Bueno esta historia no tiene relación con la anterior, pero está basado en las tortugas del 2003 en esta historia pondré mi versión del porqué Splinter envió a Leonardo a América Central. Recuerden que no tiene relación con la historia de En Contra de los Principios. Espero que les guste y sea de su interés. Además de que ojala sea bien recibida y este a las expectativas de las lectoras de mi primera historia a las cuales le debo mucho. La secuela de En Contra de los Principios estará muy pronto por aquí. Así que tengan paciencia y ahora las invito a seguir leyendo.
Disclaimer: Las tortugas ni ninguno de los personajes me pertenecen. Solo algunos personajes que son de mi invención.
Chapter 1: Desesperación.
Leonardo se sentía desesperado. No sabia que hacer. No sabía a quién recurrir. Su padre se había ido donde el ancient one por tres meses dejándolo a cargo de sus hermanos y la guarida. No podía decepcionarlo con la desaparición de sus hermanos. Recién cuando llevaba solo tres semanas encargado del lugar. Aunque tenía el apoyo de April con Casey se sentía un inútil. Sus hermanos llevaban desaparecidos más de una semana y no tenia pista de donde estaban o quien los tenía. Había ido a toda instalación de investigación, laboratorios y cualquier sitio que se le ocurría pero nada daba respuesta a la desaparición de sus hermanos.
-Maldición…maldición…-Decía una y otra vez la tortuga de azul mientras golpeaba con fuerzas el saco de su hermano Raphael mientras gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas-Maldición…-Volvió a repetir cayendo de rodillas y golpeando el tatami con su puño.
April desde la puerta del dojo lo observaba impotente. Sabia lo desesperado que debía estar Leonardo y ella no podía hacer otra cosa más que apoyarlo y hacerle compañía. Sin Splinter en la guarida en ese momento todo el peso de la responsabilidad recaía en Leonardo quien debía hacerse cargo de todo, tanto de sus hermanos como del entrenamiento. Tenía que lidiar con cosas que antes nunca hacia y cuando sus hermanos desaparecieron Leonardo quedo devastado. Se acerco a él mientras el joven quien lloraba incontrolablemente y de manera desesperada.
-Leo será mejor que descanses no puedes seguir sin dormir…
-No puedo…debo…No. Tengo que encontrar a mis hermanos…deben de estar sufriendo… y es por mi culpa…-Replico con voz débil Leonardo sin mirar a April.
La mujer suspiro-Leo llevas una semana completa sin dormir como corresponde, apenas has dormido dos horas en toda la semana…si sigues asi terminaras enfermándote-April no sabía que mas hacer. Su amigo estaba mal, tanto física como mentalmente y ella con Casey a pesar de intentar de ayudar no podían dar con el paradero de sus otros tres amigos.
Leonardo cerro un momento los ojos, era verdad se sentía agotado y casi sin fuerzas, pero aun asi no podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos la imagen de sus hermanos la última vez que los vio aparecía una y otra vez en su memoria. Si tan solo hubiera ido con ellos, pero nunca pensó que no regresarían y que no los encontraría. Lo único que encontró de ellos fueron sus armas y sus shell cell. Se seco las lagrimas que rodaban por sus mejillas y se puso de pie mientras abría los ojos-Voy…voy a dar una vuelta…puedes regresar a tu departamento…estaré…estaré bien-Dijo Leo colocándose sus katanas en su espalda y sin decir más salió del dojo. April escucho como la puerta de la guarida se abría y cerraba de golpe. Suspiro. Tenía que hacer algo o Leonardo terminaría enfermando. Pero encerrada allí abajo no sería de mucha ayuda. Asi que tomando su abrigo se dirigió al elevador y salió del lugar.
En medio de la ciudad, Leonardo saltaba de una azotea a otra. Corría tan deprisa como sus piernas le permitían. Tenía que haber una pista que se había saltado o no visto cuando ese dia sus hermanos desaparecieron.
-Maldición…si hubiera ido con ellos-Murmuro mientras se detenía en el callejón donde encontró las armas con el shell cell de sus hermanos. Tomando aire bajo. Mirando alrededor se puso a buscar alguna pista que lo ayudara pero no encontraba nada. Se mordió el labio inferior, daría cualquier cosa por saber de sus hermanos, pero sabía que era algo muy difícil de lograr. Se apoyo contra la pared y se sentó en el suelo. Lo único bueno era que no había encontrado rastros de sangre lo cual le decía que no estaba heridos, posiblemente los habían drogado, lo cual explicaba mas de cómo pudieron llevarse a sus tres hermanos en la misma noche. Raph nunca hubiera dejado que algo asi pasase si no fuera porque estaba drogado o inconsciente a causa de lo que se estaban enfrentando. Cerró los ojos un momento intentando visualizar mejor el último momento que tuvo con sus hermanos esa noche.
"–Leo ya nos vamos, ¿Realmente no quieres venir con nosotros?-Pregunto Mikey mientras se colocaba una bufanda naranja alrededor de su cuello. Era pleno invierno y era necesario ir abrigado con el clima helado que hacía en esos días considerando que ellos eran de sangre fría.
Leo negó mientras revisaba unos cuadernos antiguos que le había dejado el maestro Splinter para que entrenara con sus hermanos, las cuales contenían una serie de katas que nunca antes habían hecho-No, leeré esto para poder incorporarlos a nuestro entrenamiento de los próximos días, ustedes pueden ir, pero no se demoren, si ocurre algo me llaman que yo iré enseguida a ayudarlos-Dijo cambiando de pagina el cuaderno.
Raph apoyo una mano en el hombro de Leo-Pero no te metas tanto en esos que aun eres joven, deberías disfrutar más y no quedarte aquí entrenando mientras nosotros vamos a hacer el patrullaje-Dijo al ver que su hermano mayor no parecía motivarse en salir con ellos.
-Raph déjalo tranquilo, si Leo no quiere ir no podemos obligarlo-Hablo Donnie sonriendo a su hermano mayor-Entonces nos vamos-Con eso los tres salieron de la guarida.
Era casi la una de la madrugada cuando Leo miro el reloj, había estado muy concentrado leyendo los cuadernos que no se percato de la hora. Frunció el ceño, no había oído a sus hermanos cuando llegaron. Se dirigió a las habitaciones de ellos las cuales encontró vacías. Su rostro se lleno de preocupación, eso no era normal, era un patrullaje, sus hermanos habían salido a las ocho de la noche, ya para la hora que era deberían de estar de regreso y durmiendo. Sacando su shell cell marco a Raph, pero no contesto, marco a Donnie y luego a Mikey. Ninguno de ellos respondió el llamado. Sin pensarlo dos veces tomo sus katanas y su abrigo y salió a buscarlos. Guiándose por el rastreador llego a un callejón a unas veinte cuadras de la guarida. Al avanzar unos pasos al interior, se encontró con las armas y los shell cells de sus hermanos. Su rostro palideció. No había mas rastros de ellos ahí."
-Maldición-Mascullo Leo abriendo los ojos para ver el callejón vacio. Su cuerpo se estaba helando, había salido sin abrigo y se estaba poniendo muy helado. Se puso de pie y salió del callejón. Subiendo a la azotea miro el oscuro cielo. Este sería otra noche más sin dormir. Otra noche más sin sus hermanos y una noche más solo en la guarida.
Realmente no tenía ni una pista de quien pudo haberse llevado a sus hermanos. Shredder estaba muerto, lo habían derrotado unos meses antes de que Splinter decidiera ir a Japón a ver y descansar en la casa del Ancient One. De Karai no sabían nada tras la muerte de su maestro. Bishop y Stockman también estaban inubicables. Leo suspiro mientras hacia el camino de regreso a la guarida. Si al menos supiera donde estaban sus hermanos o esos enemigos. Sabía que ellos podían haber tomado a Raph, Don y Mikey, pero ni con la ayuda de April y la tecnología que Donnie había creado pudo encontrar el paradero de ninguno de los malos. Apretó los puños, si alguno de ellos era el culpable de la desaparición de sus hermanos lo pagaría caro. Entrando a la guarida se dirigió a cada una de las habitaciones de sus hermanos. Era algo que venía haciendo desde la desaparición. Se sentó en la cama de Mikey y cerrando los ojos se acordó de cada momento que compartió con su hermano menor. De las noches en que gritaba por alguna pesadilla, cuando Leo lo despertaba para el entrenamiento, cuando Mikey se enfermaba y él lo cuidaba. La tortuga de azul sintió densas lagrimas rodar por sus mejillas, no le importaba. Sin hacer ningún esfuerzo en secarse las mejillas lloro tristemente. Asi en la de Donnie y Raph repitió lo mismo. Abría la puerta de la habitación y mirando el interior vacio y tal cual sus hermanos lo habían dejado lloraba en las camas de sus hermanos menores.
Si su padre se enterar de su incompetencia seria una deshonra para el nombre de la familia. Sabía que no sería perdonado por haber sido incapaz de mantener a salvo a quienes tenía a su cargo. Se encontraba en la habitación de Raph. Su segundo hermano, su brazo derecho, el segundo al mando y a pesar de todas las peleas su mejor amigo. Sin darse cuenta se quedo dormido en la cama de Raph. El cansancio y los días en vela le estaban pasando la cuenta.
-…chicos…-Musito mientras abrazaba la almohada de su hermano de rojo.
En alguna parte Raph se apoyo en la pared de una pequeña habitación donde se encontraba junto a sus otros dos hermanos. A pesar de que no estaban lastimados, apenas habían probado comida y agua. Sus ojos dieron con Mikey quien dormía con la cabeza apoyada en el regazo de Donnie. Ambos lucían débiles por la falta de alimentos. No recordaban quien los había secuestrado, pero sin embargo sabían que eran observados constantemente. Suspiro. Esperaba que Leonardo encontrara luego el lugar para que los sacara de allí antes que algo malo ocurriera.
To be continued…
Ay soy realmente mala. ¿Por qué me encanta hacer sufrir a mis queridas tortugas? Espero que este primer capítulo haya sido de su interés. Dejen review para hacérmelo saber. Gracias por leer y por favor dejen review comentado que les pareció este capítulo.
