada estúpido". Después de haber sentido aquel rasguño, me puse de rodillas, tratando de tapar la herida, solamente espere a que el tipo restante me diera el golpe final, es curioso, antes le temía mucho a la muerte, pero ahora creo que no hay nada más que tranquilidad y aquel inmenso dolor debido a la herida en mi cuerpo. Vaya, las personas podemos cambiar en un segundo.

Volteé a ver mi segura muerte, cuando de la nada aquel tipo cayó, como si hubiese sido un tronco. Me quede viéndolo unos segundos, como se encontraba en el piso lleno de dolor, yo solamente lo veía como si nada hubiese pasado. Entonces en aquel momento, sentí como alguien se acercaba a mí, era esa chica a la que le salve la vida, me alegre tanto de que estuviera bien, por lo menos pude salvarle la vida.

-Resiste, te llevare con un médico- escuche con un eco impresionante su voz.

Quería verla al rostro, y asegurarme de que estaba bien, pero, su capucha me lo impedía, vaya que sabía guardar su identidad. Tomo un pedazo de lo que sería el vestido que tenía debajo de la larga capucha, y lo amarro alrededor de mi zona abdominal, queriendo para el flujo de sangre.

-Está bien, te llevare al médico que se encentra dentro del castillo, solo resiste un poco- escuche su voz aún más baja.

Sentí entonces como me levantaba con sus brazos como si fuese una simple pluma de paloma, un brazo estaba al nivel de mis rodillas y el otro se encontraba justo en a la mitad de mi espalda, solamente sentí como la brisa de viento iba en mi contra, y chocaba con todo mi cuerpo.

-Vaya, eres más ligera de lo que pensaba- escuche su voz nuevamente, a ese grado no me importaba lo que me dijera, pero esa voz se me hizo familiar.

Pude escuchar varias voces después de eso, pero no estoy segura de lo que escuche, la verdad estaba bastante somnolienta debido a aquella herida. Parece que al final me recostó en alguna parte blanda, y pude escuchara varias personas alrededor mío, después de aquello me quede profundamente dormida.


"Yo sé que serás alguien grande algún día, veras por un mejor futuro para todos"

Desperté exaltadamente, esa voz que había oído en ese sueño era la de mi madre, siempre me apoyaba para hacer cosas que parecían incluso imposibles, quizás saque la tenacidad de ella, la extraño tanto. Una pequeña lágrima salió de mis ojos, pero no fue más que eso.

Después de haberme calmado un poco, mire a mi alrededor, parecía una habitación bastante bien arreglada y con adornos por todas partes, moños, pequeños arreglos florares entre otras cosas eran las que más relucían en aquella habitación.

Enseguida de haber contemplado el sitio en el que me encontraba, me percate que había una persona de cabello rosa dormida volteando en dirección opuesta a donde me encontraba, quizás era aquella chica que salve, tenía el mismo color de pelo. Estaba apoyada sobre una silla, y su cabeza recostada en el borde de la cama. Quería despertarla para preguntarle en donde estaba, pero al momento de querer tocarla ella se dio vuelta volteando hacia mí, y me di cuenta de algo que me dejo estupefacta por unos segundos, aquella chica que estaba recostada en la cama, aquella chica que salve, era nada más y nada menos que la princesa. No supe que hacer en ese momento, solamente me quede quieta ahí por un momento esperando a que pasara algo.

Mientras tanto, me di el lujo de apreciar su rostro, vaya que era hermosa, incluso para una chica, podría parecerle hermosa, cada rasgo de su cara estaba bien definida, como si hubiera sido esculpida por el mismísimo Dinatello, me quede algo embobada mirando su fino rostro, cada detalle que tenía, era perfecto, no pude creer que una chica así de hermosa existiera en realidad. Intente tocar su rostro con el dedo índice, para ver si era real, pero antes de que lo hiciera, ella abrió los ojos.

Al momento en que ella levanto su cabeza de la cama, yo inmediatamente me incorpore, y trate de bajarme de la cama, para poder hacerle una reverencia a la princesa, ya que era obligación de los plebeyos inclinarse cuando alguien de la nobleza estaba en frente suyo. Intente hacerlo, pero al momento de querer bajarme, me tropecé con las sabanas y termine cayendo abruptamente al piso.

-Jejeje- Se escuchó una pequeña risa- ¿no te hiciste daño?

-S-su majestad- tartamudee al tratar de integrarme.

-Veo que te diste cuenta que soy la princesa- lo dijo en tono relajado

-B-bueno, su majestad es obvio, nadie podría desconocerla- tartamudee aún más cuando lo dije.

-Ya veo, como están tus heridas, ¿han mejorado?

No me había percatado de mis heridas de aquel día hasta que ella lo menciono. Antes de darle una respuesta proseguí a levantarme lo que sería una blusa color rosa con hermosos bordados, mire mis heridas y estaban totalmente cerradas y cicatrizadas. Antes de proseguir a darle una respuesta a la princesa, me fije que incluso tenia ropa interior nueva, unas lindas bragas color verde turquesa, incluso parecía estar más limpia que de costumbre.

-Esto…- lo dije para enterarme de la situación.

-Oh eso, bueno, te hicimos el favor de darte un baño y cambiarte de ropa, ¿estuvo mal?- me dijo en tono algo preocupado.

-No, no es eso, es solo que me parece bastante lindo- le dije algo apenada

-Me alegro- Dejó salir una gran sonrisa.- Y dime ¿cuál es tu nombre extraña chica de bragas verdes?

Su cometario hizo que me enrojeciera como tomate, pero al parecer a ella le causo gracia que viera mi ropa interior, parecía ser una buena persona….

-Me llamo, Miku, Hatsune Miku-le respondí aun algo enrojecida.

-Oh valla, un placer Miku-chan- me devolvió una gran sonrisa- aunque creo que ya lo sabes, mi nombre es Luka, Megurine Luka

-El placer es mío, princesa- hice una reverencia frente a ella.

Sentí como si ese momento hubiera sido magnifico, como si hubiéramos llevado tiempo de conocernos, a pesar de habernos conocido hace solo un momento, y que ella era de la realeza y yo una simple y pobre plebeya, sentía que podía llevarme aún mejor con ella…