Hola gente fanática del Royai. Aquí mi primera historia en el género. Denle una oportunidad se los voy a agradecer.
Aclaraciones antes de empezar a leer:
-Los personajes desgraciadamente no me pertecen, sólo sus historias.
-Es clasificación M por lo que no recomiendo su lectura a personas menores de edad y muy susceptibles.
Dicho todo aquí les dejo el
CAPITULO I: Encuentro
La vida nos presenta a diario muchas pruebas, algunas de ellas mucho más difíciles e imposibles de olvidar que otras. Independientemente de que seamos ganadores o seamos vencidos siempre nos queda alguna enseñanza. En mis 25 años de experiencia he aprendido la veracidad de esta afirmación.
¿Pero son esas pruebas simples casualidades con las cuales nos topamos o estamos predestinados a enfrentarlas?
Las inevitables tentaciones que se cruzan por nuestras mentes en cada decisión que tomamos, los errores recurrentes de los que somos presos muchas veces. No, no son simples casualidades. Pensándolo en profundidad, la idea del libre albedrío pierde completo significado cuando consideramos el concepto del destino.
Destino, aquella serie de sucesos inevitables. Nuestras vidas gravadas irrevocablemente en una roca. Qué irónico, yo que en el pasado me burlé de esa idea, que la rechacé con toda mi lógica al parecerme insultante la idea de no poder controlar mi vida. Pensar que no soy dueño de mis acciones y sus consecuencias. Nunca lo acepté hasta que el destino tocó a mi puerta.
Hace tiempo que encontré a mi destino o más bien él me encontró. Estoy encadenado a alguien de manera permanente. Y cada día me atormenta lenta y dolorosamente el hecho que llevo meses sin hallarla. Sé que no debí marcharme aquella noche y dejarla con ella, pero nunca imaginé semejantes consecuencias. Jamás fue mi intención herir su corazón y sin embargo al conocerla no pude evitarlo. Y ahora se ha ido y con ella su secreto. Se que nunca la merecí, y que si la encuentro no debería siquiera mirarla pero la necesito. La necesito más que a cualquier cosa en este mundo.
Cielo y tierra no bastarán para separarnos, me puede llevar la vida entera pero la voy a encontrar. Ella es mía y tiene que volver a mi lado. Conservo la esperanza de que me esta esperando en algún lugar, me gusta creer que me sigue amando como hace tanto tiempo me lo confesó.
El destino nos ha unido y ni siquiera él podrá separarnos.
Manejando a través de estás bastas e híbridas praderas en busca de la última posibilidad de encontrarla. Estoy a sólo unos kilómetros de mi última esperanza en esa remota ciudad de la que nunca he oído hablar, mi corazón quiere escapar de mi pecho ¿Estarás ahí? Eso espero.
Debería comenzar con su presentación pero no podría ni siquiera describirla, es más no debería incluso mencionarla si no les cuento como empieza esta aventura.
Si existe algo que nunca olvidaré ni en esta ni en cualquier otra vida, si es que la tuviese, es el día que la conocí. De hecho, mi historia no es en si una aventura como mis palabras sugieren, soy sólo un tipo común y corriente, de aquellos que ves en el tren y que a los 2 segundos ya no reconoces. Aunque según las opiniones de mi madre y sus amigas era un joven prometedor con toda una carrera por delante. Si claro. Esa cháchara sólo sirve para alardear en alguna tarde de té cuando no hay nada más divertido que observar la lluvia caer.
Pero para ser sinceros, mi trabajo me apasiona y por ello mis jefes me consideran el mejor; soy el gerente más joven en ocupar el puesto en una importante compañía petrolera.
No son mis encantos y carisma que desarman los corazones de las damas sino, en realidad, es mi habilidad de pensar y tomar decisiones claras y precisas lo que me ha permitido llegar tan lejos en una carrera tan competitiva como esta a tan corta edad. No es vanidad señoras y señores, es simplemente honestidad. Roy Mustang ha emprendido este camino sólo y ha llegado hasta este punto por sus propios méritos y esfuerzos.
Existe algo más allá de mi vida profesional, algo que nunca consideré demasiado importante: mi vida íntima. Estoy casado hace, creo que serán dentro de poco 2 años. Su nombre es Casey, es una mujer bella y cariñosa; la conocí durante la universidad y desde entonces nos llevamos de maravilla.
Pasaron unos pocos meses cuando me confesó que estaba enamorada de mí, y como todo un caballero le explique que no era correspondida, sin embargo eso no la desilusionó. Me dijo que lo único que necesitaba era tiempo y que conquistaría mi corazón, al verla al borde de las lágrimas no pude negárselo; es por ello que la gente nos empezó a ver juntos y de pronto todos asumieron que nos amábamos.
En un principio no me molesto, es más tenía sus beneficios: saber que tenía una relación de cierto modo alejaba a todas esas acosadoras que merodeaban el campus permitiéndome disfrutar de mi supuesta libertad.
Al final de ese año, me di cuenta que no me molestaba en absoluto estar con Casey, y por ello una tarde saliendo del cine le propuse matrimonio. Si lo sé, suena descabellado pero es así como sucedieron las cosas, y lo más sorprendente es que ella sabiendo que no la amaba aceptó. Creo que nunca entenderé la psicología femenina.
No tuvimos una gran boda, no era mi intención y Casey lo aceptó sin reproche. Fue algo muy sencillo en el jardín de la casa de mis padres, un lindo día soleado, la familia y unos cuantos amigos cercanos. Luego de la pequeña recepción llevé a Casey a mi casa, que ahora sería nuestra casa y la convertí en mi mujer.
El primer año transcurrió tranquilamente, días trabajo arduo y algunas noches de satisfacción mutua, nada más allá de un matrimonio promedio. No me malinterpreten, quiero a Casey pero no de la forma en que ella espera, la respeto y le he sido fiel desde el día en que coloqué ese anillo dorado en su dedo. Eso es todo lo que puedo ofrecerle y creo que ella lo comprende y acepta.
Hace unos meses Casey recibió la noticia que su tía Claire falleció, y quedó devastada porque era su tía más querida. Asistimos al funeral y posteriormente al entierro, cuando regresamos a casa mi suegra nos comentó que Claire era responsable de la hija de su sobrino Thomas, una pequeña de la cual su tía se había encariñado mucho y de la cual nadie sabía demasiado.
Y ahora con Claire lejos esa niña estaba sola. La imagen de esa pequeña sola pareció romper el corazón de Casey, lo supe por la expresión de su rostro; y luego de unos segundos su mirada cobró otra intensidad, estaba decidida a algo.
-Yo me encargaré de la niña-prometió firmemente a su madre-Si esa niña significó tanto para la tía Claire, entonces es importante para mí también.
-¿No deberías discutirlo primero en casa?-preguntó dudosa mirándome. Entonces sonreí.
-No se preocupe, apoyo las decisiones de Casey. Además seguro es algo temporal hasta conseguir quien se haga cargo de la niña.
-Si seguramente-respiró un poco más tranquila mi suegra.
Después de dejarla en su hogar, retomamos el camino a nuestra casa. En el trascurso del viaje ella me agradeció por mi apoyo, pero yo simplemente le respondí que para eso estábamos los amigos. Mi respuesta no pareció agradarle mucho, o por lo menos parte de ella. Esa noche ella necesitaba consuelo y como buen compañero se lo concedí. Después de hacer el amor durmió acogida entre mis brazos y la tristeza desapareció de su rostro.
Por unos momentos pensé en como sería mi vida con una pequeña hija, quería tener hijos pero no era el momento de mi vida para ello, primero estaba mi carrera, y aun imaginaba las consecuencias de su intromisión en mi camino cuando fui preso de un profundo sueño.
A la mañana siguiente me levanté y bañé como siempre, después desayunamos juntos con Casey. Cuando estaba en el marco de la puerta la oí decir que esa noche llegaría la niña y que estuviera preparado, le grité un esta bien y me fui.
Fue un día de locos, una de las plantas de procesamiento sufrió una pequeña fuga y todo el mundo enloqueció. Con la cabeza fría tomé el control de la situación y el orden retorno, en momentos como estos me doy cuenta que soy fundamental en esta empresa. Sólo quedaban unas cuadras para llegar, prácticamente estaba en casa.
Estacioné el auto en el garaje y subí perezoso las escaleras, masajeaba mis adoloridos hombros, quizás le pediría a Casey un masaje o algo. Mis pasos siguieron avanzando, sin notarlo me encontraba en la cocina y fue entonces cuando la vi.
Una visión rubia sentada en la cocina, en MI cocina. No podía apartar la mirada de esa criatura de ojos ámbar vestida con unos jeans desgastados y una camiseta de fútbol. Tenía hombros frágiles y su piel el color de la miel, una espalda esbelta y cabello dorado cautivo por un listón. Ella me miraba con timidez aunque pude sentir la curiosidad en su interior, parecía querer ver más allá de mí. Pero nuestro momento duró unos cuantos segundos hasta que Casey entró en la cocina.
-Oh Roy, veo que ya conociste a Riza- así que ese era el nombre del ángel en mi hogar-Riza te presento a mi esposo: Roy.
Todavía embrujado por su encanto conseguí balbucear un saludo para no parecer un idiota.
-Es un gusto conocerte…Riza-cuando pronuncié su nombre una extraña sensación le recorrió el cuerpo, que a mi parecer fue un escalofrío.
-Lo mismo digo…tío Roy- y después esbozó una hermosa sonrisa ¿Tío Roy? La expresión me tomó por sorpresa, sin embargo mi rostro no lo demostró.
-Cariño, ¿por que no te tomas un baño hasta que este la cena?-preguntó dulcemente Casey-De seguro estas cansado.
-Si creo que será lo mejor-le dije y me retiré a mi habitación. Podía sentir esa intensa mirada en mi espalda y me obligué a no volver a verla. Eso no sería nada bueno.
Cuando regresé a la cocina, ya estaban sentadas en la mesa, sin mucha importancia tomé mi lugar a lado de Casey enfrente de Riza. Casey le preguntaba sobre su vida con Claire, y se emocionaba al escuchar los maravillosos días que vivió con su adorada tía. Cuando terminamos, Riza se despidió y se retiró a la que desde ahora sería su nueva habitación.
Solos de nuevo, como estábamos acostumbrados. Aproveché para responder a todos interrogantes que tenía desde que llegue a casa.
-Cuando tu madre mencionó a una niña, imaginé a una pequeña de 6 años no a una adolescente-le solté un poco mosqueado.
-Lo sé, yo también me sorprendí al verla. Pero ¿Qué podía hacer? Ya le había prometido a mi madre que me iba a hacer cargo de ella. No podía dejarla a su suerte.
-No se si podrá acostumbrarse a nosotros. Es un asunto completamente distinto con los adolescentes-intenté sonar más comprensivo.
-No te preocupes Roy-me dijo mientras me abrazaba por la espalda-Estuve hablando con ella y no es como otras adolescentes, es una chica muy tranquila y no causará problemas.
-Eso espero-le dije mientras caminábamos hacia nuestro dormitorio.
Eran las 2 de la madrugada y todavía no podía dormir, seguía revolviéndome sobre las sabanas, imágenes de esa rubia sentada en mi cocina me inundaban la mente. No eran pensamientos pervertidos ni nada por el estilo, sólo no podía dejar de imaginarla. De alguna manera sabía que más allá de esa ropa desgastada de muchacho había un cuerpo delgado, seguramente una piel cremosa y un sedoso cabello ¡¿en qué diablos estoy pensando?! Esa joven viviría en esta casa hasta que encontráramos a alguien que se haga cargo de ella, no podía permitirme ese tipo de libertades con un tema tan delicado.
Estaba molesto conmigo mismo por el rumbo de mis pensamientos, y a pesar de ello me era imposible evitarlo. He conocido muchas mujeres hermosas en mi vida, de hecho salí con la mayoría de ellas. En la universidad era conocido como un casanova, pero ver a esa criatura en mi casa, en mi territorio, indefensa como estaba provocaba reacciones en mi cuerpo que nunca experimenté con otra mujer. Ni siquiera con Casey.
Unos años atrás la habría devorado como a un cordero, mis instintos me dominarían y la marcaría como de mi propiedad en sólo segundos pero en estos momentos no soy ese depredador, soy un hombre con responsabilidades, un hombre casado.
No podía seguir así, tenía que dormir aunque sea un par de horas o no soportaría el siguiente día. Salí de mi habitación con dirección al baño. Busqué algo que me ayudara a dormir sin éxito, por lo que me lavé la cara y decidí volver a intentar a dormir. Estaba por tomar la perilla cuando la puerta de pronto se abrió y entonces dos hermosos y sorprendidos ojos ámbar me miraban sorprendido.
-Perdón…tío Roy, no pensé que hubiera alguien aquí-se disculpó Riza.
Poco me importaron sus palabras, lo único que podía hacer en ese momento era observarla. Vestida con ese camisón de seda blanca que me dejaba más que claras mis suposiciones de un cuerpo esbelto, al mirar sus hombros descubiertos estuve a punto de tocarlos y comprobar la suavidad de su piel y ese hermoso cabello rubio caía como cascada sobre su pequeña espalda. Esa niña, como en algún momento pensé, tenía el cuerpo de toda una mujer, una hermosa mujer. Seguía admirando su bella figura cuando sus palabras me volvieron en si
-Será mejor que vuelva a mi habitación.
Riza estaba girando cuando la tomé de la muñeca deteniéndola.
-No te preocupes, ya salía-le sonreí y salí del baño.
Mientras regresaba a mi habitación la vi perderse por la puerta un tanto confundida. ¡Por dios esa niña era una completa tentación! Me di un golpe mentalmente por un comentario tan estúpido, no era correcto pero era inevitable.
Esa noche sólo conseguí dormir un par de horas, primer día y esa joven me estaba matando.
Definitivamente la prueba más difícil de todas
Espero que haya sido de su agrado.
No los molesto mucho, les pido un review para saber como voy.
Muchas gracias.
Nos leemos!
Sol-chan
