CARTA DE UNA MADRE A SUS HIJOS
Era el día del niño y no había comprado nada para mis niños crecidos. A decir verdad... ¿qué regalarles cuando ya habían atravesado la etapa de la niñez?
No se me ocurría absolutamente nada, y tampoco deseaba ser injusta para nadie... ¿qué podría regalarles?
Estuve toda la mañana pensando en que obsequiarles hasta que mi idea surgió y sonreí complacida por la idea.
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Edward POV
Me desperté al rededor de las 11 a.m. el domingo.
Hoy era uno de los tan esperados días, a parte de Navidad, por parte de los niños. Yo no, ya era grande... no sentía la necesidad de que me obsequiaran un juguetito...
Me duché dejando que el agua relajara mis músculos y me dejé estar bajo la ducha media hora.
Salí del baño y me vestí con una remera marrón y unos jeans gastados. Si Alice, mi hermana hiperactiva, me viera... estaría en la tierra sepultado, pero no le di importancia.
En la sala se encontraban todos mis hermanos. Parecían estar impacientes, como si me estuviesen esperando para realizar algo...
—Hasta que te dignaste a bajar!—exclamó impaciente Emmett.
—¿Qué sucede? ¿Por qué esperaban a que bajara?—pregunté confundido
—Pues... si no te has dado cuenta...—comenzó el grandulón de Emmett—. Hoy es el día el niño—terminó con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro.
Fruncí el ceño. Estaba conciente de que Emmett a pesar de ser esa persona corpulenta e intimidante tenía características infantiles, jamás llegué a creer que se sintiera como tal esperando un obsequio el día del niño.
—Lo que pasa, Edward—empezó Jasper a explicar leyendo mi confusión, por así decirlo—, es que Esme nos a hecho un regalo. Pero es uno para todos...
—... Por lo que queríamos estar todos reunidos para leerlo—Terminó Rosalie.
—Comprendo.
—Bueno, ahora... ¡a abrir la carta! —exclamó Alice hiperactiva y ansiosamente.
La tomé en mis manos y la abrí. Comencé a leerla en voz alta para que todos pudieran oírla.
Las mamás no somos abnegadas amantes del sacrifico y aguerridas guerreras que todo lo pueden.
Las mamás lloramos abrazadas a la almohada cuando nadie nos ve, pedimos la peridural en el parto
y puteamos en 17 idiomas cuando tenemos que poner el despertador a las 2 de la mañana para ir a buscarlos a una fiesta.
Cuando les decimos que no se peleen con ese compañerito que les dice 'enano' o 'cuatro ojos', y les damos toda clase de explicaciones conciliatorias, en realidad querríamos tener el cogote del pequeño verdugo entre nuestras manos.
Y también pensamos que la vieja de geografía es un mal bicho cuando les baja la nota porque no saben cuántos metros mide el Aconcagua que, al final, a quién cuernos le importa.
Pero no lo podemos decir.
No es que nos encante pasarnos horas en la cocina tratando de que el pescado no tenga gusto a pescado y disimulando las verduras en toda clase de brebajes, en lugar de tirar un Patty a la plancha.... Es que tenemos miedo de que no crezcan como se debe.
No es que nos preocupe realmente que se pongan o no un saquito... Es que tenemos miedo de que se enfermen.
No es que los queramos más cuando se bañan.... Es que no queremos que nadie les diga roñosos.
No lo hacemos por Uds. Lo hacemos por nosotras.
Porque ser mamá no tiene que ver con embarazos, pañales y sonrisas de aspirinetas.
Tiene que ver con querer a alguien más que a una misma. Con ser capaz de cualquier cosa con tal de que ustedes no sufran.. NADA, nunca, jamás.
Ustedes nos hacen felices.... cuando les encantan nuestras milanesas, cuando nos consideran sabias por contestar todas las preguntas de los concursos de la tele.
Cuando vienen llorando a gritos porque se rasparon la rodilla y nos dan la posibilidad de darles consuelo y curitas.
Cuando recién levantadas nos dicen, qué linda que estás, mamá.
Ustedes nos hacen mejores.
Nos dan ganas y fuerzas. Nos comeríamos un gurka crudo antes de que les toque un dedito del pie. Nos lavamos la cara y salimos del baño con una sonrisa de oreja a oreja para hacerles saber que la vida es buena, aunque nos vaya como el reverendo...
Cantamos las canciones de Chiquititas y vemos Barney y escuchamos a Los piojos y compramos Nopucid y repasamos 500 veces la tabla del 2 y arreglamos el carburador para llevar a los pibes a fútbol, a inglés, a dibujo, a la psicóloga, a basquet, a volley, a danzas, a la casa de la amiga, a la maestra particular, al dentista, al médico, a comprar un pantalón...
Y armamos 24 bolsitas con anillitos y pulseritas y tratamos de que la torta parezca un Pikachu
y nos buscamos otro trabajo y sacamos créditos y nos compramos libros y vamos al psiquiatra
y al pediatra y a los videos y negociamos con los maestros y los acreedores y recortamos figuritas
y estudiamos junto a ustedes ríos, provincias, las capitales de los países de Europa y nos ponemos lindas y nos enojamos y nos reímos y nos salimos de quicio y nos convertimos en la bruja y la princesa de todos los cuentos....
Sólo y exclusivamente para verlos felices.
VERLOS FELICES ES LO QUE NOS HACE FELICES. Ojalá pudiéramos pegar el mundo con cinta scotch (como el velador que cayó en combate en la última guerra de pijamas party), para que fuera un lugar mejor para ustedes.
GRACIAS POR HACERME SU MAMÁ. GRACIAS POR HACERME TAN IMPORTANTE.
Gracias, por esas porquerías que hacen en el colegio con corchitos y escarbadientes (que casi nunca entiendo para que sirven pero guardo religiosamente),
Gracias por los abrazos, los besos, las lágrimas, los dolores, los dientes de leche, las cartitas, los dibujos en la heladera, el Amoxidal
por tantas noches sin dormir, los boletines, las plantas rotas del jardín por jugar a la pelota,
por mi maquillaje arruinado por ser usado para jugar a la mamá, por las fotos de la primaria .....
Son mis mejores medallas. Gracias porque LOS AMO. Y ese, es el amor que me hace grande.
LO
DEMAS ES MARKETING
Terminé de leerla y noté que, tanto Alice como Rosalie, estaban llorando y Jasper y Emmett, les brillaban los ojos emocionados.
A mi diferencia, yo había dejado correr una lágrima y me volteé para buscar a mi madre.
—Espero que les haya sido de su agrado—comentó Esme con la voz melodiosa, amable y cariñosa que la caracteriza.
Los 5 corrimos a su lado y la abrazamos con todo el cariño que se nos era posible en ese momento.
—Ha sido más que agradable el haberla leído, mamá—dije notando que lágrimas comenzaban a salir de la cuenca de sus ojos emocionada.
—Los quiero, hijos.
—Nosotros también—contestamos aún más emocionados.
Bueno... aquí va otro One-shot... no se si está bien, solo espero que le haya gustado.. a mi me gustó...
Mi madre me lo envió una vez.. y lloré :)
Me despido con un beso enorme...
mechiikagome
