Hola, he vuelto, perdon mi desaparición pero me rompi la muñeca derecha y no he podido escribir. Ahora ya estoy bien y pienso continuar los fics, aunque tengo que decir que Maestro del amor lo voy a borrar y lo voy adaptar como lo estoy haciendo con la otra historia, no quiero tener ningun problema.

Este fic es de mi invención y tengo muchos más en mi cabeza, pero este me gusto colocarlo el primero. Quiero hacerlo bien así que supongo que tardare un poco. Bueno si quieren pueden dejar un comentario al final para saber si le han gustado.


No podía dejar de mirarla, simplemente era inútil dejar de mirarla.

No sabía cuando ni en que momento había ido a verla en las aguas termales. Ahora ella había cambiado y mucho. Ya no iba con Sango, ese placer se lo dejaba a Miroku, que finalmente había cumplido la promesa de casarse con ella. Ni siquiera pedía al pequeño zorro que la acompañaba e Inuyasha sabía porque quería estar sola. Quería pensar y despejarse, intentar llevar la doble vida que llevaba se le había vuelto muy pesada.

Naraku estaba muerto, pero con su muerte se había vuelto a destrozar la esfera y tenía que retomar su aventura otra vez para poder recuperar los trozos de la esfera. Al menos sabía que no había otro demonio poderoso que quería el poder de la esfera, pero claro no podían arriesgarse. Ya llevaban 5 años con esta historia y sinceramente todo esto se estaba volviendo cansado para Kagome.

Muchas veces cuando había ido a buscarla estaba demasiado ocupada en sus estudios que ahora parecían que la absorbían más que antiguamente. La chica le había comentado que lo que estaba estudiando era a lo que se iba a dedicar y que por tanto ese era el último paso. También le había explicado que su mayor sueño era ser profesora porque le encantaban los niños, y sinceramente, viendo como se comportaba con el pequeño zorro, no le extrañaba que fuera una buena ¿profesora?

Profesora, cuando supo de que se trataba se quedo pasmado, no sabia que existiera una persona así, pero claro en la época de donde venía ella era todo diferente. Habían cambiado muchas cosas y todas referentes al entorno al que le envolvía. Miroku y Sango estaban casado y esperaban a su primer hijo, Kirara había conocido a un gato de su misma especia, el pequeño zorro seguía siendo igual de molesto aunque había crecido un poco, pero la mayor transformación vino de Kagome

Kagome había crecido y con 21 años era ya toda una mujer. Tenia el cabello más largo, sus piernas se había echo más largas, sus caderas más anchas y su pecho había aumentado. No era de extrañar que en su época debía de atraer las miradas de los demás hombres, incluso a veces a Miroku se le iba la vista y no era de extrañar con las ropas que llevaba: minifaldas, camisas cortas y ajustadas, y pantalones cortos que llevaba cuando era verano. Pero cuando llegaba el invierno era peor, con esos jerséis y esos pantalones que llevaba tan ceñidos.

Se sacudió la cabeza intentando apartar esas imágenes, aunque no le ayudaba en nada estar allí escondido espiando a Kagome mientras ella se tomaba un baño. Muchas veces había ido a buscarla a su época y se la encontraba con solo una toalla puesta cuando entraba en su cuarto, y por extraño que resultaba ella no se inmutaba, solamente se le quedaba mirando y le decía que bajara abajo que pronto estaría lista. El se esperaba un osuwari o algún grito, pero últimamente la notaba muy extraña, como si la presencia de él para ella fuera como si se hubiese presentado el pequeño zorro.

No le gustaba para nada el comportamiento indiferente que tenía Kagome hacía él, notaba que ella estaba molesta con él, pero como siempre lo disimulaba todo con una sonrisa. Ya con el tiempo había podido ver cuando quería decir un si de verdad con un si de mentira. Ahora sabía el tipo de comportamiento de Kagome y que era lo que le gustaba y que no le gustaba o que le hacía estar mal o bien. Todo esto, claro esta, con algunos osuwaris y con días interminables donde no se hablaban.

Pero claro, no podía culparla, últimamente él estaba también muy esquivo con ella y no era por nada. Sabía que la necesitaba, que no era solo una necesidad casta sino una necesidad física, y muchas noches se desvelaba de sus sueños y se tenía que meterse en las aguas del rió más próximo para aplacar la excitación que lo envolvía. Soñaba con ella, soñaba como debía de ser la piel de Kagome a su tacto, como debían saber sus labios, se la imaginaba encima de él cabalgándole, soñaba con sus piernas largas, blancas y desnudas rodeándole, y soñaba poseerla y se la podía imaginar muy bien como gritaría y le clavaría las uñas mientras el la montaba en un frenesís que los volverían locos a los dos, donde los llevarían a los dos hacia las puertas del placer más exquisito que hubiesen imaginado. Pero había un problema, ella era virgen.

Sabía que la deseaba como nunca había deseado a ninguna mujer, pero no podía dejarse llevar por la locura y más con el cuerpo intacto de Kagome, odiaba admitirlo, pero sabía que si la tuviera no podría contenerse y seguramente le haría daño, y seguramente luego ella no quería saber nada más de él, lo odiaría y eso no podía soportarlo. En esos momentos deseaba convertirse en un humano y poder tomarla como tal, así al menos podría controlar su parte demoníaca y puede que luego cuando fuera un hanyou la podría tomar como siempre la había querido tomar.

Intento apartar esos pensamientos mientras veía el cuerpo de Kagome sumergirse en las aguas. A través de las aguas podía verse el reflejo de la piel blanca de ella, cuando volvió a subir al exterior se levanto y en aquel momento tuvo la estupenda visión del cuerpo de Kagome. Estaba escondido los suficiente bien para verla por detrás, pero en un momento dado ella se dio la vuelta y se quedo mirando fijamente hacia donde estaba él. Se quedo quieto sin moverse, no podía haberlo visto, le tapaba el espeso follaje del árbol, pero ella estaba allí quieta mirando hacia donde él estaba. Entonces el abrió los ojos desmesuradamente.

Unas de las manos de Kagome fue hacia su pelo recogido y se quito la pinza que sujetaba su cabello, haciendo que este cayera por su espalda en cascadas. Luego esta misma mano fue bajando hasta alcanzar unos de los pechos de ella, haciendo que sostuviera su peso con ella para luego dirigirse hacia el pequeño pezón para propinarle un suave masaje con su dedo pulgar e índice. Inuyasha estaba observándola fijamente como si todo aquello lo hiciera ella para él. Se tocaba pausadamente los pechos y jugaba con sus pezones hasta que pudo escuchar salir de la garganta de ella un pequeño gemido de placer. Pronto noto como su propio sexo se inflamo por lo que estaba viendo y por lo que estaba escuchando. Veía a Kagome tocándose para darse placer, veía como los pezones de ella se volvían duros y maldijo por lo bajo por su buena vista y por su buen olfato, porque estaba notando como el olor de ella estaba cambiando del normal a la excitación.

Creía que estaba mal ver aquello, pero no podía aparta la vista de ella y pronto se encontró acariciándose su propio sexo por encima del pantalón. Veía como Kagome seguía mirando hacia su dirección mientras continuaba acariciándose los pechos, pero pronto vio como unas de las manos de ella se desviaba y se dirigía hacia la parte baja donde se encontraba el sexo de ella. Pronto vio como la mano de ella acariciaba la pequeña porción de pelo negro y como uno de sus dedos acariciaba la hendidura. Inuyasha tuvo que morderse la lengua para evitar que se le escapara un gemido por ver aquella caricia tan provocativa y no pudo contenerse al ver como el dedo de ella se introdujo dentro de su sexo. Kami aquello era demasiado, ya las caricias que se hacia sobre el pantalón no eran suficiente, tuvo que desanudarse el pantalón y con su mano cogió su tieso miembro para empezar ha subir y bajar su piel mientras veía como ella empezaba a introducirse el dedo. Cuando ella entraba y sacaba su dedo él subía y bajaba su piel, cerró los ojos e imagino por un instante que en vez de los dedos de Kagome era su polla la que entraba y salía de aquel cuerpo caliente. Abrió sus ojos y vio como la cara de Kagome era todo un poema, tenia los ojos abierto y miraba hacia su dirección con una cara de placer que le hacia cortar la respiración. Veía como una mano le daba placer en la parte de abajo mientras que la otra seguía masajeando sus pechos.

Pronto empezó a notar como se iba acumulando su pasión y que le quedaba poco para acabar, pero antes quería ver la cara de satisfacción de Kagome, quería oírla llegar al orgasmo y quería ver como se daba placer. Escuchaba los gemidos de ella, susurraba palabras incomprensibles, gemía y suplicaba, él seguía subiendo y bajando la piel de su dura y excitada polla, se mordía la lengua para no gemir, para que no lo descubriera, y pronto escucho el grito de placer de Kagome, escucho el gemido de satisfacción por su liberación y vio como su mirada seguía fija en su dirección, él no pudo contenerse más y noto como toda su pasión se libero en una fuerte sacudida de placer. Su vista se vio nublada y cuando volvió a mirar donde estaba Kagome, esta ya se había marchado.

Miro por todos los lados y no la vio, decidió bajar del árbol para limpiarse. Se acercó a las aguas y cerca de las rocas se encontró las ropas de Kagome. Se maldijo así mismo, estaba tan atontado con lo que le acababa de pasar que no se daba cuenta de lo que pasaba. Pronto noto como un cuerpo desnudo se le abrazada desde atrás y como la voz inconfundible de Kagome le hablaba.

¿Te ha gustado Inuyasha¿Te ha gustado verme masturbarme?

Él no podía hablar, estaba en choc, tenia a Kagome a su espalda completamente desnuda y él con los pantalones abiertos y con su miembro tieso que asomaba por ellos. No dijo nada hasta que de sus labios surgió un grito de sorpresa cuando noto las manos de Kagome posarse sobre su miembro duro.

Veo que tú también lo has hecho. Puedo notar que aún lo tienes húmedo. ¿Te has corrido antes o después de mí, Inuyasha?

Estaba pasmado, aquella no podía ser su ingenua y dulce Kagome. Pensaba que sería más vergonzosa, pero allí estaba ella, desnuda detrás de él sujetándole su polla dura y tiesa. Intento contestarle con la mayor tranquilidad y control que le permitía la situación.

Después de ti. Primero quería verte a ti. ¿Sabias todo el rato que estaba mirándote?

Sí, sabía desde hace mucho tiempo que me observabas mientras me baño.

Lo siento, no era mi intención, pero…pero…

No podías evitarlo¿verdad? Bien, no pasa nada, yo también te he espiado muchas veces Inuyasha.

¿También me has espiado?

Estaba demasiado sorprendido y noto como ella empezaba a acariciar su miembro con movimientos lentos y pausados que le arrancaron un gemido de placer.

Sí, te he visto desnudo y muchas veces me he imaginado haciéndolo contigo. ¿No me digas que tú nunca has imaginado hacerlo conmigo?

Mientras decía esto ella seguía acariciando el miembro de Inuyasha hasta que noto las manos de él ponerse sobre las de ella para apartarlas de un brusco tirón. Él se giró y la miró ceñudo.

¿Cómo sabes todo esto Kagome¿Cómo sabes hacer estas cosas y porque te comportas así?

Me comporto así porque tengo ganas de hacer el amor contigo y se todo esto porque en mi mundo he leído y visto muchos videos sobre el tema.

Se quedo atónito por la confesión de Kagome. Debía haber notado eso hace tiempo, que el olor de ella cambiaba cuando estaba con él, pero se negaba a creerlo. Y eso de que lo había visto y leído, desde luego su mundo era muy raro para él.

¿Me estas diciendo que sabes hacer todo eso porque lo has visto y no porque lo hayas echo?

No Inuyasha, no lo he hecho con nadie. Te estaba esperando a ti.

Por un lado estaba feliz, pero por otro tenia miedo. Él era un hanyou y sabía que no podía contenerse, sabía que le haría daño cuando estuviera lo suficientemente excitado. Una cosa era mirarla mientras se masturbaba y otra muy diferente era tener a Kagome en sus brazos para poder poseerla. Sabia que su sangre demoníaca le ganaría la batalla y que probablemente se olvidaría de ella y que solamente buscaría su placer.

No puede ser Kagome. No puedo hacerlo contigo.

¿Aún piensas en ella?

No es por ella, es por otra cosa. Kagome…tu…

¿Yo qué¿Si no es por ella porque es¡Dímelo de una vez!

Soy un hanyou y tú eres virgen. Si te poseyera, podría hacerte daño. Si al menos tu…

Si yo no fuera virgen¿no? Me rechazas porque soy virgen¿verdad?

Debes entender que podría hacerte daño. Ya es incomodo la primera vez, imagínate como debería ser con un hanyou que no se controlara. Te haría mucho daño.

Vio como Kagome se alejaba y cogía sus ropas del suelo. Hubo un silencio incomodo mientras él veía como ella se vestía. Cuando termino de vestirse, ella se giró hacia él y lo miró con una mirada triste y a la vez determinante.

Inuyasha…Me iré por una temporada a mi mundo. No quiero que vayas hasta que haya pasado 2 días. Es importante que no vengas a buscarme de aquí dos días¿vale¿Puedes prometérmelo?

El hanyou se quedó atónito por el impresionante cambio de tema. Él asintió, vio como ella se alejaba, pero antes de perderla de vista ella se giró y le hablo de forma misteriosa.

Prométeme que cuando venga no te enfadaras¿vale?

¿Por qué me iba a enfadar? Supongo que quieres tiempo para estudiar¿no?

Kagome bajo su mirada para ocultar su rostro de angustia y determinación. Pero ya lo había decidido, hubiese querido que su primera vez fuese con Inuyasha, con su gran amor, pero parecía que no podría ser. Él le había dejado en claro que solamente lo haría con ella si no fuese virgen. Solo esperaba que ha su vuelta pudiera cumplir su gran sueño.

Hacia tiempo que Kenichi, un compañero de facultad y buen amigo se había ofrecido. Era un buen amigo y había sido más que comprensivo cuando le había contado su historia con Inuyasha, obviamente quitando el hecho que era de otra época y que era un medio demonio. Sí, lo había decidido, había decidido que Kenichi era el hombre adecuado después de Inuyasha. Si no se hubiese cruzada con Inuyasha, posiblemente se habría enamorado de Kenichi, pero en su corazón estaba clavado ese hanyou.

Kenichi era la opción más segura y a la vez la más precavida. Él no iría a los demás diciendo que se había acostado con ella, era un hombre discreto y cariñoso, por las veces que la había consolado después de tener una pelea con Inuyasha. Incluso había optado por la estrategia que le había dicho su amigo, de ignorarlo, de hacer que su presencia no fuera importante, y parecía que había funcionado.

Sí, estudiar. Me iré ahora mismo a mi tiempo.

Le había dado 2 días porque sabía que si le pedía más tiempo era capaz de presentarse de improvisto y fastidiarle el plan. Llamaría esa misma noche a Kenichi para poder quedar con él al día siguiente y así prepararlo todo concienzudamente.

Está bien Kagome, te veré de aquí 2 días.

Acto seguido ella se marchó e Inuyasha se quedó contemplándola extrañado. Sentía una sensación rara en la boca del estomago, sentía como si algo malo fuera pasar. Pensó que debía de ser por todo lo que acababa de ocurrir, en un poco periodo de tiempo había descubierto que la inocente Kagome, ya no era tan inocente y que incluso se le había insinuado para hacerlo con él. Deseaba con fuerza ser un humano, aunque una idea se le había pasado por la cabeza, dentro de dos días era luna nueva y su apariencia de medio demonio desaparecía para convertirse en humano. Podía tener una oportunidad, así luego la podría tomar como hanyou sin el temor de hacerle daño y así poder convertirla en su hembra.

Sí, su hembra sabía de hacia tiempo que quería a Kagome como algo más, la quería como a su mujer, la quería a su lado siempre, aunque sonara egoísta, pero la quería con él. Acto seguido se despojo de sus ropas y se introdujo el las aguas termales para así poder relajarse. Pensó que de aquí dos días podría tener a Kagome, como nadie la había tenido. La podría hacer suya.

Poco sabían los dos de los planes del uno y del otro. Mientras él ansiaba con que llegara la luna nueva, ella se dirigía hacia su época con la certeza de que hacía lo correcto para lograr sus sueños. Bien decían que se debían sacrificar algunas cosas para obtener lo que más se desea, y ella estaba dispuesta a sacrificarlo todo por Inuyasha.

continuara


HEy, espero que estuviera bien y que si les gusto espero verles en la proxima entrega. Bueno ya saben dejen aunque sea un saludo en el boton que teneis aquí abajo y perdon por la demora.