Tales of an offtuned Symphonia

Disclaimer y esas cosas: Tales of Symphonia y los personajes de esta historia no me pertenecen a mí sino a Namco que ha desarrollado este grandioso juego.

Cosas a tener en cuenta en los diálogos:
-Hola, soy Lloyd – conversación
"Hola, soy Lloyd" pensamiento
Hola, soy Lloyd flashbacks.
Hola, soy Lloyd explicaciones

Cambios de personalidad:
Los personajes han sufrido un desgraciado lavado de cara y ahora no son los mismos que en el juego. Si os ofendéis lo siento mucho.

Tales of an offtuned Symphonia
Capítulo 1: La Elegida de la Rerererereregeneración.

Hace mucho tiempo existió un gran árbol, fuente de maná. Pero hubo una guerra y el árbol murió lentamente. La Diosa, indignada, abandonó el planeta, no sin antes decirle a sus súbditos "A ver, pedazo de inútiles, si algún día me quedo sobá me despertáis porque sino os lincho a palos". Así, los ángeles regalaron al planeta un Elegido que regeneraría el mundo y lo salvaría de la catástrofe más grande. Así nace el hito con el que comienza este videojuego

-¿Lo habéis entendido?-dijo una mujer peliblanca, sentada en la mesa de la escuela, mirando a sus alumnos. Se dio cuenta de que uno de ellos estaba durmiendo, por lo que se levantó, cogió un borrador y exclamó:

-¡¡LLOYD, DESPIÉRTATE!!

Al no reaccionar éste, la mujer se lo tiró en toda la jeta.

-No sé cómo puedes quedarte dormido de pie cargando con dos cubos que pesan más que el culo de la gorda del pueblo -suspiró la profesora.

-Es un don, sita Raine -exclamó alegre el muchacho.

La mujer le dio la espalda y se dirigió hacia otro de sus alumnos.

-A ver, Genis, ¿tú sabes la respuesta? Mira que es fácil –le sonrió a un muchacho, que compartía el mismo color de pelo que ella.

-Pues claro que lo sé, ¿lo has dudado en algún momento? –exclamó el muchacho, tirado sobre la mesa, con obvia cara de aburrimiento.

-Pues a ver.

-El GRAN HÉROE Mithos puso fin a la gran guerra que hubo en la Tierra Sacra de Kharlan.

-¡ESO ES! ¡Un punto en tu marcador de la felicidad! -sonrió la mujer, tirándole una chapa con una sonrisa.- Más tarde el héroe selló un pacto con la Diosa Martel, que es benevolente y amable. ¡¡Y ASÍ SE MURIERON TODOS ESOS ASQUEROSOS DESIANOS!! ¡¡UAJAJAJAJAJA!!- gritó la mujer, acompañada con un ataque de risa.

-Sí, pero los Desianos han vuelto y ahora todos somos infelices. Por su culpa hay sequías, no crecen los cultivos, las casas se incendian, la gente se muere, mis zapatos se rompen y tengo que compartir clase con un montón de niños a los que les saco unos 10 años. Soy repetidor, pero no tanto –dijo Lloyd, con mucha irritación.

-No le eches a los Desianos la culpa de nuestro penoso sistema educativo –exclamó Raine. – Ellos sólo tienen la culpa de que yo siga soltera. Además, los Desianos sólo aparecen cuando se debilita el Gran Sello.

-Yo ya lo sabíaaaa…-murmuraba Genis por lo bajo.

-Hoy es el día de la profecía -dijo Raine, con una sonrisa de oreja a oreja.-Será el día en el que la Elegida del Maná reciba el oráculo de la diosa Martel.

-Sita, sita, ¿un oráculo se puede comer? –dijo un niño hambriento.

-Pues claro, pero sólo lo puede comer la Elegida –le contestó Raine.

-¡Yupi! –exclamó la mencionada.

-A ver, Colette, Elegida, cuéntanos qué es la peregrinación para rerererereregenerar el mundo -le pidió Raine.

-Hmmm… Pues según me ha explicado mi papi es un súper viaje por todo el chupi mapamundi luchando contra peligrosos jefes finales y enemigos acosadores que te persiguen a lo largo de enormes continentes en batallas a traición, para poder librarnos de los… o sea… ¡Desianos! –explicó Colette, con una gran sonrisa.- Dicen que hay unas peligrosísiisisisisisisimas pruebas para poder aceptar el Oráculo ese.

-Muy bien, la Elegida SIEMPRE debe conocer la respuesta correcta de esta pregunta.

-Eso no es del todo cierto…-dijo Genis por lo bajo.- No ha mencionado los aburridos puzzles ni los peligrosos NPCs con sus informaciones de la muerte.

-¡Genis! ¡Eso es aún más correcto! –exclamó Raine, tirándole dos chapitas de la felicidad.

-Jujujú… -rió el joven.

-Empollón… -murmuró Colette, enfada.

-Como iba diciendo, la falta de maná es la causa de la actual escasez de comida, y de las sequías que sufrimos… ¡Y POR SUPUESTO TAMBIÉN ES CULPA DE LOS DESIANOS!

-Sí, porque ellos consumen mucho maná en sus granjas… -recitó Genis, como si se lo supiese desde que había nacido.

-¿Y en sus granjas qué se cría? ¿¡UN PONY!? –exclamó Colette, emocionada.

-En realidad se crían humanos…

-Puah, yo no quiero montar en humanos –murmuró la decepcionada Colette. –Además, mi papi me dijo que me iba a regalar un superpony por mi Rerererereregeneración.

-El viaje de la Elegida tiene dos claros objetivos: Hacer turismo y darse a conocer a la gente, siendo la más famosa del mundo –continuó Raine. –Y luego está lo de restaurar el maná y derrotar a los Desianos, pero eso no le importa a mucha gente…

En ese momento empezó a brillar algo fuera, y todos quedaron cegados con su belleza. Tras darse cuenta de que se trataba del sol, se cegaron de nuevo con la luz del Oráculo, que acababa de llegar.

-¡Uauh, qué bonito! –exclamó Colette.

-¿El qué, el Oráculo? –dijo Raine, con ternura.

-No, el Sol, nunca me había dado cuenta de que estaba ahí –dijo alegremente.

En ese momento sonó el timbre de la escuela, y todos se levantaron de sus sillas.

-¡BIEEEEEEEEEN! ¡HORA DEL DESCANSO! –dijo Raine saliendo corriendo de la clase. Al rato volvió. – Quiero decir, voy a ver qué pasa, iré a la Capilla, pero vosotros quedaos aquí y sed responsables –aclaró Raine, y volvió a salir corriendo.

-¡Pero sita, yo también quiero ir! –exclamó Colette, que odiaba a sus compañeros de clase.

-No, Colette. Si se trata del Oráculo los sacerdotes vendrán a buscarte –dijo Raine, sudando mares, pues en realidad lo que iba a hacer era emborracharse con los otros profesores. –Espera aquí con los demás…

-Pero… -comenzó Colette, mirando con repugnancia al resto de personas del aula. Y ya no le dio tiempo a decir más, porque Raine salió disparada hacia la puerta de salida.

Lloyd, que ahora ya podía moverse al no estar bajo la influencia de una escena doblada, se acercó a Genis, tras sufrir comentarios obscenos por parte de sus compañeros.

-¿Sabes, Lloyd? Raine dijo que, cuando viniera el Oráculo, el cristal Cruxis del altar brillaría –dijo Genis.

-¿Y a mí qué? Oh, ya entiendo. Te has transformado en un NPC con tus informaciones obvias y sin chicha. –comprendió enseguida Lloyd.

-¿Sabes, Lloyd? Raine dijo que, cuando viniera el Oráculo, el cristal Cruxis del altar brillaría –repitió Genis, robóticamente.

Tras hablar con todos sus robóticos compañeros, Lloyd salió corriendo hacia la puerta de salida.

-¡EH, TÚ! ¡NO HUYAS, COBARDE! –exclamó Genis desde la otra esquina de la clase, y se abalanzó sobre Lloyd, haciéndole una llave de lucha libre.

-¡Uaaaaaargh! –gritó Lloyd. -¡MALDITO PELOTA!

-A ver –dijo Genis, soltándole la pierna -¿A dónde quieres ir? Los drogatas hoy tenían excursión a Triet para desintoxicarse.

-No, no, es que quiero saber qué le pasará a Colette cuando reciba el Oráculo –mintió Lloyd, aunque en su cara se reflejaba una gran decepción por la información que le acababa de dar Genis.

-Pero mi hermana ha dicho que nos quedásemos en clase, estudiando, cosa que deberías experimentar aunque fuera por una vez.

Ante Lloyd se abrió un menú de elección, típico de los RPGs, y exclamó:

-¡Es para un trabajo de campo!

-¡Dirás una excusa, so caradura! ¡Cuando se entere Raine, uy, cuando se entere! ¡Te castigará de por vida limpiando los retretes, haciéndole la colada y ensuciando la casa del hombre de la tienda de elementos que le cae tan mal! –se enfureció Genis.

-¿Tú vienes, no? –dijo Lloyd, ignorando los comentarios de su amigo.

-Claro, ¿por qué no? –exclamó Genis, animado.

-Yo también voy –dijo Colette, acoplándose. Dio un empujón a Genis y se colocó en el lugar que ocupaba éste.

-Oye, a ti nadie te ha invitado –gritó Genis, furioso.

-¿Y qué? No necesito que un par de pardillos me den permiso para ir al Oráculo, ¿sabes? O sea, así que voy con vosotros, que necesito que un par de machotes me cuiden y me salven de la muerte.

-Pero la máxima del enano n.º 4 di… -comenzó a recitar Lloyd, pero fue interrumpido por un puntapié de Colette.

-¿Ya estamos con esas? –dijo Colette, y se adelantó a los otros dos hacia la puerta de salida.

-Lloyd, yo que tú tendría cuidado, que esta es capaz de ingeniárselas para aprender ahora Juicio Final y usarlo contra nosotros.

-En fin, sigámosla… -suspiró Lloyd, y siguió el camino que había hecho Colette.

En eso, se fijó en un enorme boquete que había en la pared, con forma de mujer.

-¿Y eso? –preguntó Lloyd.

-¿Lo has olvidado, Lloyd? Fue cuando Colette ayudó en la limpieza de primavera. Se picó con una niña y la tiró contra la pared –le hizo recordar Genis.

-Es cierto, la chica no recuperó nunca la movilidad en las piernas.

Al fin, los dos se reunieron con Colette en el exterior, que le exigía explicaciones a su padre, Frank:

-¿¡SE PUEDE SABER QUÉ PASA AQUÍ!? ¡¡NADIE HA VENIDO A FELICITARME POR LO DEL ORÁCULO!! ¿¡SE PUEDE SABER QUIÉN VIVE EN ESTA ALDEA DE BURROS!? ¿¡UNOS CATETOS QUE NO SABEN LO QUE OCURRE HOY!? –gritaba enfurecida la joven.

-Es que están escondidos… -balbuceaba Frank, a quien Colette agarraba por el cuello zarandeándolo.- Los Desianos han irrumpido en la aldea y…

-¡¡COMO SI VIENE GODZILLA!! –dijo Colette, y tiró a su padre al suelo.- Una chica débil y delicada como yo necesita ser arropada por el cariño de sus seres queridos –exclamaba Colette, haciéndose la víctima.

-¿Y hacia dónde han ido los Desianos? –preguntó Loyd, haciendo que Colette se sintiese ignorada y le propinase un cabezazo. - ¡Au!

-Han ido en dirección al templo… -susurró Frank, atormentado por las heridas que le había propinado su hija.

-¡Pero si Iselia tiene un pacto de No-Agresión con los Desianos!- hizo saber Genis.

-Sí, la abu me dijo que lo hicieron para proteger a su joyita… O sea, yo- sonrió Colette, dándose aires de importancia.

-Oye, Colette, tu abuela estaba en el Templo… -le recordó Lloyd.

-Ah, ¿y?

-Pues que si los Desianos han ido al templo Phaidra corre peligro…

-¡Oh! ¡Eso! Bueno, se las arreglará. Es toda una mujer –dijo Colette, sin preocuparse. –Por cierto, tiene un nombre horrible. Ya podían tener los bisabuelos tan buen gusto como tú, papá.

-Sí, eso… -dijo Frank, recordando que le había puesto el nombre a Colette porque era el mismo nombre que tenía su cerdo de granja.

-En fin, me piro al templo, papi. Si me muero que quede en tu conciencia, ¿eh? –se despidió Colette, dirigiéndose a la salida del pueblo.

Mientras Lloyd y Genis se despedían de Frank con toda la calma del mundo, sin recordar que el templo estaba siendo violentamente atacado, Colette se encontró con un horrible monstruo.

-¡¡AAAAAAAH, SOCORRO, UN MONSTRUOOOOOOOO!! –lloraba Colette, mientras le aporreaba con una maceta. Al rato ésta se le cayó sobre el monstruo.

-¡¡Colette!! –gritaron Lloyd y Genis, mientras Frank corría hacia su casa agitando los brazos y chillando.

Lloyd desenvainó sus espadas y Genis sacó de su mochila su Bolinche.

-Espera, ¿vas a atacar con ese juguete? –exclamó Lloyd, aguantándose la risa.

-S… Sí… ¿Por qué no? Es lo primero que he cogido. Además, tú tienes unas espadas de madera que si cortan algo… es el aire…

-Uy, lo que me ha dicho –se indignó Lloyd.

-¿¡PODRÍAIS DEJAR DE DISCUTIR Y VENIR A AYUDARME!? –gritó Colette, mientras amenazaba al monstruo con el primer cristal que había podido coger de la maceta rota.

-Sí, ya vamos… -suspiró Lloyd, y se abalanzó sobre el monstruo.

Pero ya no había nada que hacer, el pobre zombie se desangraba rápidamente a causa de las heridas que le había provocado Colette con la maceta.

-Esto… Colette… ¿Qué ayuda decías que necesitabas? –dijo Genis, asombrado.

Colette no tuvo tiempo para contestar, pues enseguida aparecieron un fantasma y un zombie.

-Bien, vamos a por ellos –gritó Lloyd.

-¡Espera! La sita Raine dice que la magia hace más daño a los monstruos espectrales e inmateriales- recitó Genis.

-Entonces encárgate tú del fantasma y yo del zombie –acordó Lloyd.

-¡Entendido! –sonrió el joven.

Y justo cuando iban a lanzarse sobre los monstruos vieron que Colette les atormentaba estrangulándolos con uno de sus chakrams.

-¡Así aprenderéis a no jugar con La Elegida! –sonrió Colette, apoyada sobre el cuerpo inerte del zombie.

Lloyd y Genis se quedaron ahí, parados, observando cómo Colette se llevaba toda la experiencia del combate y subía varios niveles. Luego, la joven pelirrubia siguió corriendo hacia el templo, atormentando la existencia de todos los monstruos que osaban levantarle la pata. Finalmente consiguieron llegar al templo, no sin antes ver cómo Colette alcanzaba el nivel 14 mientras ellos seguían en el 3.
Al llegar allí se percataron de que salía una enorme columna de humo y luz del interior del templo.

-¡Hala! ¡Han comenzado la barbacoa sin mí! –dijo Colette, y al recibir la mirada de sus compañeros, rectificó: -Quiero decir, ¡han comenzado el ritual sin mí! ¡Qué fuerte…!

-¡Colette, vas a ser nombrada "Elegida de la Rerererereregeneración"!- exclamó Genis, pensando en las ventajas que tenía que Colette se fuese del pueblo: La rubia ya no le robaría el almuerzo, ni le copiaría los deberes, ni le utilizaría como escudo humano para balón prisionero.

-¡Sí, serás como EL GRAN Mithos!- le dijo Lloyd, mirando a Colette con orgullo.

-¿Qué dices? Si yo visto mil veces mejor que ese enclenque. Y por supuesto seré una Elegida mucho más guapa, amable, simpática, glamurosa y amada. ¡Juasjuasjuas! –rió la joven, comenzando a subir las escaleras. En ese momento un anciano cayó rodando por ellas, placando involuntariamente a Colette y tirándola con él.

-¡Uargh, maldito viejo! –gritó Colette al aterrizar.

-Elegida… Me mue… ro… Los Desianos… han violado el pacto… de no agresión… Elegida… el Oráculo… -dijo el anciano preste, antes de fallecer trágicamente.

-Sí, sí, pero no me metas prisa, que ahora me has dejado toda la ropa llena de tierra y de la asquerosa sangre que brota de tus entrañas –dijo Colette quitándose al anciano de encima con crueldad. Al hacerlo, el cadáver del preste desapareció mágicamente.

-Ah, bueno, en mi ascenso meteórico a la fama tiene que haber algunas bajas –suspiró Colette, y continuó subiendo las escaleras.- Vosotros esperad aquí, que las muertes de niños no están muy bien vistas, aunque el videojuego esté clasificado en +12 por el PEGI.

-¡Eh, no somos niños! Además, los protagonistas no pueden morir, ¿lo has olvidado? –le contestó Lloyd, de mala gana.

-Ah, cierto. Es la Ley Implacable de los RPGs, aunque recordad que siempre existen excepciones, como el de la furcia del Final Fantasy VII –asintió Colette.

Así que los tres subieron lentamente, comentando los problemas del tiempo y parándose a observar las palomas que por allí pasaban, sin darse cuenta de que arriba los sacerdotes caían como moscas.

Cuando al fin llegaron vieron como los Desianos acechaban a Phaidra con preguntas horribles.

-Hola, Billy, para "La Gaceta Desiana", ¿es cierto que la Elegida no usa ropa interior?-le preguntó uno de los cuatro Desianos.

-Me niego a responder a esa pregunta. A ver, otra… Tú mismo –dijo Phaidra señalando al único que no vestía genéricamente igual.

-¿¡Dónde está la Elegida!?

-¡Colette, corre! –le recomendó Phaidra inoportunamente al ver que su nieta se acercaba hacia ellos sigilosamente para darles un golpe por la espalda y matarlos violentamente. Los Desianos se giraron hacia Colette lo más rápido que pudieron para defenderse.

-¡Oh, no, son Desianos-paparazzi! –gritó Colette, asustada.

-¡Huye antes de que saquen las cámaras! –lloró Phaidra al ver la pose que tomaban los Desianos-paparazzi.

-¡Lord Botta, está ahí! –exclamó uno de ellos.

El mencionado, que era el mismo que había preguntado por la Elegida, se giró hacia ella.

-Muy bien, chicos, tenemos la exclusiva delante de nosotros… "¡¡La Elegida y su novio de pueblo con un peinado raro tienen un hijo secreto!!" ¡Es perfecto! –rió Botta, acompañado de la risa de sus compañeros.

-¡No permitiré que los Desianos-paparazzi se salga con la suya! –exclamó Lloyd, desenvainando sus espadas de madera.

-¿Desianos-paparazzi? ¡Hac hac hac! ¡Qué risa! –rió uno.

-¿¡Qué es tan gracioso!? –exigió saber Genis.

-Ah, no, es que me he dado cuenta de que el chico con el pelo físicamente imposible tiene la bragueta bajada y me ha hecho gracia –argumentó.

-¡Ups, mierda! –exclamó Lloyd.

-¡A por ella! –gritaron los Desianos-paparazzi, micrófonos y cámara en manos.

Colette echó a correr mientras era perseguida por los Desianos-paparazzi, y al dar un salto para esquivarlos, provocó que estos cayeran escaleras abajo. La experiencia subió como loca en el marcador de Colette.

-¡Bien, he alcanzado el nivel 19! –exclamó Colette, eufórica.

En ese momento apareció un cacho mula armado con una bola de pinchos y un martillo más grande que Genis.

-¡Juajuajua, este es Curling, el Reneg… digo… Desiano-paparazzi más fuerte! –rió Botta tras ver como sus otros aliados habían quedado espachurrados contra el suelo.

Curling comenzó a perseguir velozmente a Colette (DEMASIADO velozmente para lo gordo que estaba) y esta no consiguió en ningún momento hacer que se cayese por las escaleras.

-Oh, cielos, es muy fuerte… -dijo Genis sin mirar ni siquiera lo que hacían.

-¿Por qué dices eso? –le preguntó Lloyd.

-Ah, es porque tengo la NECESIDAD de decirlo. Creo que sin mi frase no podremos conseguir al próximo personaje obligatorio en nuestro grupo.

Y como por arte de magia, tras que Genis pronunciase estas palabras un hombre vestido de morado placó al gordo de Curling y lo tiró escaleras abajo.

-Uf, menos mal, ya me cansaba de correr –suspiró Colette.

-Eh, ¿y tú quién te crees que eres para robarnos la experiencia así? –dijo Lloyd, enfurecido.

-Aparta, niñato. Los Reneg… digo… Los Desianos-paparazzi son míos.

-Nunca pensé que fueras a aparecer –murmuró Botta al ver cómo el hombre de morado había tirado a Curling por las escaleras del templo. Y enseguida, el enclenque de Botta echó a correr.

-¿Estáis bien? Parece que no hay nadie herido... Es increíble que esta cruel vida os dé la oportunidad de seguir viviendo tras unos combates tan difíciles… -comentó el hombre de morado, con lágrimas en los ojos.

-Oye, majo –se le acercó Phaidra- ¿quién va a quitar todos esos cadáveres del templo?

-No se preocupe. Los cadáveres desaparecen automáticamente. Esto es un RPG.

-¡Eh! Se nos pasó lo de comentar cosas sobre mi exfera antes, pero… ¿Eso es una exfera? –preguntó Lloyd, al ver un brillo en la mano del hombre de morado.

-Vamos, que el templo sigue abierto –interrumpió Colette. –Tengo que terminar esto.

-O sea, que tú eres la próxima Elegida –afirmó el hombre de morado.

-¿Y a ti qué te pica? ¿No te ha dicho tu madre que no hables con desconocidas? –le contestó Colette cruelmente.

-Tienes que ir a pasar una prueba durísima, ¿no? –dijo el hombre de morado.- No sé por qué, pero me siento obligado a acompañarte en tu aventura.

-¡No, yo protegeré a Colette! –exclamó Lloyd, haciéndose el fuerte.

-Pero si tienes nivel 3, Lloyd –le cortó ésta, con una sonrisa malvada.

-¿Te llamas Lloyd? Yo soy Kratos, un mercenario proveniente de una lejana región llena de pobreza y desesperación. Me he visto movido a venir aquí p…

-Nadie te ha preguntado –le dijo Colette.- Mi abuela te pagará por cuidar de mí. Así que ya sabes.

-¿Qué? –exclamó Kratos.

-¿No eres un mercenario? Pues hala, caminando que es gerundio –dijo Colette, arrastrando a Kratos por la capa, mientras eran seguidos por Genis y Lloyd.

Así el cuarteto entró al templo, que era un sitio currísimo con una enorme puerta enfrente de la de salida y unas bifurcaciones a los lados. Colette se adelantó a los otros y se colocó en el centro del templo.

-Esto está más lleno de sangre que hace una semana… -comentó, sin recordar que el templo había sido atacado hacía unos minutos por los Desianos-paparazzi

-Anda -dijo Lloyd, cogiendo un anillo que había pisado involuntariamente.- Aquí hay un anillo, me lo pon--- ¡UAGH, CÓMO QUEMA!

El dedo de Lloyd se puso de un color rojizo que preocupó a todos (menos a Colette, que estaba muy ocupada saqueando cadáveres de sacerdotes que iban desapareciendo poco a poco).

-Hey, este tenía un montón de áurex… -exclamó quitando el dinero de la cartera de un hombre.

-¡Elegida, no haga esas cosas! Son indecentes, amorales, indignas… Aunque… La vida también es indecente… es cruel… Sobre todo conmigo… -susurró Kratos tras regañar a Colette, aguantándose las lágrimas. - ¡Mamá! ¿¡Por qué me abandonaste!?

Dejando a Kratos atrás, Colette (que le había quitado el anillo a Lloyd de un tirón) se dirigió hacia la gran puerta sellada.

-Creo recordar que para abrir esta puerta se necesitaba usar el anillo mágico este –explicó Colette.

-Se llama Anillo Encantado. –le corrigió Kratos, que había cogido un pañuelo de su bolsillo y se secaba las lágrimas.

-Como sea. –exclamó Colette, mirando la puerta sellada. Pulsó un botón del anillo y éste comenzó a escupir fuego como loco.

-¡Uaaaaaagh! ¡Para eso! –ordenó Genis, que se había agachado para evitar que la ráfaga de fuego le redujese a cenizas.

-¡No sé cómo hacerlo! –gritó Colette.

-¡Apunta a la puerta sellada! –se le ocurrió a Kratos, que se había ido a un rincón a esconderse con Lloyd.

-¡Está bien!

Colette apuntó hacia la puerta, y a los 3 minutos ésta había ardido completamente. Justo en ese momento el anillo encantado dejó de escupir fuego.

-Uf, menos mal… -suspiró Lloyd, volviendo junto a Colette.

-¡Chupi, ya podemos seguir! –rió la joven, y se fue corriendo hacia el teletransportador.

Apareció en una sala decorada con una cúpula enorme, que hacía de techo. En el centro había un altar sobre el que se posaba el cristal Cruxis.

-¡Bien! ¡Ya estamos en el segundo piso! –exclamó Colette, observando la única sala que no estaba llena de sangre y vísceras de todo el templo.

-¿Esa cosa brillante es el cristal Cruxis? -preguntó Lloyd

-Sí, dicen que lo tenía al nacer en mi brazo, y al intentar quitármelo la enfermera le rompí un dedo –recordó Colette, felizmente.

Y en ese momento vieron cómo algo caía en picado velozmente hacia la cúpula. La rompió de un cabezazo y cayó de una manera exagerada en el suelo.

-¿Qué es eso? –preguntó Genis, señalando a lo que parecía un ángel.

-Yo diría que es un ángel… -le contestó Kratos, observando cómo se quitaba los cristales de las alas.

-¡Anda! ¡Si es mi verdadero papi! –afirmó Colette.

-¿¡Quéee!? –corearon todos ante tal afirmación.

-Sí, sí, ¿no veis que él es rubio como yo? Tiene que ser mi padre

-Pero, Colette, Frank también es rubio… -le recordó Lloyd.

-Me niego a creer que ese tipo es mi padre. Es demasiado afeminado –le contó.

-Mi nombre es Remiel, soy uno de los ángeles del juicio –comenzó a hablar el ángel, elevándose en el aire con sus alas.

-¿¡DÓNDE HAS ESTADO TODO ESTE TIEMPO, MAL PADRE!? –le exigió saber Colette - ¡QUE SEPAS QUE HE ESTADO VIVIENDO CON UN PALETO DE PUEBLO Y QUE ME HE CRIADO SIN APENAS SABER LEER!

-Es la hora de despertar a la Diosa Martel –continuó Remiel ignorando a su hija.

-¡A MÍ NADIE ME IGNORA, EH! –le gritó.- OYE, TÚ, QUE YA TENGO NIVEL 19.

El cristal Cruxis cayó lentamente sobre Colette y se posó sobre ella, formando un collar que se colocó mágicamente en el cuello de la pelirrubia.

-A partir de ahora, Colette, eres la elegida de la Rerererereregeneración.- le dijo Remiel.

-Menudo idiota, eso ya lo sabía. Y que sepas que Frank también me dijo que los reyes magos no existen, mal padre.

-Os bendecimos con la aparición de la Torre de la Salvación, que si en algún momento se derrumba destruirá kilómetros y kilómetros de civilización a su alrededor, porque mide unos ocho mil doscientos metros.- les informó Remiel.

-¿Y voy a tener que subir ocho mil doscientos pisos? –preguntó Colette, indignada.

-Hombre, eso suponiendo que cada piso mida un metro, cosa difícil –añadió Kratos, que como buen mercenario tendría que subir con ella hasta lo alto de la torre.

-Colette. –dijo Remiel, mirando fijamente a la joven.

-Vaaaaaaaaaale. Acepto "humildemente" la tarea que me mandas, papi. Pero exijo que la torre esa tenga ascensor, ¿eh? Que yo ya tengo un cuerpo serrano y no necesito adelgazar subiendo escaleras.

-Excelente. Ahora, por cada sello que consigas abrir, los miembros de Cruxis te daremos un nuevo poder angelical.

-Puaj… Yo no quiero ser un ángel, tener alas es de lo más antiestético- suspiró la joven.

-Primero dirígete al sur, Colette, al Sello del Fuego. Ofrece tus plegarias en el altar de esas tierras.

-Entendido… –asintió la joven, como si su padre le estuviese pidiendo que fregase los cacharros.

Lord Remiel comenzó a ascender lentamente, y Colette se giró para irse del templo, pues dio por finalizada la conversación.

-Esto… -comenzó Remiel.- No tienes nada que decirme, ¿no?

-No, nada –asintió Colette.

-¿Segura? ¿Nada sobre relaciones filiales entre la Elegida y un servidor? –preguntó Remiel, que necesitaba seguir el guión, pues una fuerza extrema le obligaba a aclarar cierto punto.

-Sí, estoy segura.

-Oh… Entiendo… QUERIDA HIJA MÍA Colette- Remiel puso especial énfasis en esas últimas palabras.

-Vale, queda confirmado que el nenaza de Frank no es mi padre. –se alivió la joven, y siguió su camino hacia el teletransportador.

Y así comienza el largo viaje de Colette Brunel para rerererereregenerar el mundo. Un proceso lento que le llevará a todas las partes de Sylvarant y a conocer a asesinos misteriosos, pretenciosos ligones, robóticas niñas y atormentados presos. Pero eso no es algo que debamos contar ahora.
Lo dejaremos para otro capítulo de esta LARGA historia.

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Bueno, hasta aquí ha llegado el primer capítulo de "Tales of an offtuned Symphonia" (la traducción sería más o menos "Historias de una sinfonía desafinada", un juego de palabras con el título original y el cambio en los personajes de la historia).
Quizá la que más haya cambiado ha sido Colette, que ahora va de diva, y Raine, que está demasiado ida. A Kratos intenté hacerlo a lo emo o gótico, pero me temo que no lo he conseguido del todo xD
Bien, pasemos a aclaraciones de cosas que algunos podéis no comprender:

La Rerererereregeneración: Es simplemente porque como se descubre más tarde en Tales of Symphonia se supone que ha habido muchísimos elegidos que han intentado regenerar el mundo. Por eso tantas res. Porque sería la regeneración de la regeneración de la regeneración de…

Colette es capaz de aprender Juicio Final y usarlo contra nosotros: Juicio Final (Judgement en inglés) es el ataque más poderoso que puede aprender Colette.

La furcia del Final Fantasy VII: Como todos bien sabremos (o eso espero) al final del CD1 de Final Fatasy VII (para PS1), uno de los personajes principales, Aeris, muere a manos de Sephiroth , perdiéndola del grupo. Nunca me cayó bien esa chica.

Los Desianos-paparazzi: Como en este fic intento "ridiculizar" a los personajes, se me ocurrió esta ida de olla aprovechando que Colette tiene aires de diva, a lo famosa de Hollywood.

Áurex: Para los que no han jugado al juego: El áurex es el dinero que se usa en él.

Espero que os guste este primer capítulo… x D
Dejad reviews!