Naruto pertenece a Masashi Kishimoto.
Yo sólo escribo historias sin ánimo de lucro.
Nombre: Amor impuro.
Pareja: NejiHina.
Clasificación: K+
Género: Romance.
Universo Alterno.
Crack fic, editado.
ATENCIÓN: Posee leve NejiTen, amantes de esta pareja por favor no sentirse ofendidos.
Amor Impuro.
- Primo... - Susurró, en un tono totalmente bajo, con la intención de no ser escuchada.
- Neji... - Era el nombre que entre gemidos salía de los labios de la castaña.
- Ten...ten... - Jadeó él, en un intento desesperado de calmar su excitación, saciándose con el cuerpo de la joven, mientras sus pensamientos se centraban en alguien más.
- Neji... - Gimió de nuevo, excitada, desbordante en pasión, disfrutando de aquel cuerpo masculino que aunque amara demasiado sabía nunca sería suyo.
- Primo... - Susurró de nuevo, quebrándose al ver tal imagen asomada por la endija de la puerta entre abierta. La destrozaba ver aquello, los cuerpos desnudos de ambos moviéndose al compás del deseo, la excitación que a Neji le provocaba el cuerpo de otra. - ¡Primo! - Soltó, esta vez más fuerte. Sentía cómo las lagrimas recorrían sus mejillas, cosa que no le importaba, no importaba secar aquellas lagrimas.
Pero los castaños dentro de aquella habitación seguían en su ritual de placer, jadeando, gimiendo, sudando. -Hinata... - Gimió el castaño. El silencio reinó, la castaña clavó sus uñas en la espalda de él, pero no había posibilidad de revertir lo dicho. Con cansancio se deplomó en la cama, saliendo del cuerpo de su compañera. - No puedo Tenten, no puedo... - Soltó con frustración, la mujer, con tristeza, abrazó el cuerpo del castaño, acariciando con suavidad única su largo cabello, ofreciéndole su comprensión; su amistad...
- No te preocupes Neji, sé cuanto la amas. Tanto o más de lo que yo a ti. - Su voz se fue quebrando a cada palabra, trató de ser fuerte por él, por su amor imposible.
- ...Lo lamento. - Dijo en tono bajo, con la culpa sobre él. Se separó completamente, buscando su propia ropa. Debía salir de ese lugar, no podía, en verdad no podía seguir amando a alguien que le consideraba un hermano, era... doloroso.
- ¿Que harás? - Habló la castaña, llamando la atención de los dos Hyuugas. Era verdad, ¿qué haría Hyuuga Neji?
- Irme. - Dijo firme. Ambas abrieron sus ojos de par en par, ¿irse?, ¿huir?, el corazón de la morena se estrujó.
- ¿Te irás?, ¿qué le dirás a tu tío?, ¿qué le dirás a Hanabi?... ¿qué le dirás ella? - Susurró Teten, con el corazón en la mano, triste, realmente triste.
- La verdad, que la amo, que la amo tanto que no soy capas de soportar toda esta situación. - Soltó, apretando fuertemente sus nudillos. Las lágrimas se incrementaron en el rostro de la morena. Él no podía abandonarla, no podía...
- No te vayas Neji, yo... - El chico negó.
Tras aquella puerta podía sentir la molestia de ambos, la tristeza de aquel chico, la impotencia de aquella chica. - No puedes. - Susurró apretando fuertemente su pecho, sintiendo la gran molestia en este ante aquella situación. - No puedes dejarnos. - Susurró nuevamente, percatándose que lo había dicho lo suficientemente fuerte como para ser escuchada.
Se separó de aquella puerta, al sentir como ambos castaños miraban en su dirección. Neji se acercó temeroso de haber sido descubierto, de haber sido encontrado en aquella situación; escuchó pasos, corrió hasta la puerta, encontrando a la ojiplata correr escaleras abajo.
- ¡Hinata! - Gritó con desesperación. Ella paró en seco al escucharle llamarla, girándose hacia él, ambos se miraron fijamente. - Espera, por favor...- Habló bajo, pero aun así con tantos sentimientos que la chica rompió en llanto nuevamente.
- Primo... - Susurró de nuevo. Quería hablarle, decirle lo que sentía, que no quería que se marchara.
Pero se silenció al ver como la castaña salía de aquella habitación con tan solo una camisa cubriéndole, sintió como aquella chica después de haberla querido la odiaba, lo veía en aquellos ojos marrones, sufría al igual que él, al igual que ella. - Lo siento. - Murmuró, antes de correr hasta la puerta principal de aquella casa. - Lo siento, lo siento, ¡lo siento! - Repetía constantemente. Abrió la puerta, salió y cerró, emprendiendo su carrera sin rumbo fijo, sólo buscando alejarse de él.
- ¡¿Qué es lo que me pasa?! - Se reprendió inmediatamente, tras dejar ir a la Hyuuga. Buscó en su armario, colocándose una chaqueta y tomando los primeros zapatos que vio. - Tenten, vete, debo buscar a Hinata.
- ¡¿Por qué?!, ¡ella nos vio Neji!, te vio... haciéndome el amor. - Susurró esto último, intentando sentir aunque fuera un poco de afecto por sus propias palabras.
- ¿Amor?, Tenten sabes que lo nuestro es únicamente sexo. - Soltó molesto, sabía el amor que ella le tenía pero aun así no podía corresponderle, ella... no era Hinata.
- Sexo... - Soltó con desdén. - Lo sé Neji, sé de tu asqueroso amor por tu prima, pero aún así no quiero creerlo. - Soltó con molestia, pero se sintió culpable al ver la cara desolada que puso el castaño. - Neji, tú y yo podemos...
- ¡No, Tenten! - Soltó exasperado, se agarró su largo cabello en una coleta con la intención de que no le molestara. - El tú y yo nunca existirá... Amo a Hinata, ¡La amo! - Gritó con decisión, rápidamente tomó su teléfono móvil, y fijando su mirada plata en la chica frente suyo, murmuró. - Vete Tenten.
La castaña no dijo nada, solo se vistió lo mas rápido que pudo, y con los ojos cristalinos salió de allí. Sintiendo su corazón destrozado, su corazón herido por ese amor no correspondido, y su injustificado odio hacia la verdadera dueña de aquel castaño con bellos ojos que había amado casi toda su vida.
- Lo siento Hinata, ya no lucharé más esta batalla. - Susurró, corriendo fuera de aquel lugar con la intención de no volver, de no buscar nunca más a Hyuuga Neji.
Corría con desesperación, cada tanto giraba hacia atrás sonriendo y a la vez entristeciéndose aún más por no ser perseguida. - Primo... - Susurró fijándose que las lágrimas seguían bajando por sus mejillas. Aún le dolía el pecho, pero ¿por qué?, él era libre de hacer lo que deseara, era mayor de edad y ya había terminado la preparatoria, entonces, ¿qué lo ataba a quedarse?, ¿ella?
Se sintió realmente cansada, paró en seco, tratando de recuperar sus energías y estabilizar un poco su respiración. Sentía el latir de su corazón agitado, empezó a caminar de manera mas relajada, aún divagando en sus pensamientos.
¿A dónde iba?, en realidad no lo sabia, lo bueno era que su padre no se encontraba en casa y que su hermanita pasaría la noche fuera. Aunque eso la obligaba a estar a solas con el castaño.
Neji... era su primo, lo quería, pero no sabía si le amaba. Aún estaba muy confundida por lo que sus ojos vieron, su pecho dolía de una manera tan impresionante que no se comparaba con aquel rechazo que tuvo por parte de Naruto.
Flash Back.
- Perdón Hinata. - Susurró, sintiéndose el peor hombre al hacer llorar a aquella chica.
- N-No importa N-Naruto. - Susurró tratando con todas sus fuerzas de no llorar más. -S-Sólo p-prométeme algo... - Susurró llamando la atención de aquel hiperactivo rubio.
- ¿Qué deseas Hinata? - Preguntó, sonriendo como siempre, con la intención de aligerar la situación.
- Sé feliz. - Él la observó sorprendido.
- ¿Q-Qué? -
- Prométeme... q-que serás feliz N-Naruto. Y... que seguiremos siendo a-amigos. - Y por fin sonrió, de esa manera que podía iluminar todo a su alrededor, brindándole paz y amor a quien admiraba su hermosa sonrisa.
- Hinata... - Se inclinó hasta quedar a su altura, una fuerte brisa le hizo darse cuenta que era un poco tarde, cosa que no le importo, no por ahora. - Te lo prometo. - Ella estiró su dedo meñique con la intención de hacer una promesa infantil. - Y tú me prometerás, que no llorarás más.
- Eso es difícil de cumplir. - Agregó con una especie de puchero, haciéndole soltar una carcajada al rubio.
- Cierto, entonces... sólo llora cuando te duela aquí. - Susurró señalando su pecho, más específicamente su corazón. - Si alguien te hace llorar lo golpeare Hina-chan. - Soltó con determinación, la morena rio tímidamente ante aquello. - Cierto, cierto, le diré a Neji que me golpee por hacerte llorar. - La chica soltó nuevamente otra risa. - ¡Neji!, golpéame idiota. - Llamó a modo de broma, pero no contó con que la puerta trasera donde la chica estaba recostada se abrió, dejando ver a un castaño un poco mayor que él.
- Pensaba hacerlo cuando te fueras, pero como me lo estás suplicando. - Se acercó peligrosamente haciendo temblar al rubio.
- Hina-chan... - La miró aterrado, apretó su dedo meñique con el de la chica una vez más, y besando su mejilla salió corriendo con la intención de no dejarse agarrar.
- ¡Espera! - Gritó exasperado. Tuvo la intención de salir tras el chico, pero una mano deteniendo su paso llamó su total atención. - Hinata-sama. - Susurró preocupado, ella negó levemente con una sonrisa estampada en su rostro.
- Sabía que pasaría. - Susurró despreocupada. - Te tengo a ti para acompañarme. - Murmuró un poco avergonzada, sintiendo como el chico se sentaba a su lado y la acunaba entre sus blancuzcos brazos.
- Yo siempre estaré junto a usted Hinata-sama. - La chica hizo un gesto de repudio. - Lo siento, Hinata. - Ella sonrió, impregnándole esa sonrisa, sintiendo las ganas de sonreír a él también.
- Te quiero primo. - Dijo, abrazándose fuertemente a su pecho, cerrando sus rojizos ojos con la intención de quedarse así un poco más.
- Y yo a usted... no sabe cuánto.
Fin Flash Back.
- ¡Hinata!, ¡Hinata!, ¡Hinataaaa!, ¡Hinata!- La llamaba con desesperación, buscándole de un lugar a otro, tirando a la suerte para poder encontrarla. - ¿Dónde estás? - Se preguntó, sintiendo su pecho oprimirse de tan solo recordar las lágrimas de su prima, de aquella chica que prometió siempre proteger. - Perdóname. - Susurró tratando de recordar todos los lugares donde podría buscarla.
Flash Back.
- Hinata. - La llamó, notando la mirada perdida de aquella chica.
- ¿Qué sucede primo? - Susurró sin mirarle, sentada allí, perdida en sus propios pensamientos.
- Es mejor volver a casa. - Se acercó hasta ella, tocándole con suavidad su hombro, llamando su total atención.
- Lo siento. - Soltó un tanto apenada, con su típico rubor cubriendo sus mejillas. - Es sólo que... siempre vengo aquí cuando me siento triste, mamá me traía cuando era tan solo una niña. - Dijo, volviendo su mirada a las luces que se extendían a lo lejos. Se levantó de aquel columpio saliendo acompañada del chico, se giró dándole una ultima mirada al pequeño parque. - Es mi lugar favorito. - Expresó acercándose a el chico, quien no dudó en abrazarla protectoramente. - ¿Cuál es tu lugar favorito primo? - Preguntó, sintiendo cansancio, dejando escapar un bostezo culpa de lo tarde que era.
- Cualquier lugar donde estén Hanabi y usted.
Fin Flash Back.
- El parque. - Sonrió, cambiando su dirección totalmente. - Cómo no lo pensé antes. - Se reprendió, corriendo inició carrera al sitio nombrado, dando todo lo que le daban sus pies, sintiendo aquella ansiedad de verla, de sentirla cerca suyo.
- Mamá... - Suspiró, sentándose en aquel columpio donde siempre buscaba refugio. Sonrió melancólica al darse cuenta que sus pies buscaron aquel lugar, que sin pensarlo, la hacia sentirse en paz. - ¿Qué me sucede? - Se reprendió, limpiando toda marca que hayan dejado las lágrimas en sus mejillas. Divagando nuevamente en sus pensamientos -Neji me ama...- Susurró para sí misma, recordando la primera vez que se enteró de aquellos sentimientos, de aquel amor impuro.
Flash Back.
- Hinata. - La llamó, encontrándose con la terrible imagen de su prima recostada en el sillón de la sala, con una computadora sobre sus piernas, con la mirada perdida y llena de gruesas lágrimas que recorrían sus mejillas. Ésta en un vano intento de no ser descubierta, se cubrió el rostro limpiando aquellas traidoras lágrimas de dolor, terminado su cometido se giro hasta el castaño con la mejor sonrisa que podía simular.
- ¿Si, primo? - Preguntó sintiendo un nudo en la garganta, éste se sentó a su lado, empezando a acariciar su larga cabellera negro azulada.
- ¿Por qué llora? - Ésta se silenció, algo incómoda mostró la computadora que había oprimido contra su pecho, dejando ver aquella foto donde se encontraba el supuesto novio de la chica con otra más fea que ella, claro, más fea para el castaño. - ¿Su novio? - La chica asintió, sonriendo al ver nuevamente aquella foto.
- El amor no es para mí. - Dijo lo más claro que pudo. Trató de calmar las lagrimas que segundos antes se habían acumulado en sus grande ojos. El castaño bufo molesto, lo miró de reojo, notando cómo buscaba en su bolsillo. Luego de rebuscar en cada uno de los bolsillos de su pantalón, encontró una pequeña pulsera, la cual tenía dos iniciales ''N&H''.
- No diga eso. Puede que usted ya tenga alguien que le ame, sólo que aún no sabe quién podría ser. - La chica le miró algo sorprendida mientras recibía aquél brazalete, dejando que el castaño se la colocara de la manera más delicada.
- Entonces, según tú, ¿quién me ama? - Preguntó, con cierta esperanza de saber aquella respuesta.
- Hiashi-sama, Hanabi-sama y yo. - Terminando de colocar aquella pequeña pulsera, le ofreció una sensual y cálida sonrisa, recibiendo un leve puchero por parte de la Hyuuga.
- Pero son mi familia. - Soltó con obviedad, haciendo que una muy disimulada risa del chico se dejara escuchar. - Yo decía sobre amor conyugal. - Susurró, sonrojada ante su propio comentario. No estaba necesitada ni nada por el estilo, aún seguía siendo virgen, pero aun así el deseo de saber que le importas a alguien era más grande.
- No me interesa saber quién la ama. - Soltó un tanto molesto, vio como ella se encogía ante sus palabras, haciéndole sentir un poco mal. - Hinata yo te amo. - Declaró llamando la atención de la chica, ésta le miró con una sonrisa.
- Y yo a ti primo. - Dijo sonriente, sacándole un pesado suspiro al chico.
- Lo sé Hinata. Pero... yo la amo de verdad. - La chica le miró sorprendida, tratando de digerir aquellas palabras. - La amo como un hombre ama a una mujer, amo su sonrisa, amo su delicadeza y su dulzura, amo... la forma en como es capaz de cambiarme... la amo... y la deseo de una manera impura. - La morena abrió sus ojos de par en par, sonrió melancólico al ver cómo ella no respondía, pero aun así se arriesgó. Acercándose lentamente hasta rosar sus delgados labios con aquellos carnosos y rosados labios de la ojiplata, en un beso casto, siendo éste transformado por sus deseos impropios en uno más pasional. Lo que no contó fue que ella le correspondió aquel beso, saboreándose el uno al otro, sin decir nada, sólo intercambiando besos más profundos.
Fin Flash Back.
- ¿Por qué le correspondí aquel beso? - Susurró para sí misma. - O mejor dicho, aquellos besos. - Por inercia llevó una de sus manos hasta la altura de sus labios, acariciándolos levemente, recordando aquel beso que compartió con el castaño, ése y los que recibió después de aquel día.
Flash Back.
- Hinata...- Murmuró el castaño en medio de la excitación, besando cada parte de ese cuerpo hecho de porcelana, de esa piel nívea deliciosa al gusto, de aquellos grandes pechos y sus deliciosos labios. - Hinata... - Jadeó nuevamente, buscando aquella intimidad con la intención de satisfacerse y satisfacerla a ella.
- Neji... - Gimió, clavando sus largas uñas en aquella blancuzca espalda del chico. - Neji... - Besó su cuello, escuchándolo gemir ante su inocente acto. Sintió sus dedos rosar su intimidad, haciéndole soltar un fuerte gemido. - Ne-Neji, para. - Pidió.
- No tenga miedo. - Susurró acomodándose entre las piernas de la chica. - Falta poco. - Susurró besando nuevamente aquellos grandes senos.
- N-No, primo para por favor. - Pidió, sintiendo temor de lo que podría suceder si seguían así. Pero él no se detuvo, siguió besándola con todo el deseo que podía tener acumulado por mucho tiempo.
- Hinata. - Gimió. Despojó a la chica de la última prenda que le faltaba, de aquellas bragas color lila que traía puestas, quedando expuesta totalmente ante el castaño.
- N-No, no... ¡No! - Gritó, alarmada al ver como aquel chico ya no le escuchaba, sino que se dejaba llevar por aquel deseo impuro de hacerla suya, de poseerla una y otra vez.
- Hi-Hinata. - Susurró desconcertado, saliendo de su trance la vio llorar atemorizada, se quitó de encima dándole paso a la chica para que saliera de la habitación. - Lo siento. - Susurró antes de que ésta saliera. Escucho el portazo, luego admiro su habitación, notando el tremendo desorden en el que estaba. - Soy un mounstro. - Se recriminó. Buscó su teléfono móvil e inmediatamente marcó un número de la lista de contactos. - Tenten, te necesito, ¿quieres... venir a mi casa?
Fin flash Back.
- La llamó a ella. - Mumuró sintiendo nuevamente las lagrimas recorrer sus mejillas. - Sólo porque no pudo estar conmigo. Sólo desea mi cuerpo...- Rompió en llanto ante sus propias palabras, se cubrió el rostro con ambas manos, sin importarle que le viera alguien, aunque a la final era bastante tarde.
- Eso no es cierto. - Una fuerte voz a su lado llamo su total atención, con la mirada llena de sorpresa se fijó en aquel castaño que jadeaba tratando de nivelar su respiración, tenia el rostro completamente rojo ante el esfuerzo de correr mas de 12 cuadras y con algunos mechones pegados a su rostro debido a su exceso de sudor.
- Neji... - Soltó con sorpresa. Tuvo la intención de correr, pero su cuerpo no respondía ante sus suplicas mentales, quedando postrada en aquel columpio.
- Yo la amo, es cierto que la deseo y me disculpo por intentar forzarla, pero aun así no puedo negar que usted es lo único que me importa.
- ¡Si te importara, no te habrías revolcado con mi mejor amiga! - Él asintió, bajando su plata mirada hasta posarla sobre sus pies.
- Lo sé, pero entiéndame, la deseo tanto que no podía controlarme por lo que la única idea que se me ocurrió es tratar de olvidarla.
- Idiota... - Susurró molesta, sintiendo como las lágrimas surcaban su rostro. Lo vio dolida, con deseos de golpearlo, pero su cuerpo aun no le respondía.
- Perdóneme, perdóneme por amarla de una manera tan impropia, sé que somos primos, sé que usted ha recibido mi amor con la intención de sanar su propio dolor, pero aun así lo único que hago es hacerle daño. - Cortó con la intención de escucharla, cosa que no consiguió, ya que ésta solo mantenía sus oídos abiertos y su boca sellada. - Si desea me iré, la dejaré en paz y haremos como si todo esto nunca sucedió. Sólo... volvamos a casa. - Se acercó lentamente con temor de ser rechazado, ella se dejo llevar sintiendo su cuerpo pesado y las lagrimas dejar de derramarse, cosa que le alivió ya que no quería verse más patética, no otra vez.
- Recuéstese Hinata-sama, le prepararé el baño. - Dicho ésto la dejó sentada sobre la cama, saliendo en dirección al baño de la chica.
- Se irá... - Soltó para sí misma, con la mirada perdida en algún punto del techo, sintiendo nuevamente las inmensas ganas de llorar. Pero se negaba a hacerlo, sólo por no querer sufrir más, y hacerle sufrir de paso a él.
- Hinata-sama en un momento estará su baño, iré a la cocina a prepararle algo- Usted mientras tanto puede aprovechar para cambiarse. - Habló él, con un tono de seriedad que le recordaba al antiguo Neji, al Neji que la odiaba. Salió de aquella habitación directo a la cocina del primer piso, cerrando la puerta de madera tras partir.
- Amor... Amor impuro. - Sonrió ante sus propias palabras, sí, eso era, un amor impuro entre dos primos que crecieron como hermanos. Mas no le importaba, ya que sabía que ese amor que él le profesaba sería el único amor sincero que alguien podría haberle dado de verdad. - Neji me ama. - Sonrió melancólica, se sentó al borde de aquella gran cama y con calma empezó a desvestirse. Caminó hasta la puerta de su baño, encerrándose luego en éste. El agua empezaba a escurrirse por los bordes de la bañera, cerro el grifo y acto seguido se metió completamente con la intención de poder relajarse aunque sea un poco aquella noche.
- Soy un idiota. - Se recriminó, una y otra vez, al recordar la mirada perdida de su prima, su rostro cubierto de lágrimas, lágrimas provocadas por su propia culpa. - Hinata, perdóname por favor. - Susurró para sí empezando a caminar directo a la habitación de la Hyuuga. - Hinata-sama, la cena está lista. - La puerta se abrió, dejando ver a la chica con su cabello totalmente mojado y una corta pijama.
- Ya estoy lista. - Dijo ésta aún con la mirada perdida. Caminó directo a las escaleras, ignorando la mirada dolida del castaño.
- Trata de ignorarme. - Dijo para sí mismo, siguiendo el camino de la chica, detallándola una y otra vez con un dolor agudo en su pecho.
- Gracias por la comida. - Agradeció terminando por fin con su plato, tomó todo lo que ensució y se dirigió directo al fregadero, empezando a lavar uno por uno, sin prisa y sumida en un incómodo silencio.
- Hinata-sama yo puedo limpiar. - Ésta negó levemente, agarrando los platos del chico, lavo todo lo que se encontraba con la intención de dejar el lugar impecable. - Hinata-sama... - Llamó él, con la intención de que ésta le respondiera. Pero sólo ganó que la chica le mirara, una mirada un tanto triste, sus ojos hinchados, sus mejillas rojas y esa sonrisa opaca.
- ¿Qué sucede, primo? - Bajó la mirada ante tal imagen, se golpeó mentalmente por llamarla, pues esa mirada lo único que hacia era empeorar su dolor.
- Es mejor que se duerma, llamare a Hiashi-sama para que venga lo mas pronto posible, también llamare a Hanabi-sama para que venga no el lunes sino mañana. Esté tranquila, me iré lo más pronto posible. - Dicho ésto se giró tratando de no encarar aquella perla mirada, caminó directo a su habitación, que quedaba en el pasillo contrario a la habitación de la ojiplata.
- Neji. - Paró al escuchar aquel llamado, la vio situarse a su lado mirándolo fijamente.
- ¿Qué sucede Hinata-sama? - Preguntó.
- ¿Me amas? - Interrogó ella esta vez.
- Usted sabe la respuesta. - Respondió, con un tono de molestia, deseando de ir a su habitación.
- ¿Me amas? - Preguntó de nuevo. Él asintió levemente, rindiéndose. - ¿Sabes lo que significa ese amor? - Asintió nuevamente. - ¿Estás consciente de que yo también te amo? - Preguntó ella, en un tono de voz más bajo. Neji se giró bruscamente, admirando aquella bella sonrisa de la chica que iluminaba su rostro de muñeca, se sorprendió ante tal pregunta.
- ¿Me ama? - Ella asintió con un leve sonrojo en sus mejillas. - ¿Está consciente de lo que significa ese amor?- Ella asintió nuevamente. - ¿Sabe que yo daría mi propia vida, por amarla el resto la suya? - Lo vio con una gran sonrisa en su rostro y algunas lágrimas acumuladas en sus ojos, sólo que estas ya no eran de dolor, no, eran de emoción.
- Lo sé Neji. - Dijo, mientras a pasos torpes acortaba la poca distancia que los separaba, con la intención de besarle. Ambos rozaron sus labios y sintieron que estaban hechos el uno para el otro. Se besaron, besos que expresaban todos sus sentimientos, su amor.
Espero les haya gustado *w* lo edité, mejorando faltas ortográficas y de coherencia.
Dejen Reviews, o si no... ¡Hago que Hiashi los separe!
Kyah, que mala soy~
Eyesgray o... la daña relaciones. (Lider-sama).
