Las Mañanas Contigo

A Fullmetal Alchemist Fan Fiction

Autor: Aleksast

Dedicado al Foro fmafan . foros . ws

DISCLAIMER: Fullmetal Alchemist, también conocida como Full Metal Alchemist, FMA, o Hagaren (abreviatura del japonés), es un Manga/Anime creado por Hiromu Arakawa. Todos los derechos están reservados a sus autores y co licenciados. Este escrito tiene como fines no lucrativos, sino literarios entretener al lector.

ACLARACIONES ANTES DEL FIC: Esta historia se enlaza con "Escándalo en la Calle Heiss", ambientada casi al final de ésta, considérese una extensión-relleno de la misma. Para comprender muchas cosas de este Fanfiction es recomendable leer el fic antes citado.

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I. Hola, Soy Edward Logan, Médico.

Era la renovada ciudad de Aquroya, ya sin el problema del inundamiento, famosa por las góndolas y siendo un paraíso turístico en el estable país de Amestris, había algo que fuera de lo turístico llamaba la atención de los visitantes y habitantes. El doctor Edward Logan, afamado por ser un auténtico prodigio, su semblante alegre, sus ojos dorados resaltaban de su pelo corto y negro, y sus enguantadas manos, a veces se le asomaban unas ligeras marcas de insomnio debajo de sus orbes, ojeras quizá de tanto investigar para curar a sus pacientes, ese hospital era muchas veces donde llegaba a dormir, y a petición de su esposa, las enfermeras sólo trabajaban hasta las 5 de la tarde, solo un par de doctores rondaban por la noche las escasas 10 habitaciones que raramente quedaban ocupadas, dado que el doctor en jefe, Edward Logan, solucionaba muchas cosas con sus medicinas fabricadas en el laboratorio, y muchas otras traídas desde Central por paquetería estatal. Esos doctores eran quienes estaban más en el hospital atendiendo a quien acudía, y más cuando el doctor Logan sacaba a su hermosa mujer de paseo o de viaje, sin embargo, cuando se ocupaba de sus pacientes nunca se le veía molesto, al contrario, su cálida sonrisa era tranquilizante. La mañana rayaba y quien en realidad se llamaba Edward Elric, se levantó tras ser acariciado por los rayos del sol que filtraba la ventana, siempre a lado del cuerpo apacible de su compañera, Freya Ritzen, antes conocida como Riza Hawkeye.

Eres sin duda una flor exótica, no tendría más excusa para seguir vivo, perderte sería un eterno castigo, mi hermosa y adictiva heroína, eres el narcótico que me mantiene en un estado alegre sin caída, siento volar, flotar en tu aroma exquisito, y sólo para mí, para nadie más, mágica y preciosa, es tu risa el cantar melodioso de la más bonita melodía, sinfonía que inunda mis oídos de placentero sentir, tus ojos profundos y tiernos, rojizos como los rubíes de extravagantes reliquias, tu mirada cálida y sincera, ¿Qué más podría pedir? Tu eterna paciencia y comprensión a toda hora me los otorgas, soy un loco afortunado.

Se levantó de su cama, dando un bostezo no muy sonoro para no despertarla a ella, se limpió los ojos y se dirigió al baño, se veía irreconocible tras el tiempo que había pasado desde que huyeron de Central, los ojos del ex-alquimista mostraban satisfacción y sobre todo, plena felicidad.

Cuando hubo salido de su hermosa casa, Edward miraba con cierto aire de diversión la nota que había escrito Freya,

"Te toca llegar a hacer la cena, no olvides comprar la pasta y la salsa de tomate, y ahí abajo hay una lista completa de cosas para la casa, si no llegas con ellas a casa, te mato"

PD:Te quiero.

- Freya.

— Que buen clima hace, hasta me dan ganas de limpiar mi oficina, y darle descanso a la chica de aseo, saliendo de ahí pensaré en que cocinar — se dijo a si mismo, mientras se tomaba la barbilla — veamos, unos ravioli puede ser opción, nos encantan y tiene tiempo que no comemos eso, y puedo comprar un postre sorpresa, le gusta el chocolate, y a propósito de ello — dijo divertido — la ultima vez que comimos chocolate fue… eh, ¿Cuándo fue? — citó, memorizando mientras caminaba y viraba a la derecha — oh, claro, como olvidarlo, esa vez fue en la noche, ¿cierto? — mencionó, tomando un muy leve sonrojo tras el recuerdo repentino — como olvidarlo, esa vez se cayó el pastel encima de mí, tuvimos que limpiar el alboroto, era su cumpleaños, y ahí estaban algunos amigos de nuestra pequeña familia, aunque quizá haya extrañado a sus colegas militares, pero las cosas van así — terminó.

Ya había llegado a su consultorio, después de saludar a todos con un gesto de mano, el Dr. Logan entraba en consulta con el primer paciente.

CONTINUARÁ