Aunque se que estaré echándome la soga al cuello con esto... Pero ya hice la parte difícil que fue darle un mantenimiento entero a los primeros capítulos de la historia así que... no sufriré demasiado.

Ya había publicado esto antes y al parecer no tuvo tan mala aceptación, creo... Ahora ya tengo una base sobre la cual trabajar, así que espero que ahora tenga una calidad propicia para todos ustedes.

Como anuncio especial, quiero decirles que los modelos para los personajes que pienso utilizar son los de My Little Mage. Es que los vi y quedé perdidamente enamorado del diseño visual de todos y cada uno de ellos, además de que se acoplaba perfecto para lo que quería de esta historia.

Como imaginarán, es una parodia del juego Super Mario RPG: The Legend of Seven Stars. Asi que los reto, ¡hagan sus apuestas! ¡Intenten adivinar el rol de cada una de las Mane6 en esta historia!


Prologo

Nuevamente todo podía respirarse en paz. Ya hacía un tiempo que no había sucedido nada digno de reportarse como verdaderamente grave, siendo apenas notoria una pequeña cadena de robos a lo largo de los corredores más ricos de Canterlot, tal que fue fácilmente detenida por la campeona número uno del reino: ¡la Gran Paladín Applejack!

Capitana de la guardia, entrenadora de los nuevos reclutas, mejor amiga de la aprendiz personal de la soberana absoluta del reino, y una humilde campirana. Heroína de oficio, ya había logrado salvar el reino en diferentes ocasiones frente a las hordas de monstruos que constantemente amenazaban a los ciudadanos que vivían más allá de las murallas que protegían la ciudadela y el castillo. Ciertamente, el reino no podía estar en mejores manos.

Lo menos que podían hacer para agradecer todo lo que había hecho fue darle su propia granja, una extensa finca de árboles de manzana a la que simplemente llamó Sweet Apple Acres.

Si, la vida parecía por fin sonreírle tras tantas aventuras y duras batallas para mantener el reino a salvo, ahora era cuando podía dedicarse enteramente a su granja junto con la ayuda de su abuela.

Hubo una ocasión en una tarde que, tras un arduo día de trabajo, Applejack se tomaba un buen descanso en el comedor mientras comía una jugosa manzana cuando llamaron a la puerta, obligándola a abandonar la cómoda posición en la que se encontraba con la silla reclinada hacia atrás y las bocas sobre la mesa. La sorpresa se volvió agradable al ver a su queridísima amiga del otro lado de la entrada.

-¡Hey, Twilight! –Saludó sonriendo alegremente. –Qué milagro que te dejas ver por estos rumbos.

-Si, bueno, tú tampoco te has aparecido por el castillo últimamente, así que decidí ser yo quien fuera a visitarte. –Contestó ella devolviendo la sonrisa e ingresando a la morada de la paladín.

-He estado bastante ocupada aquí últimamente. –Se excusó haciéndose a un lado para que la muchacha frente a ella pudiera pasar. –Prometo ir yo a la siguiente vez.

Twilight rió: -Descuida, posiblemente esté en medio de mis estudios cuando llegues, ahora estoy con el día libre y aproveché para visitar –Siguió a la campirana hasta la mesa y esta le ofreció una silla para que se sentara frente a ella.

Twilight Sparkle, amiga de la paladín desde años y confidente ocasional de aventuras. Maga potencial en desarrollo y un valioso elemento en gran parte de las expediciones que emprendía Applejack hacia las diferentes regiones del mundo en el que vivían. La Princesa Celestia, la encargada principal del reino, era su tutora.

-Por cierto, no vine sola. Saluda, Spike.

De los ropajes violetas que vestían el cuerpo de la maga apareció una curiosa criatura. Un reptil propiamente dicho, con escamas violetas a lo largo del cuerpo y verdes en la cabeza y el cuello hasta la punta de la cola. Alargado y delgaducho, de su hocico asomaban dos colmillos prematuramente desarrollados, pero visiblemente fuertes, al igual que sus garras en las patas delanteras y traseras.

-Ho… la… -Intentó saludar.

-¿Olvidó cómo hablar bien de nuevo? –La paladín extendió su brazo y el pequeño reptil lo usó para trepar hasta donde estaban sus hombros para rodear su cuello con su cuerpo, tal como lo haría una bufanda.

-Es un dragón bebé, sigo trabajando en eso. –Se excusó Twilight inflando las mejillas a modo de reproche. –Quisiera saber si puedes hacer algo mejor con él. –Retó.

-Puedo hacer iguana rostisada. –Ante el comentario, el pequeño dragón se escabulló entre los ropajes de la paladín provocándole unas cuantas cosquillas. -¡Para! ¡Para! ¡Lo decía en broma! –Rió.

-Spike, se un buen muchacho y ven con mamá. –Dijo entre risas y el pequeño lagarto obedeció, regresando al escondite donde estaba. –Y dime, ¿cómo lo has estado llevando por acá?

-Bastante bien, supongo, conseguir mano de obra que me ayude con la granja ha sido un poco difícil. Al parecer todos tienen la imagen de que yo puedo hacer grandes cosas por mi cuenta. –Suspiró, desganada. –Pero dejando de lado eso, no ha pasado nada interesante que te pueda contar, así que dime, ¿has aprendido algo nuevo? –Preguntó a la vez que preparaba un té de hierbas para su visita.

-Hoy no, obviamente, pero si realmente quieres ver algo…

Con un chasquido de los dedos, Twilight desapareció en un pequeño haz de luz de la vista de Applejack. Reapareciendo en su espalda con otro destello, repitió algunas veces más el truco solo para presumir, con una sonrisa adornando su rostro.

–Bastante bueno, ¿no te parece?

-Presumida. –Chasqueó Applejack extendiendo la pierna fuera de la mesa al momento que Twilight volvía a desaparecer. Al rato siguiente, escuchó como un peso caía a su lado. –Pero te falta práctica.

-¡Oye! –Se quejó. -¡Por poco y haces que aplaste a Spike!

-Lo siento. –Dijo la paladín riendo entre dientes. –Déjame ayudarte. –El mentado dragón parecía no haber sufrido daños. –Para llegar a hacer eso sin usar la tiara, debes estar ya en otro nivel…

Twilight iba a responder ante aquello, pero un crujido en el aire cortó la oración al final.

El estruendo había sido tan fuerte que las ventanas retumbaron dentro de los marcos que contenían el cristal. Por un momento Applejack pensó que verdaderamente un rayo había impactado cerca de donde ellas estaban, aunque no hubo resplandor visible que se filtrara por las cortinass abiertas.

-¿Tu abuela está en casa? –Preguntó Twilight preocupada.

-No, ella está de visita a unos parientes en Pueblo Rosa. –Respondió con voz queda, mirando afuera de la ventana.

Un segundo trueno estremeció el aire y obligó a ambas féminas a salir de la casa y a observar el cielo.

Se encontraba nublado, pero ese no era el problema.

Twilight podía ver como Applejack arrugaba el rostro como cuando algo no andaba bien. Había visto esa expresión en su rostro antes en muchas de sus aventuras, y nada bueno podía significar.

-¿Puedes sentirlo? –Twilight no entendía mucho la pregunta, pero al prestar más atención en el ambiente lo comprendió.

-Pero qué rayos… Parece que viene de… -La oración quedó en el aire nuevamente.

Las dos se apresuraron, debían vigilar que el sitio se mantuviera intacto o habría serios problemas. Twilight hizo acopio de su magia para transportar a las dos hasta la cima de una colina al final de Sweet Apple Acres, desde la cual se podía observar la zona más oscura del hogar de los más feroces monstruos del mundo, el Bosque Everfree. Una extensión abrumadora de árboles con claros visibles llenos hasta el colmo de monstruos, plantas carnívoras y demás alimañas de todo tipo. Un sitio bastante tenebroso y por lo tanto prohibido para los viajeros.

Solo había un camino seguro, pero este llegaba a lo que se conocía anteriormente como El Castillo de las Dos Hermanas.

Se decía de un demonio horripilante fue sellado en el interior de la fortaleza hacía varios años. Un mal que si se desataba podría significar la aniquilación total del mundo como lo conocían; por si fuera poco, la leyenda decía que cualquiera que se acercara al castillo jamás volvería.

Bonito lugar para vivir, ¿no? Esa era la razón por la que Applejack aceptó la granja.

Ambas mujeres observaron el paraje por un rato, tratando de escudriñar que todo siguiera en su lugar hasta el más pequeño espino del bosque.

-Aquí se siente más pesado el ambiente que en tu casa, Applejack.

-Si… ¿crees que tenga que ver con la fortaleza?

A Twilight le costó un poco responderle, pues sabía que si iban sería con las manos desnudas. Ya no se sentía con tanta energía como para hacer dos viajes más y tan largos.

-Solo hay una forma de averiguarlo. –El semblante de Applejack se tornó preocupado. –Tranquila, recuerda que el sendero está encantado por un sello, mientras estemos dentro no nos pasará nada al regreso.

-¿Y tu tiara? ¿La olvidaste?

-Pensé en visitarte solo para platicar y tal vez mostrarte unos cuantos trucos, no pensé que de verdad la fuera a necesitar… -Se lamentó.

-¿Y por qué no volvemos por mi espada y regresamos a pie?

La tierra retumbó sobre sus cimientos, haciendo que ambas chicas casi perdieran el equilibrio.

-No creo que haya tiempo. –La campirana bufó molesta, tomando la mano a su amiga, teniendo un mal presentimiento. En el instante, ambas desaparecieron.

Solo esos pequeños segundos bastaron, en donde transportaban sus cuerpos hacia la entrada del castillo, para que una espada enorme callera del cielo en medio de un estruendo mayor al primero. Las nubes centellearon y con la espada cayó una estrella hacia el interior del castillo, además de otras cinco que salieron volando en direcciones diferentes hacia un destino incierto.

Cuando Twilight y Applejack aparecieron, no pudieron creer lo que estaba ante sus ojos.

-¿Acaso esa cosa…?

-¡Alto! ¿Quién anda ahí?

-¡¿Habló?!

Y no solo tenía boca, sino también un par de afilados ojos y colmillos sobresalientes de la mandíbula de lo que podría llamarse boca. A los costados, lo que podría ser parte de la empuñadura, un par de manos caían con afiladas garras.

-¡Intrusos! –Las muchachas no salían de su asombro. –El castillo pertenece ahora al Rey Sombra. –La voz que provenía de aquel ente era gruesa, oscura y podía escucharse perfectamente a pesar del tamaño que poseía.

-¡¿Quién eres?! –Exigió saber Applejack.

-Ah, tu. –Razonó la espada. –Si no fuera por ti, este mundo sería más fácil de dominar.

-¡Aún no respondes mi pregunta! –A Twilight le preocuparon las palabras que la espada gigante, la cual atravesaba prácticamente el centro del castillo, dijo.

-A ver como te libras de esto.

La espada comenzó a abrir y a cerrar la boca repetidas veces. Nada que fuera audible salía de su boca, pero el terreno comenzó a temblar con frenesí, la maga adivinó entonces que se trataba de una extraña y muy poderosa clase de magia. Sin pensarlo dos veces, no queriendo arriesgarse a lo que fuera a hacer la criatura, empujó a su amiga tan fuerte como sus fuerzas le permitieron; Applejack, contraída, solo pudo ver la preocupación en el rostro de Twilight antes de que todo se volviera negro.

La tierra bajo los pies de la maga crujió, comenzando a desmoronarse a pedazos y cayendo al vacío que se había formado. Ya no contaba con más energía, toda ella se había ido en el intento de salvar a la paladín, por lo que toda esperanza de salvarse se había ido junto con su preciada amiga; pero estaba bien, ¿no?

Un terrón macizo golpeó su cabeza y la visión se perdió por completo.


Y eso es todo por ahora.

No iba a ser una calca completa del juego, non non non.

Buscaré hacer bi semanal este fic, ahora que tengo para mes y medio de mi fanfic Dragonite Ore (Steven Universe) espero encontrar oportunidad en mis horas libres de la carrera para seguir escribiendo/editando el avance que tenía originalmente.

Espero poder leer sus comentarios.

Se me cuidan, ¡bye!