-Simplemente no dejo de pensar en ella… lo siento. –susurró, con los ojos fuertemente cerrados.

-No te preocupes –miró hacia un lado, con una triste sonrisa dibujada en sus labios- podemos romper nuestro compromiso…

-muchísimas gracias… en serio, eres la mejor. No sé como explicarlo… me duele hacer esto y más a ti. Hemos pasado tantos momentos juntos…

-No pasa nada –su voz estaba entrecortada, ronca… dolida. Contenía las lágrimas sin ningún éxito. Ranma se las arrebató con el dedo, dulcemente, mientras cruzaban su colorada mejilla. Alzó la mirada en dirección al chico.- Pero, Ranma… ¿qué ves en ella?

-Qué qué veo en Akane? –Con una sonrisa de felicidad añadió- Pues… no sé por donde empezar.

Ukyo también sonrió. Conocía a su mejor amigo como a la palma de su mano. Sabía que se moría de ganas de contarle con detalle lo muchísimo que quería a su verdadera y única prometida. Tras haber rechazado a Shampoo, increíblemente, Mousse se había marchado con ella de vuelta a la aldea. Al parecer, dentro de unos meses se celebraría una boda allí, y seguramente Mousse intentaría de nuevo vencer a la hermosa amazona. La bisabuela había continuado con el restaurante y esperaba ansiosa la llegada de su nieta, que sería en un par de semanas como mucho. En la ausencia de éstos dos, Shinnosuke había venido a hacerle una visita a Akane y Ryoga había encontrado el camino al dojo, además, para colmo, últimamente Kuno sólo sabía dar la brasa. Aquello parecía un buffet libre de hombres, esperando a que Akane alzara el tenedor y eligiera a su favorito. Obviamente que Kuno ni siquiera estaba en la carta, pero los otros dos estaban servidos en bandeja de plata. Nunca sabría cuál de ellos estaría más enamorado de la chica.

Pero Ukyo sí lo sabía.

-Vamos, Ranma, sabes que quieres contármelo. Adelante, no hay ningún inconveniente, soy tu mejor amiga y… ¡Por Dios, Ranma! En serio la quieres?

-Claro!

-Pues cuéntamelo. Si no eres capaz de decírmelo a mi, no serás capaz de contárselo a ella.

-Bueno –sonrió- siempre quiero hablarlo con ella… pero acaba huyendo y bloqueándome el paso, cerrándome la puerta en las narices. Me deja con una sonrisa… me río de eso, porque sé que sólo está jugando. Y sé que me quiere… pero tiene una manera graciosa de demostrarlo –Ukyo soltó una risita.

-Y que lo digas. No veas "como te quiere"

-Ya… -Miró a su amiga, no se veía afectada- ¿Estás segura de que quieres oír el resto?

-Muy segura. Quiero saber las razones por las que la quieres a ella y –bromeó- más te vale tenerlas bien claras, porque si no te llevarás una muy buena.

-Sí, mi sargento… Bueno, anoche, por ejemplo, me dejó sin palabras y se fue a su cuarto alzando el dedo como una marimandona.

-¿Ah sí?

-Sí –soltó una carcajada- Me dijo que no me acercara a ella, que… que no jugara con fuego. Obviamente Shinnosuke y Ryoga se quedaron mirándonos con caras de tontos… aunque yo sólo podía mirarla a ella. Creo que me puse colorado. Estaba tan guapa… llevaba esos shorts azules y esa camiseta de tirantes amarilla que tan bien le sienta… me quedé atontado, en serio. Parecía estar a su merced… y a la de su mirada –Cuando se dio cuenta, Ukyo estaba perpleja observándole con la boca medio abierta y las pupilas dilatadas.

-¿Quién eres y que has hecho con el Ranma que le decía "marimacho" y "fea" a la chica a la que ama?

-Si te digo la verdad, no lo sé.

-Se nota. Cuenta más.

-Pues…A veces… no sé como explicarlo… a veces es "blanca" y otras "negra", obviamente a veces está equivocada y yo tengo razón… me gusta su careto enrojecido cuando está rabiosa. Y… cuando lo hablamos, bueno, hablamos de nuestra situación e intentamos… haber, intento, que pase algo… cuando nos lo planteamos todo… pero luego ella sólo cambia de idea.

-No sé si creerme eso

-¿El qué?

-Lo de que alguna vez intentaras algo –Soltó una fuerte risotada, acariciando el hombro de Ranma- Tu a Akane no te atreves a mirarla a los ojos sin sonrojarte.

- Mentira.

-Sí ya

-MMM…. A veces ella está… caliente y yo frío

-¿Perdona?

-Que somos distintos! –Miró a su amiga, claramente fastidiado- Hay que ver esos pensamientos.

-Lo siento. Sigue.

-A veces creo que me va a explotar la cabeza. Pero es que… -suspiró- cuánto más lo pienso… Estoy tan enamorado de ella…

-Díselo

-En cualquier otro momento

-Sí?

-Tiene que ser perfecto

-Seguro

-Y cuando nos sentamos los dos solos en el parque… o cuando nos desenvolvemos, siento que podría nadar en el océano de sus ojos.

-Ranma, Akane tiene los ojos marrones

-Lo sé, era una forma de hablar.

-Pero luego pienso en una pelea que tuvimos antes de acabar el curso y ella para callarme me lanzó un vaso de agua y les enseñó a todos que me transformo en chica. Me quedé en plan "OK". Pero me hace gracia como se enfurece y a veces me paso de la raya. Así que me doy vueltas por ahí para calmarme. Y cuando volví a casa e intenté hacer las paces me lanzó por los aires… pero en el fondo es así como me gusta.

-No me puedo creer que estés diciendo eso, Ranma

-Ya te lo he dicho, Ukyo… y repito que, cuanto más lo pienso es que… la quiero tanto!

-Sí, ya me lo has dicho

-Arg…la manera en la que grita mi nombre cuando se enfada acaba siendo todo para mi, cuando se va no dejo de mirar el reloj, pero no me atrevo a ir a buscarla

-¿Y eso?

-Me da corte

-¡Ranma! –suspiró, fastidiada

-¡Ukyo! –la imitó- Sabes algún día ella y yo nos reiremos de esto, al fin y al cabo siempre acabamos jugando a estos juegos.

-Qué harás con tanto moscardón revoloteando en casa?

-No sé… sabes? Nunca fui celoso… hasta que la conocí. Ahora todos esos son una… "amenaza". Y eso de ser posesivo no es nada agradable! Mi único vicio eran las artes marciales… pero ahora no sé si es así… ahora es todo nuevo… es como si todo lo que he aprendido… se hubiera esfumado, como si ella lo fuera todo.

-No malgastes tus emociones aquí –Sonrió su amiga- guárdatelas y dáselas todas a ella.

-Pero… es muy frustrante! Fue hablar un rato, que sonriera y… ¡estaba pillado!

-¿Tan rápido fue?

-Sí

-Joder

-Un tío como yo no debería caer tan fácilmente. Siento una especie de sensación cuando ella no está cerca… me tendré que tragar el orgullo

-¿Te cabe?

-Ukyo!

-Ranma! –Suspiró- Díselo. Corre. Ahora, me lo has contado a mi. Ella tiene que saberlo. Después de todo, es a ella a la que van dirigidos todos estos sentimientos. Vamos, Ranma.

-Tienes razón!- Se levantó, decidido.- Adiós Ukyo…! Gracias por escucharme y… entenderme. Sigo sintiendo…

-Oh, Cállate y pírate de una vez! Akane te espera! –Ukyo alzó su espátula- No me obligues a utilizarla.

-mmm… creo que me voy a ir!

Ranma saltó de tejado en tejado, sonriente, feliz. Sentía la certeza de que iba a conseguirlo esta vez. Se lo diría, y ella despacharía a Ryoga y a Shinnosuke para estar con él.

Llegó al Dojo, con una sonrisa radiante, confiada. Veía su futuro grabado a fuego, junto a la preciosa chica de cabellos azulados que estaba en el dojo, seguramente con alguno de esos dos estúpidos monigotes. Abrió la puerta con fuerza

-Akane, yo…! –Las palabras se atragantaron en su garganta. Se le secó la boca. Sus ojos se enrojecieron y pequeñas lágrimas de rabia comenzaron a crearse. Ranma pestañeó varias veces para contenerlas y miró decidido a la chica que descansaba en el suelo con Shinnosuke encima, a punto de besarse. Akane se incorporó apartando bruscamente al chico y miró a su prometido con lágrimas en los ojos.

-Ranma –negó con la cabeza- Esto no…

-No qué Akane? –a Ranma le dominaba la rabia. ¿Todo lo que le dijo a Ukyo para… nada?- Siento haber molestado. –Y cerró la puerta del dojo con un sonoro portazo.

Fin Del Capítulo 1:

Ola! Sakura Saotome vuelve éste 2011 con un entusiasmo fuera de lo común. Deseo continuar con mis fics anteriores. Me estoy planteando seriamente "Lo que nos separa" Al que estoy empezando a calificar como… "cursilada". Tengo que meterle un poco de acción a la cosa, porque si no la cosa no parece mia. Este fic está basado, fundamentalmente en la cancion "Every other time" de NFO, que le va como anillo al dedo a Ranma. Os la aconsejo.

Si quieren una continuación, se ruegan comentarioss! ^^

Sakura Saotome.