Hola amigos, este es mi primer fanfic de MLP, espero que les guste y dejen review…sin más preámbulos comencemos con esta gran aventura…
Magia entre Dos Mundos
Capítulo 1-La sombra que me persigue
El frío era intenso y los coches estaban llenos de escarcha, en especial el de Andrés, un chico de 18 años, cubierto con un chaleco gris y un gorro rojo estaba sentado en su escritorio aburrido en su computadora, la señal del internet era horrible así que se empezó a aburrir aún más. Sus clases ya habían terminado, pero no tenía nada que extrañar, no tenía amigos, ni una chica que se fijara en él. A él no le importaba en absoluto, no necesitaba de amigos ni menos de una novia, él estaba feliz solo, con su Ipad y su computadora, con el alcohol y el cigarro. Su mamá se preocupaba mucho por su hijo, con tantos problemas que tenía solo pensaba en cómo ayudarlo con tan poco que tenían. Andrés amaba a su madre, él también se preocupaba por ella, pues era lo único que tenía.
Pero había alguien que lo observaba, le captaba todos sus movimientos cuidadosamente.
Andrés salía a la calle constantemente para tomar aire fresco, en lo profundo no quería caer en las adicciones, pero si seguía así, en uno o dos años estaría fumándose más de 2 cajetillas por día. Su mente decaía poco a poco, él sabía que su vida era una mierda. Sus pensamientos peleaban, se amontonaban por una respuesta, por una decisión que cambiara su vida.
-Tal vez hacer amigos es la solución-pensaba,-No!, jamás conseguiré uno, pero…-.
Toda la noche se quedaba pensando en eso, la amistad, ¿qué tan buena sería?, y el amor, ¿Cómo se sentiría un tierno beso?, él quería cambiar, pero tenía un lado oscuro y siempre le ganaba. Pero el día en que todo cambiaría estaba por llegar.
El sol salía, la niebla se comía todo a su paso, el frio calaba la sangre y el paisaje gris se quedaba ahí, como una pintura vieja. Nadie se atrevía a salir, el clima estaba como a menos tres o cuatro grados. Andrés se levantaba como siempre, se ponía el mismo chaleco y el mismo gorro sobre su pelo despeinado, la misma rutina, se sienta en su computadora, no hay internet, se va a su Ipad, juega una o dos horas, sale de la casa, fuma un cigarrillo, regresa a su casa. La rutina no cambia durante una semana, hasta que la madre de Andrés se desmaya y la tiene que llevar al hospital.
Andrés con los ojos vidriosos de preocupación está en la sala de espera , el doctor llega y le llama
-¿Es familiar de la señorita Millan?-.
-Sí, ¿está bien?-.
-Sus niveles son estables, pero le tengo decir algo antes de que entre-.
-¿Qué?, dígalo rápido-.
-Creemos que su madre sufre de sufre de una enfermedad, se le detecto cerca de los pulmones, parece que es de alta severidad -.
Andrés empujo al doctor y entro de golpe al cuarto de su madre
-Espere señor!-dice el doctor mientras lo agarra del brazo.
-Suélteme!-.
-Déjelo pasar- grita su madre.
Andrés va junto a la cama de su madre y se sienta junto a ella, le toma la mano y le pregunta cariñosamente
-¿Cómo te sientes?-.
-Bien hijo y tú?-.
-Vas a ver que te recuperaras pronto y saldrás de aquí, he iremos a comer donde más te gusta y…
-Tranquilo mi cielo, todo va a salir bien, necesito que estés tranquilo…harías eso por mí?-.
-Sabes que bajaría la Luna por ti, esas que tanto te gustan-.
-Luna llena, con un color rojizo-.
-Sí, esas-.
El doctor los mira y le dice a Andrés
-Lo siento chico, pero tu madre necesita descansar, y me disculpo por lo que trate de hacer-.
-Sí, no se preocupe-se levanta y le da un beso en la frente a su madre,-Descansa, vendré mañana-.
Andrés se va de la habitación, sale del hospital, la niebla sigue envolviendo al hospital, se mete a su pequeño coche rojo, prende la radio para escuchar un poco de música y enciende el carro, mete el clutch y pone primera velocidad hacía su casa.
Su pequeña casa estaba consumiéndose por la niebla, baja del coche y se dirige a su puerta de entrada, saca las llaves de su bolsillo, pero con lo frías que estaban la tira, se agacha para recogerlas pero al mismo tiempo se escucha unas ramas crujir y unos pasitos, como cuando un gato huye asustado. Se asoma curiosamente a los arbustos que estaban junto a su casa y observa una sombra, por la neblina no se puede ver bien, parece una combinación entre un perro y un equino.
-Ey!, fuera de aquí!, Shu!-.
La extraña criatura se va corriendo asustada mientras Andrés recoge sus llaves.
-Malditos perros callejeros, aquí ni siquiera hay comida-.
Al abrir la puerta la soledad lo ataca de una forma silenciosa y fría, como el clima allá fuera, deja sus cosas en las escaleras, otras en la entrada de su cuarto desordenado, se acuesta en su cama, suelta unas lágrimas y comienza a llorar.
Al abrir los ojos se siente frio y con el cuerpo pesado, sudor frio caía por su rostro, sus manos entumidas y blancas, se le podía apreciar las venas, su piel estaba dura y reseca, su pelo estaba sucio y enmarañado. Nueve de la noche. Su estómago le dolía y sentía un intenso dolor de cabeza. Bajo a la cocina por algo de comer, las escaleras eran eternas y cada paso se sentía como una caída, llego a la cocina, se sirvió un cereal y empezó a comer, no sentía el sabor del crujiente alimento, no sentía la boca, sentía que la niebla se la hubiera arrancado. Termino de comer, apago todas las luces y subió. Extrañaba a su madre, abre su cama, las sabanas están frías, se sienten como papel aluminio arrugado en su frío cuerpo, su única compañía era el sueño y pronto cayó en él.
Dos de la mañana, alguien se acerca a la habitación, se escucha el crujir de las escaleras y el piso laminado, su puerta se abre. El extraño ser puede ver a alguien acostado, es Andrés.
-Justamente donde te quería- dijo la extraña criatura.
Se puso enfrente de su cama y se quitó el gran sombrero de bruja que tenía, una titilante y ligera luz empezó a brillar de su cuerno, dejando ver su rostro. Una poni entre morada y azul con una capa y un sombrero del mismo color. Levanto sus patas y de sus pesuñas empezó a salir una luz brillante que se empezó a hacer más grande, y más grande aun, esa luz despertó a Andrés, pero al mirarla se paralizo, sentía como su cuerpo cambiaba,¿ acaso era como se veía la muerte?, solo comenzó a gritar mientras la luz crecía aún más. Andrés al abrir su grandes ojos, solo vio dos ojos brillantes que decían
-Bienvenido a casa, Sparks-.
