Naruto y el resto de los personajes no me pertenecen, son de Kishimoto, etc.

COLORES

A Hinata le gustaban los colores de sus compañeros. Le gustaba el Marrón de Kiba, un punto estable y una personalidad puramente masculina.

Le gustaba el Verde Oliva de Shino, la paz y la tranquilidad. El silencio, la calma.

Sus dos compañeros de equipo equilibraban al grupo con sus distintas personalidades. Se sentía a gusto entre ellos.

Le gustaba el rojo oscuro, casi cereza, de Sakura. La furia, el vigor, el valor. La cólera y la fuerza de voluntad. A veces el color de Sakura se volvía nostálgico, con una leve tristeza, símbolo de que pensaba en el Negro.

Hinata no sabía describir las sensaciones que recibía de Sasuke, del Negro. La aterrorizaba y la fascinaba. El poder, la elegancia y la formalidad. Pero también la muerte, el miedo y el misterio.

Sentía envidia del Púrpura de Ino. La elegancia, la nobleza y el poder de mujer. A Hinata le gustaría ser como ella.

Se sentía relajada ante el Gris de Shikamaru, la mezcla perfecta de Negro y Blanco. Estable y silencioso, pero a la vez distante.

Sai, en cambio tenía tres colores. Le acompañaba el misterio y la seriedad del Negro, la paz del Gris y la inocencia del Blanco.

No le gustaba el Lavanda de los ojos de su familia. La sensación de cansancio y desorientación. La sensación de que aquella no era su casa.

Se sentía a gusto en Konoha y su color Verde. Naturaleza, armonía y crecimiento.

Pero, sin lugar a dudas, su color favorito era el Amarillo. El pelo de Naruto, la alegría y la energía, la lealtad. La luz del sol. A veces el amarillo brillante parecía volverse pálido; preocupación y decadencia. Pensaba en el Negro.

El color negro parecía tener siempre un efecto negativo en sus amigos.

Luego estaba el Naranja, la ropa de Naruto. El entusiasmo, el estímulo y la determinación. El camino de un Ninja.

En cambio, sus ojos Azules contradecían a los otros dos colores. Estabilidad, fe y sinceridad. Al mezclarse con el Amarillo y el Naranja se creaba una mezcla explosiva, llamativa. A Hinata le gustaban estos colores. Le gustaba Naruto. Le gustaba todo de él. Era cielo, era sol y era fuego. Era el camino marcado que necesitaban seguir sus pies.

Para Naruto, y probablemente para el resto de la gente, Hinata era Blanco. Era inocencia y bondad. Era pureza y era luz. Era una anomalía en aquel mundo de muertes y traiciones. El Lavanda de sus ojos era equilibrio. El Negro y Añil de su pelo era verdad, silencio y elegancia. Para el resto de la gente aquello era una situación pasajera, ella se acabaría corrompiendo. Para Naruto, ella era un milagro con forma de persona. Era la fuerza que necesitaba para enfrentarse a aquel mundo de sombras, para salir indemne de la oscuridad del Negro. Si Hinata se perdía él le enseñaría el camino. Él la levantaría de sus caídas. Ella representaba todas esas cosas que había que proteger. Él no dejaría que sus colores se contaminasen, porque aquella mezcla de colores era fascinante y eso a él le gustaba. Era ella con sus imperfecciones y Naruto no cuidaría en aceptarlas. Era ella y el cálido sentimiento que le recorría cuando la veía. Eran ellos y era amor, y eso se sentía bien.