DISCLAIMER: Todo lo que reconozcan en la historia pertenece a JK Rowling. Solo la historia es mía. Es un mini-oneshot.

Personajes: Lily Evans y James Potter.

Espero que lo disfrutéis leyendo y muchas gracias por entrar aquí.


Dialogo sin principio y sin fin.

Lily disfrutaba de unas horas en paz en la biblioteca, cuando vio que ya era hora de volver a las habitaciones, se levantó del asiento, bostezó mientras recogía todos los libros. Las volvió a colocar en las estanterías. Colgó su mochila al hombro y salió de la biblioteca dispuesta a dirigirse a su habitación cuando una voz demasiada conocida la hizo frenar.

- ¿Qué tal Lily?

La pelirroja se volteó y le lanzó una mirada fulminante mientras le preguntó secamente:

- ¿Qué quieres?

- Estoy bien gracias por preguntar. Hey Lily sal conmigo.

- A ver Potter ¿Qué parte no has entendido las 629 veces que te he dicho que no! – a Lily se le hinchó la vena del cuello de lo irritada que estaba.

- Es que a veces no escucho, solo miro tu preciosa mandíbula subir y bajar, subir y bajar, es que me tienes enamorado con tus carnosos labios – como en ese momento estaba James, mirando embobado los labios de la pelirroja.

- Supongo que viniendo eso de tu boca es un cumplido – dijo con mofa Lily.

- Me halagas. Hey Lily ¿Cuándo admitirás que estas coladita por mi? – preguntó en un tono un tanto burlón.

- Cuando tú aprendas a domar tu pelo – replicó Lily sarcástica – o rapártelo.

- Ja, ja, ja! – rió irónico – el día que yo me corte el pelo, dejare de hacer bromas a Quejicius – lo que era altamente imposible y llevándose las manos a su pelo teatralmente – Mi pelo es sagrado.

- Entonces nunca admitiré que me gustas – dijo Lily con una sonrisa de satisfacción al ver la cara de sorpresa de James.

- Creo que eres deliciosamente graciosa - le gustaba ver como Lily tenia sentido del humor.

Se estaba burlando de ella. Lily le sonrió encantadoramente.

- Vete a la mierda, James.

- Claro y …- aceptó encogiéndose elegantemente de hombros. Le sonrió de la misma manera y le preguntó-… ¿me acompañas?

Lily bufó y se mordió el labio parta ahogar un grito de frustración y decidió que no valía la pena. Discutir con él, siempre la sacaba de sus casillas

Pero James no se daba por vencido y con una sonrisa mal disimulada añadió arrogante:

- No entiendo como todavía no has caído a mis encantos.

- Yo tampoco lo entiendo – dijo Lily sarcástica mientras rodaba los ojos.

- Mentirosa – dijo en un tono falso de reproche – Me vuelves loco Lily.

- Potter ¿Cuántas veces tengo que decirte que me llamas Evans? – dijo una Lily muy enfadada.

- Cuando tú me llames James, Lily - sonríe seductoramente.

- Siempre tienes respuesta para todo – Lily estaba irritada.

Así era la conversación entre esas dos personas, totalmente compatibles, todos los días. Eran su rutina semanal. Aunque Lily se empeñara en decir que estaba harta de esas banales y estúpidas conversaciones en el fondo se divertía.


¿Os ha gustado? Me encanta como James hace rabiar a Lily xd. Nos leemos en el próximo

Besitos

Karmele