LA BATALLA FINAL: Ginny v/s Cho
Capítulo 1
5 Años no Son Nada
—Ver a los chicos… Dios! Estoy nerviosa!
—Cálmate Luna, no me pongas más nerviosa a mí!—se quejó Ginny, empujándola hacia un lado mientras subían, con algo de dificultad por los tacos, hacia el imponente barco.
—Quién nos manda a separarnos… Bueno… nunca pensé que iría a recorrer África en busca de un «snorkack de cuernos arrugados» que jamás encontré—suspiró la rubia—. Y menos pensé que subiría a un crucero para reencontrarme con mis viejos amigos…
—Ja! Y yo… Ni siquiera he visto a mi hermano por acompañarte estos cuatro años… a propósito, tú crees que hayan cambiado mucho?—Ginny llegó arriba y miró el puerto desde la barandilla, respirando intensamente el olor a mar—. Ojalá que no…
—Yo espero que sí—repuso Luna, mirándola con el ceño fruncido—. Por lo menos espero que Cho haya cambiado… No soportaría más peleas entre ustedes durante estos quince días…—de repente se tiró al suelo, sobresaltando a la pelirroja, y estiró los brazos al cielo—DIOS! Escúchame! Por favor, te ruego que Cho Chang haya cambiado! Por favor!
—Desde que no crees en esos nargles y heliópatas creo que te has vuelto demasiado religiosa—opinó Ginny, antes de salir corriendo por la borda con su amiga persiguiéndola felizmente, indiferentes a los pijos estirados que miraban a Ginny como si fuera una cucaracha a quien deseaban aplastar, y a Luna como si estuviera loca… Bueno, aunque realmente lo estaba un poquito…
—Ginny! Luna!
La voz de Hermione atravesó el aire a 340 m/seg. (O sea, rápidamente), haciendo que las dos chicas pararan de hacer lo que estaban haciendo (Luna agarrando a su pelirroja amiga por el cuello intentando estrangularla, aunque de broma), y la miraran con alegría, mientras corrían en estampida hacia la castaña y su acompañante.
Hermione Granger y Ron Weasley, que había retrocedido un par de pasos, con la clara intención de escapar, se vieron de pronto ahogados en brazos por dos casi-caníbales que los estrangulaban en abrazos y ahogaban en besos.
—Veo que no han cambiado nada—comentó Ron, sobándose las costillas y limpiándose la marca de un beso que le había dado su hermana en la mejilla.
—Ustedes tampoco—repuso Luna, sonriendo abiertamente—. Si están igualitos…
—No, Hermione está más guapa—objetó Ginny, y, cerrándole un ojo con complicidad a Luna, añadió:— Como se nota que hace bien el amor… verdad hermanito?
Luna lanzó una carcajada al ver a Hermione ruborizándose y a Ron corriendo tras su hermana para luego dejarle su peinado hecho un desastre, como cuando eran pequeños.
—Hay, Ron, déjame!
—Si, Weasley, queremos a nuestra amiga viva y peinada decentemente!—exclamó Lavender, abrazando efusivamente a todos, al igual que Parvati. Habían llegado juntas.
—Qué bueno que han podido venir!—dijo Hermione, alegremente—. No tuvieron problemas con la tienda?
—Se la dejamos a cargo a Padma, mi hermana—dijo Parvati, haciendo un ademán con la mano—. Jamás nos perderíamos esto… los echamos mucho de menos…
—Sobre todo a mí, supongo—dijo un hombre en su oído. Parvati sonrió y giró en 180 grados, observando a Dean, que llegaba con Seamus, Neville y Malfoy.
—No te hagas ilusiones, Thomas—le espetó la chica, saludando a Seamus, Neville y Malfoy—. No me gustaría que sufrieras por mí…
La frase quedó un segundo en el aire, antes que los dos se echaran a reír y se abrazaran con fuerza.
—Bueno… y quien falta?—preguntó Draco, mirando las caras amigas—. Esto ya va a partir…
—Harry… y Cho—murmuró Ron, alzando la cabeza para ver si venía su mejor amigo—. Harry nos dijo a mí y Herms que iría a comprar un par de cosas antes…
—Qué cosas?—le preguntó una voz conocida.
—Nada… deben ser…
Ron se quedó quieto y al momento siguiente atrapó en un abrazo al recién llegado: el ahora hombre-que-vivió.
—Menos mal que llegaste…—dijo Neville—, por un momento creí que no llegabas…
—Pero como me iba a perder esto… Cómo osas pensar que perdería la oportunidad de divertirme en un crucero?—, pareció ofendido, pero luego se largó a reír junto al pelirrojo, mirándose entre ellos con malicia… se divertirían tanto como en los viejos tiempos, gastando bromas infantiles, poniendo en acción a los sortilegios Weasley que habían comprado especialmente para la ocasión…
—Entonces…—dijo Luna, abrazada a Neville—. Sólo falta…
—CHO!
Todos pusieron en blanco los ojos al ver como Harry cambiaba su semblante y corría hacia la muchacha de cabello oscuro y brillante, llegando hasta ella y abrazándola con fuerza, alzándola del suelo.
—Tanto tiempo—suspiró la chica, mirándolo intensamente.
—Demasiado…—añadió Harry—. Aunque sigues igual de guapa.
Tomó el equipaje de la oriental y fueron hacia el grupo de magos.
—Me parece que el chico dorado todavía babosea por Cho—comentó Luna a Ginny, despreocupadamente.
—Mmmm…
Al parecer nada había cambiado en nadie.
Y tampoco para Ginny, que sólo apretó la mandíbula y forzó una sonrisa cuando saludó a la recién llegada.
—Y qué cuentan, par de dos?—preguntó Parvati, cuando entraron en la habitación que ocuparían todas—. Años de no verlas y no tener noticias de ustedes…
—Bueno… estuvimos un año en la carrera de aurors… pero nos aburrimos—dijo Ginny, tendiéndose en la gran y mullida cama, que se asemejaba a su cama con dosel que había tenido en Hogwarts—. Así que acompañé a Luna a África…
—Quería encontrar los snorkack de cuernos arrugados y los heliópatas…—dijo Luna, encogiéndose de hombros—, con mi papá ya habíamos buscado en América, Suecia, Asia, Oceanía y faltaba buscar en el continente Africano… Así que estuvimos tres años buscando y conviviendo con tribus salvajes… pero no encontramos nada…
—Así que le dije que nos fuéramos, y recorriéramos el mundo—concluyó la pelirroja, causando una mirada de envidia por parte de Parvati y Lavender.
—Sólo aventuras…—suspiraron las chicas—que suerte habéis tenido…
—Pero ustedes cumplieron su sueño—acotó Hermione, ordenando su equipaje.
—Si, y es genial…—suspiró Lavender—, nos va estupendamente, incluso ya le hemos ganado en las colecciones de invierno y verano a Madame Malkin…—se quedó mirando al vacío un momento y luego miró a Hermione—. Y tú? Tu vida no es muy tranquila que digamos… quien diría que nuestra Hermione sería una alborotadora revolucionaria… y yo que creía que serías la sucesora de McGonagall…
—Yo también lo pensé—declaró la castaña—. Pero… no podía estar sin Ron, ni Harry… Así que comencé a tener conversaciones y generar protestas en los países en los que los chicos iban de gira con los Chuddley Cannons… Y la verdad es que los trabajos se han complementado a la perfección. Si incluso, a veces, me acompañan! Me han tenido que sacar de algunos aprietos… han intervenido para que no me sancionen por alborotadora anarquista, pero… es excelente!
Las chicas se rieron por el entusiasmo de las palabras. Realmente la amistad de esos tres era demasiado grande.
—Y tú, Cho? Qué has hecho?—preguntó Luna, por cortesía.
—Estoy de buscadora con los Tornados—dijo la chica, sonriendo—. Me he topado con Harry, Ron y Hermione…
—Así que se han seguido viendo?—preguntó Ginny, bruscamente.
Cho la fulminó con la mirada.
—Si, muchas veces—le espetó, mirándola casi burlonamente.
—Lástima que no estén juntos, no?—susurró mordazmente, la pelirroja.
—Lástima de qué, a ver?—exclamó Cho, entrecerrando sus ojos, con furia.
—Hey, chicas… que se supone que venimos a pasárnosla bien. Somos todos amigos, eh?
—Si, claro… amigas…
Hermione se aclaró la garganta.
—Bueno, tenemos que prepararnos para dormir… mañana tenemos la recepción y será un día agitado…
—Si, tienes razón Hermione—declaró Ginny, enviándole una última mirada fulminante a Cho, que se la devolvió con la cabeza en alto—. No vale la pena discutir con ciertas personas…
Parvati, Lavender, Luna y Hermione intercambiaron miradas preocupadas.
Realmente, esos 15 días iban a ser un verdadero infierno y una locura.
—Yo voy a bajar un rato, a dar unas vueltas… necesito tomar aire—dijo Ginny, después de un rato y haber ordenado todo el equipaje.
—No vuelvas muy tarde…—alcanzó a oír que le decía Hermione, antes de salir por la puerta de la elegante habitación.
Estaba un poco mareada, el mar no le había hecho muy bien… Bueno, el mar y otras cosas.
Había sido una tonta… como había podido esperar que Harry se olvidara de Cho? Cómo ella misma no se había podido olvidar de él? Cinco años… y aún no lo olvidaba?
El viento le acarició la cara al apoyarse en la barandilla mirar al cielo oscuro plagado de estrellas, el sonido del mar chocando con el barco llegaba a sus oídos y la calmaba… como detestaba a Cho… tenía que hacer algo…
—Algo…—susurró al aire.
—Algo como qué?—preguntó una voz.
Ginny se volteó.
—Harry! Me has dado un susto de muerte!—exclamó la pelirroja, tomándose con una mano su agitado pecho.
—Lo siento—se disculpó el chico parándose al lado de ella—te juro que no fue mi intención…—Ginny lo miró levantando una ceja elegantemente—. Bueno… tal vez un poquito…
—No has cambiado nada, verdad?—preguntó ella, mirándolo sonriente.
—Para qué cambiar?—preguntó Harry, mirando el horizonte—. Además… la gente no cambia, sólo evoluciona para mejor o peor…
Hubo un silencio, pero no incómodo, sino que más bien, pensativo.
—Por qué estás aquí?—preguntó Ginny—. Pensé que estarías conversando con los chicos, o estarías con Cho…
Harry miró fugazmente a Ginny.
—Necesitaba pensar un poco… además estaba algo mareado—dijo Harry—. Y tú?
—Yo también estaba un poco mareada, así que salí a tomar un poco de aire…—dijo Ginny, suspirando—. Qué bello es todo esto, no? Siempre me ha gustado el mar…
—Si… es bueno estar aquí—dijo Harry, sonriéndole y mirándola a los ojos—. Te eché mucho de menos, Ginny… me hiciste mucha falta…
—Yo también te extrañé, Harry—murmuró la pelirroja, separándose un poco de el y caminando sobre la madera—. Fue mucho tiempo…
—Si… mucho…—suspiró el hombre—. Y… no conociste ningún salvaje por allá en África?
Ginny largó una carcajada divertida.
—Cómo se te ocurre!—dijo la chica, divertida—. Lo único que vi fueron bárbaros con taparrabos… mi objetivo era encontrar un animal, no un hombre… bueno, en realidad son lo mismo, pero…
—Oye!
Ginny salió corriendo de alguien por tercera vez en ese día, pero Harry fue más rápido y la alcanzó con facilidad, botándola al suelo con una llave y haciéndole un ataque de cosquillas.
—P-por… por favor… de-déjame!—logró decir con dificultad la chica, entre las risas y carcajadas.
—Está bien—dijo Harry, liberándola y quedando tendido junto a ella en el suelo de la cubierta—. Pero a la otra no te libras, eh?
—Está bien, está bien…—dijo Ginny, inocentemente—. Te juro que nunca más…
Los dos se miraron, sonrientes. Y de pronto, sin previo aviso, se abrazaron fuertemente.
—Gracias por ser la misma—dijo Harry—. Temía tanto que hubieran cambiado y ya nada fuera como antes…
—A veces los cambios son buenos, Harry… no les temas—dijo Ginny, mirando el cielo.
—No les temo… sólo que… no sé… Por ejemplo… tú. Te vi muy junta con Malfoy cuando llegamos… y no es que me parezca mal… pero es raro, no?
—Yo y Malfoy! No digas chorradas…—le espetó Ginny, divertida—. En cambio… tú con Cho… eso ya es más evidente…
—Es evidente?—preguntó Harry, tapándose la cara con las manos, horrorizado—lo dices en serio?
—Entonces… te gusta?—preguntó Ginny, sintiendo como si sus tripas fueran de plomo.
Harry vaciló un momento.
—Bueno… a ti no te puedo mentir…—dijo el chico, rindiéndose ante la mirada intensa de la pelirroja—. Nunca me ha dejado de gustar… simplemente, me… fascina.
—Oh…
—Tú crees que a ella yo le guste?—preguntó Harry, angustiado.
—No sé…—murmuró Ginny—. Pero… estás enamorado de ella?
—Creo que… si—declaró Harry, seguro.
—Entonces juégatela—le dijo Ginny, con horror al decir esas cosas sin poder evitarlo—. Lucha por ella…
—Tienes razón—dijo Harry—. Siempre hay que luchar por lo que queremos, no? Aunque todo esté en tu contra y el objetivo parezca inalcanzable… se puede lograr, no?
Ginny asintió, insegura.
—Bueno, Ginny… creo que me voy a ir a acostar… te quedas aquí?
—Si… voy a quedarme un rato más…
El chico se fue, dejándola pensativa.
«Siempre hay que luchar por lo que queremos, no? Aunque todo esté en tu contra y el objetivo parezca inalcanzable… se puede lograr, no?»
Ginny entrecerró los ojos. Ahora tenía claro lo que tenía que hacer…
Sería una lucha a muerte… no dejaría que Cho se quedara como si nada con la persona que ella quería…
La real batalla final había comenzado: Ginny v/s Cho…
Objetivo: Harry James Potter.
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