Todos, en año nuevo nos proponemos cambiar el siguiente año, ya sea dejar de hacer esto o aquello, cumplir la dieta que llevas haciendo todo un año, bajar de peso, gastar menos dinero, hacer tal cosa, en fin, todos nos convencemos de que este año, sí, este año cumpliremos cada meta propuesta.

Esta era el caso de Edward Cullen Y Isabella Swan o Bella como prefería que la llamarán. Él se había propuesto dejar a un lado sus miedos y acercarse a ella, su chica, de la cual estaba enamorado desde el día en que la conoció. Al principio fue solo atracción física, pero con el tiempo y al conocer la personalidad de ella, lo dejo deslumbrado. Ella, en cambio, había prometido, dejar de lado su timidez y acercarse a él, sabía que él, quizás no sabría de su existencia, pero estaba segura de que era la persona más cálida y hermosa que había visto, siempre veía en él una sonrisa amable y buen trato con los demás, más de una vez lo vio molesto, pero él no era como todos, él no se desquitaba con el primero que se le paraba al frente, no, él solía alejarse un poco y calmarse. Detalles como ese la habían enamorado.

Ahora a tan solo días del fin de año, y gracias a una clase en común, ambos habían recordado sus promesas. Ambos habían cumplido casi todas. Ella había dejado de decir "joder" cada vez que algo le molestaba, hacia la cena sin refunfuñar y ya no era distraída, bueno lo seguía siendo, pero no tanto. Él había compuesto varias canciones en su piano, había subido sus notas en español y ya no se aislaba, aunque siendo sinceros, seguía sin poder evitar perderse en su mundo de vez en cuando. Pero había un punto, quizás el más importante, pero que ninguno había cumplido. Ambos tal vez por obra del destino, o por casualidad, habían decidido cumplirlo antes de salir de vacaciones.

Las clases habían comenzado y era el último día. Ese día él había llegado dispuesto a todo, pero al entrar al estacionamiento del instituto no encontró su camioneta. Desanimado por este hecho, se estaciono en su lugar habitual y fue a clases. Ella, se había quedado dormida, pues solo pudo dormirse a las dos de la mañana después de tanto pensar cómo lograr su cometido. Al llegar lo primero que busco con la mirada fue su volvo, el cual ya se encontraba estacionado en el lugar de siempre. Sonrió y camino rumbo a sus primeras clases.

En hora de almuerzo, él prefirió no ir al cafetín, así que tomo camino hacia su auto, hoy no se encontraba del todo bien y necesitaba de las notas de su pieza favorita. Claro de luna. Ella fue directamente al cafetín, y grande fue su desilusión al no verlo en la mesa que usualmente compartía con sus hermanos, así que triste por su suerte decidió solo comprar una limonada y salir.

El timbre había sonado y ambos iban tarde, ella por estar leyendo y él por estar escuchando música, ninguno prestó atención al camino y terminaron chocando el uno contra el otro. Ella cayó sobre él y este solo atino tomarla por la cintura, al abrir los ojos el marrón se encontró con el verde. Ella al notar la posición que tenia se sonrojo, más no se movió. Al final nadie supo quien hizo que, pero solo pudieron pensar Al diablo con todo y terminar uniendo sus labios en un dulce beso. Él pensó que la gloria no se comparaba con esto y ella que esto era el cielo. Al terminar el beso, ambos se miraron, se sonrieron y haciendo uso de la valentía recién sacada, solo pudieron pronunciar al unisonó un Te amo, antes de seguir con lo dejado.

Sí, nunca es tarde para cumplir las promesas de fin de año…