DISCLAIMER: Los personajes que introduciré a continuación pertenecen a Stephenie Meyer y a su casa editiorial.

Es tan solo otra historia de amor.

Introducción.

Tengo 22 años y hace 2 me mude aquí, a Madrid. Vivía en Mallorca pero por razones que no vienen al caso me vine a vivir a Madrid. Un año más tarde mi primo Jacob se vino también a vivir a Madrid. A pocas manzanas de el centro de la ciudad vive mi primo,debajo de un del restaurantes más prestigiosos de la ciudad. Su restaurante, el restaurante en el que yo trabajo de cantante por las noches. Por cierto, me llamo Bella y por las mañanas soy una psicóloga de lo más normal.

El jueves 5 de Febrero me levanté de la cama con mi ligue de la noche pasada ,James. Sentía que mi vida era perfecta. Por las mañanas me levantaba con el mero saber que al chico que tenía al lado no le tenía que dar ningún tipo de explicaciones, porque simplemente era un ligue de noche, me sentía completa al saber que era libre.

Salía de casa poco después de que mis ligues se fueran. Es decir, a las nueve de la mañana. Si, me gustaba madrugar. Caminaba hasta el restaurante de Jacob con mis botas gucci. Sentía todos los ojos sobre mi. No me importaba. Al llegar tomaba un capuchino, una coca cola. No lo sé, nuca tomaba lo mismo, le preguntaba a que hora debía de estar allí a mi primo y poco después ja estaba en mi coche, un mini cooper, rojo,camino a mi consulta de psicología.

Esa mañana la consulta parecía todo en orden, normal. Dentro de lo que cabe en una consulta de psicología que todo sea normal. Mis pacientes iban pasando, cada uno una historia diferente. Nuevas terapias, nuevos consejos. Todo era nuevo, diferente. Era genial. A la una del mediodía iba a comer a un restaurante de la zona y al las siete y media de la noche, más o menos, salía de la consulta y me dirigía hacía el restaurante para cambiarme de ropa y prepararme para mi actuación que cada noche a las diez daba lugar en el escenario del restaurante.

Al entrara siempre podías vislumbrar la iluminarte sonrisa que se desataba tras el mostrador. Era Don Sergio Arola, el chef, galardonado en los premios de gastronomía en 2003, trabajaba para mi primo desde el día en que abrió. Nada más ver la cocina se instaló y se quedó con nosotros.

Esa noche, a las nueve y media el restaurante ya estaba a rebosar así que ese día salí al escenario un cuarto de hora tarde para que nuestros clientes tuvieran más atención en mí. Y así fue, aunque al principio no confiaba demasiado en mi primo, porque la idea fue suya, tengo que admitir que mi retraso solo hizo que los clientes pidieran más vino y más comida,y con ello más dinero. Sí, el dinero era algo importante en mi vida. Más que nada porque era una chica libre, pero también muy caprichosa, de los más caprichosa que se encontrara casi en toda la ciudad. Así que tampoco me sobraba el dinero, porque si me sobraba,que era casi todos los meses, me lo gastaba en unos nuevos botines u organizaba un viaje para conocer mundo.

Viajar me gustaba porque el paisaje nunca era el mismo, siempre era distinto, cambiaba y eso era algo increíblemente extraordinario para mi ser. Así que cuando tenía la menor oportunidad me larga un par de días, a veces me llevaba a mi primo pero a él le gustaba muy poco dejar el restaurante solo aunque solo fueran tres días así que tan solo venía cuando iba a visitar algún paciente fuera de Madrid, donde se aseguraba de tan solo estar un día fuera o en verano cuando los dos juntos íbamos a visitar a la familia a Mallorca y nos quedábamos allí todo el verano ja que su restaurante permanecía cerrado en Julio y Agosto y la consulta también estaba cerrada en verano.

Era viernes, lo que quería decir que una vez cerrado el restaurante podía ir a La Posada, un bar donde frecuentaba ir mucha gente y en la que algunas veces también había cantado.

Jacob y yo no teníamos demasiados amigos ya que su restaurante era el mejor y mi consulta tampoco se quedaba lejos. Aún así conocíamos a mucha gente que no estaba relacionada con el mundo de la cocina ni de la psicología con la que nos relacionábamos de maravilla y con la que nos encantaba pasar las noches fiesteras, que era como Jacob llamaba los sábados y domingos. Días en los que la noche y la madrugada no eran distintos. Cuando nos cansábamos, cada uno por nuestra cuenta nos quedábamos en el departamento que compramos el mismo año que él se mudo a Madrid, ya que la Posada estaba lejos de nuestras casas y como no estábamos en condiciones de conducir después de noches de marcha. Cada uno tenia una parte de la casa con un gran salón que separaba las dos partes y por supuesto una cama de matrimonio enorme para cada uno.

Fin del capítulo.

N/A: ¡Hola! Este es mi primera historia original, así que espero que os guste tanto como a mí me gustó escribirla. Por ahora os dejo la introducción, y ya iré publicando poco a poco. Tengo que adelantar que ya tengo unos cuantos capítulos adelantados, así que si me dejan reviews subiré más rápido. Finalmente, muchas gracias por leer, aprecio el tiempo que pasan leyendo esta historia pudiendo hacer otra cosa. El primer capítulo es más largo que esta intro, y allí voy a introducir un poco más a los personajes... ¡Besos!

¿Reviews, reviews?

:))