Hola de nuevo, ProtaDarnell aquí :)
Bien esta historia la quería hacer desde hace tiempo y ahora que se me presentó la oportunidad me animé a subirla. Espero les guste.
Personaje Favorito: MAKO!
Disclaimer: Ninguno de los personajes de LOK me pertenecen.
Este fic participa en el Reto Inagural "Personaje Favorito" del foro "Las cuatro naciones".
!.!o-O-ÁNGELES EN UNA CAJA-O-o!.!
Allí estaba él en medio de aquella noche lluviosa, cuidándolo, resguardando sus sueños, protegiéndolo de cualquier mal que le pudiera ocurrir. Era lo único que tenía, lo único que le quedaba. No podía perderlo.
La lluvia caía a cantaros y ambos niños estaban reclinados en el suelo de un triste y oscuro callejón, la medianoche había pasado hacía rato pero el recelo y el dolor seguían allí, como un recordatorio constante de lo dura que habían sido sus vidas.
Bolin, de 6 años estaba acostado profundamente dormido sobre aquel duro suelo. Mako, de 8, le había acondicionado una pequeña caja de madera que encontraron para que su pequeño hermano pudiera dormir tranquilo y a salvo, pero la caja era demasiado pequeña para ambos, así que el niño de ojos dorados permanecía afuera bajo la lluvia, sus manos abrazaban sus rodillas mientras temblaba de frío y su cabello mojado enjuagaba su rostro a cada momento, sin embargo al pequeño de cejas arqueadas no le importaba esa incomodidad, ya no podía sentir dolor, ya no podía sentir pena... no después de aquello.
"¿Por qué el destino es tan injusto conmigo... con nosotros?" -pensaba Mako mientras, muerto de frío seguía vigilando el sueño de su hermano, él mismo casi caía dormido, pero se negaba a hacerlo.
Mako odiaba dormir, porque al momento que cerraba sus ojos esas imágenes volvían a su cabeza y lo atormentaban como un triste recordatorio de lo miserable que eran él y su hermano. ¿Cómo llegaron dos inocentes niños a parar en las calles? ¿Cómo sobrevivirán?
Antes de darse cuenta... Mako cerró sus ojos y soñó...
Flash Back...
Un niño de cejas arqueadas dormía plácidamente sobre una camita azul. Su manta calientita arropaba su cuerpo y no permitía que sufriera de frío por la noche. Sus sueños estaban a salvo en esas cuatro paredes. Se sentía protegido y feliz. Cada vez que cerraba sus ojos, iba a su lugar feliz y jugaba cada noche allí hasta que amanecía. El niño hacía que su lugar feliz tuviera la forma que quisiera, los colores que deseara y todos los dulces que pudiera imaginar. ¡Era perfecto!
De pronto un sonido inquietante se retumbó en toda la casa. Alguien había roto una ventana. Mako se levantó de golpe al escuchar aquello, pudo observar por debajo de la puerta como sus padres, que habían escuchado el mismo ruido, habían encendido la luz para ver qué pasaba. Pero de pronto una luz diferente, una chispeante, ardiente y muy tenebrosa iluminó el marco de la puerta. Sin pensarlo dos veces el bebé se levantó de su cama y abriendo la puerta caminó por los pasillos mientras podía escuchar susurros, cuyo volumen se iba incrementando a medida que se acercaba a la sala.
- ¿Mami? ¿Papi? ¿Qué ocurre? -preguntó el niño inocente, sus padres lo vieron aterrorizados y su madre inmediatamente gritó-
- MAKO... ¡Vuelve a tu cuarto!
En ese instante el niño se dio cuenta de lo que ocurría. Un sujeto vestido de negro y con el rostro oculto bajo un pasamontañas se encontraba apuntando a los padres del niño con sus manos encendidas en rojas llamas que flameaban insistentemente. Esa era la luz que había visto el niño parpadear con tanta insistencia.
- Por favor... por favor -rogó el padre de Mako- deja que se vaya... ¡Te lo suplico!
- ¿Dónde están los objetos de valor? -preguntó el ladrón en voz fría-
- Te diremos lo que quieras saber, cooperaremos contigo -continuó el hombre- pero por favor deja que se vaya
- Ya lo oíste mocoso.. ¡LÁRGATE! -gritó el hombre asustando al niño de ojos dorados-
- Mami, ¿Qué ocurre? ¿Quién es este señor?
- Lo hablaremos luego cariño... ve a tu habitación ahora -Mako pudo sentir el miedo en la mirada de su madre, sus labios temblaban frágilmente y estaba a punto de llorar pero aún así se hacía la fuerte. Con mucha rabia interna y ahogando una lágrima el niño se marchó, pero no fue a su habitación, se escondió detrás de un arbusto que estaba en el pasillo que daba con la sala. Desde allí se podía ver perfectamente toda la escena-
- ¿Dónde están las joyas? -inquiere el hombre en tono molesto mientras no apagaba sus amenazantes flamas de fuego-
- No somos una familia rica, no tenemos joyas -dijo el padre de Mako y Bolin-
- ¡DIJERON QUE IBAN A COOPERAR! -replicó el sujeto. La madre apretó el brazo de su esposo con miedo-
- Y lo haremos -interrumpe él- pero no tenemos dinero ni objetos de valor... pero es libre de llevarse lo que sea
Muerto de la ira y la rabia descontrolada, el sujeto arrojó una fuerte bola de fuego hacia la pared que explotó con fuerza destrozando una mesa, que comenzó a arder...
- PATRAÑAS! -sentenció- Yo vine aquí por dinero, no por feas y viejas lámparas... ustedes pagarán por tratar de engañarme
- No te estamos engañando, es la verdad!
- DILE A ALGUIEN QUE LE IMPORTE! -con ese grito el hombre arrojó una llamarada al rostro del padre de Mako, este cayó al suelo gritando de dolor. Mako entre los arbustos vio de primer plano aquella horripilante escena. Su padre yacía arrodillado en el suelo tomando su rostro con las dos manos y emitiendo quejidos incontrolables-
- NOOOO DÉJALO! -gritó la madre poniéndose de escudo humano entre el ladrón y su esposo, pero entonces cantidades innumerables de fuego iluminaron toda la habitación mientras la madre caía al suelo incinerada y sin vida. Aquellas llamas se reflejaron en los ojos llorosos del niño que lloraba en silencio entre los arbustos. Su madre estaba tirada sobre el cuerpo de su esposo. Ninguno de los dos se movían y las llamas comenzaban a expandirse por toda la sala. Mako vio al asesino de sus padres salir por la ventana como si nada hubiese pasado. Las llamas no tardaron en alcanzar las cortinas y arder con mucha más fuerza. Las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos como torrentes de cascadas al momento que caminaba hasta los cadáveres de sus padres. Sus piernas perdieron fuerza y lo hicieron irse de rodillas justo frente a ellos-
- ¡MAMÁ! ¡PAPÁ! ¡POR FAVOR DESPIERTEN! -mecía el inocente niño los cuerpos de sus padres con impaciencia pero no se movieron. Mako comenzó a desesperarse y a gritar desconsoladamente. Había quedado solo.
De pronto una llama se enciende muy cerca del niño y este contempla casi sin aire lo que estaba pasando. Las llamas habían alcanzado el vestido de su madre que comenzaba a arder en llamas.
- NO! BASTA... APÁGATE AHORA! -gritaba Mako mientras se quitaba su camisita para golpear el fuego con ella e intentar apagarlo, pero este se encendió más y cubrió también a su padre formando una gran antorcha. Temblando de miedo y horror, el niño volteó su mirada y se dio cuenta que la casa entera estaba en llamas. Tenía que salir de allí pero... entonces recordó- BOLIN!
El pequeño Mako corrió tan rápido como pudo hacia la habitación de su hermano menor quien dormía plácidamente sin darse cuenta de lo sucedido. El niño de ojos dorados meció suavemente a Bolin, quien abrió sus ojos verdes en un instante.
- Hermanito, despierta, tenemos que irnos...
- ¿Papá y mamá vendrán? -preguntó el pequeño haciendo que los ojos de Mako se inundaran a reventar de nuevo. Con un suspiro de dolor y resignación, Mako contesta-
- Ellos no vendrán con nosotros... vamos, hay que salir de aquí! -con esto Mako carga a su hermanito y como puede lo saca de su habitación. La cocina y la sala ardían en llamas, hacía mucho calor y no había alguna puerta cerca para escapar que no estuviera ardiendo en llamas. Desesperado y muy presionado Mako se dirigió hacia su cuarto de nuevo y cerró la puerta, bajo a su hermano y buscó algo duro.-
- ¿Qué haces? -preguntó el pequeño de ojos verdes. Mako acto seguido sacó una gran piedra colorida de su pecera favorita y apuntando a su ventana que estaba cerrada con ese fuerte seguro que ningún niño podría romper, responde-
- Sacándonos de aquí!
Con esto el niño arroja con todas sus fuerzas aquella piedra que revienta el cristal. Mako cargó a su hermano de nuevo y lo sacó por el agujero y luego salió él. Las llamas entraron en ese instante al cuarto de Mako y prendieron su antigua cama y con ella, su oso de peluche favorito. Todo había acabado tan rápido. Tan fugaz. Los niños solo pusieron tirarse a llorar sobre el pasto a unos metros de la casa y verla arder, lo habían perdido todo. Sólo se tenían el uno al otro y las grandes y peligrosas calles de Ciudad República serían su nuevo hogar
Fin Flash Back...
Mako…
Mako…
- ¡MAKO! -llamó Bolin con fuerza logrando sacar de su sueño al niño de las cejas arqueadas que se hallaba empapado, en seguida este lo mira preocupado y dice-
- ¿Qué pasa hermanito? ¿Estás bien? ¿Tienes algo?
- Es tu turno de usar la caja -dijo el pequeño con una sonrisa amistosa y una mirada sincera, Mako se conmovió mucho al escuchar aquello-
- No, es tu caja... la hice para ti -replica Mako- además está helado aquí afuera
- Yo puedo soportar unas gotas de lluvia por un rato... tienes frío y aquí dentro está seco y caliente, ¡Entra!
- No quiero hacerlo, tú eres mi hermanito y yo debo cuidarte -insiste el niño-
- Pero Mako.. te vas a enfermar... estás temblando de frío. Yo estaré bien. -Los ojos de Mako se llenaron de lágrimas y con la voz quebrada le dijo-
- No quiero que pases la noche mojándote
- Solo la mitad de mi se mojará -responde Bolin- hice cálculos, si nos apretamos mucho el uno al otro, cabremos los dos y solo la mitad de mi quedará afuera... vente por favor... hermanito -rogó-
Mako suspiró vencido. Tenía mucho frío, su temperatura estaba muy por debajo de lo normal y además estaba empapado, no podía seguir así o se enfermaría y dejaría a Bolin solo a su suerte. Tenía que hacer caso.
- Está bien -contestó el niño y su hermanito sonríe. Entonces Mako se metió dentro de la caja doblando su cuerpo lo más que pudo para entrar, Bolin extendió sus bracitos y abrazó a Mako. Ambos casi se fusionan mientras el niño de los ojos dorados lo empujaba dentro con más fuerza- Solo unos empujones más y listo.
Milagrosamente, Bolin cupo dentro de la caja también por pocos centímetros. Estaban abrazados el uno al otro. Bolin inmediatamente se empapó de agua la ropa al contacto con su hermano, pero lo apretaba lo más fuerte que sus manitas podían para aportarle calor y que dejara de temblar.
- No te preocupes hermanito -dijo Bolin- esta noche, yo te protejo.
Fin...
Bien espero les haya gustado, es una historia triste pero habla del valor de la hermandad y el amor por la familia, realmente quería hacer un fic como este. Espero haber cumplido con las reglas del reto. Gracias por leer.
Si les gustó por favor déjenme sus reviews :)
