Disclaimer:

- Harry Potter pertenece a JK Rowling

- Escrito para el "Amigo Invisible navideño 2017-2018" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".

- Contiene algo de Angust.

- Dedicado a Keziah Arkham :) espero sea de tu agrado


Sin árbol de Navidad.

Eres amable –Era lo que siempre le decían.

Ella era una estudiante estándar. Era sangre pura sí. Era de una familia aristócrata, si. Pero era una simple chica que había tenido la desgracia de caer en Slytherin.

Por supuesto que sus padres habían opinado lo contrario.

Se había acostumbrado que la escuela le mirara con desprecio a pesar de que ella no había sido parte de lo que había sucedido. Daphne siempre estuvo atrás del telón, observando. Daphne nunca participó en nada a menos que fuese necesario. Ni siquiera cuando Pansy cometió la estupidez de apuntar a Harry Potter, había dicho algo. O hecho algo, más que alejarse de ella. Como habían hecho las otras chicas. Nunca había tratado a alguien de otra casa con otra actitud que no fuese indiferencia y no había ofendido a nadie a menos que le hubiesen ofendido primero. Había, simplemente, transcurrido sus años de escuela con un bajo perfil.

No podía hacer otra cosa, en realidad. Porque ella era demasiado amable. Porque era una cobarde. Porque Slytherin era, simplemente un lugar para oportunistas. Un lugar para cazadores y presas.

Y el sombrero le había designado ahí.

Aquel diciembre, sin embargo, el ambiente fue diferente. O al menos, todo lo diferente que podía ser un año después de aquel infierno. Los únicos estudiantes que parecían verlo todo con emoción eran los estudiantes de tercero hacia abajo, que rápidamente se habían calmado al contagiarse del ambiente en general. Hogwarts comenzaba a esforzarse por la celebración como de costumbre; Daphne había observado desde la ventana de la biblioteca al guardabosques acarrear los pinos hacia el castillo. Aquel año había uno excepcionalmente grande; seguramente aquel sería el que estaría detrás de la mesa de los profesores. ¿Tendrían adornos negros? Se había preguntado en voz alta. ¿Respetarían el luto al menos?

No veo porque no –había respondido Theodore. Había llegado a aquel lugar justo cuando Daphne comenzó a hablar consigo misma. La chica movió la cabeza hacia él, intentando no parecer sorprendida ni avergonzaba. Por supuesto que había fallado estrepitosamente. Pero él cortésmente no lo había mencionado. –Pasará mucho tiempo antes de que Hogwarts deje las banderas negras

O ellos, posiblemente. Theodore Nott quien había perdido más que nadie.

Slytherin no había puesto adornos de navidad aquel año, lo que le había extrañado. No quiso comentarlo, pendiente de sus exámenes como estaba, pero si fue un pensamiento que llenó su mente en los minutos de ocio. La gente comenzaba a ponerse más taciturna. Menos habladora. Daphne lo entendía, lo compartía a pesar de no haber perdido más que primos y tíos, personas poco importantes para ella. Por lo mismo, no le sorprendió cuando aquella misma tarde, Slughorn apareció después de la cena en la sala común.

Slytherin entero se encontraba en aquel lugar, sin ningún cuchicheo en voz alta. Daphne se posesionó entre Astoria y Draco Malfoy, esperando una explicación.

No habrá árbol este año –Dijo él, después de que todos guardaran silencio. Escueto, serio. Por primera vez ninguna persona se atrevió a decir algo en contra de eso. Ni siquiera Pansy, quien miraba furiosamente sus pies. Daphne le dedicó una mirada desde el lugar donde se encontraba, junto a Astoria y a Draco, quienes parecían más indiferentes que ella. Si aún se llevaran bien, ella habría preguntado a pesar de saber que recibiría una respuesta cruda. Ofensiva. Pero Daphne simplemente se quedó a la distancia, observando.

Slytherin no necesitaba un árbol, se dijo ella. Y ella tampoco necesitaba complicaciones en su vida. Y menos una arpía como ella.

Y los días pasaron, sin un árbol en Slytherin. Posiblemente la única casa que aún se vestía de luto. La única casa que había perdido más que nadie. Y todos lo aceptaron, de una forma más sencilla que cuando el mundo se les vino abajo. Que cuando sus padres murieron o entraron a Azkaban por sus actos. Que cuando ellos mismos, tuvieron que romper con la educación de 17 años de sus vidas para lograr adaptarse. Para lograr sobrevivir.

Slytherin no tenía árbol, pero si recuerdos. Pero si memorias. Memorias buenas y malas, que les hacía suspirar en el lugar donde el árbol solía ponerse todos los años. Con aquel olor dulce y sin identificar de las pociones del profesor Snape que venía desde el árbol, que te producía una sensación de bienestar y calma. De las Hadas que te tiraban el cabello si estabas mal peinada. O las luces blancas que hacían que Slytherin pareciera un poco más humano de lo que era realmente.

Daphne extrañó el árbol más de lo que podía admitir. Pero no lo dijo. Porque era demasiado amable como para desanimar aún más a sus cercanos.

¿Te quedarás? –Preguntó ella, justo dos días antes de que la mayoría dejara el castillo por la navidad. Ella aún no le había dicho a Astoria que no lo haría. Que no iría con sus padres aquel año ni tenía ganas de hacerlo en pascua. Theodore miraba hacia el lago desde la ventana. Un gryndilow se paseaba por la ventana en aquel momento, buscando algas para esconderse. Daphne se preguntó si las luces blancas hubiesen estado en aquel momento Theodore se hubiese sentido mejor. Él había comentado en segundo año lo mucho que le gustaba, algo que se ganó un mal comentario de Pansy. Posiblemente la primera vez que Daphne había dicho que no estaba de acuerdo con algo que ella hubiese dicho.

Nott no respondió de inmediato. Daphne se sentó junto a él, sin querer presionarlo. Sabía que la vida de Theo no había sido fácil. Daphne recordaba haberle visto dejar el castillo los primeros dos años, solamente. Después de eso simplemente había optado por quedarse hasta el verano.

No quiero volver –admitió él, después de un par de minutos en silencio. Daphne asintió. –Nada me espera ahí

No habrá un árbol de navidad acá –Dijo ella. Theodore Nott le sonrió brevemente, tomando su mano y estrechándola suavemente. Avergonzada, Daphne correspondió su sonrisa.

No habrá un árbol de navidad acá. Pero estarás tú –Replicó él. Y Daphne no necesitó volver a pensar en árboles de navidad ausentes ni nada más durante un buen rato.