Como no apartes esa estúpida cara de mi vista te la romperé.

Hazlo.

Se acercó con el puño en el aire preparado para hacer lo que había pregonado anteriormente, pero Cas seguía impasible, ni siquiera movió un solo párpado frente a esa inminente amenaza. El puño de Dean ya estaba a escasos centímetros de su cara cuando un gemido rendido salió de su garganta y el puño cerrado paso a formar parte de unas pinzas que agarraban la nuca de Cas torpe y desesperadamente y su boca una boca impaciente que intentaba fundirse en la del inmóvil ángel.

Fue un impulso lo que movió a Castiel cuando se lo quitó de encima tras un empujón. El ángel acarició sus propios labios incrédulo mirando a un abatido Dean lleno de rabia, que seguramente empezaría a chillarle de nuevo sin compasión, pero no lo hizo, simplemente suspiró.

Castiel empezaba a sentir como un calor extraño, un calor cálido recorrería su cuerpo. Parecía que estaba teniendo un paro cardíaco cuando empezaba a reaccionar. Cuando fue consciente de la realidad de nuevo, se sorprendió a si mismo agarrando de la camisa a Dean mientras lo empotraba con fuerza a la pared.

¿Vas a pegarme? ¿eh Cassie? Venga pégame._

El desafío era sin duda delicioso y sin lugar a dudas en otras circunstancias el ángel se habría ensañado con esa bonita cara hasta hacerla sangrar para después dejarla como nueva; pero esto era diferente. El ángel tenía mejores planes para él y su absurda actitud humanoide

Cállate Dean._

Pronto se encontró rodeado por los brazos del que acababa de amedrentar, aprisionando dulcemente a su recipiente. Por primera vez, se dio cuenta de que no solo los humanos eran vulnerables sacos condicionados por sus sentimientos. Él mismo se sentía condicionado ahora por ellos… su parte lógica le decía que Dean no tenía razón y que discutir para hacerle ver las cosas era lo correcto, pero lo poco humano que había nacido en su interior le decía que estaba triste, que necesitaba ese contacto, que no podía seguir con esas discusiones mucho más. No quería romper ningún otro vínculo porque empezaba a entender lo que sentía cada vez que veía a ese humano y era demasiado duro seguir forzando las cosas después de la reacción del cazador.

Estaban cansados de discutir, el rubio estaba harto de reprocharle al ángel cosas que ni siquiera habían sucedido por su culpa, a veces pensaba que lo hacía por inercia y Cas no que seguir mintiéndose a sí mismo con el criterio de lo correcto. Esta vez los dos se dejaron llevar demasiado lejos, y la misma agonía de decepcionarse el uno al otro acabo con ellos hasta dejar fluir sus verdaderos y ocultos sentimientos.

Las manos del moreno se posaron firmes en la espalda del otro y sus puños se aferraron a la camiseta descargando toda la rabia contenida mientras el propio gesto disminuía bruscamente la distancia, el tiempo paso desapercibido durante largos minutos después de esto, los dos lo necesitaban un momento de paz.

Cerraron los ojos sumergiéndose en sus propios pensamientos hasta que uno de los brazos de Cas se deslizó por las caderas del cazador como una caricia hasta dejarlo colgar del todo, se separaron poco a poco dejando escapar la calidez de su unión, arrepintiéndose a cada segundo de haber roto ese momento y sintiéndose cada vez más fríos a medida que lo hacían.

Ninguno se despidió después de esto, Castiel desapareció dejando atrás los brumosos verdes ojos de anhelo que tan bien conocía para vagar sin rumbo y conseguir sintetizar los confusos pensamientos que atacaban su lúcida austeridad, mientras que el otro esperaba a la noche acompañado de sus más nobles compañeras alcoholizadas y un repertorio de telebasura que redescubrir.