Bleach y todos sus personajes pertenecen a la mente maestra de Tite Kubo.
Todo estaba listo para la boda, las invitaciones se habían entregado en su totalidad y por lo que se notaba la mayoría había aceptado asistir a la ceremonia; la comida tenía un delicioso aroma a pesar de que aún no estaba lista, el pastel era enorme, de unos 4 pisos y con unas pequeñas figuras en la cima; el vestido de la novia lucía hermoso en el bien formado cuerpo de la chica, éste era completamente blanco, largo hasta tocar el piso y con gran vuelo, tenía unos pequeños bordados en el pecho y se hacía acompañar de un magnífico velo y unos pequeños guantes, parecía el atuendo de una princesa y hasta cierto punto lo era; el lugar del evento era enorme, estaba decorado por un sinfín de rosas blancas que lo hacían ver aún más espectacular de lo que ya era, sin duda alguna esta sería una gran fiesta, cada detalle estaba cubierto y sólo faltaba una hora para que Inoue Orihime se convirtiera en la esposa de Kurosaki Ichigo.
-Te ves muy linda, serás la novia más bonita del mundo –decía la mejor amiga de la pelinaranja con lágrimas en los ojos.
-No Tatsuki-chan no llores…
-Lo siento, tienes razón –contestó mientras se secaba un par de lágrimas que se habían deslizado por sus mejillas –terminemos de arreglarte ¿va?
Éste era el sueño de la voluptuosa chica, ser la esposa de Kurosaki-Kun, no podía creer que se estuviera haciendo realidad. Todo era perfecto, desde el vestido hasta la comida, y por supuesto el lugar, que parecía un palacio. Urahara lo había conseguido como regalo de bodas, "tal vez él sea el dueño" pensó la chica en más de una ocasión. El vestido era el regalo de Ishida que lo mandó a hacer especialmente para ella, "tiene que ser tan especial como tú" le contestó cuando Inoue le pidió que no gastara tanto en él. Tenía mucho que agradecer, no sólo a ellos dos sino a todos sus amigos por estar ahí y apoyarla.
Mientras la chica preparaba los últimos detalles de su vestuario en una de las habitaciones de la enorme mansión, el novio lo hacía en su pequeño cuarto, ese lugar que le traía tantos recuerdos de ella, y que aún tenía su aroma, su esencia, incluso podía cerrar los ojos e imaginarla dibujando, leyendo, peleando o… sonrió al recordarla pero sólo por escasos segundos pues estaba claro que ella no era su destino. Continuó con su labor, apenas se había colocado el pantalón cuando un hombre entró a interrumpirlo.
-Luces fatal para ser el novio deberías quitar esa cara, con sólo verte me deprimes.
-No te han dicho que es de mala educación entrar al cuarto de alguien sin avisar, Renji.
-Y a ti no te han dicho que te vas a casar. Luces como si fueras a morir, Ichigo.
Era verdad, el rostro del Shinigami Sustituto parecía más el de un hombre que se dirige a la muerte que el de uno que está a punto de casarse, su mirada estaba perdida y melancólica era todo lo contrario a un hombre feliz y completamente contrastante con el semblante de la novia que en ese preciso momento le dedicaba una enorme sonrisa a su amiga.
-Renji, estoy ocupado, me tengo que cambiar, podrías…
-¿Por qué? –lo interrumpió el pelirrojo.
-¿Qué? –respondió Kurosaki sin mirarlo.
-¿Por qué te casarás con Inoue? ¿Qué te orilló a hacerlo si tu no…? –no se atrevió a continuar con la frase aun sabiendo que era verdadera.
-Yo se lo prometí –contestó el sustituto de Shinigami mientras bajaba la mirada.
Para todos fue una sorpresa la decisión de los chicos de casarse, no eran novios, o al menos nunca demostraron serlo, nunca se les vio enamorados o en una cita o en algo que les diera indicios sobre sus sentimientos ¿cómo es que ahora estaban preparando su boda? Obviamente sus amigos se alegraron por la noticia, ambos lo habían decidido entonces era lógico que se amaban, aunque viniendo de Ichigo la mayoría lo dudó y es que si bien estaban casi seguros de que la pelinaranja sentía algo por el sustituto, de él creían algo diferente. Jamás lo imaginaron con la que ahora se convertiría en su esposa. Si el chico estaba enamorado sería de alguien más, entonces ¿En qué momento decidió casarse con ella? ¿Lo hacía por gusto? ¿Realmente la amaba? Había tantas incógnitas alrededor y sólo la pareja conocía el secreto.
~oOO~
Una gran cantidad de hollows se dirigían hacia Karakura, lamentablemente para ellos esa ciudad no estaba desprotegida sino todo lo contrario. Ichigo, Ishida y Sado eran los encargados de defenderla cuando la situación se salía de control. En esta ocasión no sólo estaban ellos, a lo lejos, y observando la pelea, se encontraba Inoue Orihime. Pocas veces se podía contemplar algo así, los tres amigos unían sus fuerzas para derrotar al enemigo, cada uno con diferentes habilidades y maneras de combatir, cada uno dándose su espacio pero todos con el mismo objetivo. Mientras los observaba, la joven mujer recordó cómo, hace apenas unos años, esos mismos chicos habían ido a salvarla de ese horrible lugar llamado Hueco Mundo. Estaba tan perdida en sus pensamientos que no se dio cuenta del ser que, valiéndose de su habilidad para ocultarse, se disponía a atacarla. Su reacción fue demasiado tarde, el hollow atravesó su pecho y estaba a punto de devorarla cuando una espada traspasó la máscara del terrible ser.
-¡Inoue! –el shinigami sustituto no podía creer lo que sus ojos veían, el rostro de la chica comenzaba a palidecer y de su pecho brotaba una enorme cantidad de sangre.
-Será mejor pedir ayuda Kurosaki, iré por Urahara yo creo que Sado podrá solo con el hollow que quedó –comenté el chico de gafas. Ichigo respondió un sí con la cabeza.
-Kurosaki-kun… yo
-No hables Inoue, Ishida regresará en cualquier momento ¡te pondrás bien!
-Kurosaki-kun… yo… te debo decir varias cosas antes de…
-No sigas Inoue, me puedes decir todo lo que quieras después de recuperarte.
La chica sonrió levemente. Entendía que eso era casi imposible, ella sentía que en realidad iba a morir. Suplicó al shinigami la dejara hablar y él no tuvo otra opción más que aceptar y escuchar detenidamente la confesión de su amiga. Sus ojos se abrieron de par en par cuando ella le dijo que estaba enamorada de él desde hacía ya un tiempo. Sólo la contempló sin saber qué decir.
-¿Sabes, Kurosaki-kun? Quiero que me hagas un favor –respiró con dificultad y continuó hablando -¿podrías… ser tú el que me dedique las últimas palabras?
-Claro que puedo hacerlo, pero no será en este momento porque hoy no vas a morir –respondió el joven.
-¿Puedes hacerlo… por favor? –las palabras de la chica se perdían cada vez más en sus lentas respiraciones, si Urahara no llegaba en ese momento algo muy malo ocurriría.
-Dime ¿qué es? –respondió el shinigami con un gran dolor.
-Quiero escuchar que me pidas –hizo una pausa, un poco por su estado y otro porque le costaba trabajo pedir algo semejante –que sea tu esposa.
Ichigo no lo pensó, a esas alturas él también creía que era el fin de su amiga, cerró los ojos y con una sonrisa le dijo:
-Inoue Orihime ¿Quieres casarte conmigo?
-Sí -la hermosa jovencita sonrió y cerró los ojos.
-¡Inoue! ¡Inoue! –Kurosaki no sabía que hacer él podía derrotar de nuevo al hollow que provocó las heridas de su amiga pero, en ese momento no serviría de nada. Estaba en completo shock, su cuerpo no reaccionó sino hasta que escuchó la voz de Ishida, éste había regresado con Urahara y Tessai quienes atendieron a Orihime de inmediato.
~oOO~
-Así que una promesa ¿eh? –el pelirrojo trataba de entender un poco lo que había ocurrido entre esos dos pero por más que lo pensaba no llegaba a nada –no es la respuesta que se espera de alguien que está a punto de casarse, pareces arrepentido de tu decisión.
El pelinaranja sonrió, sabía perfectamente que el hombre estaba ahí para convencerlo de no casarse así como en su momento lo había hecho Chado.
-Ahora que lo pienso, ese traje que usas debe ser fino –Kurosaki creyó que la mejor forma de escapar de las preguntas de Renji era cambiando drásticamente de tema.
-Por supuesto que lo es, me queda muy bien ¿cierto?
-¿Y tú lo compraste?
-En realidad no, es un regalo de alguien especial –contestó Abarai con una sonrisa al recordar como su amiga de la infancia lo había llevado a comprar el atuendo.
-Ya veo –no hacía falta decir el nombre, sólo una persona podía lograr esa cara en el teniente y Kurosaki lo sabía muy bien –Renji, tengo que cambiarme, si no te molesta podrías…
-Las promesas son importantes Ichigo y no se deben romper, pero cuando te dañan a ti mismo y a los demás tal vez valga la pena analizar si se está en lo correcto. Sobre todo cuando puedes lastimar a la misma persona a la que le hiciste el juramento ¿no lo crees? –fue lo último que Abarai dijo con respecto a la boda y lo único que podía hacer.
-Renji tengo que…
-Sí, sí ya lo sé. Sólo piénsalo. Por cierto, ella está aquí.
-¿Ella? –contestó Kurosaki con sorpresa, mientras miraba al shinigami que estaba a punto de salir de su habitación. Quería preguntar por Rukia, por lo que opinaba de la boda, por lo que había hecho desde aquel día que salió corriendo de esa misma habitación. Desde aquella ocasión no había sabido mucho de ella pues ésta se alejó casi por completo de él.
-Claro, es amiga de Inoue y tuya también ¿o no? Rukia dijo que no podía faltar, que eso sería descortés de su parte, hasta compró un vestido para la ocasión justo el mismo día que me regaló este traje –de nuevo recordó ese momento aunque esta vez no con la misma sonrisa de hace apenas unos minutos.
Kurosaki agachó la cabeza mientras intentaba analizar las palabras del pelirrojo ¿Por qué no lo había pensado antes? Él era conocedor del gran aprecio que la shinigami sentía por Inoue, por supuesto que iba a estar presente en la boda de su amiga. Pero ¿qué pensaba? ¿Rukia estaba feliz o sentía el mismo vacío que él en ese momento? El rostro del chico se llenó de nuevo de tristeza. Ni siquiera se percató de la ausencia de Abarai, se perdió de nuevo en sus pensamientos, esta vez recordando la tarde que Rukia decidió salir de su vida para siempre, el día que se besaron por primera vez.
