Podría haber sido suya. Eso es lo que más le duele. No el hecho de que no esté mas a su lado, o la vergüenza de admitir que dijo la única palabra que ella no iba a tolerar.
No. Es esa posibilidad lo que le corroe el alma. Ese "podría". Porque cuando tienes algo y lo pierdes, siempre te queda el consuelo de los tontos de pensar que, al menos, lo has disfrutado una temporada, por corta que sea. Ese "podría" le recuerda que él es sumun de los perdedores. Él solo tiene el recuerdo del olor de su pelo y el sonido de su voz. No sabe cómo saben sus labios ni cómo se siente el calor de esa piel blanca contra la suya.
Pero esta dispuesto a poner fin a esa tortura.
Al final, es ese "podría" el que repite en su cabeza como un mantra mientras busca los ingredientes adecuados para poner fin a esta historia.
Es ese "podría" el que hace eco en las paredes de su armario de pociones y que acaba por borrar la poca cordura que le quedaba...
Podría....
Podrá.
