Todo Cambio
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Secuela: "Dejarte de amar"
Bella no se rinde, quiere tener a Edward a costa de cualquier cosa… sabe que en el pasado hizo mal, pero quiere remediarlo. Pero las cosas no serán tan fáciles como hace siete años.
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Solo para ti
Bella
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Eres todo lo que pedía
Lo q mi alma vacía
Quería sentir
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Tener a Edward frente mío después de siete años sin saber si todavía me recordaba, si seguía pensando en mi como yo lo hacía por él, era la mayor felicidad que podía obtener después de por todo lo que había pasado, pero que luego me dijera que no podía ocurrir nada entre nosotros, perdía cada esperanza que se hubiera sembrado en mi interior… debíamos madurar… ¡Llevábamos siete años madurando, y todavía debíamos seguir madurando!
No supe que más decir, nos quedamos de pie sin saber qué hacer en ese momento, era como haber pedido todo lo aprendido desde pequeños, eso de caminar, hablar, respirar… nada, no sabíamos que hacer. Suspiré lo más discretamente que pude, no quería que se diera cuenta lo desanimada que estaba.
La sorpresa cayó en mi cuando sentí sus labios en mi frente, cuanto extrañaba ese roce, ese simple roce, sentir parte de su piel contra la mía. Estaba tan ensimismada con ese beso que no me di cuenta cuando se había separado y dado media vuelta para seguir su camino. No pude hablar para detenerlo, suplicarle por una segunda oportunidad, o tercera, cuarta… no sé cuantas oportunidades le había pedido. La gente que caminaba por New York logró que ese hombre por el que perdía la cabeza desapareciera, la multitud estaba en contra de que yo hiciera algo para arreglar las cosas.
El cielo de un momento a otro se nubló, de un momento a otro comenzaron a caer pequeñas gotas de lluvia, desde la mañana que ese día avisaba que llovería pero parecía que nadie le había hecho caso, nadie tenía un paraguas con que refugiarse, las gotas no eran para terminar empapados, pero la gente de esta ciudad no podía mojarse, pero a mí no me importaba, en ese momento nada me importaba, solo intentaba controlar las lágrimas que salían de mis ojos, las cuales se camuflaban con las gotas de lluvia. Me prometí volver a verlo, pero esta vez cada uno más maduro, entregándose completamente al otro, sin juegos, sin mentiras, sin terceros. No volvería a cometer el mismo error.
Pero ¿Por qué esperar tiempo? ¿Por qué dejar que pasen los días, los meses y años y no hacer algo en ese mismo momento?
Volví a sonreír, ese día no tenía porque estar tan lejos, podía ser ese mismo día, porque si yo había tomado la iniciativa hace tantos años, cuando lo vi salir del Volvo con su hermana, haber decidido que ese hombre sería mío, eso mismo podría hacer ahora y no esperar otros siete años más, no, no seguiría esperando. Busqué entre las cosas que tenía mi bolso, después de pelear con todo, encontré mi celular, debía de parecer la persona más torpe por no saber cómo ocupar un celular… ¡por dios! ¡Había utilizado un celular desde los 16 años!
Cuando por fin conseguí marcar el número que necesitaba esperé a que por el otro lado me contestaran, a la segunda llamada me contestaron, era Lily, mi asistente dentro de la editorial.
- Editorial Amanecer
- Soy Bella
- Bella, que sorpresa, nunca llamas a este número, ¿en qué te puedo ayudar?
- Lily… necesito que canceles cualquier reunión durante la próxima semana, debo viajar a Londres… tengo un concierto al cual asistir.
- ¿Cuánto demorarás?
- No lo sé, puede que luego del concierto me junte con unos amigos, cualquier cosa estaré con mi portátil, trabajaré por él mientras este fuera
- Podremos citar reuniones por cámara web, así no retrasaríamos algunos escritos
- Buena idea… un favor más, llama al aeropuerto para buscar el vuelo más próximo a Londres
- Ningún problema, Bella
- Gracias Lily, estamos en contacto
Me despedí de mi asistente, sabía que podría dejar todo en sus manos y nada malo ocurriría, luego de cortar miré al frente, mi sonrisa se amplió.
Volveré por ti… fue lo último que pensé antes de tomar un taxi para dirigirme al aeropuerto.
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Eres lo que tanto esperaba
Lo que en sueños buscaba
Y que en ti descubrí
Eres todo lo que pedía
Lo que no conocía
Y que en ti descubrí.
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No sabía si me encontraría a Edward en el aeropuerto o en el mismo avión, no sabía si ese mismo día partiría, no recordaba si había comentado que iría donde sus padres primero o saldría inmediatamente a Londres. Estaba segura que no recordaba nada de la conversación que habíamos tenido en el café, solo sabía que necesitaba encontrar una entrada para su concierto como fuera y lograr poder volver a conversar con él.
Mientras iba en el taxi hice algunas llamadas internacionales para poder obtener las entradas, me fue realmente complicado encontrar alguna, tuve que llamar a Charlie para saber si podía ayudarme, en una de esas lo habían trasladado al extranjero, pero cuando le conté de quien era el concierto, rehusó a ayudarme. Era un tema que no se tocaba, Charlie se había encariñado con el chico y cuando le conté que lo había engañado, no solo, no me defendió, sino que llamó a la casa de los Cullen para disculpar y justificar mi comportamiento. Así que no me ayudó, además estaba en Estados Unidos y no había conversaciones de que se moviera fuera del país.
Después de haber recibido una llamada de Lily que me decía que estaba listo mi viaje a Londres, solo debía retirar mi pasaje, y haber entrado a policía internacional, logré comunicarme con el teatro municipal donde tocaría el gran Edward Cullen y obtener el tan preciado boleto. Por fin me pude sentar tranquila a esperar que me llamaran para tomar el avión. Gracias a mi gran asistente no tuve que preocuparme del equipaje, debido a que solo pensaba en cómo llegar al concierto por lo que había olvidado mi ropa y accesorios que necesitara en mi viaje improvisado. Una hora después me llamaban para abordar el avión, me esperaba un largo viaje había el continente Europeo.
Intenté relajarme durante el viaje, pensar en algo más que no fuera alguna explicación de por qué inesperadamente había aparecido en el concierto, siendo que hace poco había estado en camino a mi editorial… mi editorial, eso debía hacer. Saqué mi portátil y comencé a trabajar, tenía varios escritos pendientes y este era el momento tranquilo para leerlos.
La azafata me ofreció algo de beber, le pedí un café, algo que me mantuviera despierta y alerta mientras leía, nada mejor que un buen café. Gracias a mi idea, el viaje se hizo muy corto, parecía como si fueran pasado minutos cuando el capitán avisó que estábamos a poco de aterrizar en la capital de Inglaterra, guardé mi portátil, lista para descender.
Desde el aeropuerto me esperaba un chofer que me llevaría al hotel que había elegido Lily, desde ahí debía llamarla para avisarle que ya dos escritos los tenía revisados y con su crítica adjuntada, así luego podría hacer una cita con los autores para darles las justificaciones o arreglos que deberían hacerles para poder publicarlos. Me registré en el hotel donde me avisaron que en el siguiente vuelo venia mi equipaje que luego sería recogido por el mismo chofer quien me lo traería, también le pregunté donde estaba el teatro municipal donde sería el concierto del pianista Edward Cullen. El recepcionista me ofreció un traslado que me dejaría en la misma puerta y luego me traería al hotel nuevamente, se lo agradecí. Debido a que no tenía maletas, solo me entregó la tarjeta para que me dirigiera a mi habitación.
La habitación era de colores terracota, le daba el calor que no obtenían con el clima que había en ese momento. Antes de recostarme, llamé a mi asistente para informarle sobre los avances, luego llamé a Charlie para decirle que había llegado a Londres, no estaba muy contento con mi decisión tan alocada, sabía que no lo comprendería, pero mi corazón decía que debía hacer el último intento, había cometido un grave error en la escuela y no podía dejar que nuevamente el único hombre que me había demostrado lo que era amar, se me escapara sin haber intentado algo antes.
El concierto era en dos días más, así que tendría esa tarde y un día para pasear o descansar antes de enfrentarse a su idea, no debía arrepentirme, había reaccionado inesperadamente, no podía arrepentirme, debía seguir con mi plan hasta el final.
Esos días los disfruté con gusto, intenté no pensar en nada más que en mí, compré algunos atuendos en especial un vestido para la noche del concierto. Trabajé también para mi editorial, tuve una video conferencia con uno de mis escritores, uno de mis más fieles escritores, ya había logrado ser un best seller, otras editoriales habían pedido sus escritos pero según el solo nosotros habíamos confiado así que no nos dejaría.
Ese día no salí de mi habitación, solo me preocupé de arreglarme, me di un baño de tina con sales y pétalos de rosa, luego me coloqué crema con mi aroma favorito, para el vestido tuve que comprarle nueva lencería, ya que con cualquiera de las que tenía se marcaría en mi nuevo vestido. También adquirí algunas joyas, debido a que mi vestido era de un color esmeralda, con una cinta con pequeños circones que se cernía bajo de mi busto, me compré una pulsera con cristales que al reflejarse con mi vestido tomaban en mismo color, también unos colgantes que combinaban con la pulsera, los zapatos eran del mismo color del vestido y por último un chal para el frio.
Llamé a la recepción para avisar que bajaba para que el chofer estuviera listo, me miré por última vez al espejo, quería estar perfecta, vi que todo estaba donde debía ir, suspiré profundamente sin dejar de mirarme al espejo, me di fuerza y luego salí con rumbo al coche que me esperaba.
El lugar era gigantesco, nunca había tenido el privilegio de estar en Inglaterra, por lo que cada lugar me era extraordinario, estaba pensando fielmente a quedarme unos cuantos días más para recorrer la cuidad. Miré a mi alrededor luego de bajarme del coche, todas las personas vestían de gala, una gigantografia de un pianista a oscuras con su piano, decoraba gran parte de la fachada, lo mire detenidamente sin importarme si molestaba a alguien que avanzaba hacia el interior. Sabía perfectamente que ese era Edward, cada silueta decía a distancia que era él, y yo lo conocía perfectamente. Sonreí antes de avanzar, debía de parecer una tonta mirando enamorada a su estrella favorita.
Mi lugar era bastante privilegiado, estaba en uno de los palcos con vista directa hacia el escenario, el piano estaba en medio del lugar, bajo el escenario estaba la banda, todos los demás instrumentos que acompañarían el concierto. A mi lado dos señores adultos conversaban sobre Edward, sus obras, el profesionalismo que tenía a su temprana edad preguntándose cómo debía de haber sido su vida para ser tan talentoso, no pude evitar bajar la mirada culpable por su ultimo año de instituto. En ese momento las luces bajaron su intensidad para solo reflectar hacia el piano. La audiencia queda en silencio, de entre medio de las cortinas que había a los costados, apareció el director de orquesta quien se ubica frente a la banda, nuevamente quedo el lugar en silencio. Mire detenidamente, podía sentirlo, sabía que él estaba detrás de la costina de la izquierda, con la cabeza cabizbaja suspirando, luego salió.
Su cabello castaño cobrizo resplandecía antes las luces de los distintos reflectores que daban hacia él, la audiencia aplaudió como signo de bienvenida hacia el artista. Edward se detuvo junto al piano, hiso una reverencia al público, luego se sentó y la magia comenzó.
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Tú has llegado a encender
Cada parte de mi alma
Cada espacio de mi ser
Ya no tengo corazón
Ni ojos para nadie
Solo para ti
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La música llegaba al corazón, no podía despegar la vista de sus manos, como se movían interpretando cada creación que había compuesto. Sin siquiera notarlo estaba quedando prendida hacia él, mi corazón era suyo, en este momento me daba cuenta cuanto lo había extrañado, que nunca lo había dejado de amar, aunque hubiese intentado que eso dejara de ocurrir. Este hombre me tenia prendada y no podría soltarme nunca.
Cuando las notas dejaron de sonar, las personas se colocaron de pie para aplaudir estrepitosamente, la pareja que estaba a mi lado, la mujer tenía lágrimas derramadas. En eso recordé que los padres de Edward no estaban en el salón, no habían podido venir, Esme hubiese estado llorando de la emoción de ver a su hijo en ese gran escenario. Alice si debía estar en algún lugar, me puse a mirar con más detención, esperando encontrar a una chica saltando o moviéndose con más interés que cualquier otro, pero las luces seguían apagadas por lo que me era difícil identificar a las personas.
Mientras todos seguían aplaudiendo o comentando decidí moverme para luego no quedar entre la multitud, necesitaba entrar tras bambalinas para poder encontrarme con Edward, solo tenía esta oportunidad para conversar, no habría otro momento, luego podría tomar cualquier rumbo y no sabría más de él hasta que nos volviéramos a topar, no podía permitir eso.
Me escabullí entre los pasillos, en un momento llegué al primer piso donde me encontré con una gran puerta que especificaba que solo entraba personal autorizado, obviamente no seguí las reglas, sigilosamente entre, había uno que otro personal de audio o escenografía, también habían personas de la orquesta que acompañó a las composiciones de Edward. Estaba tentada de preguntar dónde estaba el músico pero me preguntarían que hacia ahí y no tenía alguna buena justificación. Al final, una chica con una gran sonrisa se me acercó preguntándome que buscaba, tímidamente, por primera vez en mi vida, le pregunte por el señor Cullen, con la misma sonrisa me indicó la puerta de su camerino, pareció creer que yo era su novia o algo por el estilo, cuando me dijo que sería una gran sorpresa que apareciera. Traté de no darle vueltas al asunto y solo dirigirme a mi objetivo principal. Suspiré antes de tocas y esperar a que me dejara entrar, me estremecí cuando su voz aterciopelada me dio la entrada.
Estaba apoyado en el tocador con la cabeza gacha, los ojos cerrados, la corbata desecha y dos botones de la camisa desabrochados. No pude decir nada, solo su presencia me dejaba sin habla, ese hombre podía ser tan guapo que esa atracción podía convertirse en su arma mortal. Como se dio cuenta que nadie hablaba, levantó la vista para encontrarse con mis ojos, la cara de asombro al encontrarme ahí podría haber confirmado lo que la chica me había dicho, parecía que nadie se acercaba a ese lugar.
Fue cosa de segundos que nuestros labios se acercaran, sus manos sostenían mi rostro como si estuviera prohibiéndome alejarme de él, y obviamente yo no lo haría, estaba sorprendida de que estuviera besándome, después de nuestra conversación en el café, no esperaba este recibimiento, no separó sus labios de los míos por bastante tiempo, yo me sentía en las nubes, no necesitaba de nada mas en ese momento, no necesitaba de agua, aire para vivir, con ese beso me daba por saciada.
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Eres el amor de mi vida
El destino lo sabía
Y hoy te puso ante mí
Y cada vez que miro al pasado
Es que entiendo que a tu lado
Siempre pertenecí
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Pero como todo, siempre tiene un fin, nos separamos, sus manos seguían donde siempre, apoyo su frente en la mía, ambos con los ojos cerrados esperando a que alguien digiera algo o interrumpiera el momento, cuando suspiro y su aliento llego a mí, mis piernas no dieron más convirtiéndose en gelatina. Si él no hubiera sido tan rápido, estaba segura que hubiera terminado en el suelo.
Me tenía abrazada contra su cuerpo mientras me miraba intensamente, casi me daba a entender que todo lo que había dicho en New York era mentira, que me extrañaba tanto como yo. No pude evitar sonreír.
- No entiendo porque sonríes- fue lo único que me dijo, pero eso no evito que sonriera mas
- El saber que todavía sientes algo por mí, me hace sonreír
- ¿Qué te hace pensar eso?
- Me lo acabas de confirmar, Edward… me besaste- dije ya inquieta ante sus palabras, volvió a suspirar
- Me encontraste con la guardia baja… no deberías estar aquí, ¿Quién te dejó entrar?
- Yo sola, no necesito el permiso de nadie- me sonrió sarcásticamente
- Como siempre… parece que los malos hábitos no se pierden- no pude evitar sonreír
- Para que veas, y ese es el motivo de porque estoy aquí- su sonrisa se esfumó, pasó la mano por su cabello… estaba nervioso
- Las cosas no son como antes, Bella… son muy distintas
- Lo sé, pero quiero cambiarlas
Edward negó mientras se daba la vuelta y bajaba la cabeza. No entendía su reacción, en especial si él había sido quien se acercó para besarme, yo solo había correspondido el beso. Me quedé ahí de pie esperando a que me dijera algo, hasta que me pedidera que saliera de ese lugar. Más sorprendida quedé cuando me pidió que lo esperaba, se colocó detrás de un biombo, podía escuchar como tomaba algunas cosas tras este, me imaginé que debía estar cambiándose el traje, no pude evitar sonrojarme recordando como era su cuerpo hace siete años y como debía de hacer cambiado, tenerlo cerca, volver a sentirlo… sacudí la cabeza, no era momento de pensar en esas cosas.
Cuando salió, llevaba otro traje, uno más claro, de un color gris azulado, la camisa blanca pero esta vez no llevaba corbata. Cuando se me acercó me tomó por la cintura invitándome a salir del camerino. Mientras nos movíamos se despedía de algunos con quienes nos topábamos, daba las gracias a los demás músicos invitándolos a la recepción que se formaba afuera.
Al salir del recinto privado al cual ilegalmente me había infiltrado, el pasillo estaba solitario, solo estábamos los dos. Recordé que la recepción era en una de las salas que estaban más arriba, solo eran algunos invitados. Yo no era uno de ellos, solo había obtenido un boleto para el concierto, pero al notar que Edward no quería soltarme mientras tomábamos el camino al siguiente piso, me di por invitada. Intenté decirle que no era necesario que me llevara, pero su dedo se colocó sobre mis labios mirándome intensamente como cuando nos vimos en su camerino, dejé de hablar en ese mismo instante.
Llegamos al tercer piso, al final de la escalera nos esperaba un impaciente hombre que movía rápidamente su pie contra el suelo, me di por entendida que debía ser el organizador del evento porque luego de mirar a Edward, me miro furiosamente como si yo tuviera la culpa de todo. Edward nos presentó, yo era una amiga del instituto… bueno, a lo menos seguía siendo una amiga. El organizador le dio una serie de cosas que debía hacer al entrar al salón, cuando entrar, donde apararse para dar un leve discurso y luego podría tener algunas conversaciones con los invitados, comentó en que parte del lugar estaba su familia, para así poder moverse con facilidad.
Antes de entrar mí miró detenidamente, me pidió que no me alejara mucho, solo serian unos minutos así que debía quedarme cerca, luego hablaríamos. Asentí como una tonta, tampoco tenía intenciones de ser el centro de atención, así que por el momento decidí quedarme fuera del alcance de cualquier mirada. Edward entró como le había dicho el hombre, yo entré un minuto después para no llamar la atención, no era momento de hacer escenas como antes. Edward dio unas cuantas palabras entre agradecimientos por la presencia de todos, contestó algunas preguntas a la prensa presente y luego bajó del pequeño escenario, pude ver como discretamente miraba a su alrededor para terminar encontrándose con mi mirada. Nuevamente me tomó por la cintura dirigiéndonos por entre los pequeños grupos de personas. Nos detuvimos en algunos de ellos, yo solo podía sonreír mientras mi "amigo" me presentaba ante los demás. Estaba segura que no era esto lo que yo esperaba de ese día, más que nada esperaba gritos, a Edward algo descontento por mi repentina visita, pero no ser presentada tan cariñosamente.
Cuando por fin pudimos salir de los grupos, me miró con una leve sonrisa, me pidió disculpa por el momento, yo solo negué para no darle importancia, además seguía pendiente de que su mano nunca se había separado de mi cintura. Nos movimos entra la multitud hacia uno de los rincones del lugar, desde la distancia pude identificar el cabello oscuro y corto de Alice Cullen… un nudo se hiso en mi estomago.
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Tú has llegado a encender
Cada parte de mi alma
Cada espacio de mi ser
Ya no tengo corazón
Ni ojos para nadie
Solo para ti
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Edward iba con una sonrisa tranquilizadora, como si supiera lo que iba a ocurrir, solo habían dos posibilidades, una, que Alice estuviera realmente contesta con mi presencia como me había comentado su hermano en el café, o dos, que odiara verme con toda su alma y esa era la intención de Edward, darme como carnada fácil a la furia de su hermana. No tenía más opción de hacerme fuerte y seguir hacia el sacrificio.
Había cinco personas reunidas donde había explicado el organizador que estaría su familia. Yo sabía con antelación que sus padres no estarían presentes, así que solo debía estar Alice, quien si estaba ahí. Me sorprendí al ver a tres personas que yo conocía, Jasper, Rosalie y Emmett estaban presentes, así si que mi sacrificio estaba confirmado. Alice fue la primera en divisarnos, sus ojos se agrandaron al ver con quien venía su hermano, la sonrisa que apareció y los pequeños saltitos que dio me dieron algo de confianza que parecía ser que no moriría tan pronto.
Edward por fin me soltó dejándome a un lado mientras Alice se colgaba de su cuello para abrazarlo como una niña pequeña, ambos se rieron sin dejarse de abrazar, sonreí ante el recuerdo de los mellizos, tan unidos como los recordaba. No tuve tiempo de reaccionar cuando la pequeña duende estaba encima de mi dándome el mismo abrazo, me decía mil cosas a la vez por lo que no entendía muy bien que decía, solo escuchaba, "tiempo, extrañar, compras" y alguno que otro regaño, solo reí ante tantos recuerdos.
Como siempre, Emmett el más nuevo de los amigos de nuestro grupo en el instituto, me saludó con sus efusivos abrazos, luego me saludó Jasper, con una sonrisa tranquilizadora, diciéndome lo cambiada que estaba después de tanto tiempo. Cuando se me acercó Rosalie, esperaba algo formal, pero también me abrazó diciéndome que me extrañaba. Estaba muy sorprendida con ese recibimiento, yo les expresé mis sentimientos hacia ellos. Por último me encontré con ella, la recordaba muy bien.
Tanya, la hermana de Kate, con quien había visto a Edward en varias ocasiones cuando había tenido ese drástico cambio cuando supo que yo lo había engañado. Me sorprendí al verla ahí, pero actué como si nada, no debía juzgar las cosas antes de tiempo, ya lo había hecho con mis amigos que me habían demostrado lo contrario. La chica también me reconoció, me comentó que Kate le había hablado mucho de mí y que se había enterado de mi trabajo en New York así que podría recibir alguna llamada de su parte. Discretamente pregunté como habían llegado todos ahí. Edward fue quien contestó.
- Aunque te parezca sorprendente, Rose y Emmett son novios después del instituto, este grandulón no pudo vivir sin ella así que la fue a buscar a la universidad declarándole su amor, en unos pocos meses se casaran
- ¡Vaya! Eso sí que es una sorpresa- dije muy sorprendida, los demás asintieron entre risas, Edward volvió a hablar
- Como sabes, los mellizos no pueden estar solos, así que obviamente Jasper y Alice estarían presentes- todos volvimos a reír- y bueno, Tanya, es una muy buena amiga
- ¿Amiga?- interrumpió Alice con la ceja alzada, luego miró a la chica rubia- ¿todavía dejas que te diga amiga? Y yo que pensé que ya eran novios, Edward, no puedes dejar esperándola por tanto tiempo
Mi mundo se vino abajo, esto no podía estar pasando, ¿novios? ¿Más que amigos? Estaba segura que cualquier abismo de sonrisa que haya habido en mi rostro había desaparecido y Edward lo había notado.
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Esto es de verdad
Lo puedo sentir
Se que mi lugar
Es junto a ti…
Es junto a ti…
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Nota de la autora:
Mega, muy nerviosa, por fin me digne a aparecer con la secuela.
Se preguntaran porque nerviosa si ya le fue bien con la primera parte, pero, ¿Han oído hablar de que siempre la segunda parte es mala? Así que tengo ese estigma, por lo mismo no estoy muy convencida así que espero con muchas ansias sus comentarios, se que solo es el primer capitulo, pero me ayudaría mucho que opinaran.
El único favor que les pediré desde ahora mismo, no me maten cuando se den cuenta que demoro en actualizar. Este capitulo lo habré leído unas cuatro veces antes de que me convenciera que era realmente bueno para subirlo, así que creo que pasara lo mismo con los siguientes.
Viene mucho drama, suspenso de si quedaran juntos o no (ni yo lo se), amor, todo sentimientos que nos puedan demostrar esta linda pareja.
Como se habrán dado cuenta decidí seguir con la misma modalidad, todas canciones de Camila y la canción tiene mucho significado con lo que esta escrito.
Ahora si ve voy, muchos besos y nos vemos.
Los invito a pasarse por "Final Inesperado" que sigue en curso.
Camili.
