.

.

.

¿Casualidad o Destino?

Chapter I

.

El receso había terminado y un chico en especial no hizo caso dirigiéndose al baño de varones. Miró su reflejo en el espejo y al mismo tiempo comprobó que no hubiera nadie más. Sus ojos negros no se movían del cristal, abrió el grifo de la llave, mojó su rostro, esperando que el agua limpiará su frustración.

Otra clase de inglés finalizó y una vez más no tuvo el valor de hablarle. Como siempre tomó su lugar detrás de ella, la observó en silencio. Disfrutando cada uno de sus gestos, cada uno de ellos le parecía más adorable que el anterior, aunque visto de otra perspectiva parecía más bien un psicópata asechando a su presa.

El agua fría logró relajarlo.

—Concéntrate Goku —se dijo golpeando suavemente sus mejillas—. Hola, te he visto un par de veces y me pareces algo familiar ¿tenemos alguna clase juntos?

Dejó escapar un suspiro. En primer lugar, porque ensayar frente a un espejo era patético en todos los ámbitos posibles. Definitivamente era muy difícil hablar con la chica de sus sueños, literalmente soñaba con ella cada noche, lo triste es que a pesar de que pasaban cuatro horas de la semana en el mismo salón de clases ella no parecía notarlo.

—¡Qué alguien me ayude, quien sea! —pidió con frustración al aire, esperando alguna clase de milagro que le quitase la timidez.

Vegeta estaba en una escuela primaria, el receso había acabado y un par de niños estaban peleando, cada vez que había un desacuerdo que pasaba a mayores él estaba en primera fila.

"Deberías darle un buen puñetazo a ese chiquillo por haberte llamado gordo…"

El demonio le echo una última mirada a su trabajo, tras susurrar las palabras correctas en el oído del niño. El pequeño Yayirobe obedeció enseguida, deseaba hacerlo y las palabras de Vegeta le dieron el valor suficiente, el infante creía que había actuado por su propia voluntad, nada más alejado de la realidad, pues quien habló fue su conciencia.

No pudo evitar carcajearse con la situación al momento que los maestros le dieron un castigo al niño, ahí fue cuando escuchó una petición. La sonrisa en su rostro se amplió, no dudaba que ese idiota se arrepentiría por llamarlo.

Por otro lado, Bulma también escuchó a Goku, la diferencia es que ella estaba mucho más cerca.

"No estés nerviosa, sabes todas las respuestas estudiaste mucho ayer. No hagas trampa, el profesor se dará cuenta…"

La muchacha hizo caso a su "conciencia", rompió el pequeño torpedo, y releyó la pregunta que en realidad no era tan difícil como le hicieron creer sus nervios.

Con la cabeza agachada el joven de cabellos alborotados salió del baño, pensando que únicamente los martes y viernes tenía inglés, su clase favorita por motivos ajenos a la educación. En un par de días podría verla de nuevo y hablarle sin sonar como un acosador.

—No entiendo muy bien esto. ¿Me lo puedes explicar? —continúo tratando de imaginar una charla casual mientras caminaba a su salón.

En ese preciso momento Bulma tocó el hombro derecho de Goku, y Vegeta el izquierdo del muchacho. En ese instante aproximadamente había siete billones de personas en el planeta, las probabilidades de que ambos tomaran a ese humano al mismo tiempo era una en un millón.

—Es mío, aléjate porque tengo unas ganas feroces de desplumarte —dijo el ente demoníaco, con el ceño fruncido y tono amenazante.

—Este inocente es mío, me encargare de ayudarlo a salir adelante. No voy a permitir que un ser tan repulsivo como tú le haga daño —contestó con un tono severo.

—¿Quieres sacarlo adelante? Pff boberías, le daré la diversión que necesita. Si quiere a la chica podemos comprar cloroformo, preservativos y será feliz. Todos ganan no hay problema —con una sonrisa ladina y altanera la miró como si fuera basura.

—¡Cómo puedes hablar así! —esas horribles palabras le provocaban nauseas, no podía esperar menos de su enemigo natural—. Es un chico inocente solo quiere amarla, tu especie no sabe de sentimientos.

—Quiere tirársela, todos los humanos son así —comentó con simpleza, relajando un poco los hombros al darse cuenta que esa mujer no era una amenaza.

—Me das lástima. Goku no se dejaría influenciar por ti —contraatacó con una sonrisa de medio lado, imitando sus gestos altaneros.

—¿Enserio? Entonces me encargare de hacerlo repulsivo ante la sociedad y nadie podrá salvarlo, incluyéndote.

—No te dejaré, tengo tanta influencia sobre él como tú. Ahora es cuando comienza la guerra y no esperes ganar.

Un par de segundos fueron suficientes para que celeste y negro chocaron desafiándose mutuamente. La retorcida imaginación de Vegeta creó los peores escenarios para deshacerse de ella. En cambio, Bulma pensaba en como deshacerse del demonio sin hacerle daño; para cuando se dieron cuenta su objetivo se había alejado seis metros de ellos, ambos se apresuraron para alcanzarlo observando de cerca todos sus movimientos, debían estar atentos para saber con exactitud qué momento debían interceder.

En el campo visual de Goku solo estaba la chica de cabellos oscuros, ella de su salón y en la mano derecha llevaba un envase de jugo desechable, sin dejar pasar su oportunidad y acompañada de su muy bien disimulada timidez el joven Son se acercó a Milk.

—Esa debe ser la zorra que le gusta.

El agrio comentario de "ceño fruncido" (como lo encasillo el ente celestial), molesto a Bulma por referirse a la muchacha de forma tan vulgar.

—Hola —soltó sin pensar, cortesía de Vegeta.

—Hola, Goku —respondió Milk, con una deslumbrante sonrisa en los labios.

"Se sabe mi nombre. ¡SE SABE MI NOMBRE!... SE SABEEEE MIIII NOMBREEEE"

—Dile que estarás solo esta noche y que quieres que te ayude a estudiar —susurró Vegeta en el oído del muchacho.

—No —interrumpió Bulma— pregúntale que clase tiene ahora.

Milk notó que su compañero parecía tener un leve desequilibrio mental, él al darse cuenta que se estaba viendo como un idiota sonrió con nerviosismo.

—¡Pídele jugo! —ordenó Vegeta.

—Dile que se bien con el cabello recogido —agregó Bulma.

—Esas son estupideces. ¿Mencionar su cabello? Creerá que eres gay y que te gusta por detrás —respondió como contraataque el demonio.

Goku por su parte se sentía confundido, tenía tantas ideas en la cabeza que no sabía cómo empezar la charla. Los nervios comenzaban a nublar su lógica, temía decir algo absurdo frente a ella y además de imaginar la posible reacción de su amor platónico.

—¿Goku te sientes bien? —preguntó con un deje de preocupación. Su estado anímico era bastante opuesto en comparación con las veces que lo veía en los recesos.

—Sí, es solo que me duele la cabeza —mintió, siendo la mejor salida para cambiar el tema.

—Toma —dijo extendiéndole la botella, con una leve sonrisa.

El muchacho no entendió porque lo hizo, pero le dio un manotazo al envase, el resultado fue tal y como lo imaginó Vegeta. Milk quedó empapada por jugo de naranja ya que amablemente había destapado la botella antes de ofrecerla.

—Lo… lo siento mucho, soy un imbécil —se disculpó, acortando la distancia.

—¡No me toques! —gritó furiosa, dándole una bofetada.

Quién trabajaba para el lado oscuro celebró su triunfo con una sonrisa, el primer round era suyo. Le dedicó una mirada despectiva a su rival dejando ver su superioridad. Ella por el contrario miraba apenada la situación.

—¡Eso fue trampa! Está prohibido el trato directo, no podías mover su brazo —reclamó— nosotros solo ejercemos influencia.

—Cállate, no soporto tu voz chillona. ¿Qué esperabas? Soy un demonio, un mentiroso por naturaleza, me divierte el sufrimiento. No me interesa seguir las putas reglas, pero ya está claro quien más fuerte.

7 a.m. Goku dormía plácidamente en su cama. Estaba teniendo uno de esos sueños sin sentido, pero de una u otra forma resultaban agradables. Se encontraba observando una montaña, pero a la vez era el helado más grande del mundo, la cima estaba decorada con una cereza y sobre ella estaba Milk.

Goku ven conmigo puedo darte todo lo que quieras ahora… creo que hace mucho calor la ropa me empieza a molestar —lo llamó con voz melosa.

Vegeta no se quedaría sin hacer nada, sin mencionar que estaba aburrido, el mejor pasatiempo que encontró ¡Manipular el sueño del chico!

En el mundo onírico, cuando Goku por fin pudo llegar hasta su amada, ella comenzaba a quitarse el brasier, prácticamente dejando todo a la imaginación…

En el mundo real la madre del joven entraba su a cuarto.

—Cariño, levántate —lo despertó Hanasia, quitándole las frazadas de encima.

Goku abrió los ojos sin entender porque su mamá lo miró de forma tan extraña, rápidamente se dio media vuelta y desde la puerta dijo que el desayuno estaba listo. El menor se ruborizo por completo al ver que no era el único que había despertado esa mañana.

Se levantó y golpeó su cabeza contra la pared…

—¿Maldición, no podía soñar eso cuando eran las una?

Resignado entró al baño, necesitaba una ducha muy, muy fría.

Vegeta se doblaba de risa mientras que Bulma lo miraba con desprecio. Se sentía mal por el hecho de no poder hacerle frente al demonio, era la primera vez que competía directamente con uno y él tampoco tenía intenciones de seguir las normas establecidas. Las reglas también dictaban para ambos bandos que luego de tomar un individuo no podrían dejarlo hasta cumplir con su tarea, eso dificultaría bastante su trabajo porque Vegeta no se iría fácilmente.

"Nunca antes se vio una situación como esta, quizás no deba ayudar a Goku si no que a…"

Los pensamientos de Bulma se vieron interrumpidas por el malhablado.

—Cierra la boca, pueden entrar moscas o algo que yo puedo darte.

—Tan vulgar… agh propio de tu especie —pronunció con asco.

—Con el tiempo te voy a corromper. Te doy la oportunidad de que te marches y me dejes al humano, deberías agradecer mi bondad.

Para ella escuchar la palabra "bondad" de la boca de ese sujeto era mucho más repulsivo que cualquier guerra.

—¿Qué pasa preciosa? Te da miedo ser manchada por estar cerca de mí —susurró en su oído, con un rápido movimiento le asestó una bofetada que lo hizo caer sentado.

—Estamos compitiendo, yo por salvarlo y tú por llevarlo a la perdición. No dejaré que eso pase, no me rendiré frente a ti… basura —dijo finalmente creyendo haberlo ofendido.

—¿Tu boca angelical no puede escupir mejores insultos? —se burló reincorporándose.

—Voy a salvarlos.

Vegeta alzó una ceja al escuchar la pluralidad en esa frase. Era increíble lo estúpida que podía ser, hasta la gramática se le daba mal…


Editado :B