"INFIDELIDAD"
Satsuki Idaka
CCS pertenece a CLAMP. Historia escrita sin fines de lucro.
Resumen: Nos encontramos. Tú saciabas las necesidades que tenía, yo las tuyas. Nos complementamos. Ni la soledad ni los miedos de mi pasado existían entre tus brazos, pero sí la tristeza. Y es que, no es fácil ser tu amante, Shaoran.
Capítulo I
"Buscando Trabajo"
Nuevo día, nuevas esperanzas. Día Jueves 24 de Septiembre. El sol comenzó a saludar a los habitantes de Tokio. El movimiento rutinario de la ciudad comenzó. En un bello y humilde departamento, sonó el despertador de la joven que vivía en él.
- "No, un ratito más, por favor" – se quejó, antes de taparse nuevamente con sus sábanas.
Un bello gatito de rubios cabellos entró a la habitación. Al ver a su ama dormida, subió a la cama, para luego comenzar a lamer el fino rostro de la joven, haciendo que los bellos ojos esmeralda de la chica se abrieran por completo.
- "Deja eso Kero, me estas haciendo cosquillas" – le decía a su gato entre risas – "Ya, me rindo, me despertaste"
Su gato bajó de la cama, mientras que ella se levantaba. Miró el reloj, 7:10am. Odiaba levantarse temprano, lo único que quería era seguir durmiendo. Pero bueno, no le quedaba otra. Se dirigió a su closet.
Era una hermosa joven de veinticinco años, ojos color esmeralda, tenía una delgada y fina figura, su cabellera color castaño claro cubría toda su espalda; en otras palabras, la envidia de las mujeres y el deseo de los hombres. Su nombre: Sakura Kinomoto. Había estudiado la carrera de periodismo, en la Universidad de Tokio. Hace un poco más de dos semanas que estaba cesante.
Luego de salir de la ducha, ya lista y vestida con un hermoso y elegante traje del color de sus ojos, Sakura se dirigió a la cocina, a prepararse el desayuno.
- "Bueno, ¿qué me prepararé hoy?" – dijo mientras miraba que había en la pequeña y humilde cocina – "¡Ah! ¡Ya sé! ¡Unos ricos huevos!" – Así, Sakura comenzó a preparar su desayuno, tan solo con la compañía de su bello gatito.
¿Que si le gustaba la independencia? Ella no vivía sola por que quisiese. No. Vivía sola, ya que no tenía a nadie. Su padre había muerto hace casi tres años. Su hermano mayor, Touya, se había ido a trabajar de cirujano al extranjero hace ya cinco años, tan sólo la dejó con el departamento que ahora tenía. Su madre había muerto cuando era una niña. ¿Abuelos, tíos? No los conocía, su padre no quería que ella se mezclara con la familia de su madre, mientras que la familia de él, pues, no sabía nada, su padre nunca había mencionado algo de su familia. ¿Porqué? Fue algo que se llevó a la tumba. ¿Amigos? ¿Qué son los amigos? Ella no los conocía, la habían abandonado hace ya unos tres años.
Desde que se quedó sola sus ojos no volvieron a brillar con el mismo brillo de antes. Podía sonreír, reír y mostrarse amigable, pero en verdad guardaba un gran dolor en su interior, un dolor que no la dejaba tranquila, que hacía que cada noche ella intentara guardar las tantas lágrimas de tristeza que siempre llevaba cargadas dentro de ella. ¿Cómo había salido adelante? Apenas lo sabía, sólo sabía que debía continuar.
Sakura terminó su desayuno, para después salir a las grandes calles de Tokio a buscar trabajo como periodista. Se dirigió a muchos lugares: Diarios, revistas, canales, etc... En todos dejaba su currículo, mientras le hacían una pequeña entrevista. En todas dejaba una pequeña esperanza, ya que en verdad necesitaba el empleo.
Cuando su padre murió, tuvo que encargarse de ella misma. Comenzó trabajando como mesera. En la universidad, al ver en la soledad en que estaba, le habían brindado una beca, ya que, al fin y al cabo, estaba terminando sus estudios. Hace casi un año, encontró un buen trabajo de periodista en un gran diario. Le pagaron muy bien, y estuvo muy feliz por eso. Pero, por un desacuerdo con su jefe, renunció. Ahora, necesitaba un nuevo empleo, necesitaba dinero, o sino ¿cómo iba a vivir?.
Llevaba ya algunas horas buscando trabajo. Estaba cansada, hambrienta. Se dirigió a un café que había en las cercanías. Se sentó y pidió la comida. Mientras esperaba, escuchó cómo alguien la llamaba.
- "¡Sakura!" – gritaron.
La aludida miró a su alrededor, a ver de quién se trataba. Estuvo así hasta que encontró el rostro de un joven que le era familiar.
- "Kojishi" – dijo Sakura al ver al aludido.
Un hombre, de veinticinco años, de cabellera castaña clara, ojos color celeste, de alta y delgada figura, se acercó a Sakura. Tenía una gran sonrisa en el rostro. Su nombre: Kojishi Hagiwara. ¿Qué si era su amigo? Por una extraña razón él había luchado mucho por serlo. Sakura, por culpa de su pasado, no le tenía tanta confianza como ella quisiera, con nadie la tenía. Kojishi tampoco sabía nada de su pasado, cada vez que le preguntaba, Sakura cambiaba el tema.
- "Vaya, que bueno verte, querida Sakura" – dijo Kojishi en modo de saludo.
- "Igual a ti, Kojishi" – respondió.
- "¿Sigues buscando empleo?" – preguntó su amigo, mientras se sentaba frente a ella.
- "Así es. He dejado mis currículos, pero no llaman. Al parecer todavía no hay trabajo para mí" – Sakura se mostró un tanto triste al decir esto.
- "¿Porqué renunciaste al diario, Sakura? Aún no me respondes a esa pregunta. Te pagaban bastante bien, además que saciaban todos tus gusto como periodista; te permitían hacer los reportajes que querías, etc... ¿Porqué?" – preguntó Kojishi.
- "Ya te he dicho, por un malentendido que tuve con mi jefe" – respondió Sakura.
- "No creo que por solo un malentendido hayas renunciado. Era un buen empleo, y lo necesitabas" – insistió el chico.
- "Bueno, pero eso es pasado, ¿cierto?. El pasado está en el pasado, ahora lo que importa es el presente y el futuro. Necesito un nuevo empleo y lo buscaré hasta encontrarlo" – con eso, Sakura dio por terminada la conversación.
- "Lo sé. Eso me gusta de ti, que seas tan luchadora" – Kojishi le dedicó una gran sonrisa a su amiga al decir aquellas palabras.
Sakura se sonrojó, ya sabía a dónde iba Kojishi, ya lo había intentado otras veces. ¿Qué si le resultaba? Al parecer sí. Sakura, intentando evadir el tema, siguió comiendo de su plato.
- "Esto esta muy rico, ¿quieres probar?" – preguntó Sakura.
- "No, gracias" – respondió Kojishi, aún con su bella sonrisa – "Sakura, me preguntaba si, pues, tienes la respuesta a mi pregunta" – tan solo dijo eso, no quería obligarla a responderle, o menos hacerla sentir incómoda.
Sakura dejó su plato, apenas podía tragar lo que tenía en la boca. Tomó un poco de jugo para hacer bajar la comida. "¡Que vergüenza!", pensaba. Sus mejillas estaban totalmente sonrojadas. ¿Se sentía incómoda? Bastante.
- "Eh, no sé de qué hablas" – termino respondiendo Sakura, no quería hablar de eso.
- "Sakura, tú sabes perfectamente de lo que hablo" – dijo Kojishi, ahora, tomando una actitud seria.
- "No, no lo sé" – continuó Sakura con su plan para evadir el tema. Nuevamente hizo entrar comida a su boca.
- "Sakura, quiero que seas mi novia" – concluyó Kojishi.
Ahora sí que toda su sangre se fue a su rostro. Estaba completamente sonrojada, además de atragantada con la comida que hubo en su boca. Kojishi se dio cuenta de aquella actitud, y eso Sakura lo sabía, haciendo que su vergüenza creciera aún más.
- "¿Qué dices?" – preguntó Kojishi impaciente.
- "Eh... Bueno, yo... yo" – Sakura no sabía que responder, la vergüenza que sentía más la impaciencia de Kojishi no la dejaban pensar bien.
- "Sakura, no sigas con esta actuación. Yo sé muy bien que tú, al igual que yo, sientes algo más que amistad" – Kojishi dijo esto en un tono seguro, entre tanto tomaba la pequeña mano de Sakura, haciendo que el sonrojo de ella fuera cada vez más notorio.
- "¿Porqué Kojishi tiene que ser tan observador?"- se preguntaba Sakura una y otra vez. Su vergüenza crecía aún más.
- "Sakura" – insistió Kojishi.
- "Yo... ¡Yo me tengo que ir!" – dijo la chica. Paralelamente, se levantaba del asiento.
- "¿Qué?" – Kojishi no podía creer lo que su 'amiga' acababa de decir.
- "¡Sí! ¡Me tengo que ir! Es muy tarde y tengo que seguir buscando trabajo" – Sakura decía esto mientras tomaba sus cosas y pagaba la cuenta – "Adiós Kojishi, nos vemos" – dijo, y se fue.
Kojishi se quedó sentado sin poder creer la ida de Sakura, otra vez se había escapado.
Sakura salió del restaurante aún sonrojada y avergonzada. No era la primera vez que Kojishi le hacía aquella pregunta, y siempre terminaba sonrojándose y evadiendo el tema. No era porqué no quería responderle que no, al contrario. Kojishi era una gran persona, siempre estuvo con ella en las buenas y en las malas, se conocían desde hace casi un año, gracias a su antiguo trabajo, era muy dulce y encantador. Entonces, ¿Porqué no le respondía? Pues por algo simple: Su pasado. Aunque sí, Kojishi la confundía, pero estaba aterrada. ¿Porqué su pasado siempre la tenía que seguir? ¡Ya ni siquiera podía ser feliz con una persona que la amaba y que era muy bueno con ella! ¿Porqué?.
Respiró hondo intentando calmarse. Podía sentir cómo su corazón seguía con un rápido palpitar, y cómo era que sus mejillas aún estaban sonrojadas, además de pequeñas lágrimas que querían salir de sus ojos. Intentó no seguir pensando en el tema y volver a buscar trabajo. Sí, era lo mejor.
Caminó y siguió caminando. Ya eran casi las cuatro de la tarde, ya estaba bastante agotada cómo para continuar, así que ese sería el último lugar al que iría, a la revista más famosa de la ciudad: 'Revista Open'. Tan sólo esperaba que le dieran algún trabajo allí, ya que decían que pagaban bastante bien. Miró el pequeño edificio que se encontraba frente a ella y decidió entrar. Dentro de la construcción, se dirigió a la recepcionista.
- "Buenas tardes" – saludó Sakura.
- "Buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarla?" – preguntó la recepcionista.
- "Pues, vine por el anuncio de qué se buscaba trabajo como periodista"
- "Ya veo. Por favor, diríjase hacía la oficina del jefe y espere allí" – dijo la recepcionista.
- "Gracias" – dijo Sakura cómo despedida y se dirigió al lugar indicado por la joven.
Al llegar allí, pudo ver cómo era que otros tres jóvenes estaban sentados esperando. De seguro también venían por el empleo, algo que decepcionó un poco a Sakura.
- "¿Viene por el empleo?" – preguntó una mujer que parecía ser la secretaria.
- "Sí" – respondió Sakura.
- "Por favor, su nombre completo" – pidió la mujer.
- "Sakura Kinomoto" – al escuchar el nombre, la secretaria lo escribió en una pequeña hoja.
- "Por favor, siéntese, ya llegará su turno"
- "Gracias" – dijo Sakura antes de sentarse.
Se sentó junto a uno de los chicos que también esperaban, como ella, poder entrar a aquella oficina. Al parecer, tendría que esperar bastante.
Recordó a Kojishi. Sus mejillas nuevamente se sonrojaron. ¿Qué le diría cuando se vieran otra vez? Ya no podía seguir escapándose. Tenía que aclarar sus sentimientos. Kojishi la hacía ponerse nerviosa y le hacía sentir algo, algo extraño. ¿Sería eso amor? Estaba tan confundida. Nunca había tenido novio, ¿porqué? Desconfianza, inseguridad. No sabía cómo manejar el tema. ¿Sería Kojishi quién iba a hacer que ella olvidara su pasado? Que confundida estaba.
- "Kojishi" – murmuró Sakura, sumida en sus pensamientos – "¿Qué siento por ti?".
- "Señorita Kinomoto" – la llamó la secretaria desde su escritorio – "¡Señorita Kinomoto!" – dijo más fuerte, haciendo que la aludida reaccionara.
- "¿Eh? ¿Me llamo?" – respondió Sakura, saliendo de sus pensamientos.
- "Sí. Ya puede entrar señorita, mi jefe la espera"
- "Gracias" – agradeció Sakura antes de entrar a la oficina.
Aquel lugar contenía una acogedora pero formal decoración, dónde invadían el color negro y la madera. Un gran escritorio de aquel material resaltaba en la habitación. Sillones y sillas de cuero decoraban, además de un par de pequeñas plantas que le daba un toque más bello, además de modernos y bellos cuadros. Las murallas eran de una bella y fina madera, a excepción de una en la que habían grandes ventanas cubiertas por persianas. Por ellas se podía ver el lugar en dónde se encontraba la secretaria y las cercanías. Otras ventanas, aunque más pequeñas, iluminaban y ventilaban el lugar.
Sakura pudo ver a un hombre de unos treinta y dos años sentado en la silla de cuero que había detrás del fino y moderno escritorio de madera. No podía saber cual era su altura, pero sí podía notar que sobrepasaba la suya. Su cabello color chocolate estaba sumamente despeinado. Su cuerpo atlético y atractivo, era cubierto por un saco color negro, lo que lo hacía ver aún más atractivo. Poseía dos bellos pero fríos y serios ojos color ámbar.
Sakura se sorprendió al ver a aquel hombre con tan frío semblante. Es más, aquella frialdad logró que un pequeño escalofrío bajara por su espalda.
- "Buenas tardes. Mi nombre es Shaoran Li, editor y dueño de la revista" – dijo el hombre en forma de saludo – "Por favor, tome asiento" – exclamó señalando al asiento que se encontraba frente a él.
Sakura obedeció. Estaba un tanto sorprendida, la mirada seria de aquel sujeto la hacía sentirse nerviosa, sin contar los escalofríos que bajaban por su espalda.
- "¿Su currículo?" – preguntó Li.
- "¡Ah! Sí, aquí lo tengo" – dijo Sakura mientras buscaba el papel susodicho en su bolso. Al encontrarlo, se lo entregó a Li, quién lo leyó atentamente.
- "Sakura Kinomoto" – leyó el hombre – "Vaya, puedo ver que trabajó en el diario 'Al Día'. Es un gran diario. Cuesta mucho trabajar en ese lugar, por la exigencia que aquel diario tiene. ¿Es cierto aquello?" – preguntó Li.
- "Sí. Es exigente, no sólo por el ritmo, sino por que el editor del diario les pide a los periodistas muchos reportajes y noticias. Pero con el tiempo, uno se va acostumbrando" – contestó Sakura.
Estaba sorprendida. Las palabras de aquel hombre parecieron palabras de asombro, pero su rostro no mostró ni gesto de aquel sentimiento. ¿Acaso ese hombre podía ser tan serio? Aquel ceño fruncido respondía a su pregunta.
- "Aquí dice que trabajó un año en ese diario" – volvió a leer Li.
- "Así es"
- "¿Y porqué no siguió trabajando allí? ¿La despidieron?"
- "No. Yo renuncié" – Sakura se mostró un tanto seria.
- "Es extraño. Nadie renunciaría a un trabajo así. ¿Porqué lo hizo?"
- "Pues, yo..." – Sakura titubeó. ¿Era necesario preguntarlo? Tan solo quería borrar aquella escena de su mente – "Tuve un malentendido con mi jefe, el editor de la revista"
- "¿Un malentendido?" – Li frunció el ceño, desconfiadamente.
- "Sí, así es. Un gran malentendido que me obligó a dejar el diario" – Sakura intentó mostrarse segura, pero con aquel sujeto mirándola detenidamente era imposible, además de los malditos recuerdos.
- "Ya veo. ¿Qué hacía en aquel diario? ¿Cuáles eran sus obligaciones?".
- "Hice varios reportajes, además de varias noticias. Llegué..." – Ah, le dolía mucho recordar aquello – "Llegué a ser la asistente del editor, ayudaba en muchas de las decisiones que debían tomarse para las noticias, etc."
- "Vaya, ¿en tan sólo un año?" – nuevamente ese tono de asombro, pero sin ninguna señal en el semblante.
Sakura asintió con la cabeza, mientras mostraba una triste sonrisa. Por lo menos, aquello la ayudó en algo, ¿no?. Aquel sufrimiento tuvo algo bueno a cambio: el hecho de que tenía un mejor currículo y que era mejor vista a la hora de ser elegida para algún nuevo trabajo.
- "Era de esperarse" – aseguró Li.
Sakura miró al hombre frente a sí con un semblante de asombro y un tanto de desconfianza. ¿De qué estaba hablando?.
Li mostró una pequeña sonrisa al ver el semblante de Sakura.
- "Tranquilícese" – continuó Li – "Yo conozco al editor de aquel diario, Yue Tsukishiro"
Sakura se mostró sumamente nerviosa cuando Li dijo aquel nombre. Un pequeño escalofrío bajó por su espalda y los malditos recuerdos volvieron a su mente. Intentó respirar hondo y pensar en otra cosa. No quería recordar, no, no quería y menos 'aquello'.
- "Me ha contado muchas cosas buenas de usted, en especial que era una muy buena periodista y que tomaba su trabajo muy en serio. Por aquello no me imaginé que usted podría renunciar y Tsukishiro no me ha hablado de eso. Es más, él me hizo leer algunos de tus reportajes y noticias. Quedé asombrado, sus trabajos eran sumamente buenos" – explicó Li.
- "Gracias" – Sakura intentó sonreír, pero no podía. Con tan solo que le nombraran el nombre 'Yue Tsukishiro' volvía a sentir ese nerviosismo y aquel escalofrío bajar por su espalda.
- "Bueno, supongo no tenemos nada más que hablar. La felicito. Usted es la nueva columnista y periodista de esta revista" – dijo Li.
- "¿Columnista?" – Sakura no podía creer lo que estaba escuchando.
- "Así es" – aseguró el castaño – "Bueno, no será una columna en sí, pero tendrá su propio espacio en la revista para escribir reportajes, opiniones, lo que sea. Ya he leído sus trabajos, señorita Kinomoto, son bastante buenos y profesionales. Me encantaría que usted, no sólo nos mostrara su trabajo con reportajes, sino que también con un nuevo espacio en esta revista. ¿Acaso no le gusta la idea?"
- "Me fascina" – aseguró Sakura con una gran sonrisa.
- "Pues, bienvenida a la revista" – dijo Li mientras se levantaba de su asiento y estiraba su brazo.
Sakura también se levantó y estrechó la mano de Li.
- "Muchas gracias" – terminó diciendo Sakura con una gran sonrisa.
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Metió las llaves en la cerradura de la puerta y entró al pequeño departamento. Su pequeño y rubio gato la recibió, además de la pequeña y bella luz del atardecer que entraba por las ventanas del departamento.
- "Hola Kero, ¿me extrañaste?" – saludó Sakura a su gato mientras lo tomaba en brazos – "Adivina... ¡Conseguí empleo, Kero! ¡Por fin tengo un nuevo empleo!" – decía mientras bailaba con el pequeño gatito.
Luego de un pequeño baile, dejó a su gato en el suelo para luego acercarse a la contestadora. Una pequeña luz roja decía que habían mensajes guardados. Apretó el botón para escucharlos mientras guardaba sus cosas.
- "Sakura" – la mencionada pudo reconocer aquella voz, haciendo que un pequeño sonrojo apareciera en sus mejillas – "Soy yo, Kojishi. Pues, quedé preocupado por tu ida del restaurante" – la voz de Kojishi se mostraba nerviosa y tartamuda – "Además, quería saber cómo te había ido hoy buscando empleo. Si escuchas este mensaje, llámame, ¿bueno?... Ya, no te molesto más. Te amo Sakura" – así terminó el mensaje.
- "Kojishi" – dijo Sakura, notablemente triste y preocupada.
Odiaba hacerlo sufrir. Odiaba que mostrara tanto amor hacía ella, siendo que no podía responder de la misma forma. Le debía tanto, demasiado para ser verdad. Sin él nunca hubiese podido salir de aquella soledad. Sin él, nunca hubiese podido salir adelante. Aunque Sakura nunca le había contado su pasado, Kojishi siempre estuvo allí para consolarla cuando estaba con tristeza, siempre estuvo allí para ella, siempre la hizo reír cuando creía que no podía, siempre le hizo ver las cosas de una manera distinta. ¿Porqué no podía amarlo? ¿Porqué? Le debía tanto... Tanto. Tan solo deseaba que fuese feliz.
Otro mensaje comenzó a escucharse desde la contestadora, haciendo que Sakura saliera de sus pensamientos.
- "Sakura" – otra vez la voz de Kojishi – "¿Sabes? No puedo seguir esperando"
Sakura dio un pequeño respingo al oír aquello.
- "Necesito una respuesta, Sakura. No importa cuál sea, tan solo la necesito, dámela. No puedo seguir así, no puedo estar tanto tiempo en la duda. Lamento ser tan insistente, pero ya no aguanto más. Espero verte pronto y así respondas a mi pregunta: ¿Quieres ser mi novia?... Te amo, ni te imaginas cuanto" – un pequeño tono dio por terminado el mensaje.
Sakura suspiró. Tendría que responderle pronto a Kojishi. Iba a tener que aclarar sus sentimientos lo más pronto posible. Conociendo a Kojishi, él iba a aparecer de la nada algún día de ellos para que le respondiera.
Un nuevo y último mensaje, se escuchó desde la contestadora.
- "Sakura" – esa no era la voz de Kojishi. Reconocía aquella voz, no la había escuchado desde hace muchos años – "Soy yo. Tal vez no me recuerdes o ya no quieras hablar conmigo. Estoy en Tokio, he vuelto. También volvió Eriol, volvimos juntos como podrás imaginar. Tu hermano nos dio tu teléfono. Te extrañamos mucho. Y, pues, nos encantaría verte. Esperamos que podamos juntarnos algún día de estos. Bueno, nos vamos, volveremos a llamar otro día" – el mensaje se terminó.
Sakura se quedó boquiabierta mirando la contestadora fijamente, sin poder creer lo que había escuchado. ¿Estaban aquí? ¿Estaban en Tokio? ¿La habían buscado?. No, era imposible. No podía creer lo que había oído. Era, inaceptable, imposible... ¿Porqué? ¿Porqué ahora, después de tantos años? ¿Porqué?. Lágrimas bajaron por sus ojos. ¡No! ¿¡Porqué? ¿¡Porqué tenían que volver? ¿¡Porqué?
- "¿Porqué, Tomoyo? ¿Porqué, Eriol? ¿Porqué tenían que volver?"
No quería enfrentar su pasado. Ya mucho dolor había conseguido con intentar olvidarse de él. ¿Porqué tenían que aparecer ahora? ¿Porqué? Si sabían su teléfono de seguro sabrían la dirección de su departamento. Vendría a verla, ¿o no?. Ella no quería eso. Tan solo quería olvidar.
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Notas de la Autora.
Hola a todos! He vuelto!... Esta es mi nueva historia y mi primer universo alterno, espero sea de su agrado. Una pequeña idea que surgió de mi cabecita. Bueno, este es el primer capitulo... una pequeña introducción a lo que será la historia más tarde. Y, como toda escritora, espero de sus reviews, los cuales son muy importantes si quieren que esta historia se siga publicando. Como saben, sin reviews no hay ganas de escribir, por lo tanto, no hay historia.
Bueno, suerte a todos! Nos vemos!
Satsuki Idaka.
