Capítulo Uno: Fin del verano, inicio de los problemas

Una cálida brisa de verano y un hermoso atardecer cubrían la madriguera a las 6 de la tarde de ese día. A lo lejos, se veía una melena alborotada y otra pelirroja corriendo por los pastizales junto a la casa.

Hermione Granger, una bruja hija de muggles corría por entre los trigos tratando de no ser alcanzada por Ron Weasley, un chico alto y pecoso que corría tras ella.

Riendo, ambos habían estado en ese juego durante ya varios minutos, siendo la chica la primera en rendirse en ese minuto. Nunca había sido buena en los deportes y Ron parecía mucho más ágil que ella.

Ambos se miraron y rieron. Estaban rojos de cansancio y un espeso sudor les tapaba la frente, por lo que decidieron descansar casi en medio de la nada, para recobrar fuerzas y aprovechar, de que era uno de esos pocos e irrepetibles momentos en que no estaban peleando.

"Te das cuenta que el verano está por terminar?" Preguntó Hermione removiéndose un cabello de su boca.

"… Y que no volveremos a divertirnos como ahora? Si, me doy cuenta" Continúo el pelirrojo dándose vuelta para mirar directamente a la castaña. "Es por ello que hay que aprovechar este último momento juntos… es decir… los cuatro amigos claro…" corrigió Ron sonrojándose más de lo que estaba y por ello no se notó tanto. El calor y el cansancio habían jugado a su favor esta vez.

"… Sí… pensar que el próximo año estaremos en séptimo y daremos nuestros exámenes, y luego a trabajar, luego casarse – la chica se sonrojó – formar una familia, tener hijos… la vida pasa rápido" dijo con tono nostálgico "Por cierto¿Dónde están Harry y Ginny?"

"Harry se le iba a declarar a Gin hoy¿lo recuerdas?" dijo Ron con cara divertida.

"Oh… claro, me pregunto como le irá a ese casanova" dijo Hermione entre risitas, le divertía mucho la idea de que Harry por fin hubiera vencido su miedo y le confesara a Ginny Weasley lo que sentía por ella.

"De seguro que bien… creo… al parecer Ginny también está embobado por él… cuando recibía sus cartas reía tontamente y escribía una respuesta en un dos por tres" dijo Ron recordando en un pequeño flashback lo que acababa de decir.

"Ojalá todo salga bien…" dijo la castaña

"Para ellos todo saldrá bien… pero NO PARA TI!" dijo el pelirrojo al mismo tiempo que saltaba sobre la castaña y le hacía cosquillas.

La chica comenzó a reír a más no poder y comenzó a revolcarse entre las ramas amarillas y el trigo que había por ahí, y para defenderse, comenzó a atacar al chico con cosquillas también.

Ron y Hermione habían peleado continuamente los últimos seis años, pero al parecer algo entre ellos los hizo olvidar sus guerras civiles esa tarde.

Ambos chicos se retorcían riendo como nunca antes. Ron de pronto hizo un mal movimiento para hacerle a Hermione cosquillas en la panza y sin querer quedó sobre la chica. Sus rostros estaban tan cerca que podían sentir la respiración entre cortada del otro. Ron se separó de la chica rápidamente y se sentó a su lado.

"Dis… disculpa Hermione" dijo el pelirrojo tratando de parecer casual, pero sus mejillas y el brillo de sus ojos lo delataban más de lo que hubiese querido. "No… no fue mi… intención"

"No tienes que disculparte Ron" dijo la chica un poco menos sonrojada que el pelirrojo "ya está oscureciendo, creo que es hora de volver…

"Volver? Ah si, claro…" dijo Ron parándose e incorporándose a Hermione para regresar a la Madriguera.

Ambos amigos comenzaron a abrirse paso entre los pastos antes de que la noche cayera sobre ellos.

"Ron eres un idiota" pensaba el pelirrojo a medida que se iban acercando a la puerta "No puedes hacerle eso a una dama… y mucho menos a ella… espera… ¿Por qué mucho menos a ella?" se cuestionó "Como si estuviera por sobre todas las mujeres del mundo… no, es imposible, ella es sólo mi mejor amiga, quizás está por sobre algunas chicas, pero no mi familia… quizás haya sido sólo el momento…"

Los pensamientos de Ron fueron interrumpidos por dos fuertes golpes a la puerta de la Madriguera. Hermione en verdad pegaba muy fuerte, pero el chico jamás imaginó que utilizaría sus dotes de karate con una inofensiva puerta de madera.

"Hasta que por fin llegan" dijo una señora pelirroja pasada de peso que les abrió la puerta "No les dije a las siete?"

"Lo siento señora Weasley" respondió la castaña cortésmente "Perdimos la noción del tiempo"

"Pues apúrense, porque acabamos de empezar la cena" dijo la señora, y sin más, dejó pasar a ambos chicos a la casa.

La Señora Molly Weasley era la madre de Ron, y de otros seis niños. Era aparentemente la que estaba más estresada con el verano, dado que tenía que cocinar para los recién mencionados, para su esposo, y además para Harry y Hermione, quienes habían estado casi un mes acompañándolos.

En la mesa pobremente decorada, estaban ya sentados Fred y George, los gemelos, quienes poseían una tienda de artículos en el Callejón Diagon llamada "Sortilegios Weasley" y a pesar de que a su madre no le agradaba la idea del negocio, la verdad es que les iba bastante bien.

Al lado de ellos, se encontraban Bill, Charlie y Percy, los tres hermanos mayores; Bill y Percy habían sido prefectos y ganado el premio anual durante su periodo en Hogwarts, mientras que Charlie fue el mejor buscador durante su periodo escolar y se dedicaba al cuidado de Dragones en Rumania.

Al lado de ellos estaba Harry Potter, el famoso Harry Potter, quien luchó contra quien-no-debe-ser-nombrado cuando tenía menos de un año y lo derrotó, para luego salir victorioso de muchos encuentros posteriores que había tenido con el mismo mago, el cual era considerado el más temible de todos los tiempos.

Un puesto más allá de Harry estaba el Señor Weasley, quién trabaja para el Departamento Contra el Uso Indebido de Objetos Muggles en el Ministerio de Magia. Los próximos tres puestos estaban destinados a la Señora Weasley, que aún seguía de pie, más los otros dos chicos que acababan de incorporarse. Sin embargo, Hermione pensaba que la mesa estaba incompleta.

"Señora Weasley?" preguntó Hermione curiosa

"Dime querida" Respondió la señora Weasley en un tono dulce y maternal.

"Don… Dónde esta Ginny?"

"Oh…" respondió "No quiso bajar a cenar, dijo que le dolía el estómago… ¿no van a sentarse?" el silencio invadió el lugar por dos segundos "¿Hermione¿Ron?"

"Si, enseguida…" respondieron los dos al unísono y se sentaron en sus respectivos puestos. Fue entonces cuando ambos descubrieron la cara de Harry.

El chico de ojos verdes miraba su plato como quien miraba a un herido; había algo en la cara del Niño-Que-Vivió que reflejaba tristeza, y al juzgar por la ausencia de Ginny, debía de haber pasado algo mientras ambos jugaban entre la maleza.

"Hoy llegará una carta muy importante del Ministerio a las 10:30" dijo el Señor Weasley de repente como si se acabara de acordar (y probablemente así fue) "Sólo en caso de que se me olvide para que me recuerden" sentenció finalmente.

"¿Es esa la carta que has estado esperando desde hace tres días?" Preguntó George.

"¿Y que no nos has querido decir de que se trata?" corroboró Fred a su gemelo.

"Exacto" respondió el señor Weasley mientras comía una rebanada de pan con mantequilla.

"Y… ¿porque no podemos saber?" preguntó Ron con curiosidad.

"Lo sabrán después de que lea la carta, pero Cornelius Fudge ha dado órdenes explícitas a todos los funcionarios del ministerio que no revelemos de que se trata antes de abrirla" dijo el Señor Weasley ingiriendo lo último que quedaba de su pan.

"¿Sigue ese cerdo aún en el Ministerio?" dijo Bill mientras comía un bollo de chocolate. "Pensé que ya estaría fuera de combate si saben a lo que me refiero…"

"Bill! No hables con la boca llena!" gritó su Madre desde el otro extremo de la mesa.

"Muero de curiosidad" añadió Percy "quizás sea una carta en donde se exprese otra ley mágica, o quizá sea un comunicado de que se suspenden las actividades por la guerra…"

"Lamentablemente Percy" dijo su padre en tono melancólico "Las consecuencias de esta carta, más bien, de su contenido, pueden ser aún peores que suspender cualquier actividad por la guerra contra Voldemort"

"Menos mal que a Harry no le dejaron participar contra Ustedes-Ya-Saben-Quien en la guerra," dijo la Señora Weasley "¿verdad cariño?"

Harry estaba en la mesa, pero en ese minuto estaba ausente. Seguía mirando su plato lleno sin tocar nada de la comida. "Eh… si si… el azul es mi favorito" dijo distraído "¿Me disculpan? No tengo hambre hoy…"

Sin decir más y ante la mirada perpleja de todos los presentes, Harry subió las escaleras y se encaminó al cuarto de Ron, donde el estaba durmiendo durante su estadía.

"¿Que le pasa a ese? Generalmente engulle todo lo que hay a su paso..." Preguntó Fred a Ron y Hermione.

"Tengo sospechas al respecto, pero creo que no pueden contarse en la mesa" respondió Ron algo inquieto.

"Mejor anda a ver como está" dijeron Hermione y la Señora Weasley a la vez.

"Si, eso debo hacer…" dijo e pelirrojo "permiso".

El pelirrojo salió en busca de su amigo de pelo azabache de inmediato, a pesar de que no había comido mucho. Si había pasado lo que él creía, quizás Harry necesitaba apoyo, y siendo su mejor amigo tenía que dárselo.


Bien, mi segundo fanfic n.n quise empezar de inmediato porque o si no se me iba la inspiración, y bual�! aquí tienen el primer cápítulo (algo fome por cierto, pero aquí hay información clave para el desarrollo del resto de la historia)

Por cierto, este cuento es de la misma autora que escribió "¿Amigos Nada más?" es sólo que quise hacer este fic un poco HARTO más serio desde el principio.

Un beso a todos y... DEJEN REVIEWS!

principita

p.d: no voy a amenazar diciendo el tipico "sus reviews son importantes para mi, sin ellos no sigo la historia" porque a mi me gusta escribir, y les guste o no, lo seguiré haciendo :P jejejeje.